Cuando murió Franco, yo tenía 22 años, era un joven caballerete, así que recuerdo muy bien aquel periodo, y la transición, y los primeros años de la democracia. Por ejemplo, recuerdo que en aquel entonces había en España una ultraderecha muy activa y visible, algo que no debería extrañarnos si tenemos en cuenta los cuarenta años de dictadura fascista que nos precedían. Luego vino Tejero y su intento de golpe de estado (que a mí me pilló haciendo la mili, por cierto), y todos pensamos que ése era el último coletazo de una ultraderecha herida y agónica. A partir de entonces, los “fachas” fueron difuminándose hasta convertirse en un confuso piélago de grupillos y partidos totalmente residuales. Era como si en España no existiera la extrema derecha. Lo cual siempre me desconcertó, porque resultaba ilógico.
Hasta el tejerazo, había en nuestro país cuatro grandes partidos que cubrían de forma natural todo el espectro ideológico. Una derecha “dura”, AP, un centro-derecha, UCD, un centro-izquierda, PSOE, y una izquierda “dura”, el PC. Pero el hundimiento de UCD creó una situación anómala dejando en el ruedo político a un único partido de derecha, el PP. Es decir, que los populares recibían votos de todo el espectro conservador, desde la ultraderecha de Tejero y Blas Piñar, hasta la derecha moderada de Adolfo Suárez y Calvo Sotelo. Con frecuencia se le ha atribuido a Fraga el mérito de “domesticar” a la extrema derecha y, al absorberla en su partido, conducirla al mundo democrático. Y sin duda, ese mérito fue real durante el periodo de la transición, pero a la larga ha acabado creando un monstruo.
Tras el triunfo electoral del PSOE, la figura carismática de Felipe González mantuvo a la derecha durante muchos años alejada del poder. Era evidente que Fraga, el ex ministro franquista, tenía un techo electoral insuperable, así que se quitó de en medio y, tras el breve circo de Hernández Mancha, llevó a la cúspide del partido a un individuo de la joven-vieja guardia, el filofalangista José María Aznar. Entonces no nos dimos cuenta, pero con la llegada de ese personaje la extrema derecha, discretamente disfrazada, volvía a primer plano.
Los gobiernos de Felipe González tuvieron aciertos, se desenvolvieron bien en la postransición y contribuyeron notablemente a la modernización del país. Pero también cometieron numerosos errores, entre los que se cuenta el GAL y la corrupción. Finalmente, el PSOE perdió el poder y el PP de Aznar llegó al gobierno, aunque al no contar con la mayoría suficiente se viera obligado a hablar catalán en la intimidad. Durante esa primera legislatura, la ultraderecha enseñó los dientes, pero no llegó a morder. Luego vino la segunda, la de la mayoría absoluta, y ya no hizo falta seguir llevando disfraz. Y pasó lo que pasó, la soberbia caudillesca de Aznar, la infame entrada en una guerra miserable, los hilillos de plastilina del Prestige y de Rajoy, los muertos cambiados del Yak-43, los engaños, la manipulación y el ocultamiento. Todo lo cual culminó con el atentado del 11-M y las infames mentiras a que se entregó el PP en pleno para intentar salvar unas elecciones que ya tenía perdidas.
Y desde entonces llevamos dos largos años aguantando a una ultraderecha –que es quien hoy en día tiene el poder en el PP- rabiosa que sólo sabe mentir, amenazar e insultar. Por fin, ayer, 6 del 6 del 6, el PP se lanzó por el precipicio de la infamia definitiva al negar su apoyo el gobierno en el intento de conseguir la paz en el País Vasco. ¿Qué puedo decir ante esto? ¿Debo mencionar la hipocresía que supone negarle a los demás el derecho a intentar lo que ellos mismos intentaron en la anterior tregua? ¿Hace falta calificar de canallada los sucesivos conatos de poner palos en las ruedas de ese proceso? ¿Es necesario señalar que, al basar el PP su estrategia electoral en el fracaso del proceso de paz, sus dirigentes están obligados a cifrar todas sus esperanzas en que ese proceso fracase? ¿Cabe imaginar mayor infamia?
