jueves, enero 18

Propaganda bélica

A veces, doy vueltas en torno a una idea sin siquiera darme cuenta de que esa idea está ahí. Eso me ha sucedido en el post “Efecto boomerang”: todo lo que decía en ese texto giraba alrededor de un concepto que no supe identificar y que, por tanto, no mencioné. De hecho, me he dado cuenta gracias a un comentario depositado por Manu en el blog. Manu, que también es publicitario, señalaba entre otras cosas que ciertas formas de comunicación persuasiva utilizan los mensajes negativos y ofrecía como ejemplo la propaganda bélica.

Y tiene razón. La propaganda bélica emplea usualmente mensajes negativos destinados a machacar la imagen del enemigo. De hecho, tengo la prueba en mi mismo despacho, de una de cuyas paredes cuelga la reproducción de un cartel de la Guerra Civil. En él se ve el dibujo de una especie de demonio alado sobrevolando una ciudad en ruinas. Tiene un brazo levantado en el saludo fascista y el otro con la garra formando una esvástica; sus pechos son bombas. En grande, un texto reza: EL ÁNGEL DE LA PAZ DE LOS FASCISTAS!, y debajo, más pequeño: “Las Juventudes Libertarias lo sabrán destruir”. A un primer vistazo, la imagen no puede ser más negativa.

Pero esto ya lo había contemplado en mi entrada. He aquí parte de lo que le he respondido a Manu: “Si repasas mi post, verás que hago una excepción: la publicidad orientada a corregir o dirigir conductas. En este caso son muy útiles los mensajes negativos, porque no hay ningún producto o servicio que vender. El ejemplo más claro son los anuncios de la Dirección General de Tráfico”.

Para corregir o dirigir conductas hacen falta mensajes muy potentes, muy primarios. Odio, amor, miedo, asco... Lo bueno del asunto es que ninguno de estos mensajes puede interferir en la “venta de producto” porque no hay tal producto. O, mejor dicho, el producto es el propio mensaje. No obstante, la propaganda bélica se sirve también de mensajes hiperpositivos, como el enaltecimiento de la patria, los valores autóctonos, el heroísmo o la inexorabilidad de la victoria. Es decir, una de cal y otra de arena.

Entonces, mientras reflexionaba acerca de esto, me he dado cuenta de algo: la comunicación del PP encaja como un guante... en las técnicas de propaganda bélica. Estas técnicas están orientadas, básicamente, a satanizar al enemigo y ganarse la inquebrantable fidelidad de los amigos. No hay nada que una tanto como un enemigo común, y cuanto más monstruoso sea ese enemigo, más férrea será la unidad de tus filas, así que lo primero que hay que hacer es crear una imagen grotescamente monstruosa del enemigo (recordad mi cartel de la Guerra Civil). El enemigo es amigo de los terroristas, el enemigo es desleal, el enemigo es traidor, el enemigo es inepto y torpe, el enemigo violará a tus hijas y se ciscará en los principios más sagrados. El propósito de todo esto, claro está, es que los tuyos sientan un odio irracional hacia el enemigo. Pero no sólo odio, también temor; no mucho, pero sí un poquito. El enemigo es tonto y torpe, pero también pérfido y taimado, así que debes estar vigilante.

Una vez unidas tus filas frente a un enemigo abyecto, hay que proporcionarles ideales por los que luchar. La integridad de la patria, el honor, la religión o la seguridad de lo tuyos, por ejemplo. Luego, hay que encumbrar héroes que sirvan de ejemplo, caudillos que abanderen la lucha. Entre tanto, hay que magnificar cualquier victoria sobre el enemigo y negar toda victoria del enemigo sobre ti. En el caso de que la victoria enemiga sea innegable, hay que atribuirla a la traición del rival, que siempre actúa de forma artera, cobarde y desleal. Dicen que en toda guerra la primera víctima es la verdad, así que la propaganda bélica puede permitirse el lujo de mentir todo lo que le venga en gana, porque “los adeptos” están dispuestos a tragarse cualquier cosa si encaja en sus esquemas mentales.

