lunes, diciembre 19

Un argumento de José Mallorquí

Hace mucho tiempo, quizá a comienzos de los 70, mi padre me contó el argumento para un relato que no sé si llegó a escribir. Lo he recordado porque está relacionado con el tema de la anterior entrada.

El asunto gira en torno a Jorge Bustamante, un famoso autor de teatro que muere dejando una obra póstuma. Su viuda, una gran actriz, la estrena, obteniendo un éxito colosal. La crítica se muestra unánime: se trata de una obra maestra indiscutible; con gran diferencia, el mejor trabajo del autor y un broche de oro para su talentosa carrera.

Un día, semanas después del estreno, un joven periodista entrevista a la actriz. Le pregunta sobre todo acerca de su célebre y difunto marido, ya que es un gran admirador suyo, y ella, enternecida por la devoción que muestra el joven, le dice al finalizar la entrevista:

-¿Quiere conocer un secreto acerca de la última obra de mi esposo?

-Claro -responde el joven.

-Pero, si se lo cuento, no podrá publicarlo.

-Como usted desee, señora. Seré discreto.

La actriz reflexiona unos instantes y, finalmente, dice:

-Nos conocimos hace casi treinta años, cuando yo empezaba a cosechar mis primeros éxitos como actriz y Jorge sólo era un desconocido aspirante a escritor. Vino a verme a mi camerino; traía el libreto de una obra que acababa de escribir y quería que yo lo leyese para conocer mi opinión. Me cayó bien, así que accedí y me llevé a casa el libreto. Al principio comencé a leerlo con escepticismo, pues la mayor parte de las primeras obras son muy deficientes, pero el texto no tardó en atraparme. Mejor dicho, en apasionarme. Lo leí de un tirón y nada más acabar fui plenamente consciente de que era la mejor pieza teatral que había leído en mi vida, una obra maestra indiscutible. Entonces, me reuní con Jorge y le di un consejo: escribe otra obra y yo misma la estrenaré, pero este trabajo guárdalo y no lo hagas público hasta el final de tu carrera. Es demasiado bueno; si comienzas tan alto, pasarás el resto de la vida eclipsado por el éxito de esa primera obra magistral. -La actriz suspira y concluye-: Afortunadamente, Jorge me hizo caso.

El periodista, boquiabierto, musita:

-Entonces, la obra póstuma de Jorge Bustamante...

-No es el último trabajo de mi marido -asiente ella-. Fue el primero.

Bueno, más o menos era así, aunque mi padre lo habría narrado mejor. La verdad es que siempre me ha parecido un excelente argumento. Si mi padre llegó a escribirlo, debió de ser en formato guión para su programa de radio Confidencias, pero no lo sé a ciencia cierta.

La pregunta es: ¿fue El Coyote una losa para José Mallorquí? No lo sé, supongo que hasta cierto punto sí. Lo que pasa es que, al poco de concluir la serie que le hizo mundialmente famoso, mi padre abandonó el mundo de la literatura popular para convertirse en escritor radiofónico, una actividad que le granjeó nuevos y diferentes éxitos. De todas formas, pese a ello, pese a todo lo que hizo antes y después, hoy en día se le recuerda fundamentalmente por su alter ego enmascarado: don César de Echagüe, El Coyote.



11 comentarios:

  1. El Coyote tiene ese encanto de lo popular, que a veces se convierte en maldición. Seguro que su sombra también a ti a veces te resulta molesta. Tu padre debió de acabar de él hasta las narices y no es para menos: te inventas un hijo y luego resulta que está por todas partes. Coño.

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  2. El Coyete... Qué recuerdos, César... Década de los 60. Mi padre, emigrante en Alemania. Media maleta va cargada con novelas de El Coyote y de Estafanía (don Marcial Lafuente). Mi madre se cabrea: lleva comida, como todos. Mi padre: comida hay en todas partes. Y después, cada verano, al volver de vacaciones, iba a un quiosco a cambiar sus releídas novelas por otras, de El Coyote y de Estefanía a ser posible. Gracias a él, yo también las devoraba todas...
    Perdona. Esto es largo para un post, pero la espita...

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  3. Anónimo10:14 a. m.

    yo creo que lo importante es tener éxito y si además es tan clamoroso que hace pequeño lo siguiente que hagas, pues tampoco es para deprimirse. Quizá Rowling podía haber triunfado con una serie de novelas sobre metafísica que la encumbraran a lo más alto de la filosófia y el pensamiento, pero ¿lo echa de menos? El Coyote, qué te voy a decir a ti, es una obra universal, ¿no basta con eso?
    A mi me gustaría ser Heller (en el contexto del debate). Con cariño.

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  4. Anónimo10:35 a. m.

    Hay cosas en la vida que realmente son muy pesadas de acarrear sobre los lomos, pero creo que a más de uno le encantaría llevar "hijos" como el que en su día parió Cervantes, John Kennedy Toole (que no pudo disfrutar, el pobre) y por supuesto El Coyote. Los hijos prodigiosos pueden permitirnos disfrutar de miserias maravillosas.

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  5. Anónimo9:47 p. m.

    A mí me ha dejado frases que suelto con convicción:
    -Cuando diga usted eso, sonría, para que yo sepa que es una broma para no tomarlo por un mal nacido.
    -Todas las cosas que me gustan o son pecado o engordan.
    .....
    ¡Gloria a don José Mallorquí, a "Los Bustamante", a "Dos hombres buenos", al malvado "Jíbaro", y a toda la colección de personajes inolvidables que nos regaló. Su éxito consistió en hacerlos vivir en el interior de sus lectores.
    Un abrazo

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  6. Hola, actualmente estoy realizando un análisis pormenorizado de cada una de las novelas de El Coyote en mi blog, para los que esteis interesados en seguirlo. Un saludo
    El link es el siguiente:

    http://novelascoyote.blogspot.com

    Un saludo

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  7. Anónimo8:34 p. m.

    Coincido con Gatopardo, a mi tambien me ha marcado con sus frases.

    Mi favorita "Si un problema tiene solución ¿de qué te preopas? y si no la tiebe ¿de que te preocupas?"

    He vivido con El Coyote casi toda mi vida, estoy enamorada de Don César y del Coyote que en caso de que Dios me hubiera bendecido con un hijo ¿qué nombre creen que le bubiera puesto? OBVIO César

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  8. Anónima de las 8:34: Cuando a mi padre le preguntaban que a quién prefería, si a don César o al Coyote, solía responder: "Seis días en la semana prefiero a don Cesar; los domingos me quedo con El Coyote".

    Evidentemente, mis padres tuvieron conmigo la misma idea que tú a la hora de elegir un nombre para su hijo.

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