Bueno, pues esto se acabó, amigos. El PSOE quería ganar estas elecciones y mejorar su mayoría. Lo ha conseguido. El PP pretendía conquistar el poder y demostrar así que su derrota de hace cuatro años fue injusta. Ha fracasado. Por tanto, la buena noticia es que la derecha extremada se mantendrá cuatro años más lejos del poder. La mala es que la derrota del PP no ha sido rotunda.
Veréis, que ganaban lo socialistas estaba claro; sólo había que prestar atención a los entresijos de las encuestas y tener presente el “efecto boomerang” (¿recordáis?). Así que la cuestión que se dirimía no era esa, sino los resultados de los populares. Si el PP hubiese obtenido peores porcentajes que hace cuatro años, o incluso si se hubiese limitado a igualarlos, el sector duro de la derecha habría fracasado y probablemente se iniciaría un movimiento de renovación en el partido. Pero el PP ha mejorado los resultados (aunque no lo suficiente como para ganar), lo cual significa que el sector duro tiene algo a lo que agarrarse. Y no habrá renovación. Puede que Rajoy dimita, no lo sé, y es casi seguro que algunos elementos de la dirección, como Zaplana, se desvanezcan, pero estoy convencido de que el sector duro seguirá controlando el partido. Desde luego, debe de ser un placer contar con un electorado tan dócil como el de la derecha, un electorado que se lo perdona todo a sus lideres y es capaz de tragarse sapos como camiones y no dudar ni un segundo a la hora de depositar su voto. Afortunadamente, no son mayoría.
No obstante, ante los resultados de estas elecciones cabe preguntarse: ¿es eficaz la estrategia de oposición salvaje practicada por el PP? Pues veréis, por desgracia ha demostrado ser muy eficaz para fidelizar y mantener tensionados a sus electores, eso es indudable. Pero esta estrategia tiene un grave defecto: igual que moviliza al propio electorado, moviliza al electorado rival que, por ahora, es más numeroso. Es decir, no es una estrategia ganadora. Salvo que en el país suceda un desastre, claro. Y a eso se la van a jugar los populares; confiarán en que la augurada crisis económica socave al gobierno e insistirán en su mensaje catastrofista. Más de lo mismo, palo y tentetieso, bronca y follón. Porque, además, controlando el partido el sector duro, y sin una renovación a fondo, no sería creíble ni viable un viaje del PP hacia el centro, una búsqueda de las políticas moderadas que sí podrían darle la victoria. Por tanto, aventuro (aunque espero equivocarme) que la presente legislatura será muy similar a la anterior, con el PP haciendo una oposición salvaje y la tensión social incrementándose día a día.
Por ello, estas elecciones me han dejado un sabor agridulce, una mezcla de sonrisas y lágrimas. Sonrisas porque la derecha se mantiene alejada del poder, y lágrimas porque la vida política va a seguir siendo el lodazal de los últimos cuatro años. Por expresarlo metafóricamente: han ganado los buenos, pero los malos no han sido castigados (ahora que lo pienso, lo mismo sucede en mi última novela, El juego de Caín).
Pero hay más lágrimas, amigos míos. Los resultados de estas elecciones han incrementado el bipartidismo que ya imperaba en este país. El desmoronamiento de Izquierda Unida me ha resultado particularmente doloroso; ya sé que es un partido casi nostálgico, un partido que debería haberse modernizado hace mucho tiempo, pero también creo que es un partido honesto que merecería contar con más peso en el parlamento. Pero el voto útil y la ley D’Hont se lo han llevado por delante. En general, me preocupa esa tendencia al bipartidismo radical, como les preocupa a muchos merodeadores de Babel; ya sé que esto suena contradictorio con, por ejemplo, lo que decía en la entrada anterior, pero no lo es. El bipartidismo no va a desaparecer consiguiendo que la izquierda y el centro voten a diversas opciones políticas, ni mucho menos; el bipartidismo existirá e irá a más mientras siga en vigor la ley D’Hont y en la derecha sólo haya un partido. Esos son los dos obstáculos que hay que vencer para acabar con la polarización y todo lo demás son zarandajas.
