No sé si también os sucede a vosotros, pero en mi mente están asociadas las distintas etapas de mi niñez y primera juventud a lo que leía en cada momento, sobre todo en lo que respecta a los cómics. Por ejemplo, si decís “Capitán Marvel”, inmediatamente retrocedo a cuando tenía seis o siete años y mis padres me compraban los cuadernillos apaisados que Hispano Americana de Ediciones publicaba sobre ese personaje (no me refiero al superhéroe de la Marvel, sin al de DC creado por Bill Parker y C. C. Beck). Más adelante, entre los ocho y los diez u once años, me aficioné a todo el material de DC que publicaba Editorial Novaro (Superman, Batman, Linterna Verde, Titanes Planetarios, etc.) y, simultáneamente, a los tebeos del KFS que publicaba Editorial Dolar (Flash Gordon, El Hombre Enmascarado, Mandrake, Rip Kirby...). Por cierto, cuando Manuel Fraga era ministro de Información y Turismo prohibió los tebeos de Superman, porque el personaje y su historia ¡se parecían demasiado a Moisés o Jesucristo!
La revista Gran Pulgarcito, de Bruguera, que publicaba básicamente material de la francesa Pilote, se corresponde a mi adolescencia, igual que los cómics y revistas que publicó Buru Lan marcan mi primera juventud. En fin, podría seguir, pero ya os he aburrido bastante; entendéis el asunto, ¿no? Tebeos = etapas de mi vida. Pues bien, más o menos a mitad de mi adolescencia, me aficioné a ciertos cómics británicos que en España publicaba Editorial Vértice. Me refiero a los personajes de la editorial Fleetway; en concreto a Zarpa de Acero, Kelly Ojo Mágico, Mytek el Poderoso y The Spider, con ocasionales apariciones de Dollman y Archie el Robot.
Supongo que esa línea de cómics era algo así como la respuesta británica a los superhéroes norteamericanos, pero sin duda fue una respuesta extravagante. Porque, justo es reconocerlo, los personajes de la Fleetway eran raros de cojones. Por ejemplo, The Spider, creado por el guionista Ted Cowan y el dibujante Reg Bunn (y luego continuado por Jerry Siegel, el cocreador de Superman). No se trata de un superhéroe, sino de un supervillano parecido al Sr. Spock, de un delincuente armado con múltiples gadgets tecnológicos y poseedor de una megalomanía tan extrema que le lleva a acabar con la competencia (los demás delincuentes) para demostrar que es el rey del crimen. Es decir, The Spider es un villano que se comporta como un héroe para demostrar que es el mayor de los villanos. Raro, ¿verdad?
¿Y qué decir de Dollman? Es un tipo bajito y ridículo que combate el crimen fabricando muñecos robots dotados de habilidades especiales. Dollman usa su pericia de ventrílocuo para hacer hablar a sus muñecos en público... pero también mantiene con ellos largas charlas en privado, demostrando que está como una regadera. En cuanto a Mytek el Poderoso, se trata de un robot gigantesco con aspecto de gorila, algo así como una mezcla entre Mazinger Zeta y King Kong. Lo construyó en África un científico (blanco) usando como mano de obra a una tribu (de negros). ¿Suena absurdo? Lo es, pero de chaval me lo pasaba bomba con ese gorilón mecánico.
Kelly Ojo Mágico, creado por Tom Tully y Solano López, no era una serie filo-gay, como su nombre puede dar a entender, sino las aventuras de un tipo bastante bobalicón, llamado Tim Kelly (nótese el parecido entre los nombres del personaje y el guionista), que encuentra el Ojo de Zoltek, un talismán que dota de invulnerabilidad a quien lo lleve. Invulnerabilidad, no superfuerza, ni capacidad de volar o echar rayos por los ojos. Según recuerdo, la serie estaba narrada con mucho humor y excelentemente dibujada por el maestro Solano, el genial coautor de El Eternauta.