Lo que no logro entender es que mucha gente buena, gente honesta y demócrata, siga dando su voto de derecha moderada a un partido de extrema derecha. No comprendo que personas que conozco, personas conservadoras, pero de convicciones demócratas, votantes naturales de la extinta UCD, personas que en el fondo no están de acuerdo con muchas de las cosas que hace el PP, sigan dándole su voto, apoyando así a políticos que están en política para enriquecerse, como Zaplana, a hipócritas mentirosos como Acebes, Trillo y Rajoy, a políticos sin escrúpulos que sólo saben moverse en el caldo de cultivo del engaño y la gresca. ¿Por qué esa buena gente sigue alimentando al monstruo?
Yo soy un votante de izquierda moderada. Mi voto contribuyó a que Felipe González llegara al poder. Pero, llegado un momento, me sentí éticamente incapaz de seguir votando al PSOE. No le di mi voto a la derecha, por supuesto (me daría un cólico), lo que hice fue tirarlo un par de veces votando a absurdos partidos verdes y, finalmente, optar por la abstención. Más tarde, cuando le vi las garras al patológico Aznar, y ya con la vieja guardia del PSOE fuera de circulación, volví a votar a los socialistas. Incluso hice más que votar. Pero si algún día percibiera que Zapatero deriva hacia la mentira, la manipulación y la infamia, dejaría de votarle, porque no querría ser cómplice suyo, como no quise serlo de González.
Sin embargo, los votantes de derecha moderada continúan dando su voto al PP, haga lo que haga, diga lo que diga, mienta lo que mienta, con esa obstinación ciega del hincha futbolístico que apoya a su equipo aunque no juegue ni a tabas. ¿Por qué? No lo entiendo.
Pero da igual, esto sólo es el principio; porque estoy seguro de que el futuro cercano nos proporcionará más escenas de nuestra particular historia de la infamia.
Amén, fray César. Amén. Miedo me da la que puede estar esperándonos en el camino.
ResponderEliminarTengo 22 años y nunca he votado, obviamente he tenido oportunidad, pero en el 2004 la concesión de mi beca Erasmus me pilló con las elecciones de por medio y no llegué a realizar los trámites necesarios para votar desde el extranjero.No me importó, aunque tenía claro mi voto virtual no pensé que fuera a servir para nada, pensaba que una vez más iba a ganar el PP, y que una vez más tendría que manifestarme contra guerras absurdas y contra LOUs.Alguien que conozco, de mi edad, votó al PP aquella vez, cosa que nos ha supuesto varias discusiones, no lo puedo entender, cómo pudo votarles, justo entonces, después de todo lo que pasó...Hay gente para todo.Para él fue un desastre la victoria socialista, para mí un respiro...
ResponderEliminarLo malo es que saber que el PP tiene todos esos votos seguros, haga lo que haga, obliga a muchos (por lo menos a mí) a votar como 'contrapeso' permanentemente, que es lo mismo que decir socialista, y aunque en estos momentos estoy más o menos de acuerdo en lo que hacen y en cómo lo hacen, sé que cuando no esté tan de acuerdo acabaré votándolos para poner mi granito de arena para evitar otros ocho años como esos. No me gustará, no me sentiré orgulloso, pero lo haré.
ResponderEliminar¿Por qué?, preguntas. Por qué siguen recibiendo fieles votos.
ResponderEliminarMi opinión:
La crispación es un arma política de fácil e inmediato rédito: tensar ese espacio político de centro, moderado, vertiendo todo tipo de inquinas para que el ciudadano tome partido por un partido (valga la redundancia). Si te fijas, los mensajes políticos ya no se centran en el programa, en lo social, sino en erosionar al otro, al "enemigo". No valen las medias tintas. Resultado: acabas llevándote unos cuantos votos más, que igual comportan la mayoría absoluta, igual no, a cambio de crear una fractura insalvable entre izquierda y derecha.
Y después nos llamar quebrantaestados a los catalanes. País este...
El problema es que precisamente falta otro partido/s (uno como mínimo).
ResponderEliminarSi hubiese un partido de derecha moderada, o de "derechas-derechosas", o de izquierdicentro...
Pero ¿quién tiene hoy los medios para montarlo con una entidad suficiente como para enfrentarse a los "grandes"?... y aún más ¿quién tiene las ganas?...
La democracia no es más que una farsa para que el ciudadano de a pie piense que:
1.- Todos somos iguales (¡mentira!).
2.- Tú decides quién manda (cuando en realidad siempre han mandado los mismos: Ojo a los apellidos de políticos + banqueros + empresarios).