Pero eso no es todo, aún tengo más motivos para llorar. Reconozco que se me revuelven las tripas constatando que Madrid es uno de los principales graneros de votos del PP. Me reconcomo por dentro cuando pienso que la presidenta de mi comunidad es la impresentable populista Esperanza Aguirre, o cuando advierto que si Gallardón renuncia a la alcaldía, Ana Botella será alcaldesa de la ciudad. Después de tirarme no sé cuántos años aguantando el meapilas de Álvarez del Manzano, ¿éste es el porvenir que me espera?... Joder, os juro que yo amaba a Madrid; era una ciudad abierta y amable, una ciudad sin forasteros, porque todos lo éramos, una ciudad vibrante donde sucedían cosas, como a principios de los 80. Pero todo ha cambiado mucho y ahora Madrid se me antoja una ciudad hostil y agresiva, una ciudad que ha tomado anfetaminas y coca en vez de fumarse un canuto, una ciudad donde no es agradable vivir. Y para colmo, ahora es Zona Nacional, como si el barrio de Salamanca se hubiera expandido hasta apoderarse de toda la ciudad.
Qué poco me apetece seguir viviendo en Madrid... A veces pienso que soy catalán, coño, que nací en Barcelona, y que a lo mejor debería irme a esa ciudad mucho más civilizada que la capital... pero tendría que aprender el idioma y, qué queréis que os diga, no estoy por la labor. En realidad, debería irme a vivir a Galicia, mi patria personal, mucho más grata que la Cataluña donde nací o el Madrid donde me he criado y he vivido, porque es la patria que yo he elegido y no la que el azar me ha impuesto. No sé, estoy tan harto de Madrid...
En fin, lo dicho, sonrisas y lágrimas. Como veis, no estoy demasiado contento con el resultado de estas elecciones, pero despidámonos con una sonrisa: ¡Riau, riau, riau, ha ganao el equipo colorao! Y basta ya de política, que es un coñazo. La próxima entrada se alejará de la cosa pública y se adentrará de nuevo en el inmenso vacío intelectual que siempre ha caracterizado a este blog. Nos vemos.
(...) nací en Barcelona, y que a lo mejor debería irme a esa ciudad mucho más civilizada que la capital... pero tendría que aprender el idioma y, qué queréis que os diga, no estoy por la labor.
ResponderEliminarJoder, César, que eso es una leyenda urbana. Esta, también tierra de inmigrantes (como lo fueron mis padres) y de acogida no se acogota a nadie por no hablar catalán. Si no, pregúntaselo a Juanma.
Y sí, puñetero voto útil. Los pactos, los va a tener que hacer el PSOE con CiU, que no son precisamente de izquierdas...
Siempre hay alguien peor, César: YO VIVO EN MURCIA.
ResponderEliminarPor cierto, se admiten apuestas: ¿cuánto tardará Esperanza Aguirre en asaltar el palacio de invierno?
ResponderEliminarPorque esta no se espera a otra derrota de Rajoy en 2012, porque retrasaría sus expectativas a 2016...
Muy cierto Cesar, lo suscribo totalmente, y respecto a Madrid, la verdad es que es muy triste, pero ojo, que nadie se confunda, no digo que sea triste que el PP obtenga más votos que el PSOE, quiero decir que es triste que aquí en la capital, con Esperanza Aguirre al frente, han estado durante mucho tiempo diciendo que todo lo malo que ocurría era culpa de Zapatero, y que ellos, aunque el problema fuese de su competencia, nada tenía que ver con su gestión. El malo era ZP por ahogar Madrid. Han bloqueado la ley de dependencia y la ayuda a la vivienda de los 200 euros, han boicoteado la ley del tabaco, ahora los padres que quieran a educar a sus hijos en el machismo, en la homofobia o en el racismo podrán hacerlo ya que podrán hacer que sus hijos objeten en educación para la ciudadanía (y los padres podrán educar a sus hijos en la hablación genital ya que los padres tienen el derecho a educar en su casa a sus hijos en sus creencias y en el colegio no les podrán decir que eso no está bien), y todo ello escondiéndose en disculpas administrativas para poder decir que Zapatero marginaba Madrid y se lo servía todo a los catalanes en bandeja. Esperanza Aguirre se ha dedicado a hacer política nacional a costa de los madrileños para poder acusar a ZP de “amigo de los catalanes” y “antimadrileño” y eso ha sido premiado por los votantes de la capital. El anticatalanismo ha triunfado. Eso es lo que me entristece, que el todo vale de Esperanza no ha sido castigado. Y sin olvidar lo de las falsas acusaciones de asesinato al Dr Montes y su equipo por su buen trabajo en cuidados paliativos. Me entristece que la ruindad que he visto en la presidenta de la comunidad sea rentable electoralmente.