No creo que los populares se hayan propuesto conscientemente emplear técnicas de propaganda bélica. Lo que creo es que, para resolver los problemas planteados por la pérdida del poder, los populares optaron por una estrategia de comunicación muy próxima a la propaganda bélica. A problemas similares, soluciones similares, supongo.

Tras la inesperada pérdida del poder, los populares se encontraron con dos serios problemas. En primer lugar, su base electoral (no me refiero a sus incondicionales, sino a todos sus votantes naturales) estaba desconcertada y desmoralizada, y no sólo por haber perdido, sino también porque muchos de ellos no compartían ni entendían las últimas actuaciones del gobierno, y muy en particular el asunto de la guerra de Irak. En segundo lugar, el líder natural de la derecha, Aznar, se había retirado a un segundo plano, dejando en su lugar a un delfín, Rajoy, que todavía no estaba consolidado. Así pues, la derecha se encontraba desmotivada y sin liderazgo. Solución: cerrar filas. Se sataniza al enemigo, se le acosa sin descanso desde todos los frentes mediáticos posibles, se niegan las propias derrotas o se atribuyen a la cobarde traición del rival, se hace apropiación de determinados valores (integridad nacional, seguridad, religión...) y se forja un líder intachable.

Vistas así las cosas, la estrategia de comunicación del PP cobra sentido. Sin duda, el propósito de fidelizar a sus bases se ha cumplido con creces, aunque no tanto el proyecto de convertir a Rajoy en un líder sólido (pero creo que esto último se debe a motivos que exceden los límites de la comunicación persuasiva). El problema que plantea esta estrategia es que no se puede vender un producto mediante propaganda bélica. Por el efecto boomerang, porque sólo fidelizas a quienes de antemano eran fieles, porque igual que cierras tus filas, cierras al tiempo las filas del contrario y porque –y esto es en el fondo lo más importante- objetivamente no existe ninguna guerra, salvo para quienes quieran verla. Supongo, aunque a estas alturas ya no estoy seguro de nada, que conforme se aproximen las elecciones, el PP rebajará su “crispación bélica” y adoptará estrategias de comunicación más positivas. La cuestión es si no ha ido ya demasiado lejos. Por otra parte, también puede ser que no cambie y siga con más de lo mismo. Ya veremos.

En cualquier caso, la pregunta es: ¿qué efecto tendrá a medio plazo esa propaganda bélica sobre la gente? Y me refiero tanto a los convencidos de un lado como a los convencidos del otro, aunque debo reconocer que me inquieta particularmente pensar que en uno de esos bandos está aglutinada la extrema derecha. ¿Hasta dónde puede tensarse la cuerda?

21 comentarios:

Anónimo dijo...

En esta pagina hablan de algo similar...
http://www.pragmapublicitat.com/noticies_con_goebbels.htm

Por cierto que Galbraight en uno de sus libros citaba como un hecho antropólogico curioso el que la gran mayoria de los líderes que se ven involucrados en una guerra, no importa si se gana o se pierde, suelen ser al término de la guerra depuestos...mi mente no deja de relacionar eso con el efecto boomerang...

(Otra cosa que mi mente no deja de relacionar al saber que eres asesor de publicidad del PSOE es si el uso De Zp es cosa tuya :))

Un saludo

Anónimo dijo...

Caramba César, esta última entrada - análisis - me ha encantado.

Es como un resumen de todas las anteriores (de carácter político).

Cuando lleguen las elecciones a mí me queda la duda de qué será de los que no son fervientes seguidores del PP: esa gran mayoría que me imagino se abstendrá, harta de Política. (Las nuevas generaciones, los jóvenes quiero decir, ja, pasan totalmente de Política -y con razón-).

Yo apuesto por una abstención altísima...

Y, ¿sabéis?, para mí el mayor enemigo/ peligro/ problema de una democracia es la abstención.

Eso sí que me da "miedo".

Anónimo dijo...