Total, que vivimos una mentira y de vez en cuando nos tiramos de los pelos al ver injusticias, que siempre estarán ahí...
(De todas formas me aferro a la esperanza de "V de Vendetta": La gente tiene miedo del Gobierno... es el Gobierno quién debe temer a la gente). ¿O no?
Cuando tengas mi edad, te parecerá sencillo de explicar porqué "mucha gente buena, gente honesta y demócrata", da su voto al PP, teniendo en cuenta que una persona que cualquiera describiría como inteligente, culta, lúcida y rigurosa dice:"Pero también cometieron numerosos errores, entre los que se cuenta el GAL", y llamas errores a esto, por poner un ejemplo:
ResponderEliminar"La principal prueba de cargo que esgrime la Audiencia para llegar a la condena son las propias declaraciones que prestó Brescia a varios medios de comunicación españoles, en las que relató con detalle cómo llevó a cabo la acción terrorista.
Según la sentencia, en 1986 Miguel Brescia y su amigo francés Yanick Coudré fueron emplazados por un tal "Oscar" para ir a San Sebastián, donde posteriormente éste les propuso matar a un refugiado francés conocido como el "poeta" que vivía en un caserío de la localidad francesa de Bidarray, por lo que les pagaría 7 millones de pesetas.
El 17 de febrero de 1986, tras haber alquilado en San Sebastián un coche bajo una identidad falsa, Brescia y otras dos personas viajaron a Bidarray para ejecutar la acción, y una vez allí, "Oscar" les facilitó las armas de fuego. Miguel Brescia y una persona con barba no identificada aparcaron su coche cerca del caserío mencionado y aguardaron la llegada de su víctima.
Sobre las 21 horas llegó al lugar un Citroen 2CV6 y, al creer Brescia y su compañero que era su objetivo, efectuaron 21 disparos contra los ocupantes del vehículo, en el que viajaban Christobal Machicotte, un agricultor de 60 años de edad, viudo y con un hijo, y Catherine Brion, de 16 años de edad, estudiante y soltera. El primero recibió 16 impactos de bala y la joven 5, lo que les causó la muerte."
Mientras obsequiemos con una lealtad ciega a los "nuestros", los nuestros -sean de derechas o de izquierdas- podrán ser todo lo canallas que quieran, que seguiremos eligiéndolos para gobernarnos.
Por el "error" del GAL y de la corrupción, el PSOE hubiera debido ser castigado a 100 años sin tocar poder si no estuviéramos provistos por dos varas de medir la honestidad, una para los "nuestros" y otra para los adversarios.
Y siendo como soy de izquierdas, me duele más lo que han hecho "los míos" que los crímenes de los adversarios, fíjate qué idiotez.
Eso sucedió ayer. No olvidemos que ayer fue mi día (fade out con risa cavernosa).
ResponderEliminarUna persona culta e inteligente... no anatemizaría a todo un colectivo así a las bravas. Ni siquiera al PP :) Porque, fíjate tú, yo no los votaré en la vida (básicamente, porque no creo que incentivando la iniciativa privada la sociedad avance, sino que hay que proteger a las clases menos privilegiadas; pero de esto se debate bien poco), pero espero, deseo, hasta rezaría porque Piqué, Ruiz-Gallardón y el ala menos radical se hiciesen con las riendas del partido. ¿Por qué? Porque es necesaria una derecha para que la democracia má o meno funcione :D
ResponderEliminarLa democracia, sin duda tiene cosas buenas, pero no nos fiemos de su imagen de sistema justo ni nos dejemos engañar por sus héroes, ni nos creamos todo lo que, en general, se espera de ella. Álex, parte del correcto funcionamiento de la democracia consiste en que un montón de gente está trabajando y pensando, y pagada con dinero público, para que fracasen los planes en los que otra gente está trabajando, independientemente de que esos planes te beneficien a ti o no. Véase la muestra tan sabiamente escogida por nuestro anfitrión. Luego está, dentro de la formación moral de cada parte, saber escoger qué planes se pueden boicotear y cuales hay que apoyar aunque el que los propicie esté al otro lado de la trinchera.
ResponderEliminarPor cierto, no te fies de Gallardón
ResponderEliminarAquí otro que suele votar al PSOE, aunque a regañadientes y al no encontrar otra alternativa. Del asunto GAL poco sé, pero no olvido, ni olvidaré jamás, que el PSOE también es el partido de la LOGSE.