Y por fin llegamos a mi personaje favorito: Zarpa de Acero, obra de Tom Tully y el inconmensurable Jesús Blasco. Zarpa de Acero era un oscuro ayudante de laboratorio, llamado Louis Crandell, con una mano artificial, una prótesis biónica de eso, de acero. Un buen día, se produce un accidente en el laboratorio y Crandell descubre que, cuando recibe una descarga eléctrica, se vuelve invisible; todo él menos su mano artificial. Además, puede lanzar descargas eléctricas. Puestas así las cosas, Crandell emprende una lucrativa carrera delictiva, hasta que es reclutado por una sección del servicio secreto llamada El Escuadrón de las Sombras. A partir de ese momento, Crandell, alias Sombra 5, alias Zarpa de Acero, se dedicará a proteger el mundo de invasiones alienígenas, monstruos o científicos locos.
Me encantaba The Steel Claw. Era una mezcla de cómic de superhéroes y novela negra al estilo Trevanian, todo muy oscuro, siniestro y folletinesco. Lo curioso es que el protagonista no resultaba nada simpático; por el contrario, Crandell era un tipo bastante borde, muy poco sexy y con un contumaz ramalazo masoquista, como demostraban sus gritos de placer cuando miles de voltios le recorrían el cuerpo. Pero tenía gancho. De hecho, siempre he considerado de lo más sugerente la imagen de esa mano metálica flotando en el aire como una presencia amenazadora y fantasmal.
¿Eran buenos los cómics de la Fleetway? No lo sé; los leí hace (¡joder!) cuarenta años y me gustaban mucho, pero entonces era joven e inexperto. Sé positivamente que eran raros, diferentes y extravagantes, y que algunos de ellos estaban extraordinariamente dibujados, pero apenas recuerdo las historias; sólo las sensaciones que me provocaban. Hace tres o cuatro años, Norma publicó Albion, un álbum “producido” por Alan Moore con protagonismo de todos los personaje de la Fleetway. La historia parte de que esos “héroes”, ya envejecidos, han sido encerrados por el gobierno británico en una prisión de alta seguridad. Luego ya no recuerdo muy bien qué pasa, porque Albion es un cómic francamente decepcionante. Antes dije que estaba “producido” por Alan Moore, porque él sólo se ocupó de la trama, mientras que el guión lo escribieron su hija, Leah Moore, y el marido de ésta, John Reppion.
Dicen que el talento se salta una generación, así que los hijos de Leah serán, sin duda, tan geniales como su abuelito; pero en cuanto a ella... digamos que no supo captar el espíritu ni sacarle partido a los excéntricos personajes de la Fleetway. Con todo, Albion contiene un detalle genial, sin duda obra del papá de Leah: en el cómic, todos los primeros ministros ingleses a partir de Margaret Thatcher llevan siempre encima el Ojo de Zoltek que el gobierno le quitó al pobre Tim Kelly.
¿Y por qué estoy hablando de todo esto? Veréis, cuando cumplo años suelo ir a alguna tienda de cómics y me compro algo digamos que inusual. Por ejemplo, hace unos años fui a Metrópolis el día de mi cumpleaños y compré un montón de tebeos antiguos (aunque en perfecto estado) del Capitán Marvel. Me costaron una pasta, pero no veáis cómo disfruté revolcándome en la añoranza. Pues bien, el pasado día diez del presente mes (mi cumple) pasé por Arte 9 y de repente me encontré con que Planeta DeAgostini está reeditando a los viejos héroes de la Fleetway. De momento ha comenzado con el tomo 1 de las aventuras de Tim Kelly, ahora denominadas El Ojo Mágico de Kelly, y el mes que viene lanzará el primer número de Zarpa de Acero.
Por supuesto, me compré encantado de la vida el álbum de Kelly. Aún no lo he leído (releído más bien), pero lo tengo a mi lado, en la pila de libros y tebeos que se alza en mi dormitorio ocultando la mesilla de noche, y de vez en cuando lo abro para contemplar los magníficos dibujos de Solano, y disfruto como una marmota al sol cociéndome a fuego lento en el baño María de la nostalgia.
Y es que, con los tiempos que corren, volver la vista atrás, cuando todo era más sencillo, resulta reconfortante.
La revista Gran Pulgarcito, de Bruguera, que publicaba básicamente material de la francesa Pilote, se corresponde a mi adolescencia, igual que los cómics y revistas que publicó Buru Lan marcan mi primera juventud. En fin, podría seguir, pero ya os he aburrido bastante; entendéis el asunto, ¿no? Tebeos = etapas de mi vida. Pues bien, más o menos a mitad de mi adolescencia, me aficioné a ciertos cómics británicos que en España publicaba Editorial Vértice. Me refiero a los personajes de la editorial Fleetway; en concreto a Zarpa de Acero, Kelly Ojo Mágico, Mytek el Poderoso y The Spider, con ocasionales apariciones de Dollman y Archie el Robot.