ResponderEliminarRespecto a las elecciones en general, aún pueden salir políticas de izquierdas sin contar con CIU, ya que PSOE + ERC + IU + BNG = 176 escaños. Y falta NaBai que tiene en la coalición a Aralar que es otro partido de izquierdas, pero también tiene dentro al PNV, así que no sé qué postura tomarán. Dentro de lo malo el reparto de escaños no ha quedado tan mal. Una pena lo de IU, pero quizás deberían abandonar los proyectos utópicos y defender más la política social del día a día.
Un saludo.
Hay mucha leyenda urbana con el sistema de reparto d'Hont.
ResponderEliminarEn realidad, como sistema de reparto es bastante proporcional con un ligero sesgo que favorece a los partidos más votados. Un sistema de reparto más proporcionado aún es el de Sainte-Leguë
Lo que desbarata la proporcionalidad es la micronización en circunscripciones pequeñas. En este caso, las provincias, que son una herencia de la famosa constitución de Cádiz pero que en el actual sistema autonómico son una rémora incomprensible (y no me quiero meter con las Diputaciones Provinciales que entonces no acabo...).
Imagina: cada provincia recibe, por la cara, una representación de 2 diputados; el resto se adjudica, más o menos proporcionalmente, según población.
Así tenemos que una C.A. muy extensa pero poco poblada como Castilla y León, con 2 millones de electores, recibe 32 diputados. Mientras que Madrid, muy pequeña pero muy poblada (~4,4 mill. de electores) recibe sólo tres diputados más, 35.
Pero, además, como los diputados se eligen *por provincias*, aquellas con muy pocos diputados (casi todas) son copadas por los partidos mayoritarios porque, sencillamente, no hay más "sitio" que repartir. Aunque un partido minoritario obtenga el 25% de los votos, no conseguirá escaño en una provincia con 3 diputados.
La solución: muchas (y algunas de muy hondo calado), pero básicamente, con concentrar las circunscripciones ya habríamos avanzado bastante.
César, a Barcelona encara hi ha lloc para mès madrilenys que parlem català d'aquesta manera! (O sea que en BCN hay sitio aún para más madrileños que hablamos catalán de esta forma tan... tan... "madrileña). ;-)
ResponderEliminarAdemás hay mar.
¡¡Vente "pacá"!! ;-)
(Manolo: gracias por tu entrada, lo de la ley de Hont me ha quedado un poquito más claro).
Yo también vivo en Murcia, y esto es
ResponderEliminar"pa" morirse. Madrid al lado de esto no es zona nacional, es el Kremlin, con momia de Lenin incluido :)
fíjate, por un momento me he puesto en la piel de una persona de derechas, que quiere un partido conservador, sin extremismos, y comprendo lo que ha pasado en mi barrio y otros muchos sitios.Imagínate que esa persona, que en absoluto es radical, le pasa exactamtne lo mismo que a ti: echa de menos el voto negativo, no quiere que gobierne el PSOE, aunque no tiene a quién votar. ¿qué hace? sólo tiene dos opciones, o no votar o votar al PP que hay. Ni siquiera le queda el consuelo de votar a un homólogo de IU, tal como ténemos (teníamos, casi) los que votamos a la izquierda.
ResponderEliminarAhi va, me tengo que ir. Luego sigo
Gran entrada, César, coincido contigo en prácticamente todos los puntos.
ResponderEliminarGracias a Manolo por explicar de forma tan sencilla lo injusto de nuestra ley electoral.
