miércoles, julio 5

En busca de la nostalgia perdida

 


            Vi En busca del arca perdida en octubre de 1981. Tenía 28 años; era joven, pero no un niño. Sin embargo, disfruté como un crío con esa película; y cada vez que la vuelvo a ver, vuelvo a disfrutar con placer infantil. Sencillamente, de todas las películas que he visto en mi vida, y son muchas, esta es la que más me ha divertido. No la mejor: la más divertida.

            Siempre me gustó el género de aventuras. Algunas de mis películas favoritas de niño eran Beau Geste, King Kong, 20.000 leguas de viaje submarino, El mundo en sus manos, El alegre burlón, Scaramouche, Los tres mosqueteros, Vikingos, Lawrence de Arabia... Más tarde, en mi juventud, dos películas aventureras de corte clásico, estrenadas el mismo año, se incorporaron a mi canon del género: El hombre que pudo reinar y El viento y el león. Luego, el cine de aventura, que tan popular había sido en los 50 y 60, pareció caer en el olvido. Hasta que llegó Indiana.

            Pero En busca del arca perdida no tenía nada que ver con los títulos que he citado, era otro tipo de aventura. Todos sabemos que Lucas y Spielberg se inspiraron en los seriales cinematográficos de la Republic que se proyectaban en las matinees de los cines de Estados Unidos durante los años 30 y 40. Es decir: puro pulp. Lo mismo había hecho Lucas con Star Wars. Por ejemplo, uno de los más característicos elementos de la saga galáctica es el texto que se pierde en el infinito al comienzo de cada film. ¿Una brillante idea original? Para nada, mirad esto:


            Es un homenaje/plagio a los seriales de Flash Gordon. Pero volviendo a Indiana Jones, el personaje se creó como una especie de monstruo de Frankenstein fabricado con retales de otros films: El sombrero de Humphrey Bogart en El Tesoro de Sierra Madre, el látigo de La marca del Zorro, la chupa de cuero y la vestimenta de Charlton Heston en El tesoro de los incas.


            Indiana Jones es una serie B transformada en serie A, un relato pulp engrasado con humor y filmado con grandes medios. La fórmula de la serie es sencilla: Ambientación retro, viajes, acción constante, peripecias circenses, mucho humor, desenfado, optimismo y toques de fantasía. Hay otras constantes, como una compañera de aventuras, bichos asquerosos o reliquias sagradas.

            Anteayer vi en la tele, por enésima vez, En busca del arca perdida, y me maravilló lo bien que sigue funcionando. Si nos fijamos en su tramo central, comprobaremos hasta qué punto es cierto lo de “acción constante”. Indy encuentra el arca en la tumba de las serpientes. Llegan los nazis, se quedan con el arca, encierran a Indy y a Marion en la tumba, Indy logra salir con sus habituales métodos de arqueólogo destructor de antigüedades; de ahí pasamos a la secuencia del ala voladora, con peleas, disparos y explosiones, y sin solución de continuidad llegamos a la espectacular secuencia de la persecución de los camiones nazis. ¿Cuánto dura eso? No sé, 25 o 30 minutos, supongo, y no hay ni un segundo de descanso, todo es acción, todo son cumbres, no hay valles. Un ritmo frenético que no permite que te pares a pensar en lo que estás viendo, porque a poco que lo pensaras te darías cuenta de que es un puro disparate. ¿Cómo demonios se puede viajar de polizón en un submarino? Y qué más da; es divertido, ¿no?, pues relájate y disfruta. Eso es Indiana Jones.

            Todo este rollo para llegar a El dial del destino. Pero antes de decir nada más, voy a puntuar la película con relación a las otras. En busca del arca perdida: 10. La última cruzada: 9. El templo maldito: 8. El dial del destino: 7. Y la calavera de cristal ni la considero; si hay que ponerle algo, un 3 pelado, y eso solo gracias al prólogo.

            Así que le doy a la película un notable; es decir, que en general me ha gustado. Pero dentro de ella hay algunas cosas que no me gustan nada. Y a partir de aquí, PELIGRO: SPOILERS.

            Comencemos por la introducción. Algunos comentan lo mal que está el face replacement que rejuvenece a Indy. No es cierto; está asombrosamente bien hecho (no como la chapuza de Scorsese en El Irlandés), da el pego al cien por cien. De hecho, esa larga secuencia es la que más me gusta de la película, porque es total y absolutamente Indiana Jones; a pesar, incluso, del espantoso CGI de la persecución sobre el tren.