Supongo que esa línea de cómics era algo así como la respuesta británica a los superhéroes norteamericanos, pero sin duda fue una respuesta extravagante. Porque, justo es reconocerlo, los personajes de la Fleetway eran raros de cojones. Por ejemplo, The Spider, creado por el guionista Ted Cowan y el dibujante Reg Bunn (y luego continuado por Jerry Siegel, el cocreador de Superman). No se trata de un superhéroe, sino de un supervillano parecido al Sr. Spock, de un delincuente armado con múltiples gadgets tecnológicos y poseedor de una megalomanía tan extrema que le lleva a acabar con la competencia (los demás delincuentes) para demostrar que es el rey del crimen. Es decir, The Spider es un villano que se comporta como un héroe para demostrar que es el mayor de los villanos. Raro, ¿verdad?
¿Y qué decir de Dollman? Es un tipo bajito y ridículo que combate el crimen fabricando muñecos robots dotados de habilidades especiales. Dollman usa su pericia de ventrílocuo para hacer hablar a sus muñecos en público... pero también mantiene con ellos largas charlas en privado, demostrando que está como una regadera. En cuanto a Mytek el Poderoso, se trata de un robot gigantesco con aspecto de gorila, algo así como una mezcla entre Mazinger Zeta y King Kong. Lo construyó en África un científico (blanco) usando como mano de obra a una tribu (de negros). ¿Suena absurdo? Lo es, pero de chaval me lo pasaba bomba con ese gorilón mecánico.
Kelly Ojo Mágico, creado por Tom Tully y Solano López, no era una serie filo-gay, como su nombre puede dar a entender, sino las aventuras de un tipo bastante bobalicón, llamado Tim Kelly (nótese el parecido entre los nombres del personaje y el guionista), que encuentra el Ojo de Zoltek, un talismán que dota de invulnerabilidad a quien lo lleve. Invulnerabilidad, no superfuerza, ni capacidad de volar o echar rayos por los ojos. Según recuerdo, la serie estaba narrada con mucho humor y excelentemente dibujada por el maestro Solano, el genial coautor de El Eternauta.
Y por fin llegamos a mi personaje favorito: Zarpa de Acero, obra de Tom Tully y el inconmensurable Jesús Blasco. Zarpa de Acero era un oscuro ayudante de laboratorio, llamado Louis Crandell, con una mano artificial, una prótesis biónica de eso, de acero. Un buen día, se produce un accidente en el laboratorio y Crandell descubre que, cuando recibe una descarga eléctrica, se vuelve invisible; todo él menos su mano artificial. Además, puede lanzar descargas eléctricas. Puestas así las cosas, Crandell emprende una lucrativa carrera delictiva, hasta que es reclutado por una sección del servicio secreto llamada El Escuadrón de las Sombras. A partir de ese momento, Crandell, alias Sombra 5, alias Zarpa de Acero, se dedicará a proteger el mundo de invasiones alienígenas, monstruos o científicos locos.
Me encantaba The Steel Claw. Era una mezcla de cómic de superhéroes y novela negra al estilo Trevanian, todo muy oscuro, siniestro y folletinesco. Lo curioso es que el protagonista no resultaba nada simpático; por el contrario, Crandell era un tipo bastante borde, muy poco sexy y con un contumaz ramalazo masoquista, como demostraban sus gritos de placer cuando miles de voltios le recorrían el cuerpo. Pero tenía gancho. De hecho, siempre he considerado de lo más sugerente la imagen de esa mano metálica flotando en el aire como una presencia amenazadora y fantasmal.
