Mi buen amigo y magnífico escritor Luis Manuel Ruiz mantiene un blog llamado La lección de anatomía donde cada día escribe una frase, más o menos en la línea de El diccionario del diablo, de Bierce. Como es natural, unas frases son más brillantes que otras, pero el nivel medio es sobresaliente. Y no resulta fácil escribir frases, sentencias. Han de ser breves, ingeniosas y, al tiempo, contener una verdad. Son algo así como micro-ensayos. Pues bien, de entre todas las frases que Luis Manuel ha escrito en su blog, hay una que se me ha quedado grabada a fuego en la memoria. Dice más o menos así:
“Si el final es feliz, no es el final”.
Paraos a pensarlo: vuestras vidas pueden estar llenas de cierres de capítulo y entreactos rebosantes de felicidad, pero el final-final siempre será una tragedia. Y si lo dudáis, echad un vistazo a vuestro alrededor. O haced memoria.
¿Deprimente? Supongo, pero cierto; y lo bueno de toda certeza sobre el futuro es que nos permite adecuar nuestros planes. Y el único plan que se me ocurre ya se le ocurrió a Horacio hace más de 2000 años cuando escribió:
Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Vt melius, quidquid erit, pati!
seu pluris hiemes, seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, uina liques et spatio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
Lo que significa: “No preguntes (contra la voluntad divina el saberlo), Leucónoe, qué fin han puesto para mí los dioses, cuál para ti, ni sondees el cálculo babilonio. ¡Cuánto mejor soportar lo que haya de ser, tanto si Júpiter nos ha concedido muchos inviernos, como si es el último nuestro el que ahora quiebra las olas del mar Tirreno en azote contra los escollos! Sé sabia, filtra el vino y, breve como es la vida, corta la esperanza larga. Mientras hablamos, habrá huido celosa la edad: disfruta del momento y no confíes en el mañana”.
Carpe diem... El mes pasado, con motivo de la Feria del Libro de Fuenlabrada, estuve dando unas charlas en un par de institutos. Les hablé de El club de los poetas muertos, les dije que, aunque aún les faltaba mucho, morirían y que por eso debían sacarle el máximo partido a la vida. Luego, intenté explicarles que, para sacarle partido a la vida hay que enriquecer la vida y que la literatura ayuda en ese sentido. Aquellos amables adolescentes me escucharon con mucha atención, pero creo que ni uno entendió lo que pretendía decirles. Porque para ellos la idea de la muerte es tan solo un concepto abstracto y nebuloso.
Pero yo sí lo entiendo; sé que el final será una tragedia, así que intento que todos los capítulos que me restan acaben en tono de comedia. Carpe diem, sí señor; debería tatuármelo en la frente, escrito del revés, para leerlo cada mañana cuando me miro al espejo antes de cepillarme los dientes.
Hace treinta años, cuando Pepa y yo aún no estábamos casado, ella me prometió que si conseguíamos estar juntos me invitaría a comer en el restaurante de Paul Bocuse. Pues bien, ha tardado 28 años en cumplir su promesa, pero el día de mi cumpleaños me regaló un sobre con dos billetes para Lyon y una reserva, para mañana, 18 de junio, en L'Auberge du Pont de Collonges, el famosísimo restaurante de Bocuse. Es una mujer fantástica; menudo detalle romántico...
Así que esta tarde, Pepa y yo volaremos a Lyon para pasar el fin de semana haciéndole caso a Horacio. Aunque, en este caso, la mejor traducción de carpe diem sería: “cómete el día”.
Vaya, eso es un regalo de cumpleaños y no una corbata. A disfrutarlo, ya nos contarás por aquí la experiencia...
ResponderEliminarHablando de historias y de finales, se me ocurre que Las Almas Muertas de Nicolái Gógol mezcla ambos tipos.
ResponderEliminarY ahora, como no hay nada nuevo que yo pueda aportar bajo el sol, cito a Salomón: "No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después... Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?...que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida".
Buen provecho.
Que lo disfrutes mucho y espero que traigas regalitos xD.
ResponderEliminarEl "carpe diem" pues he estado dandolo este año, junto al "locus amoenus" y todo ese tipo de cosas. Pero siempre he pensado que la muerte, más que trágico para nosotros es trágico para nuestros seres queridos.
PD: He estado escribiendo unos cuantos relatos, y suelo escribir diariamente unos setecientas palabras. Poquito a poquito.
Un saludo.
Querido César:
ResponderEliminarComo vuelvas a quejarte de cumplir años, te mato. Atentamente,
Una viajera muuuy envidiosa con pocas perspectivas de pasear la maleta este verano :P.
Divertíos mucho y disfrutad. Y El Club de los Poetas Muertos es una obra de arte. Un beso!
Ya lo decía Buda : en esencia todo es sufrimiento, sabiendo y aceptando eso nos quedan solo dos caminos: amargarnos la existencia y amargarsela a los que nos rodean, o por el contrario mantener una especie de sentido del humor constante, llamemosle una especie de ironia en la linea de Woody Allen, que nos ayude a sobrellevar el peso de cierta ssituaciones y sepamos sacarle el lado humoristico de la situacion...
ResponderEliminarHan habido grandes talentos para el humor , uno de ellos Andy Kaufman, un tipo que se reia de su propia sombra y que hasta de su entierro hizo un espectaculo, lo que se vé reflejado en la peli "Man of the moon"...
yo creo en el humor, desde luego no creo en pasar la vida como mucha gente comentando los telediarios sensacionalistas de turno, creo en aquella isla en donde estaban "los pajaros aquí y ahora", y creo como decía Kerouac en quienes no bostezan (siempre que sean buena gente, claro)...
Pero sucede que si uno no es millonario, se ve abocado a marcarse unas pautas vitales , una disciplina en el trabajo que impiden bastante la posibilidad de "hacer lo que uno quiera" diariamente, y luego hay curros que a la gente le condicionan mucho, imaginemos a alguien que trabaje en una mina,en una fundicion o haciendo mudanzas , por mucho partido que le quiera sacar a la vida, llegará a casa molido...
por cierto , una pregunta algo cotilla Cesar:
¿ese restaurante en el que estuviste es de los que se come bien en relacion calidad-precio?
quiero decir que a veces nos encontramos lugares de prestigio que cuando vamos nos decepcionan u otros nos pueden sorprender gratamente, tambien se dá el caso de muchos restaurantes de fama mundial en donde mas que comida te ponen muestras de comida je...je... y hay que llevar un frankfurt de casa para cuando sales del restaurante acabar de llenar el estomago...ja...ja...
La frase que conozco es: "En la vida real todos los finales felices son historias inacabadas"
ResponderEliminarAunque no sé de quién es.
Entrada muy emotiva. Yo también desde hace tres años vivo el CARPE DIEM y el CARPE NOCTEM. Y esta enseñanza es la que trato de inculcar a mis alumnos, pero desgraciadamente es la única asignatura en la que no consigo las mejores calificaciones de ellos. Aún así cuando me despido de ellos al finalizar el curso, les dejo mi número de teléfono por si algún día me quieren llamar porque comprendieron mi mensaje.
ResponderEliminarQue aproveche . Si no es abusar , ya nos dirás el menú . Qué fenómena tu señora .¡ A disfrutar !, y no os dejeís nada en el plato .
ResponderEliminarQuerido César, sólo por lectores como tú merece la pena seguir partiéndose el cráneo. En fin, lamento que unas palabras mías te hayan llevado a reflexiones tan melancólicas, y más, porque tienes razón. Un abrazo.
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