Yo personalmente creo que es mucho mejor para todos, a medio y largo plazo, que prevalezca una derecha razonable. Del mismo modo que considería muy sano para todo el mundo, incluyendo a ateos y agnósticos como el que suscribe, que la iglesia y sus fieles fueran mayoritariamente razonables. Tanto es así que si se produjera un milagro y el PP largara a Zaplana y Acebes, probablemente tendría pensamientos impuros y sentiría la tentación de votar a Rajoy, sólo por lo insólito del hecho, del mismo modo que sentí la tentación de votar a Borrell cuando se impuso a Almunia en aquellas primarias contra todo pronóstico (y contra todo pucherazo). No pudo ser con Borrell, claro (la maquinaria de partido se encargó de subsanar aquella anomalía, y es que la ley de hierro de Michels sigue vigente), y tampoco será con Rajoy. Qué le vamos a hacer.

miwok dijo...

Están subiendo en las encuestas...parece que su "propaganda bélica" funciona...si el PSOE no hace algo pronto...creo que pueden volver a ganar, les votarán...y ganarán.Yo nunca he votado en unas generales...pero sé a quién no votaré nunca.

DJ dijo...

Suscribo todo lo que dices, césar. Y añado: tenemos los gobernantes que nos merecemos, pero no nos merecemos los partidos políticos que tenemos.

Anónimo dijo...

De todas formas, creo que todos los partidos de oposición utilizan una propaganda negativa, ya que lo que tratan es de desgastar al que está en el gobierno. Por otro lado, no se hasta que punto la extrema derecha es un peligro en este país (es cierto que han subido en otros países como hungría, chequia, y Francia). Como tal, como movimiento ideológico capaz de mover masas y tal, creo que está bastante de capa caída. Lo que existen son tribus urbanas, que se engloban más en la delincuencia, que utilizan los mismos signos (el poder de los simbolos es acojonante, por cierto) que los nazis o similares, pero que, creo, no son representativos (al margen de que le puedan partir el craneo a algún pobre hombre, claro)de lo que entendemos (al menos yo) una ideología estructurada de extrema derecha. Más por el saco (hoy día, vete a saber en el futuro) da una ideología de izquierda, aberzale (y admito que haya esa ideología, no los métodos que utiliza) que funciona como un mecanismo de relojería del crimen y un cancer social, que se introduce en instituciones, tiene una banda asesina detrás,y no tienen ningun respeto por la vida y la democracia (por muchos peros que a ésta se la pueda poner). Me parece que no hay ningún movimiento de extrema derecha comparable al aberzale en peligrosidad actualmente.Me recuerda aquel chiste de ¿por qué no hay neonazis en el país vasco? Porque están todos en HB.

Mrs Vane dijo...

Yo la verdad es que tengo casi claro a quien voy a votar en las próximas elecciones y desde luego no va a ser ni a PSOE ni mucho menos al PP. Ninguno de los dos me convencen, pero lo que no desearía bajo ningún concepto es ver a Marianito de presidente. POr suerte no consigo imaginármelo. El PP es una vergüenza de partido. Si quieren ir de fachas que se quiten ya la careta de partido de "centro". Hay en el PP gente de "centro" (lo entrecomillo porque no sé exactamente qué es eso de ser de centro), que debería romper filas y formar un nuevo partido. Estoy segura de que tendrían bastantes votantes. Pero tal y como está el PP ahora mismo es la vergüenza de la derecha europea.

Anónimo dijo...

Cesar:
Le he comentado el asunto a un familiar que ha trabajado toda su vida en publicidad y me ha planteado la cuestión:
¿Como das una presentación positiva a algo que es, en si mismo, negativo?
¿Cuales son las propuestas positivas que tiene ahora el PP en cartera?
Su impresión es que adoptan un tono negativo porque no tienen otra opción.

Joan dijo...

Es curioso, coincido completamente en que la estrategia PPopular es tan agresiva, tan cercana a la propaganda bélica, que sólo sirve para fidelizar a los YA fideles. No capta nuevos adeptos que se ven superados por tanto tremendismo. El post apunta a qué quizá al acercarse las elecciones se modere el discurso y yo tengo mis dudas. Cuando el PP perdió las elecciones en 2004, obtuvo 9.600.000 votos, cuando en 2000, las ganó con poco más de 10.300.000 votos. Es decir perdió unos 700.000 votos. El PSOE en cambio, en 2000 obtuvo casi 8 millones de votos y en 2004 superó los 11 millones. No hace falta recordar la movilización de los ciudadanos ni todo lo que ocurrió. Lo que quiero decir es que el aumento de votos socialistas se debió a unas circunstancias excepcionales y que es posible que el PP no tenga que moderar su discurso para ganar o optar a la presidencia. Con su radicalismo evidente y exasperante seguirá cercano a los nueve millones de votos, ¿volverá la izquierda a ir a las urnas o se quedará en casita en el sofá? Espero equivocarme. (no sé si me he explicado, glups)

Joan dijo...