¿Eran buenos los cómics de la Fleetway? No lo sé; los leí hace (¡joder!) cuarenta años y me gustaban mucho, pero entonces era joven e inexperto. Sé positivamente que eran raros, diferentes y extravagantes, y que algunos de ellos estaban extraordinariamente dibujados, pero apenas recuerdo las historias; sólo las sensaciones que me provocaban. Hace tres o cuatro años, Norma publicó Albion, un álbum “producido” por Alan Moore con protagonismo de todos los personaje de la Fleetway. La historia parte de que esos “héroes”, ya envejecidos, han sido encerrados por el gobierno británico en una prisión de alta seguridad. Luego ya no recuerdo muy bien qué pasa, porque Albion es un cómic francamente decepcionante. Antes dije que estaba “producido” por Alan Moore, porque él sólo se ocupó de la trama, mientras que el guión lo escribieron su hija, Leah Moore, y el marido de ésta, John Reppion.
Dicen que el talento se salta una generación, así que los hijos de Leah serán, sin duda, tan geniales como su abuelito; pero en cuanto a ella... digamos que no supo captar el espíritu ni sacarle partido a los excéntricos personajes de la Fleetway. Con todo, Albion contiene un detalle genial, sin duda obra del papá de Leah: en el cómic, todos los primeros ministros ingleses a partir de Margaret Thatcher llevan siempre encima el Ojo de Zoltek que el gobierno le quitó al pobre Tim Kelly.
¿Y por qué estoy hablando de todo esto? Veréis, cuando cumplo años suelo ir a alguna tienda de cómics y me compro algo digamos que inusual. Por ejemplo, hace unos años fui a Metrópolis el día de mi cumpleaños y compré un montón de tebeos antiguos (aunque en perfecto estado) del Capitán Marvel. Me costaron una pasta, pero no veáis cómo disfruté revolcándome en la añoranza. Pues bien, el pasado día diez del presente mes (mi cumple) pasé por Arte 9 y de repente me encontré con que Planeta DeAgostini está reeditando a los viejos héroes de la Fleetway. De momento ha comenzado con el tomo 1 de las aventuras de Tim Kelly, ahora denominadas El Ojo Mágico de Kelly, y el mes que viene lanzará el primer número de Zarpa de Acero.
Por supuesto, me compré encantado de la vida el álbum de Kelly. Aún no lo he leído (releído más bien), pero lo tengo a mi lado, en la pila de libros y tebeos que se alza en mi dormitorio ocultando la mesilla de noche, y de vez en cuando lo abro para contemplar los magníficos dibujos de Solano, y disfruto como una marmota al sol cociéndome a fuego lento en el baño María de la nostalgia.
Y es que, con los tiempos que corren, volver la vista atrás, cuando todo era más sencillo, resulta reconfortante.
Uffff, me has recordado también mi infancia, César. De Spider leí poco, pero me tragué unos cuantos de Zarpa de acero y de Kelly (¿de qué sirve ser invulnerable si siempre perdía el dichoso talismán? ¡Ah, ahí estaba la gracia!).
ResponderEliminarTampoco sabría decir ahora si eran buenos, pero lo cierto es que eran distintos, y a mí me encantaban. Ya nos comentarás qué tal han resistido el paso del tiempo. Tengo la impresión de que mejor que los contemporáneos de la Marvel, pero a lo mejor me equivoco.
Un abrazo
Dear brother:
ResponderEliminarYou are like a 57 years old cage of crickets.
;-)
¿Y qué pasa con Mortadelo y Filemón?
ResponderEliminar=)
Justo el otro día lo comentaba con Rafa, a mí me encantaban esos tebeos. Aunque es verdad que el recuerdo que tengo de ellos es muy vago y caótico, como si fueran alucinaciones. Pero estoy seguro de que tenían un saborcillo muy especial, el de la cifi inglesa que ahora se nota, por ejemplo, en el Doctor Who, por ejemplo. Una especie de gusto por asombrar continuamente, y una ausencia total de complejos.
ResponderEliminarEstimados César,
ResponderEliminarMi compañero José y yo hemos creado un pequeño blog de literatura infantil y juvenil con la intención de promocionar aquellos libros que nos gustan, charlar con sus autores y compartir experiencias en el ámbito editorial. Por este motivo, estaríamos encantados de poder hacerle una entrevista para nuestro blog: http://fantasiasdepedro.blogspot.com/.
Sin más, le damos las gracias por su atención y quedamos a su entera disposición para lo que se tercie.
Un abrazo,
Pedro y José
Pedro & José: Por supuesto, estoy a vuestra disposición. Dejadme una dirección de correo electrónico y os mando un mensaje con mi e-mail.
