Creé este blog sin ningún motivo, sólo porque era fácil y, supongo, para distraerme hurtándole unos minutos al trabajo. Era por la tarde; me acababa de llegar un mail de Care Santos anunciando el estreno de su blog y entré en él. Luego, cliqueé en el logotipo de Blogger y descubrí lo sencillo que era crear una bitácora, así que me puse a la tarea. Ni siquiera pensaba activarla; sólo lo hacía por relajar un rato las neuronas. Sin embargo, pronto surgió una pregunta: si eso llegara a ser un blog, ¿cómo se llamaría? De modo que redacté una lista de alternativas, aunque lamento no recordar ninguna de ellas, porque no tardé mucho en encontrar el nombre definitivo.
La Fraternidad de Babel.
Babel… ¿Por qué Babel? Es un mito que siempre me ha fascinado: la explicación legendaria de la multiplicación de las lenguas. Pero es mucho más que eso. Babel, su torre, fue el primer experimento de los humanos en la búsqueda del conocimiento. Nada más y nada menos que alcanzar el cielo y codearse con dios. Que al final el intento fracasase no le resta ni un ápice de grandeza, porque la idea era buena, pero Yavhé un tramposo ventajista. En cualquier caso, el proyecto de la Torre es el símbolo perfecto de lo que somos los seres humanos: animales curiosos y descarados que siempre estamos metiendo los hocicos donde nadie nos llama.
Pero Babel es, también, la versión mítica de Babilonia, la Gran Meretriz, la ciudad más dilatada de la Tierra. ¿Qué impresión pudo causarle a un rústico proto-hebreo de aquellos tiempos ver Babilonia por primera vez? Se quedaría de piedra, supongo, cuajado, niquelado, estupefacto. Multitudes fatigando las callejas y las inmensas avenidas, cientos, miles de edificios, jardines, palacios, monumentos y, presidiéndolo todo el Gran Zigurat. Pero también ídolos por doquier, prostitutas, ladrones, falsos profetas, vicio y perversión. Y, sobre todo, la mayor muestra de soberbia jamás vista, esa descomunal torre que parece asediar los cielos compitiendo con la gloria de Elohim. Quizá por eso, por tanto orgullo, el poderoso dios del desierto confundió las lenguas de quienes acudían a la ciudad desde todos los rincones del orbe conocido. Eso es también Babel: un lugar de encuentro, un crisol, un caos.
Y aún hay otra versión de Babel, la Biblioteca de Borges -mi escritor más admirado-, ese aleph de libros donde se encuentra todo lo que se ha escrito y todo lo que se va a escribir; de hecho, todo lo que podría y puede escribirse, el infinito. Una biblioteca en realidad inútil, porque lo incluye todo, en todas las lenguas que han sido, son y serán, lo verdadero y lo falso, lo que tiene significado y lo que no lo tiene. De nuevo el caos, aunque esta vez ordenado alfabéticamente.
Todo eso es Babel para mí, y por esa razón lo incorporé al nombre del blog, quizá porque pretendía, sin saberlo entonces, que este lugar fuese caótico, inútil y un tanto arrogante, pero al mismo tiempo un lugar de encuentro.
¿Por qué Fraternidad? O, mejor dicho, ¿qué clase de fraternidad? Veréis, no me siento identificado con los de mi misma clase social. A decir verdad, no me siento identificado con ninguna clase social, alta, media o baja, porque los intereses de la mayor parte de la gente, sea cual sea su condición, no suelen coincidir con los míos. Digamos que voy por libre, que soy más bien raro. Sin embargo, a lo largo del tiempo he ido encontrándome con gente que compartía conmigo, no sólo mis intereses, sino la forma de entender y apreciar eso que denominamos -sin saber muy bien de qué se trata- la cultura. Una visión lúdica del arte y de la vida, un decidido eclecticismo, amplitud de miras y mucha curiosidad. Es como una especie de club disperso, cada uno de su padre y de su madre, unos aquí y otros allá, pero todos capaces de conciliar un relato de Nabokov con un tebeo de El Hombre Enmascarado, un cuadro de Hopper con una ilustración de Moebius, o un ensayo de Cipolla con una novela gráfica de Alan Moore. Creo que en el fondo somos gente sin un camino marcado, sin método ni metas; funcionamos simplemente por estímulos, buscándolos siempre en cualquier parte. En el fondo, supongo que somos un poco (o un mucho) inmaduros; quizá no nos hemos librado del lastre de la infancia, aunque en realidad estamos convencidos de que la infancia no es un lastre, sino un tesoro digno de conservarse. Por eso adoramos que nos cuenten historias, la literatura de género, los tebeos, el cine, las series de televisión inteligentes… Nos encanta soñar, nos fascina que nos asombren. Desconfiamos del realismo, porque sabemos que la realidad es lo que inventan las personas que carecen de imaginación, así que tendemos a buscar los lados insólitos de la vida. Somos niños todavía sorprendidos por las maravillas del universo.