            Este prólogo transcurre en 1944 y de ahí pasamos al Indy de 1969. Y también ahí empiezan mis problemas. ¿De verdad hacía falta convertir a nuestro aventurero favorito en un anciano solitario y gruñón al que nadie hace caso, en un profesor de segunda en un centro de segunda, en un hombre triste y aburrido? No y mil veces no; ese no es el destino que merece el personaje. Puedo imaginar a Indy como un viejo malhumorado, sí, pero con dignidad y conservando un brillante aunque controvertido prestigio. Lo veo, quizá, un poco como era su padre, Sean Connery, pero jamás como un donnadie. Aunque, claro, puede que la visión que plantea la película sea más realista... pero me importa un bledo. ¿Acaso el realismo ha tenido alguna vez algo que ver con Indiana Jones?

            Cuando, en el film, Harrison Ford se cala el Fedora, se pone la chupa de cuero y empuña el látigo, no veo a Indiana Jones; veo a un anciano disfrazado de Indiana Jones. Y como Ford no está para muchos trotes, sus escenas de acción son más escasas y limitadas, lo cual contribuye a ralentizar el ritmo de la narración, a lo que se añade un exceso de metraje. Con veinte minutos menos habría mejorado.

            Supongo que la propuesta fue: “hagamos un Indiana Jones otoñal” (con Ford como protagonista no quedaba otra, claro). La cuestión es: ¿puede hacerse un Indiana Jones otoñal? En mi opinión, no; porque algunas de las características de la serie son “acción constante, peripecias circenses, desenfado y optimismo”, y nada de eso casa bien con “otoñal”. Así que mi problema con el film surge desde su origen. Tras la trilogía original, no se debería haber prolongado la franquicia con un Ford anciano.

            Pero se ha hecho y aquí tenemos la quinta entrega. Phoebe Waller-Bridge cumple con solvencia su papel de réplica femenina al héroe. Mads Mikkelsen aporta su poderosa presencia física para dar consistencia a un villano que sobre el papel no la tiene. Banderas está ahí, pero podría no estar y no pasaría nada. La aparición de John Rhys-Davies es gratuita, un mero recurso a la nostalgia, y también otro bajonazo. ¿Sallah convertido en taxista de Nueva York? No me jodas, ¿es que ya no vamos a respetar nada? En cuanto a la dirección de Mangold, dejando aparte que sus escenas de acción son tirando a confusas, es eficiente (dado su trabajo en Logan, probablemente era el director más adecuado).

            En resumen: ¿Es una mala película? Pues no, al contrario. Si nos olvidamos de la trilogía inicial, es una película de aventuras más que correcta. Pero carece de algo: alma. En cierto modo, es como la excelente copia de un reloj: se parece mucho a un Rolex, pero le falta peso. Pues eso ocurre con El dial del destino: no es una película de Indiana Jones, sino una buena copia de una película de Indiana Jones.

            No obstante, como ya he dicho, el prólogo nos devuelve al Indy que nos gusta, y aunque solo sea por eso, vale la pena ver la peli. Y algo más: el final. Es bonito, una hermosa despedida y un buen pretexto para refocilarnos en la nostalgia, con esa maravillosa Marion Ravenwood a la que tanto hemos echado de menos.

            Y ya está, ¿es el final de Indiana Jones? Lo dudo mucho; más tarde o más temprano, alguien decidirá seguir ordeñando la vaca, pero con otro actor. ¿Imposible, solo Harrison Ford puede interpretar a Indy? Lo mismo se decía de Sean Connery y James Bond, y ya veis lo que pasó. En realidad, la cuestión es ¿debería hacerse? Teniendo en cuenta que la franquicia está en manos de Disney, mejor no, gracias.

18 comentarios:

  1. Estado de acuerdo contigo en casi todo, hay algo que sí me gustaría añadir a tu crítica, César. Indiana Jones no está así porque nadie quiera estar con él, es él el que ha decidido alejarse un poco del mundo tras la muerte de su hijo. Está en una especie de retiro extraño, por decirlo de alguna manera, o así lo he entendido yo al ver la peli.

    ResponderEliminar
  2. Unn placer leerle, como siempre. Saludos Cesar!

    ResponderEliminar
  3. Javier Fernández Jiménez: Acepto sin problemas tu interpretación, pero el resultado es el mismo, y lo que no me gusta es el resultado, ese Indy acabado por las razones que sean.