Y César, en Galicia se te recibiría con los brazos abiertos, te lo aseguro. Santiago es ciudad de peregrinos.(Y sí, aquí también ha ganado el PP, aunque el PSOE y el Bloque van acortando distancias...algo es algo)
Sólo por el silencio de los salvapatrias de hoy en el trabajo, eludiendo hablar de política y como si fuera un lunes normal y corriente, ha merecido la pena la exigua victoria.
ResponderEliminarLástima que el raca-raca vaya a seguir.
Hola César,
ResponderEliminarA mí el mejor sabor de boca me lo ha dejado la dimisión de Llamazares, ahora sabremos si IU toma nuevos rumbos o se cae definitivamente.
Si te apetece venirte a Galicia, venga chico, no te lo pienses más. Te recibiremos encantados.
Yo llegué a las mismas conclusiones que tú ayer, pero hoy, pensándolo fríamente, creo que mucho más no iba a pasar. Mayor castañazo se llevaron hace cuatro años y no dimitió ni el gato. Y de todas formas, algún cambio deberá haber, porque no puedes pretender pasar ocho años en la oposición sin hacer ni el más mínimo cambio. Finalmente, no creo que la oposición sea más dura, es imposible, ni igual de dura, porque fideliza a los propios, pero moviliza a los rivales. Tendrán que pensar otra cosa...
ResponderEliminarPues en Público acabo de leer que en circulos internos del PP ya se dice que los mejores resultados los han obtenido dónde han sido más duros, o sea, en Madrid, Comunidad Valenciana y Murcia, así que van a seguir igual.
ResponderEliminarY ya veréis los que no conocéis bien a Espe, que al final acabará presentandose en toda España para el 2012.
Que se presente, que se presente. Seguro que a Zapatero le apetece gobernar con mayoría absoluta cuatro añitos.
ResponderEliminarAhora, a pesar de la poca lluvia que ha caído, en las zonas del campo que conservan más la humedad como los prados arbolados, veredas, zonas por donde corren caceras y pequeños riachuelos, podemos descubrir la maravillosa manjarria o colmenilla.
ResponderEliminarEs muy facil de identificar por las celdillas de su sombrero y su sabor es un auténtico placer.
Disfrutemos, por fin, de lo auténtico y pasemos a cosas más gratificantes.
Salut.
¡Qué nervios! La primera vez que posteo tras meses visitando el blog. Lo primero César, es que es para mi un orgullo que consideres a Galicia como tu patria adoptiva. Sería un privilegio para nosotros que te vinieses a vivir aquí. Tendrías que ver las olas gigantescas que ayer se estrellaban contra los muros del castillo, en la isla de Santa Cruz.
ResponderEliminarCon respecto al análisis político, el PP en Galicia sigue siendo una fuerza formidable, ya que tras haber perdido el poder en la Xunta, prácticamente sigue manteniendo el mismo número de votos. Como parte positiva, el PP en Galicia mantiene una actitud más progresista (o debiera decir menos conservadora) que la línea del partido a nivel nacional, ya que su presidente, Alberto Núñez Feijoo es un hombre de Gallardón. Como negativa: el ala dura del PP, con Espe y otros neocon, se verá reforzada por los resultados electorales: es de preveer que impongan sus criterios a nivel nacional.
A veces pienso que soy catalán, coño, que nací en Barcelona, y que a lo mejor debería irme a esa ciudad mucho más civilizada que la capital... pero tendría que aprender el idioma y, qué queréis que os diga, no estoy por la labor.
ResponderEliminarVaya, me acabas de contar mi vida, pero a la inversa.
Barcelona es una gran ciudad, y tiene todos los problemas de una gran ciudad.
El idioma sería un problema en Girona, pero no en Barcelona. Es una ciudad completamente bilingüe y, con entenderlo, ya te arreglas perfectamente. Si, además, sueltas algún Déu n'hi do o un par de I taaant! en cada frase, ya te habrás ganado a la población nativa. :-D
Los problemas de Barcelona son otros: el Tripartito, las infraestructuras y el "a mí a moderno no me gana nadie". Son neuras diferentes, pero, en conjunto, es más habitable que el Madrid que dejé hace seis años y en que ya no me reconozco.
