Un enclave tutelado por César Mallorquí, el Abominable Hombre de las Letras, en colaboración con la Sociedad de Amigos del Movimiento Perpetuo. Si no te interesa la literatura, el cine, el comic, los enigmas, el juego y, en general, las cosas inútiles, aparta tus sucias manos de este blog.
viernes, noviembre 30
Bleak House Inn
Como sabéis, si es que no vivís en la feliz Arcadia de la desinformación, este año se cumple el 200 aniversario del nacimiento de Charles Dickens. Por ese motivo, mi buena amiga y gran escritora Care Santos ha coordinado para la editorial Fábulas de Albión una antología de relatos inspirados en cierto aspecto de la obra de Dickens. Según palabras de la propia Care: “Siempre he admirado el modo de concebir la literatura de Charles Dickens. Como un juego, como una diversión, como un espectáculo. Al autor británico le gustaba contar con sus amigos para publicar números especiales de Navidad de su revista All The Yeard Round. Los números iban buscadísimos y eran todo un éxito. En uno de ellos se publicó un cuento de Dickens -maravilloso- protagonizado por Miss Lirriper, la dueña de una pensión londinense. En las habitaciones de esa pensión se desarrollaban el resto de relatos del volumen. En España, fue publicado por Alba, tiene relatos de Elisabeth Gaskell, Wilkie Collins y varios otros y lleva por título La señora Lirriper y otros relatos. Desde que lo leí pensé que sería estupendo hacer algo parecido”.
Y como Care es una fuerza de la naturaleza, lo ha hecho. Contactó con diez escritores amigos suyos (entre ellos yo) y nos pidió que cada uno escribiéramos un cuento que debía desarrollarse en un espacio común (la pensión de la señora Lirriper en la actualidad) y con la misma temática: el género de fantasmas (al que tan aficionado era el propio Dickens). La pensión se llama Bleak House Inn y a cada autor le tocó una de las habitaciones. La mía fue la 201, con vistas a la calle. La lista de escritores es: Elia Barceló, César Mallorquí, Pilar Adón, Elena Medel, Marc Gual, Ismael Martínez Biurrún, Daniel Sánchez Prados, Óscar Esquivias, Francesc Miralles, Marian Womack y la propia Care Santos. Como veis, todo un lujo de talento, exceptuando al cretino con nombre de emperador romano.
La verdad es que no he leído mucho a Dickens; tan solo Oliver Twist (hace siglos) y el archifamoso Cuento de Navidad. No obstante, es fácil reconocer que Dickens es un género en sí mismo; cuando decimos que algo es dickensiano, todo el mundo nos entiende. Ahora bien, ¿quería yo escribir algo de ese estilo? E inmediatamente surgió otra pregunta: ¿Qué clase de estilo se supone que es ése? Porque todos asociamos a Dickens con folletines y dramas, pero no hay que olvidar que Dickens también era un humorista. De hecho, Cuento de Navidad está lleno de humor.
Casi instantáneamente, una idea se formó en mi dura cabezota: Dickens+Fantasmas+Humor. Iba a escribir una sátira amable sobre Cuento de Navidad partiendo de una simple premisa: ¿qué pasaría si los fantasmas del relato se equivocaran de persona? La idea me parecía prometedora y divertida, pero dudé. Veréis, por algún oscuro motivo que no logro comprender, el humor no está del todo bien visto, como si fuera un género menor. Aunque no lo es; el humor es uno de los géneros más difíciles y serios (serio, sí; el humor ha de escribirse en serio). Además, lo que a unos les hace gracia, a otros les provoca bostezos. El drama es más sencillo y universal; el humor siempre resulta complicado. Vale, pero uno de mis rasgos de escritor es el uso de la comedia. No soy un humorista, pero en todas mis novelas (con una única excepción) el humor está presente.
Dickens vivió en tiempos jodidos llenos de injusticias, igual que nosotros ahora. ¿Qué es mejor, añadir drama ficticio al drama real, o intentar que la gente se olvide de la mierda que le rodea con una sonrisa? Los que conozcan la vieja y maravillosa película de Preston Sturges Los viajes de Sullivan ya saben la respuesta.
Así que decidí escribir un relato de humor llamado Cuento de verano. Y para ello me inspiré en uno de mis humoristas favoritos: P. G. Woodehouse. Así pues, escribí Cuento de verano basándome en un relato de Dickens, pero con el estilo de Woodehouse. Espero que por el camino haya quedado algo de mí.