ResponderEliminarQuerido César. Sin estar en desacuerdo con lo que dices, un breve apunte. Esa situación de personas de derecha moderada, que discrepan de lo que está haciendo el PP (y a veces discrepan profundamente) se ha vivido también en el "otro lado". Conozco (creo que todos lo hacemos) numerosas personas que siguieron votando al PSOE en la época de González por más que vieran todo lo malo que había, empeñados en una especie de "fidelidad sentimental" al partido porque, al fin y al cabo, eran "los suyos" y había que votarles, no importaba lo bien o lo mal que lo hicieran.
ResponderEliminarFue curiosamente en una novela Tom Clancy (sí, lo que son las cosas) donde leí una reflexión bastante interesante sobre el asunto este. Allí se decía que el 80% del electorado ya tenía decidido su voto (hablamos de un sistema con el yanqui, ferozmente bipartidista, claro, pero la situación es extrapolable). No importaba lo que hiciera el candidado, lo bien o lo mal que lo hiciera o lo bien o lo mal que lo hiciera el que estuviera en ese momento en el poder: ellos eran demócratas o republicandos y votarían siempre demócrata o republicano, pasase lo que pasase. Era el 20% restante, personas que con una ideología u otra, no se casaban con unas siglas y votaban según sus inclinaciones del momento, los que verdaderamente decidían el resultado de las elecciones.
No sé si realmente es cierto, pero sospecho que un poco por ahí pueden ir los tiros: "Estos son los míos y aunque e estén puteando y sean unos cabrones, los voto, porque al fin y al cabo, son mis cabrones". Y eso lo he visto en todos los colores del espectro ideológico. Una y otra vez.
Creo que hay un partido que se llama algo así como "Ciudadanos cabreados" (no es coña).
ResponderEliminarSi tuviesen recursos para darse a conocer tendrían unos cuantos votos...
(Un breve paréntesis para llorar por las payasadas de nuestros políticos que hemos visto/ estamos viendo por Cataluña, a cuenta del Estatut: Ahí también se ve "el efecto Clancy") :___(
Gatopardo: calificar al asunto GAL de error no quiere decir que sólo fuera un error. También fueron crimenes de estado, que es mucho más grave, por supuesto, e inmensamente indigno. Lamento no haberme expresado con la debida contundencia. Supongo que, en esa misma medida, al referirme a la guerra de Irak debería haber hablado de crímenes contra la humanidad, que es más grave aún. No obstante, fíjate en que el asunto GAL llevó a varias personas a la cárcel (no a todas las que lo merecían, ya lo sé), mientras que lo de Irak... bueno, no parece que a Aznar le vayan a sentar en ningún banquillo. Además, si hablamos del GAL, ¿por qué no hacerlo también del Batallón Vasco Español o del tiroteo de Montejurra? Y si se trata de remontarse al pasado, ¿por qué no examinamos el comportamiento de la derecha española entre 1936 y 1975?
ResponderEliminarPero no, no es ésa la cuestión.
Fíjate, yo no dejé de votar al PSOE por el GAL, porque dejé de votarle mucho antes de que el GAL existiese. Dejé de votar al PSOE por la verbena de mentiras que montó González para entrar en la OTAN. Pero tienes razón, duelen más las infamías de quienes supuestamente piensan como tú que las infamias del rival.
Amigo Rudy: tienes toda la razón, esa aberración de votar a los tuyos, aunque sean unos hijos de puta, porque son tus hijos de puta, se da en todo el espectro político. Pero más en la derecha, y esto no es una opinión, sino pura estadística. En la izquierda hay un porcentaje mucho mayor de lo que los sociólogos llaman "votantes éticos", personas que sólo votan a partidos de izquierda si creen que lo merecen; en caso contrario, se abstienen. Fíjate en los resultados de las últimas elecciones generales. ¿El PP fue derrotado porque perdió el apoyo de una parte sustancial de sus votantes? De ninguna manera. En las elecciones de 2000, el PP recolectó 10.300.000 votos, y en las de 2004, 9.600.000. El PSOE, por su parte, obtuvo en 2000 7.900.000 votos, y 10.900.000 en 2004. Es decir, que el PP, después de todo lo que había pasado, perdió las elecciones porque el voto de la izquierda se movilizó, no porque los suyos le abandonaran en masa.