    Marina: ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Yo también pienso que no debería estar así al principio, es Indiana Jones,caray, son palabras mayores,cuando vi la seria del joven indiana Jones , hace ya muchos años, algunas historias las contaba George Hall un actor anciano con un parche en el ojo, que se parecía mucho a John Ford, que introducía algunas historias, ese me parecería un mejor final a Indy, un hombre anciano que cuenta las historias,con cierto encanto, en las ediciones en dvd, Lucas eliminó a este personaje, no sé por qué, pero que no dudaría en meterse en una aventura pese a la muerte de su hijo, por cierto, menos más que lo mataron porque Shia Labouff o ,como se llame, era insoportable...
    Juan H.

    ResponderEliminar
  5. Juan H: Pues sí, mucho más digno George Hall que el Indiana Jones de la película. Y totalmente de acuerdo con lo del hijo... ¿Se llamaba Mutt...? Benditas las guerras que acaban con mastuerzos como ese.

    ResponderEliminar
  6. Jarl-90009:17 p. m.

    Muy buenas, César. Celebro que hayas disfrutado la peli. Puede que no sea una completa basura, no obstante me esperaré a Disney+ para ver "El dial del pestiño".

    Qué cosas, el otro día también vi "En busca del arca perdida". Fíjate qué casualidad, oye (que Disney+ nos bombardee incesantemente con toda la saga seguro que no tiene nada que ver). En fin, que ya no se hacen pelis así, con aire desenfadado y optimista, como bien decías. Me reí mucho viendo los ojitos que le ponían a Indy sus alumnas (inmensa mayoría en la clase, por cierto). Antes no le daba importancia. Ahora lo aprecio en gran medida.

    Yo tengo mi propio ranking de la serie. Es muy sencillo: Mi película favorita es en todo momento la última que haya visto de entre las 3 que valen (lo cual significa que actualmente es el arca).

    Por último, me voy a unir a ti exponiendo qué película disfruté más en el cine. No, no fue ninguna de Indy, no he llegado a ver ninguna en pantalla grande (¿qué? ¿"El reino de la calaqué"? Eso tuvo que ser un mal sueño). En mi caso fue... ... Spiderman de Sam Raimi, la de 2002. No digo que sea la mejor, sino la que más disfruté. Y tiene explicación (ojo, que viene anécdota).

    Confieso que tuve un ansia desmedida por ver por fin a nuestro querido trepamuros en pantalla grande. Pero, hete aquí, que se estrenó coincidiendo con la época de exámenes de mi facu, así que me vi obligado a aguantarme hasta terminarlos todos. ¡Qué largas se me hicieron esas dos semanas! Pues bien, mi síndrome de abstinencia fue tal (¿se puede sufrir abstinencia por algo que ni siquiera has experimentado? ¡Ya te digo que sí!) que una tarde, haciendo zapping, me topé con el tramo final de "Hook". Veo que la tripulación de Garfio se agita en cubierta, el capitán sale de su camarote para averiguar qué pasa, un destello verde cruza el cielo sobre sus cabezas y Garfio exclama exaltado: "¡Es Peter PARKER!".



    Peter Pan, no. Peter Parker. Sí, te juro que eso fue lo que oí. Ahí me di cuenta de lo mal que estaba.

    Vamos, que no estaba nada condicionado para disfrutar la peli, no. Y, cuando por fin llegó el día, bastó con que se apagaran las luces en la sala y apareciera el logo de Marvel en pantalla (sorpresa inesperada) para que empezara a vibrar de excitación en la butaca. A mi lado, mi mejor amigo (¡un saludo, David!) se reía sólo con verme. Y así toda la peli, mención especial al momento en que el tío Ben pronuncia aquello del "gran poder... gran responsabilidad", etcétera, etcétera.

    Como colofón, una aclaración: el logo de Marvel en pantalla apareció por primera vez con el estreno de esta película. Después se la han añadido a aquellas que se estrenaron antes, como la primera de X-Men, pero como digo eso se hizo a posteriori. Por eso lo de la sorpresa que menciono.

    ResponderEliminar
  7. Hal-9000: Está claro que eras fan de Spiderman y tu hype (¿por qué empleo este anglicismo si existe la palaba expectación?) estaba por las nubes. Yo no era fan de Indiana cuando vi el arca, porque hasta entonces no existía. Me cogió por sorpresa y quizá por eso me gustó tanto. Respecto a los superhéroes, la verdad es que, en general, me aburren, aunque hay notorias excepciones. Mi favorita de Spiderman (en realidad, la única que me gusta) es la segunda de Raimi, la del Dr. Octopus. Está contada como si fuera una fábula, lo que en mi opinión es una buena forma de enfocar el género de los héroes en mallas. ¿Sabes cuál es mi película favorita de la Marvel? "Capitán América: el primer vengador", porque también es una fábula.