Gallardón es el mal menor, porque, como dices, el recambio es Ana Botella (gran golazo que le metió Aznar a Albertito). Esperanza es el peor mal bicho que hay en la política española: no me cabe la menor duda de que conseguirá sus objetivos; tal vez no en junio, pero sí en algún momento. Con la crisis que viene, me cuesta pensar que el PSOE vuelva a ganar las elecciones (se va a comer el peor momento de la economía española en años), y no creo que se resigne a dejarle el poder al tibio de Rajoy. Además, Pedro Jota y Losantos ya han tomado partido descaradamente, y eso es mala señal.
Lo de Izquierda Unida me jode en lo personal: siempre los he votado, y me duele que un partido con un millón de votos se tenga que ir al grupo mixto. La oportunidad de salvar los muebles llegó hace tres años, cuando Llamazares dio el pucherazo en el congreso de IU para quitarse de enmedio a mi hermano (Enrique Santiago), y hace seis meses, cuando le ganó las primarias a Marga Sanz. Ahora les toca renovarse o morir, y nunca mejor dicho. Y desmantelar Izquierda Unida no equivale a que el PSOE absorba todos sus votos, sino que supone, en términos prácticos, arrojar a la abstención (echar del juego político) a cientos de miles de demócratas convencidos que no creen en el PSOE, ni siquiera como "mal menor" o "voto útil".
En cuanto al PP y sus perspectivas de cambio, ya lo habéis dicho: han mejorado resultados con respecto al 2004, han convertido el asesinato de Isaías en su 11-M para los próximos cuatro años (siguen con el "habéis ganado por el atentado") y han subido especialmente donde se han empleado con mayor dureza. Por pura inercia y por su cabezonería legendaria, reelegirán a Rajoy (es su manera de decir "aquí no ha pasado nada"), pero habrá que tener muy en cuenta quién habrá en la nueva ejecutiva, para saber cuál es el recambio a medio plazo: Espe aprovechará el menor batacazo (municipales, europeas) para asaltar el poder. E, insisto, con la crisis que viene, y si le añadimos el desgaste típico del poder, dudo que el PSOE repita victoria en el 2012.
El enlace definitivo sobre Hont:
ResponderEliminarhttp://www.microsiervos.com/archivo/mundoreal/como-funciona-la-ley-d-hondt.html
Hola, César:
ResponderEliminarCoincido contigo en todo, incluso en las preferencias territoriales. Los resultados de las elecciones también me me saben agridulce. La perspectiva de tener a Esperanza Aguirre como futura presidenta es desesperanzadora. Un saludo desde Mal.
Queridos amigos: básicamente, estoy de acuerdo con todos vuestros comentarios políticos; además, apuntáis temas de lo más interesante para comentar, pero... la verdad, después de las elecciones estoy harto de la cosa pública. Vamos, que de momento no me apetece seguir hablando de política. Seguro que a vosotros os pasa igual.
ResponderEliminarEn cuanto a mi traslado territorial... En fin, ya sé que no hace falta hablar catalán para vivir en Barcelona. También sé que esa ciudad es muy hermosa y más civilizada que Madrid, pero no abandonaría una gran ciudad para irme a otra gran ciudad, así que no viviré en Barcelona.
Otra cosa muy distinta es Galicia. Veréis, nací en el Mediterráneo, como Serrat, pero me siento atlántico. He vivido siempre en la sequedad de la meseta, pero mi paisaje es el verdor del norte. Incluso mi aspecto físico es contradictorio; soy grande, de piel clara y ojos azules, lo cual me aleja del prototipo fenicio o latino y me acerca al modelo celta.
He visitado y recorrido Galicia infinidad de veces (salvo Orense, que apenas lo conozco); de hecho, hice la mili en Pontevedra y en La Coruña. Y cuando estoy en Galicia me siento en casa. Amo a esa región más que a ninguna otra zona de España, con la posible excepción de Cantabria. Soy gallego, por mucho que mi DNI se empeñe en fijar mis orígenes en Cataluña y mi residencia en Madrid.
