Carta abierta a quienes cada día se dedican a llenar mi Outlook de correo basura
Estimados amigos: es muy improbable que algún día entréis en este blog, lo sé; y, aunque llegarais aquí por algún capricho del azar, supongo que no entenderíais nada, pues todos vuestros correos están escritos en inglés, lo que me permite inferir que ésa debe de ser vuestra lengua natal. No obstante, por si se diera la remota casualidad de que alguno de vosotros fuera hispanoparlante y lector de La Fraternidad de Babel, me gustaría deciros algo.
Admiro vuestro tesón, os lo juro, porque hace falta poseer una férrea voluntad para mandarme cada día más de veinte correos electrónicos. Y no, no creáis que el hecho de haber delegado esa tarea en una máquina resta ni un ápice de mérito a vuestro empeño; muy al contrario, pues combinar obstinación con tecnología no es más que dar un paso adelante en la escala evolutiva. ¿Por qué tocar las narices analógicamente cuando resulta mucho más fácil y productivo hacerlo de forma digital? En fin, aplaudo vuestra tenacidad, pero debo advertiros que la perseverancia no siempre trae consigo los frutos deseados.
Veréis, no uso reloj de pulsera, así que no voy a compraros un Rolex (ni un Trolex, si vamos a eso). Por otro lado, como no pienso trasladarme a Canadá, no tengo el menor deseo de ser propietario de una parcela en la Columbia Británica. Tampoco voy a adquirir acciones de las múltiples compañías que, al parecer, están perdiendo el culo por tenerme como socio. En cuanto a los numerosos puestos de trabajo a tiempo parcial que me ofrecéis: no, gracias. Comprendedlo; me siento muy ufano de que tantas empresas se peleen por tenerme en su staff, pero, aunque no quiero pecar de desagradecido, mi labor como escritor no me dejaría tiempo para realizar las extrañas transacciones que me proponéis. Con respecto a vuestras amables ofertas farmacéuticas, me gustaría notificaros que, afortunadamente, todavía no necesito Viagra. Por último, debo reconocer que lo del alargamiento de pene me tentó; pero al final comprendí que sólo me siento tranquilo cuando quien hurga por ciertas zonas de mi anatomía es una mano femenina (y, por supuesto, selecta). Además, no termino de encontrarle la gracia a que mi pequeño soldadito acabe convertido en un espagueti.
Así pues, teniendo en cuenta que no albergo la menor intención de adquirir ninguno de vuestro productos, ni de participar en los turbios negocios que me proponéis, ¿tendríais la amabilidad de dejar de escribirme?
Es que, veréis, me estáis poniendo de los nervios...
Caramba, César. Compartimos la recepción de los de los "Trolex" y la "Viagra"...
ResponderEliminarEcho en falta ser accionista de alguna mina perdida. Casi que me hace ilusión y todo.
Yo tambíén tengo de "adelgazar" y de "que todo el mundo me quiera" y "ser como todos los demás" (no sé qué contienen porque nunca los he abierto, a lo mejor me estoy perdiendo algo grande).
Todo esto llega a la dirección de correo de mi empresa que mantiene un montón de sistemas para evitar "porquerías" y virus varios. Afirman que no pueden luchar contra estas intrusiones.
NB: Después de las vacaciones tenía más de 800 emails, de los que apenas 40 eran para mí "de verdad de la buena".
Sin comentarios.
Los mejores son los de cierto ministro de un remoto país africano que, casualmente se ha encontrado un montón de millones de dólares debajo de un bonsai y ha decidido compartirlos generosamente con nosotros...
ResponderEliminarYo creo que esto forma parte de alguna oscura conspiración de los gobiernos para que renunciemos a internet por las buenas XD
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ResponderEliminarlo del ministro africano lo recibía yo ya en el 90, por fax. Debe ser el tio más pesao del mundo. Despues de 16 años debería haberse cansado.
ResponderEliminarTodo es una conspiracion judeomasonica criptico informatica.
echad un ojo a esto sobre el spam, aparece hoy en axxon:
ResponderEliminarhttp://axxon.com.ar/not/166/c-1660121.htm
Marcurial normalmente dudo de todo (sobre todo de mí misma), pero la información parece real y es IMPAGABLE.
ResponderEliminarNosotros quejándonos de unos "honrados comerciantes" que son, a saber, inteligentes (desafían la red), cultos (al menos leyeron El Hobbit), honrados (no te roban el número de la tarjeta sino que te envían tu pedido)... Lo único es que son un poco pesaditos haciéndose publicidad.
:P
Bueno, me estoy pensando pedirme un Trolex.
Yo también odio el spam. La única solución que he encontrado es la de tener dos direcciones de correo. Una, la uso solo con contactos muy elegidos. La otra, más libremente y, cada cierto tiempo, cuando se me va llenando de basurita, la anulo.
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Estoy recién vuelto a casa despues de mi operación quirúrgica y acabo de entrar por primera vez en el blog de César. Gracias a todos por los buenos y, al parecer efectivos, deseos. Y a César por pedíroslos. Besitos de convaleciente.
En las cuentas de Gmail se filtra el spam bastante bien, y como lo tienes apartadito no molesta para nada, además como las cuentas son tan grandes, casi 2800 MB, pues no notas la falta de espacio. Por cierto, Big Brother, ¡feliz recuperación!
ResponderEliminarConmigo se han obsesionado los que ofrecen remedio para un pene pequeño y los problemas de erección, y los que ofrecen medicamentos de toda las clases, no sé por qué les ha dado esa manía.
ResponderEliminarReconozco que me pirran los de las maletas africanas con dinero, y sus maravillosas historias llenas de dramatismo, donde hay familiares traidores, golpes de Estado, asesinatos, depositadas en un lugar tan accesible que puedo obtenerla por un módico precio fiándose de que voy a coger el porcentaje mío y remitirle el resto a la viuda y los huérfanos: es tan absolutamente poco fiable quien así se fía de mí que me da hasta pena participar en la cadena de desgracias que les afligen, pero los leo embelesada.
Big brother, qué gusto saber que estás mejor.
Un abrazo
Olvídalo. Los que envían spams no tienen tiempo para leer. Están todo el día encerrados en sótanos mal ventilados, iluminados con luces de neón, comiendo donuts, bebiendo café de máquina automática, en sillas demasiado altas o demasiado bajas, al lado de colegas que se duchan poco y tienden a comer demasiada cebolla.
ResponderEliminarPor lo menos así lo espero.
a mi insisten con lo del alargamiento del pene, aunque mi mujer jura que no le conto a nadie....
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