En fin, creo que, inconscientemente, pensaba en esa clase de gente –en esa clase de fraternidad- cuando decidí activar La Fraternidad de Babel. Y acerté. Pero también me equivoqué. Porque todo lo que he dicho en el párrafo anterior, ¿no es en el fondo una forma como otra cualquiera de elitismo? Puede que seamos especiales, distintos o simplemente raros, puede que estemos dotados de un discreto encanto excéntrico, pero no nos envanezcamos por ello, pues lo cierto es que la inmensa mayoría de las personas tienen algo, aunque sólo sea un diminuto fragmento de su personalidad, que las hace especiales. Y una cosa más, algo que he aprendido con el tiempo: lo más valioso que existe, lo más importante, no es la inteligencia, ni el ingenio, ni la cultura, sino la bondad. No hay nadie más especial que una persona buena.
De modo que esta fraternidad está dedicada a cualquiera que le apetezca pasar por aquí; no es un club selecto, ni un castillo, ni una torre de marfil. Como Babilonia, es un crisol, un punto de reunión donde pueden encontrarse las personas que hablan y no hablan el mismo idioma. Como la Biblioteca, es un caos, un laberinto, una inutilidad. Y, al igual que la Torre, es un fascinante fracaso. ¿Qué más se le puede pedir a algo tan insignificante?
La Fraternidad de Babel. Abierto para todos los públicos.
Suscribo cuanto has dicho, desde la primea a la última palabra. Compartimos, además, muchas cosas. También yo venero a Borges y creo que hoy dia el mejor cine lo hacen esas series de televisión fantásticas que compensan la mediocridad del cine actual (no todo, bien es cierto) Compartimos, asimismo, la amistad de Care, en un taller de literatura de la cual, hace años, conocí a la que hoy es mi esposa. Me ha gustado tanto tu post que he decidido enlazar tu blogs al mío. Un saludo.
ResponderEliminarTambién me ha gustado mucho este post. Además según lo leía me ha recordado muchas viejas y placenteras lecturas:
ResponderEliminarEl relato de la infinita y caótica biblioteca de Borges, también uno de mis relatos favoritos junto a otros (me viene a la memoria “Funes el memorioso”); la primera vez que lo leí tenía 16 o 17 años y me dejó con la boca abierta.
También he recordado otro relato que también me dejó con la boca abierta, pero mucho más recientemente, “La Torre de Babilonia” de Ted Chiang, muy relacionado con la primera parte de tu post (la leyenda de la Torre de Babel, en tono de ciencia ficción), sin duda uno de los mejores relatos que he leído.
Y estoy totalmente de acuerdo con la reivindicación de la infancia como un tesoro digno de conservar, esto me ha traído a la mente “La infancia recuperada” de Fernando Savater, que seguro que muchos conocéis, todo un alegato en defensa de la literatura juvenil y de género.
Espero que sigas deleitándonos con muchas entradas como ésta.
Vale, no llego a tanta sabiduria xD pero a lo que llegó sí, es una gran entrada,
ResponderEliminarnada de politica, más a mi gusto
(y supongo que al gusto de todos los que caminan por aquí)
Y en fín. Eso. Todos los dias me paso para ver si hay algo nuevo ^^
Además, cada vez me llevo peor con mi profesor de literatura: Pero no por ello me dejará de gustar, eso, segurísimo, ni él, ni 100 como él.
¡SALUDOS!
Jo, qué bienvenida más cálida la que nos haces desde tu blog.
ResponderEliminarTodo un placer leerte ;)
¿Nos veremos en Soria? :D
Desconfiamos del realismo, porque sabemos que la realidad es lo que inventan las personas que carecen de imaginación. Una de las frases más acertadas que he leído en mucho tiempo. Sí señor.
ResponderEliminarMagnífica la declaración de independencia de esta pequeña babilonia habitada por gente tan heterogénea.
ResponderEliminarUn post francamente bonito. Borges, por cierto, es para mí el clásico ejemplo de escritor fabuloso al que uno se resiste a acercarse por culpa de los que te hacen creer que hay que leerlo hincado de hinojos. Finalmente le das una oportunidad de convencerte, no sin prejuicios, y te atrapa para toda la vida. Y es que, entre otras cosas, este hombre a quien HAY QUE LEER, según los jueces plastas del buen gusto literario, siempre defendió una concepción hedonista de la lectura y dudo que le hiciese gracia que la gente leyera sus libros (o sus contraportadas) por narices. Me seducen particularmente esos fragmentos a medio camino entre el ensayo y el cuento, de los que está repleto el genial "Otras inquisiciones". Una pieza como "El idioma analítico de John Wilkins" desborda, en sus escasas páginas, a todos los comentarios que ha generado, y tengo en cuenta algunos tan notables como "Las palabras y las cosas" de Foucault. Vaya, que se pasa bien con Borges, demonios.