En cualquier caso, amigos míos, es curioso como siempre, cuando alguien expresa una opinión contraria a la actuación de una fuerza política, la que sea, aparece el "efecto ventilador". Es decir, alguien pone un ventilador delante de la mierda, y hala, mierda para todos. Vale, lo acepto, todos tenemos cadáveres en el armario. Pero, ¿por qué no nos centramos en el cadáver que ahora tenemos delante de las narices? El terrorismo de ETA es uno de los principales problemas de este país, un problema que afecta a todos los ciudadanos, sea cual sea su ideología. El hecho de que un partido político se empeñe en sabotear, por razones electorales, una posible solución a ese problema, es una infamia. ¿No podríamos apagar un momento el ventilador y centrarnos en la mierda más reciente, una mierda que, a diferencia de las otras, aún podríamos intentar limpiar?
Pues yo siempre he estado muy de acuerdo con algunas de las cosas que dice César en esta entrada, particularmente en la existencia de ese núcleo de ultraderecha, dentro del PP. Dentro de esa ultraderecha estarían para mí gente como el propio Aznar, Acebes, Zaplana, Trillo, Esperanza Aguirre o Martínez Pujalte. Antes no solía colocar a Rajoy en ese grupo pero después de sus últimas actuaciones, también lo incluyo.
ResponderEliminarYo me acuerdo que cuando estudiaba en mi cole y en el instituto en la asignatura de Sociales el tema sobre el fascismo, antes de la malhadada LOGSE (sí, yo tampoco se la perdonaré a los socialistas), algunas de las características que se citaban del mismo eran: el culto al líder, la política nacionalista y centralista en el interior y agresiva y militarista en el exterior, el dominio de los medios de comunicación y del aparato de propaganda, el desprecio por el sistema parlamentario y la supresión de los demás partidos políticos.
No voy a decir que todos los integrantes del PP sean fascistas ni mucho menos sus votantes pero sí que algunas características que muestran algunos de sus representantes los acercan a veces peligrosamente a esa definición del fascismo que he descrito en el párrafo anterior. Propias de la ultraderecha más fascista son algunos de los modos parlamentarios que ha venido utilizando el PP en los últimos tiempos: las algaradas, los gritos para impedir hablar a los oradores, la burla y el insulto hacia el resto de los parlamentarios e incluso hacia el presidente de la cámara.
No se puede ir a una conferencia internacional sobre terrorismo y decir, como dijo el señor Aznar sin que se le mueva un pelo del bigote, que del terrorismo no importan las causas, sólo como se le combate. Por pensar cosas así es por las que suceden y continuarán sucediendo cosas como las del 11-M.
Ya sé que muchos me dirán de todo por esto pero yo siempre he creído en lo de los grados de responsabilidad y siempre he creído que en un crimen puede haber muchos culpables: el mayor de ellos, evidentemente, es el que aprieta el gatillo pero también lo es el que anima y aplaude, o el que mira y no hace nada, o el que mira para otro lado, o el que no se quiere enterar intencionadamente. O el que con una política exterior agresiva contribuye a potenciar actitudes radicales y extremistas en los países afectados por esas políticas. No sólo tiene las manos manchadas de sangre quien aprieta un gatillo ¿Se me entiende? También quien colabora en ataques sobre civiles en un país invadido con justificaciones falsas.
Pero de todas las infamias, la mayor que puede cometer el presidente de un país es la de permitir que un ciudadano del país que él gobierna, que un ciudadano a quien él tiene el DEBER de proteger y cuidar que para eso le pagamos y elegimos (porque aunque algunos no le hayamos votado sí que lo hemos elegido al aceptar el sistema en el que estamos), sea asesinado impunemente sin pedir responsabilidades ni perseguir al culpable, sólo por motivos de conveniencia partidista. Me estoy refiriendo, sí, a José Couso.
Cada vez que pienso en él me vienen a la mente la última escena de esa gran película que es "Vencedores o vencidos", la de los juicios de Nuremberg, cuando el personaje interpretado por Burt Lancaster, un juez durante los tiempos del nazismo, trata de disculparse ante el juez americano Spencer Tracy por los horrores a los que se llegó durante el nazismo y le dice aquello de "Lo siento, jamás pensé que llegaríamos a eso" y Spencer Tracy le responde: "Se llegó a eso la primera vez que usted condenó a un hombre sabiendo que era inocente". Pues eso.