    Volviendo al dial, puede que la veas y no te guste, pero siendo honestos no es una basura (como sí lo era la calavera de cristal). ¿Verla en la tele? En general, puede ser; pero el prólogo merece verse en pantalla grande.

    ResponderEliminar
  8. De acuerdo contigo en que nunca debió haber una cuarta entrega y mucho menos una quinta (aunque sea de notable) y mucho menos con Harrison Ford. Mira que me gustan la trilogía y Harrison Ford, pero me da tanta pena ver a un fósil interpretando a otro fósil que debió quedarse en mi recuerdo de otra manera, que no sé si veré El dial del destino. Y lo más preocupante para mí como espectadora, es que por este ataque de nostalgia que hay ahora mismo, probablemente haya más entregas. Aunque quizás un cambio de actor le beneficiaría (y no puedo creer que esté diciendo esto :D)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Anónimo10:58 p. m.

    En su momento vi En Busca del Arca Perdida, en el cine, diez o doce veces. Una de esas veces, fui con mi abuela. Ella nació en 1912, en 1982 tenía unos 70 años y hacía muuucho que no iba al cine. Cuando llegamos a casa de mis abuelos, mi abuela le dijo a mi abuelo: -¡No te imaginas cómo es el cine ahora! No descansas ni un segundo. ¡Todo el rato pasan cosas!
    A ella le encantó. Y cuando recuerdo aquello, me doy cuenta de hasta qué punto Spielberg cambió el lenguaje cinematográfico.
    (Heyyy, soy S. Vallejo 😘)

    ResponderEliminar
  10. Coincido básicamente con tu análisis de esta nueva entrega, César. Yo también la he visto y me ha resultado bastante poco creíble que un anciano como Ford anduviese saltando por ahí y dando (y recibiendo) mamporros. Ya sabemos que este tipo de pelis no han de ser verosímiles, pero, vamos, que hay unos límites...
    Esas películas de serie B que mencionas como antecedentes de Indiana beben a su vez de los clásicos de aventuras británicas del XIX, como Rider Haggard y su muy influyente "Las minas del rey Salomón".

    ResponderEliminar
  11. Yo también lo vi retirado voluntariamente por la muerte de su hijo (pena habría hecho un digno sucesor).

    ResponderEliminar
  12. Dorotea Hyde: Entiendo y comparto lo que dices. No obstante, te recomiendo ver la película, aunque solo sea por el prólogo. Ahí puedes reencontrarte con el Indiana Jones que te gusta, interpretado por el Harrison Ford que te gusta. Son solo unos quince minutos, pero vale la pena.

    S. Vallejo: Hi, Susana! En realidad, Spielberg es un realizador muy clásico (en el mejor sentido de la palabra). No estoy nada seguro de que cambiara el lenguaje del cine. Lo que cambió fue la forma de concebir el cine como espectáculo, pero el lenguaje... En fin, tiene un estilo muy marcado, pero no un lenguaje distinto. Creo yo, vamos.

    ResponderEliminar
  13. Gharghi: No, si no lo discuto. Lo que digo es que, sean cuales sean las razones, el resultado no me gusta. En lo que difiero contigo es en lo del hijo, Mutt, que me pareció un berzotas que de ningún modo podría suceder al gran Indiana Jones.

    Elena Rius: Por supuesto, Haggard, junto con Doyle, Wells, Burroughs y otros, fue un antecedente directo del pulp que vendría justo después. No cabe duda de que Indiana Jones pertenece a la misma estirpe de Allan Quatermain.

    ResponderEliminar
  14. César, ahora que lo mencionas, tienes razón, el hijo no iba a mejorar. Veremos por donde tira la franquicia; que algo me dice que tenemos arqueóloga sucesora.

    ResponderEliminar
  15. Quizás eran las ganas que tenía de volver a ver al doctor Jones en el cine, pero la cuestión es que con el final acabé emocionándome y soltando alguna que otra lagrimita...

    ResponderEliminar
  16. Gabriel: Estamos de acuerdo: el final es emocionante. Pero, ¿sabes qué?, personalmente habría preferido no emocionarme de ese modo con Indiana Jones.

    ResponderEliminar
  17. Me parece la peor de todas, me gusto más la calavera.... cuestión de gustos

    ResponderEliminar