ResponderEliminarAh, una recomendación, por si a alguien se le pone a tiro: hay un cuentecillo de Ramsey Campbell, "The Word", que presenta una curiosísima (y muy graciosa) parodia de los temas borgesianos y del fandom cienciaficcionero, desde el punto de vista paranoico que suele bordar su autor.
RBA y el Instituto Cervantes están sacando una colección de esas de "Obras Completas" en quiosco. El primer tomo de Borges tiene:
ResponderEliminarFERVOR DE BUENOS AIRES
LUNA DE ENFRENTE
CUADERNO SAN MARTÍN
EVARISTO CARRIEGO
DISCUSIÓN
HISTORIA UNIVERSAL DE LA INFAMIA
HISTORIA DE LA ETERNIDAD
FICCIONES
EL ALEPH
OTRAS INQUISICIONES
EL HACEDOR
EL OTRO, EL MISMO
PARA LAS SEIS CUERDAS
ELOGIO DE LA SOMBRA
EL INFORME DE BRODIE
EL ORO DE LOS TIGRES
Y todo esto por apenas 12 euros.
¡Que bueno que volvisteis a las andadas!.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en lo de la bondad,es tan difícil encontrar en estos tiempos personas bondadosas,desde luego entre la clase política actual,nada, y si existe alguno que me lo digan.
De paso os recomiendo un libro,el último de Manu Leguinecche-persona bondadosa-,"El club de los faltos de cariño" de Seix-Barral.
Salud.
¡Mu bien! Sucribo el programa electoral o manifiesto fundacional, de pe a pa (bueno, salvo la autocrítica final: eso de la crítica siempre se la dejo a los contrarios, que le ponen mucha más pasión). Asi que, cuenta con mi voto, Fray.
ResponderEliminarEl frater Llamero.
si, el nombre del blog siempre tiene significado propio, lo primero que me vino a la cabeza al leerlo recuerdo que fue la biblioteca de babel de Borges.
ResponderEliminarNo hay nadie más especial que una persona buena, y qué pena tan grande el observar impotente cómo se alejan...
ResponderEliminarY que esperanzador encontrar de la nada nuevos personajes de tu historia que al menos lo parecen.
Para pasmo, el que se llevaría el primer romano que vio el Egipto de los faraones, con sus gentes y sus gatos (los romanos en casa tenían jinetas): como toparse con un marciano. Bravo por este blog, y que sigas escribiendo entradas si puede ser con mayor frecuencia.
ResponderEliminarHay algo que me llama la atención en este tema, y son los dos últimos párrafos.
ResponderEliminarEsto de los blogs es como un mundo en el las puertas de todas las casas estuviesen abiertas. Entramos en la que queremos sin pedir permiso, porque nos gusta lo que dejan entrever sus ventanas, porque alguien nos invita a pasar, porque no tenemos otra cosa mejor que hacer, porque nos hemos perdido y es la primera puerta que encontramos, porque llevamos tiempo buscándola...
A lo que voy es a que la conclusión de este tema (la parte de "no hay reserva del derecho de admisión") no era necesaria. En ningún momento he sentido que entraba en un club exclusivo, restringido...
Aunque me gusten más las historias realistas que otras, aunque de ciencia ficción y de fantasía sólo haya leído (y disfrutado) los clásicos típicos, entro siempre a este blog con muchísimo interés.
Por tanto, como desconozco si ha habido comentarios que te hayan llevado a aclararlo, sólo quería decir que, en mi caso, no tenía ninguna duda de que es bienvenido "cualquiera que le apetezca pasar por aquí".
Da la enhorabuena a Care, por su reciente premio.
A mí me encanta formar parte, en una pequeña medida, de tu Fraternidad, y espero que siga activa por mucho tiempo...y también espero que alguna vez nos volvamos a encontrar.Un abrazo...
ResponderEliminarMe uno a otra de las opiniones aquí volcadas: qué calida bienvenida haces a tu blog! Sólo una entrada y has conseguido engancharme a este particular Babel.
ResponderEliminarY también comparto a Borges, de modo que "volveré"...
Un saludo
quiero un resumen del libro la llamada de la selva por favor
ResponderEliminarcapitan_cavernicola_77@hotmail.com