Es por eso que, para mí, gente como Aznar, Rajoy y los anteriormente mencionados tienen las manos manchadas (y deberían tener sus conciencias también, aunque ya se ve que no), es por eso que me avergüenza profundamente que uno de ellos, el señor Aznar, haya sido MI presidente (porque aunque no me gustase era mío también) y que otros sigan en política tan campantes haciendo las declaraciones que hacen, tanto sobre el 11-M como sobre la política antiterrorista de Zapatero, y cualquier intento de equiparar las políticas de éste a las que ellos hicieron me parece una broma macabra, un chiste de muy mal gusto.
Sé que a mucha gente a lo mejor le parecerá una barbaridad lo que estoy diciendo pero es mi opinión, que he procurado expresar de forma respetuosa y tranquila. No comprendo que haya gente que pueda votar a estos sujetos pero lo acepto y los respeto pues, después de todo, en eso consiste la democracia, en "respetar el derecho a que otro pueda expresar esa idea que odias", según una definición que leí por ahí, siempre que esa idea se exprese por medios pacíficos y adecuados y no sea constitutiva de delito o incite a él. Por eso pido el mismo respeto para mí si alguien no esta de acuerdo con lo que acabo de decir aquí.
Y perdón por lo extenso del comentario, pero es que con estos temas…
es que no me nagarás que la historia no ha dejado claro que efectivamente, los votantes de la izquierda son más sensibles a ciertos asuntos, que curiosamente, hace que los veamos como que tienen una moral superior. Esto es en general, por supuesto, pero también por supuesto, esta afirmación es cierta. Es que si no fuera así, no habría ninguna diferencia entre la izquierda y la derecha; las diferencias, que nadie puede discutir que existen, han de ser esenciales, no simplemente formales, porque en caso contrario a nadie le importaria tanto una cosa u otra. Y dentro de las diferencias esenciales, la más interesante que podemos encontrar en política, entendida como la búsqueda de un modelo de relación dentro de un colectivo, está la moral.
ResponderEliminarEs cierto, no comprendo como alguien puede votarles y aún así pido respeto para mi opinión: respeto, no que nadie la comprenda, ni la comparta, ni esté de acuerdo con ella. Por respeto simplemente me refería a que no se me insulte ni se me agreda verbalmente por mucho que esa opinión pueda resultar "repulsiva" como te lo parece a tí (y todos sabemos que ha habido gente cuyos comentarios ha habido que eliminar algunas veces de éste blog. A ese tipo de gente y expresiones me refiero).
ResponderEliminarY si yo he calificado de "sujetos" a personas como Aznar y Rajoy es por algunas de las razones que he mencionado antes (y, francamente, para mí, ateniendome a esas razones es uno de los calificativos más suaves que se les puede aplicar) pero ese es mi punto de vista, por lo mismo que otras personas pueden tener sus razones para calificar de la misma manera a Felipe González, Zapatero o Rubalcaba. Y me parece bien. Yo lo único que he hecho ha sido limitarme a expresar mi incomprensión ante determinadas actitudes (lo mismo que otra gente no comprenderá la mía) y mi "repulsivo" o "beatorro" punto de vista. Y aún así sigo pensando que merece respeto, sí, lo mismo que el tuyo.
Estoy de acuerdo contigo, juanmi. Y para mí, Felipe González también tiene las manos manchadas pero la diferencia es que éste ya este ya está retirado mientras que Rajoy Aceves y Zaplana siguen ahí, presentándose a las elecciones, reventando las sesiones parlamentarias y boicoteando (desde mi punto de vista) de forma harto irresponsable la gestión del actual gobierno de la situación creada tras la tregua de ETA (yo creo que el tiempo y la Historia les pasará factura por esto, como a todos). Por eso es normal que carguemos más las tintas sobre ellos que sobre González o Guerra. Y porque, aunque esté retirado, muchos creemos que quien sigue estando detrás de toda esta política del PP es Aznar y de aquellos recientes lodos (los inaugurados por su forma de hacer política) vienen estos barros.