Donde dice "fideles", no me refería a Castros, jeje, sino a "fieles" y "o optar" lo cambio por "u optar". Aaaay, este bilingüismo catalán-castellano me trae de cabeza.

Jorge dijo...

César, con tanta política tu blog se está convirtiendo en una más de millones de cibertertulias. Y que conste que coincido contigo en casi todo, pero preferiría... no sé, por ejemplo un relato de ciencia ficción (¿y terror?) sobre las elecciones españolas en el 2107, por ejemplo.

César dijo...

Acabo de eliminar el comentario de un tal "lector cansado" en el que me proponía cambiar el nombre de mi blog por el de "manual del perfecto sectario", amén de otras sarcásticas lindezas. Supongo que el apodo elegido se refiere a que está cansado de leer mis opiniones políticas. La solución es muy sencilla, querido lector cansado: no entres en mi blog.

Anónimo dijo...

Naturalmente tienes todo el derecho de borrar mi mensaje, que sin duda tenía un tono sarcástico que al parecer te ha molestado.

Al volver a escribir me arriesgo a parecer un troll, aunque aseguro que no es ésa mi intención. Lo que me gustaría es tratar de explicarme un poco mejor, prescindiendo en lo posible de tonos sarcásticos. Si con este comentario te vuelvo a molestar... bueno, bórralo también y por mi parte me comprometo a dejarlo estar y no volver a a ocasionarte ninguna molestia.

Ante todo aclaro que si leo este blog no es porque lo encontrara en Google, sino porque soy un lector tuyo y admirador de tu forma de escribir. Bueno, como admirador supongo que dejo que desear, porque el único libro tuyo que he leído es El Círculo de Jericó, pero éste ha bastado para producir admiración en mí, así que usaré el término.

En cualquier caso, el blog se titula La Fraternidad de Babel y en la descripción habla de literatura, cine, comic, enigmas, juegos, etc. Y sí, de todo eso hay, pero mezclado con abundantes dosis de insultos al PP. A pesar de mi cada vez mayor desencanto con la política, lo cierto es que soy votante del PP. Me doy cuenta como es lógico de que pasamos por momentos de extrema polarización de la vida política, y mis interpretaciones sobre temas como el mal llamado proceso de paz desde luego son muy distintas de las tuyas. Sin embargo, yo no me permitiría referirme en público a los que no pensáis como yo en términos como los que se emplean regularmente en este blog.

Por lo demás leo los comentarios que hacen otros lectores y veo que el aplauso a tus intervenciones es unánime, lo cual me lleva a pensar que los que puedan sostener opiniones polícticas más cercanas al PP que al PSOE/IU/Nacionalistas (casi la mitad de la población de España, supongo) ya no leen el blog, tal como me recomiendas a mí que haga.

En tu obra no había notado ningún aviso de que sólo fuera apta para partidarios de ciertas opciones políticas. Por supuesto, esto no es una novela, sino un blog personal, y tienes perfecto derecho a hablar de lo que te apetezca y en los términos que estimes conveniente. Al parecer era un error por mi parte suponer que parte de tu intención con este blog era dirigirte a tus lectores, con la consiguiente necesidad de respetarlos con independencia de sus opiniones políticas. No es ése tu objetivo y me parece bien. Bueno, no es que me parezca bien, pero sé que estás en tu derecho.

En cualquier caso, cuando un lector no puede leer el blog de un escritor al que admira porque sabe que va a ver sus perfectamente legítimas opiniones políticas insultadas con regularidad (no estoy hablando de expresar desacuerdo, sino de insulto, de comparación continua con la peor escoria humana) creo que ha llegado el momento de sentirse aún más triste por el lamentable estado de la política en nuestro país. Sea la culpa de quien sea.

Anónimo dijo...