¿Qué tal ha quedado el cuento? Ni idea; a los pocos que lo han leído les ha gustado, pero vete tú a saber. ¿Y el resto de los cuentos? No lo sé, porque todavía no los he leído (aún no me ha llegado el libro), pero teniendo en cuenta la calidad de los autores y de la editora, seguro que son estupendos.
En fin, creo que el libro, llamado Bleak House Inn. Diez huéspedes en casa de Dickens, ya está en las librerías. Y mañana, sábado 1 de diciembre, a las 18:00, se presentará en el Museo del Romanticismo, en la calle San Mateo 13 de Madrid. Asistirán Care Santos, Pilar Adón, Óscar Esquivias, Ismael Martínez , Daniel Sánchez Pardos, Mirian Womack y éste vuestro vecino y servidor, Spiderman... No, quería decir que yo también iré. Habrá lectura de relatos y después nos tomaremos unos dickensianos ponches de Navidad (sea lo que sea eso, que me tiene intrigadísimo).
Estáis invitados. Me encantaría veros por ahí.
Yo quiero una versión pornogore de Dickens.
ResponderEliminarNah, ahora en serio, haznos un relato o post sobre cómo dejaste de fumar.
Podré opinar a partir de hoy, que compraré el libro. Estando vosotros, seguro que merece la pena.
ResponderEliminarAh,no,eso de que el humor no vende...o que es un género menor,pues no...Ya sé que tú no lo ves así porque en tus novelas o cuentos siempre hay un puntito o puntazo de humor, en situaciones o en personajes...y eso me parece fundamental para equilibrar un relato...siempre que no esté forzado,claro. Esa es la magia que tenéis los escritores,que sabéis administrar sabiamente los ingredientes. Yo lidio con adolescentes a los que les suelen gustar más los dramones y las fantasías desatadas,pero también necesitan el humor. He aprendido a seleccionar lecturas que sean del gusto de todos,casi: que gusten a los chicos pero también,y muy importante,que me gusten a mí, y yo no trago con esas historias serias como un palo,llenas de supuestos "valores" humanos que hay que fomentar,etc.etc. Creo que la literatura está para divertirnos,para hacernos felices,para consolarnos...y si de paso aprendemos algo,bueno,pero eso tiene que ser secundario.
ResponderEliminarEste trimestre mis alumnos se han leído La caligrafía secreta y les ha encantado.Y pienso en el personaje desmesurado y tronchante de Tértulo...la novela no sería lo mismo sin él...seguiría estando bien pero a mí me faltaría algo.
Buena idea la de Care Santos...Dickens fue un gigante,un mago de la narración al que nunca le faltó ese humor...como tú dices,¿cómo afrontar la vida si no? Y P. G. Woodehouse me parece genial y divertidísimo.
Habrá que leer esos cuentos...tarea para las vacaciones...me lo apunto.
Cambiando de tema ¿qué diablos es el comentario ese en inglés? ¿se ha colado de "extranjeris"?
Un saludo norteñode Aurora Boreal
Olivert Twist, David Cooperfield y Canción de navidad, son para mí tres historias muy difíciles de superar -opinión personal-, y figuran entre las lecturas que desencadenaron, para bien o para mal, que yo terminase escribiendo.
ResponderEliminarCon motivo del 200 aniversario de su muerte La nueva España publicó un breve resumen de su vida, desde que la leí le admiro aún más. Creo que a través de sus libros intentó hacer una crítica a la sociedad en que vivía. Algo que mientras leía sus historias nunca imaginé porque las disfruté como se disfruta la buena lectura.
Saludos
Aurora Boreal: No podemos estar más de acuerdo, amiga mía. En todo lo que dices. Ojalá yo hubiese tenido profesores como tú.
ResponderEliminarEl humor es fundamental para mí, tanto en la escritura como en la vida. Es el contrapunto que cambia súbitamente tu punto de vista y te muestra la realidad de una forma distinta. Me encanta que te guste Tértulo, porque es un personaje al que le tengo mucho cariño.
El comentario en inglés es spam que se ha colado. Ahora lo quitaré.
Anónimo de las 3:58: Mira, la nicotina es adictiva, pero un mes después de dejar el tabaco se elimina por completo del organismo. Si entonces sigues teniendo el mono de fumar no es por razones físicas, sino psicológicas. Por tanto, la adicción al tabaco está en la mente. Así que esa adicción debe combtirse con la mente.
El tabaco sólo puede abandonarse dejando de fumar de golpe, no hay otra manera. Pero, ¿cómo hacerlo? Lo ideal es tener mucha fuerza de voluntad, pero no todo el mundo la tiene. Yo no tengo, por ejemplo. Pero tengo un defecto: soy muy cabezota. Y si te paras a pensarlo, la cabezonería se parece mucho a la fuerza de voluntad.