ResponderEliminarArtemisa Valverde: la verdad es que Mortadelo y Filemón han estado presentes en mi vida desde que era un niño, así que no los asocio con ninguna épooca en concreto.
ResponderEliminarInteresantísima recuperación de estos tebeos tan hipnóticos y extravagantes.
ResponderEliminarHola César me gustan muchos tus libros. En mi blog, http://unpocodetodo12.blogspot.com/ he comenzado a hacer uno. He puesto una parte del libro y tú, como eres el experto, me gustaría que me dijeras si es intrigante o no.
ResponderEliminarMuchas Gracias, Atentamente
Leí muchas de estos de niña y adolescente. Pero Spider no fue siempre un villano: fue malo un tiempo y en un cómic decidió que se había sentido muy bien ayudando a la humanidad contra no sé qué invasores, y decidía ser bueno. Tenía dos ayudantes, uno se animaba a seguirlo conmovido por su decisión, y el otro pensaba algo así como "cualquiera le lleva la contraria..."
ResponderEliminarLeía todo esto en casa de mi abuela, hace más de veinte años, y un mal día, alguien había tirado todos los cómics. Ahora sé que, de habérselos pedido, me los habrían dado, pero nunca me atreví (siempre he sido tímida).
Por cierto, me encanta tu blog, pero no me he leído ningún libro tuyo. Teniendo en cuenta que soy una cuarentona, profesora de literatura y a estas alturas es difícil sorprenderme ¿cuál me recomendarías?
Anónima de las 9:28: Creo que quizá pueda sorprenderte "La compañía de las moscas" (Alfagura). Y quizá no te disgusten demasiado "La mansión Dax" y "La caligrafía secreta" (ambas en SM). Y si te van los thrillers, "El juego de Caín" o "El juego de los herejes" (Espasa).
ResponderEliminarNuestra dirección es: pedronavetu@gmail.com
ResponderEliminarMuchas gracias!!! ;)
Cosas se han escrito sobre cómics británicos de entonces en:
ResponderEliminarhttp://www.tebeosfera.com/sumario/5/
salud
m
Una de mis peores pesadillas infantiles la provocó el tebeo 'Zarpa de acero contra los hombres de arcilla'. Durante días no dejé de mirar por encima de mi hombro y durante noches tuve que dormir pegada a mi hermana. Para mí, los X-Men siempre serán la Patrulla X y Dare Devil, Dan Defensor. ;-)
ResponderEliminarEstas reediciones de Zarpa de Acero y Kelly, las estabamos esperando los aficionados con cierta impaciencia. A ver si se animan a sacar todo lo de Spider de Reg Bunn.
ResponderEliminarSaludos
Estimado Cesar,
ResponderEliminarTengo en formato digitalizado todos los comics que se publicaron de Kelly. Recordaba haberlos leído en mi niñez, pero todo se perdía entre las brumas de la memoria. El otro día los releí y casualmente hoy, al ver en DVD la película Du Rififí Chez les Hommes he tenido un Dejà Vu.
Al ver a Carl Möhner en la escena del robo, en camiseta, con los brazos desnudos y con un collar colgándole del cuello, he visto a Kelly Ojo Mágico.
Tengo entendido que Francisco Solano empezó a dibujar a Kelly alrededor de 1963, y Rififí se estrenó en Argentina (si no me equivocó) en 1956 o 1957. En esa época Francisco Solano vivía en Buenos Aires y dibujaba el Eternauta. ¿Es mucho suponer que vió la película y se quedó con esa imagen para el personaje de Kelly? Si tienes la oportunidad, revisa la película y me gustaría que em comentaras si a ti te da la misma impresión.
Quizás desvarío, pero asi es la vida...
Que decir de los hermanos Wild, salian dentro de Selecciones Vértice, fueron pocos números, pero acompañan a los geniales de Spider, Kelly y Mytek, que tiempos aquellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ah, aquellos tiempos cuando las novelas graficas para adultos de los cuatro fantasticos costaban cinco duros, 25 pesetas de las de 1971, hoy al cambo, unos 15céntimos de euros. Claro que entonces costaba el litro de gasolina 12 pesetas, 8 céntimos de euro.en fin, que mis mejores días me los pasaba leyendo tebeos de vértice, buru lan, bruguera y novaro. Aunque el personaje que más me fascinaba era spider.
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