Lector cansado:
No se si Cesar borrara nuevamente tu mensaje, pero por si acaso, me gustaria decir que no es que lo parezca, es que te estas comportando como un Troll.Con todas las letras.
Segundo, deberias leer los mensajes con más atencion porque aqui no se ha ridiculizado las ideas de nadie.
Se han criticado las conductas y las valoraciones de la realidad nacional, que no es ni mucho menos lo mismo. Se ha dicho que la estrategia de comunciación extrema que ha venido adoptando el PP produce rechazo a mucha gente.Un hecho que fue constatado, por ejemplo, por "El mundo" que fue muy critico con intervencion de Rajoy en el congreso.
Tercero, al contrario de lo que dices no solo Cesar no rechaza a la personas con las opiniones opuestas a las suyas sino que en el post anterior invito explicitamente a una persona con opinones opuestas a las suyas a continuar participando.
Cuarto, representa una novedad muy estimulante que te declares votante del PP. Por el momento, las personas que han intevenido contra las opiniones de Cesar criticas con la estrategia comunicativa del PP, han seguido una cantinela muy pintoresca del tipo que no son de unos ni de otros pero no se puede criticar al pp porque para malos el Psoe.
Quinto y ultimo, en ningún momento se ha insultado las ideas de los votantes del PP, lo que dices es rigurosamente falso.

Anónimo dijo...

Por cierto que ese ultimo era yo.
Insisto, lo que ha escrito el lector cansado:

(No estoy hablando de expresar desacuerdo, sino de insulto, de comparación continua con la peor escoria humana)

Es rigurosamente falso.

Anónimo dijo...

[[no es que lo parezca, es que te estas comportando como un Troll.Con todas las letras.]]

Bien, pues siendo así os pido disculpas. Seguid a lo vuestro que, como dije antes, yo dejo de molestaros.

César dijo...

Así sí,lector cansado, así sí. Con educación y argumentos, aquí todo el mundo puede opinar. Veamos: como señala Arturo, no creo haber insultado a nadie y menos a los votantes del PP. Lo único que he hecho ha sido analizar la estrategia de comunicación del PP desde mi experiencia como publicitario. Puedo equivocarme, por supuesto, pero en todo caso será un error técnico, no ético.

Por otro lado, mi ideología está escorada a la izquierda, nunca lo he ocultado, salvo en la época en que reconocer esto -ser de izquierdas- suponía ser encarcelado y quizá torturado por la derecha... franquista. Recuerda que viví los primeros 22 años de mi vida bajo una dictadura de corte fascista entre cuyos colaboradores se encontraba Manuel Fraga, fundador y presidente de honor del PP. Para mí es difícil olvidar estas cosas... olvidar la represión brutal de la derecha española, olvidar la miseria moral e intelectual de aquel régimen, olvidar a las víctimas del fascismo, entre las que se cuentan viejos amigos míos. Supongo que no te extrañará por tanto que no simpatice con la ideología conservadora. Y dado que me gano la vida con las palabras, tampoco te extrañará que manifieste por escrito mis opiniones. Sólo puedo decirte que, si mis opiniones te molestan, no las leas. Nadie te obliga a hacerlo.

Y, en efecto, no soy un escritor político; es decir, mis novelas, mis relatos, no hablan, en general, de política. De hecho, creo que me aburriría hacerlo. Pero esto, como tú mismo señalas, no es ficción. Ni siquiera es mi página web como escritor. Es un blog que en modo alguno va dirigido sólo a mis lectores, sino a todo aquel que quiera leerlo. Es más, si te fijas, jamás hablo en La Fraternidad de Babel de mi trabajo. No comento la aparición de mis novelas, ni las críticas, ni los premios que me conceden... Siempre he intentado separar al César escritor del César (o Fray César para muchos) de Babel. Se trata, sencillamente, de dos ámbitos independientes.

Lo que se me escapa, si he de serte sincero, es por qué consideras insultante que yo piense y me exprese de forma distinta a la tuya. ¿O quizá debería hacerlo con la mesura y educación que emplea Rajoy en sus intervenciones publicas? ¿Debería llamarte "bobo" como hace él? No, creo que no debería hacerlo.

Anónimo dijo...