Ah, y Pepa, mi mujer, es gallega. Ella y yo llevamos un par de años buscando una casa o un terreno en Galicia. Dado el desastre urbanístico de Pontevedra, lo buscamos en La Coruña y Lugo; un sitio a las afueras de algún pueblo, frente al mar. Pero, ay, es casi imposible encontrar algo con vistas al mar, así que la cosa va para largo. Y no estoy hablando de una casa de vacaciones, sino de un lugar donde viviríamos al menos seis meses al año. Pero es difícil... De modo que ya sabéis los merodeadores gallegos: si conocéis algún edificio o terreno de las características que he mencionado, decidmelo please.
De mis abundantes genes gallegos debí de heredar la condición de emigrante, porque no voy mucho por allí. Una tía lejana vive en un pazo impresionante cerca de Coruña, pero no tiene vistas al mar. Me informaré, a ver dónde está exactamente.
ResponderEliminarA bote pronto, me vienen a la mente pueblos como Cedeira o Ribadeo.
Soy demasiado urbanita, y para mí, el cambio a mejor consiste en haber dejado el agobio de Madrid para haberme ido a una ciudad como Barcelona, grande y en ocasiones desagradable, pero bastante más manejable que el monstruo en el que se ha convertido Madrid. Supongo que a medio plazo, con la vida más resuelta y niños y tal, podría apetecernos ir a vivir a Girona. Hoy por hoy, no me veo en un pueblo, pero si llegara el momento, y algo me dice que llegará dentro de algunos años, preferiría algún pueblito de la provincia de Girona, en la Selva, el Ampurdán, el Ripollés o La Garrotxa: Santa Pau, Camprodón, Caldes de Malavella, Santa Coloma... Hay mucho dónde elegir.
yo, si quieres te puedo sugerir un pueblecito que sólo está a ocho horas del mar. Se llama Torrelaguna y en los alrredores tienes sitios tan fantásticos como Torremocha, Uceda... Lo digo porque tal como está de urbanizada la costa más vale que mires algo del estilo de lo que te propongo. También te puedo vender una espléndida casa del siglo pasado con patio, dos plantas, chimenea,... una joya.
ResponderEliminar;-)
Estimado César ya que estas buscando huir de Madrid,te informe que aquí en Urueña somos 150 habitantes en un pueblo amurallado con 10 librerías y 4 museos más otras ofertas culturales donde nos falta un escritor,a 2 kilómetros de la A-6 y 4 horas de Galicia para cuando te quieras escapar.
ResponderEliminarAhora sí por menos de 100 millones de las antiguas pesetas no encuentras nada,en eso si que son iguales los del PSOE y los del PP todos piden esas cifras desorbitadas.
Me ha encantado leer algo fuera de política, que ya se repetía el temita en todas partes con esto de las elecciones. =D
ResponderEliminarSé por testimonios que Madrid, como dices, es una ciudad que te devora. Yo creo que no podría vivir lejos del mar.
Samael, guárdame esa casa. :-o
Es curioso que hayas mencionado Galicia y Cantabria, que son dos comunidades autónomas tradicionalmente de derechas. Quizá tenga que ver que el concepto de derecha en el norte, al menos a nivel social, es bastante distinto al del resto del país. A veces tengo la sensación de que en algúnos sitios se ha pasado del "¡Viva el Señorito!" a "¡Yo también seré Señorito algún día...!".
ResponderEliminarNo obstante a veces la percepción que se tiene de los lugares donde no se vive y que se visitan de vez en cuando puede ser muy distinta de la realidad del día a día. En Galicia, a raíz del asunto del Prestige, quedó patente que el PP ejerce a menudo un poder casi faccioso, auténtico caciquismo decimonónico. Curiosamente, en lugares donde el PSOE lleva gobernando más de veinte años parece que se desarrollan las mismas estructuras de clientelismo, y hasta empieza a surgir una especie de "pequeña aristocracia" que en unas pocas generaciones acabaría por hacerse hereditaria si la dejan.
De todos modos, el modelo de las grandes ciudades me parece infernal, desquiciante y completamente ido de olla. Como en el Imperio Romano del siglo II, la salvación está en las provincias.
Y sí, yo también he pensado siempre que es importante averiguar de dónde es uno. Hay gente que tiene suerte y no tiene que hacerse esa pregunta nunca, porque nace donde debe. Y otros, en cambio, se pasan la vida buscando de dónde son, y supongo que algunos no llegan nunca a averiguarlo...