El pasado sábado participé en la I Jornada de Literatura y Cine de Ciencia Ficción que se celebró en Valdeavellano de Tera, un pequeño pueblo de Soria. El acto, coordinado por Julián Díez e impulsado por Jesús Gómez Tierno, alcalde de Valdeavellano, resultó francamente agradable. Julián dio una interesante charla acerca de la ciencia ficción española y, a continuación, hubo un debate sobre la actual vigencia del género en el que participaron Julián, Juan Miguel Aguilera, Eduardo Vaquerizo y éste vuestro seguro servidor. Luego se proyectó el Solaris de Soderbergh y enhebramos un nuevo debate que fue el preámbulo de una excelente cena a la que asistió el alcalde, nosotros y un grupo de amigos entre los que se contaba algún que otro merodeador de este blog.
Todo salió de maravilla, pero no pude evitar sentirme sorprendido en todo momento. Porque, vamos a ver, ¿qué esperaríais vosotros de un remoto pueblo soriano de 250 habitantes? Lo mismo que yo: rusticidad en estado puro. Bueno, pues nada más lejos de la realidad. El acto se celebró en Espacio Valdeavellano (http://www.espaciovaldeavellano.org/), una casa de la cultura que para sí quisieran muchos barrios de Madrid. Instalado en un antiguo cuartel de la Guardia Civil reconvertido con verdadero gusto, Espacio Valdeavellano cuenta con un amplio, moderno y bonito salón de actos, así como con varias aulas, biblioteca y servicios de Internet y videoconferencia. Por lo demás, el pueblo es una preciosidad y está situado en el corazón de un valle maravilloso que sólo es un anticipo de las bellezas naturales que se encuentran un poco más allá, en dirección a la famosa Laguna Negra. Pero lo mejor es su gente; todo el mundo fue increíblemente amable con nosotros, desde Jesús Gómez, un alcalde emprendedor y modélico, hasta el tabernero que tuvo la amabilidad de invitarnos a unas copas el sábado por la noche. Una gente fantástica, en serio.
Ah, y tienen un chorizo de quitar el hipo.
Así que no dejéis de visitar Valdeavellano de Tera (http://www.valdeavellanodetera.org/); con jornadas o sin jornadas literarias, es un lugar que vale la pena conocer.
por algo es el lugar de ascendencia de Enrique Tierno Galván, un vallejo -como se les llama a los naturales de este pueblo- de pro.
ResponderEliminar¡Buá, y yo quería haber ido! Que no me olvido que te debo unas tapitas, ahora no recuerdo por qué, pero te las debo ;)
ResponderEliminarMe ha gustado ese resumen "intelestual" en el que destaca la calidad del chorizo... ;)
ResponderEliminarOtro día nos cuentas los entresijos... ¡del chorizo, por supuesto!
Solaris es una peli de Andrei Tarkosky (creo que se escribe asi)
ResponderEliminar¡Ay de vosotros si me llegais a mangar los chorizos, chorizos! vamos, cosa tal no la ha visto mi estómago desde que murio mi abuela, aficionada al DIY (Do It Yourself) de la tripa y la sangre.
ResponderEliminar¿En fin que... cuando tenemos que, obligadamente, haciendo un esfuerzo, por obligación social del friki, volver a semejante paraiso?
A nosotros nos enamoró el pueblo, fijo que volvemos antes de la próxima convocatoria "friki" ;)
ResponderEliminarY a falta de haber probado esos chorizos míticos, coincido en que el Espacio Valdeavellano era una auténtica gozada.
Envidia me dais, a ver si se repite un encuentro semejante y me apunto :)
ResponderEliminarPor cierto "usuario anónimo", es cierto que hay una versión de Solaris dirigida por Tarkovsky del 72, pero como bien indica César la que proyectaron en Valdeavellano es la versión (a mi juicio igualmente plomiza) de 2002 dirigida por Soderberg