Lo primero que hice fue convencerme a mí mismo, no ya de lo malo que es fumar, sino de que fumar es una estupidez. Me comí el coco. Después, aprovechando una gripe, corté de golpe con el tabaco. Luego, cada vez que sentía la tentación de fumar, me gritaba interiormente: ¡NO! y me prohibía a mí mismo seguir pensando en eso. Por pura cabezonería.
Y si eso no sirve, también valen el orgullo o la vergüenza. Se trata de utilizar las herramientas mentales que uno tiene.
Me parece excelente idea este Bleak House Inn dickensiano. Y muy intrigante el concepto de un cuento dickensiano con ecos de Wodehouse. ¡Nada menos que dos de mis escritores favoritos, juntos! Habrá que echarle un vistazo, sin duda. Puedes estar seguro de que daré todo el eco que pueda a este libro. Por cierto, había pensao en tuitear este post, pero veo que no tienes enlace directo. Si me permites una sugerencia, ¿por qué no añadir esos enlaces a tuiter y FB?
ResponderEliminarSaludos,
Elena
Si escribes un relato serio y los lectores no se ponen serios, no pasa nada, pero si escribes un relato de humor y los lectores no se ríen, has fracasado.
ResponderEliminarIntentaré conseguir el libro cuando pueda (a ver si me lo traen los reyes...)
ResponderEliminarEn cuanto a Dickens, ¿sabíais (me imagino que sí pero lo cuento igualmente) que el tipo se hizo tan famoso en su tiempo que hacía giras teatrales por su país y el extranjero haciendo lecturas dramatizadas de sus obras? Y llenaba los teatros y se producía algo parecido al fenómeno fan de nuestros días. Al parecer Dickens poseía una gran voz y talento dramático y en sus lecturas ponía diferentes voces interpretando a distintos personajes. Sus actuaciones siempre eran un gran éxito y la lectura que más veces le reclamaban parece ser que era, precisamente "Cuento de navidad".
Por cierto que un episodio creo que de la primera temporada de la nueva etapa de "Doctor Who" (serie altamente recomendable, por otra parte), era una historia de fantasmas que tenía lugar durante una de esas giras teatrales de Dickens y con el protagonismo de dicho autor. Un episodio estupendo.
Por otro lado, aparte de su famoso cuento de navidad (yo soy tan tradicional y fanático que lo releo todas las navidades y además me veo en DVD la versión cinematográfica que más me gusta, la musical con Albert Finney y Alec Guinnes) a mí también me encanta su relato de miedo "El guardavías" y la novela "Historia de dos ciudades".
Yo tampoco he leído nada más de él (tengo pendiente en la pila desde hace mucho tiempo los "Papeles póstumos del club Pickwick" aunque aún no me he animado) pero os recomendaría, César y demás merodeadores, que si tenéis que leer algo de él fuera "Historia de dos ciudades". Es amena, entretenida y tiene uno de los mejores párrafos iniciales (si no el mejor) de toda la historia de la literatura.
Rickard
En el 2007 nos prometías la tercera parte de las aventuras de Jaime Mercader. :( En tu blog decías que la habías comenzado.
ResponderEliminarCómo le va a ese alevín de Pancho Cruz en extinción?
Anónimo de las 11:39: Ay, sí, amigo mío, acabas de citar mi gran pecado. Porque, en efecto, tengo la tercera novela de Jaime Mercader totalmente desarrollada en mi cabeza y los dos primeros capítulos escritos.
ResponderEliminarPero en aquella época tuve un problema de salud que me tuvo casi dos años apartado de la escritura. Luego, cuando me recuperé, había firmado un contrato para escribir las dos novelas de Carmen Hidalgo. Después me metí con la edición de "Leonís". Después me puse con la que hasta ahora es mi opera magna, "La isla de Bowen, y luego con "La estrategia del parásito". Y el pobre Little Jim ha quedado relegado.
Las dos novelas de Jaime Mercader fueron aproximaciones a la novela clásica de aventuras. Pero con "La isla de Bowen" me metí de lleno en ese género. Así que ahora, la verdad, no me apetece tanto escribir la nueva historia de Jaime. Lo haré, pero dentro de un tiempo, cuando se me pase la bowenitis.
Elena Rius: No formo parte de Twiter ni de Face Boock. ¿Ese enlace directo permitiría tuitear a todo el mundo o sólo a mí? Es que no tengo ni idea...