ResponderEliminarPor cierto, yo también dejé de votar al PSOE creo que incluso antes de su última y desastrosa legislatura (sobre todo debido a lo que han hecho con la educación en España ¿quién se acuerda hoy de impresentables como Maravall o de Solanas como Ministro de Educación? Yo aún sí) y les volví a votar después de la última legislatura de Aznar y con la candidatura de Zapatero así que, aunque me considero de izquierdas, ni mucho menos me considero un militante o un incondicional del PSOE. Creo que eso dice algo acerca de mi actitud en la política pues yo también creo en eso del “voto de castigo” y el “voto responsable”. No sé si mi moral será superior, no lo considero así, pero si me considero un “votante ético” según la definición que ha dado antes César.
Y me alegro de que lo de repulsivo o beatorro no fuera por mí, gracias por la aclaración, pero si lo opinaras o lo opina cualquier otro, tampoco pasa nada, siempre que las ideas se expresen como tienen que expresarse.
Yo sí que voto, siempre, aunque sea en blanco. Lo único que he dicho es que no voté a los socialistas después de su última legislatura pero votar sí que lo hago aunque la abstención me parezca otra opción igualmente válida.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con lo que dice fray César.
ResponderEliminarLa verdad es que lo que está pasando ultimamente en el PP (al menos a mí) me da miedo. En estos momentos, los que están llevando el partido son unos auténticos fanáticos.
No es ya que criminalicen a Batasuna (hay gente que puede estar o no de acuerdo, pero creo que se puede comprender esa criminalización),
es que esa criminalización se extendió al PNV, a los partidos nacionalistas, siguió con el estatuto catalán (asociándolo a ETA), al PSOE (ya vimos lo que le pasó a Bono en la manifestación de la AVT; ya escuchamos a Acebes diciendo que: "la estrategia de Zapatero es la de ETA")
¡Qué fuerte, Dios mío!
Y ahora mismo acabo de leer una noticia
(http://www.elmundo.es/elmundo/2006/06/08/madrid/1149769089.html)
en la que la criminalización ya se está dirigiendo a miembros del PP (a Ruiz Gallardón).
Lo que está pasando con el PP es algo tremendamente grave. Que el principal partido de la oposición esté en manos de la extrema derecha, pienso que es algo que debería preocuparnos a todos.
lo más grave es que Acebes dijo que el proyecto de Zapatero era el mismo proyecto que el de ETA. Perdón, eso no es lo más grave: lo más grave es que Rajoy dijo que su partido haría lo posible para que no prosperara el plan de paz. Perdón, lo más grave es que el PP ha roto (¡ROTO!) con el gobierno de la nación. Perdón, lo más grave es qeu mañana hay una manipulación descarada para poner a la opinión pública en contra de los planes de paz (con las victimas no se negocia,...). Perdón, lo más grave es.....
ResponderEliminarUna acotación muy breve respecto al ventilador de mierda del que hablaba césar.
ResponderEliminarEs una forma muy fácil de valorar un asunto complejo, y la politica es desde luego todo menos un asunto sencillo, aquello de "todos son iguales". Durante un tiempo me ví tentado a elegir esa forma de pensar apocaliptica, todo es una mierda, los políticos con una mierda, están corruptos. Luego reflexioné sobre todo debido a la actitud que se deriva directamente de esa forma de pensar: no hacer nada y echar las culpas de todo a "otros". Ahora creo que es de cajón, totalmente lógico asumir que no es cierto, no puede ser cierto, no todo el mundo es igual, no todos los partidos los mueven los mismos intereses ni todos optan por los mismos valores, tanto de forma ideal, como de forma práctica. Y algo más, la democracia ni ha sido ni puede ser un sistema en el que los ciudadanos nos preocupamos (o no) de votar una vez cada cuatro años. Entiendo que nuestra responsabilidad pasa por controlar a los partidos a los que votamos, pasa por implicarse, informarse, incluso afiliarse para poder acceder a mayor información y poder influir, todo lo que te dejen, en eliminar a los indeseables. Lo peor que les puede pasar a los profesionales del poder, los medradores por interés, los corruptos y sus amigos, es que mucha gente decente y normal abandonen las tesis cada vez más extendidas de no implicarse, vivir tu vida, tu coche, tu chalé, tu familia y tu trabajo y no solidarizarse, no asociarse, no entererse y como mucho votar cada cuatro años a los de siempre o ni siqueira votar por que "todos son una mierda".