Pues para mi es incomprensible que le parezca mal que expreses opiniones políticas concretas pero graciosamente diga que estás en tu derecho. Faltaría más.
Tampoco acabo de entender que alguien diga que no se permitiría a si mismo utilizar términos insultantes como los que supuestamente se utilizan en este blog… cuando acaba de llamarte “perfecto sectario” ¿Acaso no es eso un insulto?
Tampoco entiendo muy bien a quien está dirigida su intervención-resumen ¿A ti? Si es así no entiendo que pretende anchándote conductas en las que no has incurrido. Es humanamente imposible dejar de hacer algo que no estas haciendo ¿A los otros lectores del blog? Francamente a título personal considero ofensivo el comentario. Ni leería ni participaría en un blog donde se vertiesen insultos regularmente contra nadie.
Y lo que me falta es que alguien defienda la propaganda actual del PP. Un amigo, que no tiene inconveniente en declararse votante de PP, la defiende en el sentido de que los mensajes de la COPE y demás son simplificaciones demagógicas para movilizar las bases semejantes a otras simplificaciones demagógicas vertidas desde la izquierda por gente como Llamazares y que la derecha no tiene porque aplicarse a si misma unos patrones éticos más exigentes que la izquierda. Lo cual es, hasta cierto punto razonable pero no me convence en el sentido de que, como dices, están tensando la cuerda demasiado.
Y de momento no he encontrado a nadie capaz de defender eso. No que estén en su derecho, que eso nadie lo discute, sino de justificar que eso sea lo mejor para este país.
( Y mis disculpas por escribir tan largo en tu blog ultimamente pero hay cosas ante las cuales no me puedo quedar en silencio)

César dijo...

Arturo: no te disculpes; aquí puedes escribir cuanto te venga en gana. Además, está claro que compartimos ideas y alguna que otra indignación, así que muchas veces respondes tú por mí.

En cuanto a lo que comentas, a mí me sorprende la escasa capacidad de autocrítica que demuestra la gente de derechas (y no me refiero a los políticos, sino a los votantes). Ni uno de los que han pasado por aquí ha sido capaz de reconocer el más mínimo error en el PP. Y cuando se señalan esos errores con argumentos contundentes, la reacción es o bien negar la realidad (un tal David sostiene aquí que el PP no metió a España en la guerra de Irak), o bien poner el ventilador e intentar repartir la mierda (ahí están las continuas exigencias de que hable también sobre las perfidias del PSOE). Pero autocrítica, cero.

En el fondo, el problema es que gran parte de la derecha de este país tiene mala conciencia y deben reafirmarse constantemente. Prueba de ello es que, oficialmente, en este país no hay ningún partido parlamentario de derechas. ¿El PP? No; según ellos, son de centro.

Anónimo dijo...

Cesar,desde la admiracion que te tengo como escritor, creo que con los ultimos post politicos,no veo que hagas mucha "autocritica". Escribes sobre lo que los votantes de izquierdas, o bien saben(o no,segun casos), intuyen o piensan(aunque sea de forma inconscientemente) y comparten contigo sobre la derecha actual y sus líderes.Las respuestas en este caso son,generalmente, muy predecibles. Y hasta aqui,nada que ver con la autocritica. Es más,a todos nos viene bien hacer autocritica,no solo a la derecha, pero es jodido si se piensa que en el mundo solo hay 2 tipos de personas:los rojos y los que cazan rojos (o los fachas y los que cazan fachas). Gracias a la frase "Es más facil,hablar de los defectos de tu projimo que de los de uno mismo",quizas por eso,cada vez se practique menos
SOLO ES 1 OPINION
PD:¿Para cuando un nuevo relato?

César dijo...

Anónimo: si repasas antiguos post verás hasta que punto tu seguro servidor ha hecho autocrítica. Nunca me han dolido prendas en reconocer, por ejemplo, que Felipe González era un mentiroso o que por su culpa se generó un lamentable estado de corrupción institucional. A nivel general, podría señalar que, sociologicamente hablando, los llamados "votantes éticos", cuya capacidad autocrítica les conduce con frecuencia a la abstención, pertenecen mucho más a la izquierda que a la derecha. Pero en fin, da igual.

Con respecto al cuento... bueno, escribiré otro cuando haya algún motivo de celebración.