Samael: Exacto. El humor es más comprometido, porque exige una reacción del lector.
Rickard: Si, ya conocía las habilidades histriónicas de Dickens. Gracias por tus consejos.
http://www.laplumadelangelcaido.com/2012/07/resena-literaria-la-isla-de-bowen-de.html
ResponderEliminarMe quema mucho leer cosas como estas. Malogran tu esfuerzo y no estoy de acuerdo.
Te acusan de plomizo y denso y de que tus personajes son "caricaturas" (una mierda! pero una mierda!).
En serio, como puede alguien tildar a Ulises Zarco de personaje plano? Estoy incredulo.
Anónimo de las 2:28: Algo que descubrí hace mucho es que no se puede gustar a todo el mundo. Gracias por tu indignación, pero no te lo tomes demasiado a pecho. Sólo es un crítica en un blog. "La isla de Bowen" es, de todas mis novelas, la que mejores críticas profesionales ha recibido. Y a ti te ha gustado, ¿verdad? Pues a mí tambien me gusta y me siento muy orgulloso de ella. Gracias de nuevo, amigo mío :)
ResponderEliminarOtro método para dejar de fumar, el mío:
ResponderEliminarYo me metía p'al cuerpo la tontería de tres paquetes diarios. Solo. Y decidí batir el record mundial de tiempo pasado entre dos cigarrillos consecutivos. Por ahora llevo 22 años. O sea que técnicamente solo soy un fumador en excedencia.
Aunque sé de otro que tambien presume de haberlo dejjado y, sin embargo, sigue haciéndolo (fumar tabacok) varias veces al día, aunque -reconózcamoslo- en mezclas en las que el referido producto solo actúa como excipiente,
A parte de César y de mí, en la familia lo han dejado nuestras cónyuges, mi hija, y mi yerno. Y todos con el mismo sístema: DEJÁNDOLO. En seco y sin contemplaciones. No hay otra forma
BB
He leído -privilegios de la fraternidad- el cuento de marras. Es excelente
Buenos díads! Se que no es el lugar más indicado para este comentario, pero no he conseguido contactar de otra forma...Me llamo Raquel Villar, acabo de publicar mi primera novela y además trabajo como profesora en un centro de Logroño (La Rioja). Me encantó "La Estrategia del Parásito" y encargué a mis alumnos que la compraran, leyeran y que hicieran un trabajo de la misma. Están realmente entusiasmados, los resultados han sido muy buenos, y estarían encantados, al igual que yo, de que viniera a dar una pequeña charla/coloquio sobre la misma. No se si ésto sería posible, pero de ser así, por favor, póngase en contacto conmigo. Muchas gracias por su atención.
ResponderEliminarRaquel Villar Pajares
Raquel7: Hola, amiga mía. Al final del blog hay una dirección de correo electrónico: fraternidadbabel@yahoo.es
ResponderEliminarSi me mandas un e-mail ahí, podré contestarte personalmente. Ah, y si te fijas en las ordenanzas municipales del blog, comprobarás que el "usted" está prohibido :)
Oye, César, un aviso de colega: Esta tarde, tomando un helado (si, en Diciembre... somos un caso perdido) con mi hermano me ha dicho que el argumento del fantasma de navidad estilo Dickens que se equivoca de persona (y que incluso vuelve malo a un individuo bueno en lugar de ser al reves) ha sido usado en el especial de navidad de Blackadder. Parodian al cuento tipico haciendo que Ebenezer Blackadder sea un tio muy bueno del que abusa todo el mundo y que se vuelve un cabron cruel y amante de lo maligno al ver como triunfan sus antepasados malvados y como, si sigue siendo bueno, su ultimo descendiente sera un pringao esclavo y si se hace malo sera el rey del universo entero.
ResponderEliminarTe lo comento por si hay muchas coincidencias con tu relato, para evitar que alguien te acuse de plagio y cosas asi, que por desgracia la tendencia a pensar que se plagia algo es muy comun, a pesar de que resulta casi imposible no coincidir con algo que ya haya sido usado.
Un abrazo navideño, Santa Claus paradojico.
Anónimo de las 6:53: Por lo que me cuentas, esa historia y la mía no se parecen en nada, salvo en usar como referencia el "Cuento de Navidad" de Dickens.
ResponderEliminarSiendo ese relato quizá el más famoso del mundo, es lógico que haya habido numerosas parodias. Pero lo que importa no es el tema general, sino el tratamiento particular.
Un abrazo igual de navideño.