NOTA: Esta entrada puede ofender la sensibilidad de algunos merodeadores. Si eres un votante natural de la derecha, si en general estás de acuerdo con la línea de actuación del PP durante esta legislatura, si Mariano Rajoy es el político actual a quien más valoras, no leas el texto que viene a continuación, pues no va dirigido a ti y sólo conseguirías cabrearte.
Voy a votar al PSOE. Supongo que esta revelación no sorprenderá a ninguno de los que frecuentan Babel, pero aun así voy a explicarme. Votaré a los socialistas por tres razones básicas. En primer lugar, porque su ideología está más próxima a la mía que la del resto de los partidos. Ah, vale, es cierto que estoy de acuerdo con muchas propuestas de Izquierda Unida, pero es que IU es un partido tan triste y contradictorio, con tan poco futuro... En segundo lugar, porque creo que, en líneas generales, el gobierno no lo ha hecho demasiado mal durante la anterior legislatura. Tampoco demasiado bien, por supuesto. Pecó de ingenuidad en los contactos con ETA (sobre todo por solemnizarlos) y en el estatuto catalán, hizo demasiadas concesiones a la Iglesia, ha mantenido una nefasta política de comunicación y no ha sabido resolver dos grandes problemas nacionales como son la vivienda y la educación. Pero al mismo tiempo, su política económica fue más que correcta y promovió importantes avances sociales. Además, por lo que sé (y algo sé), ha sido uno de los gobiernos más honestos de la democracia; no absolutamente honesto, claro, pero sí mucho más de lo usual. En tercer lugar, más que un voto a favor del PSOE, el mío es un voto esencialmente en contra del (actual) PP. ¿Recordáis la entrada donde proponía el voto negativo? Bueno, pues si existiera, ni votar al PSOE ni leches: plantaría en la urna un voto negativo contra el PP como una casa. Pero no hay votos negativos, de modo que la única forma de votar en contra de los populares es votando a los únicos que pueden gobernar en su lugar: los socialistas. Todo lo demás, amigos míos, puede resultar muy romántico, muy honesto, muy idealista, pero desgraciadamente no sirve para una mierda.
Ahora bien, ¿por qué estoy tan en contra del (actual) PP? ¿Acaso soy un radical, el típico hooligan de izquierda? Bueno, quizá, pero lo dudo; de hecho, creo tener buenas razones para contribuir a evitar que la actual dirección de los populares alcance el poder. Permitidme exponer diez de ellas.
1. El PP ha derivado hacia una derecha extrema. Una peculiaridad del PP es ser el único partido conservador de implantación nacional. En un principio, si recordáis, estaba UCD como centro-derecha y Alianza Popular como derecha; pero la autodinamitación de UCD mandó a hacer espárragos al partido y provocó que sus lideres se integraran en AP, que poco después transmutó para convertirse en el PP. Así pues, el Partido Popular reunió bajo unas mismas siglas a todos los conservadores españoles, desde el centro-derecha hasta la extrema derecha, aunque la voluntad de su fundador, Manuel Fraga, era conducirlo, al menos teóricamente, hacia zonas próximas al centro.
Pero el pasado franquista de Fraga le imponía un techo electoral que no podía superar, así que, tras una turbulenta búsqueda, se aupó a José María Aznar a la presidencia del partido. Aznar era un tardo-falangista (militó en el FES) reconvertido para la democracia, pero jamás estuvo vinculado al franquismo, de modo que en principio no tenía ningún techo electoral. Yo creo que para entender a Aznar hay que recurrir más a la psiquiatría que a la política, pero ya no vale la pena tomarse la molestia. Aznar era y es un hombre autoritario y extremadamente conservador, un hombre mediocre y sin ápice de carisma, pero dotado de una voluntad a prueba de bombas. Bajo el lema “sin complejos”, se lanzó a la yugular de Felipe González y, como había mucho donde morder, acabó arrebatándole el poder a los socialistas. La necesidad de pactos para gobernar durante su primera legislatura enmascaró el auténtico rostro de Aznar, obligándole a hablar catalán en la intimidad, pero la mayoría absoluta de la segunda legislatura destapó el tarro de las esencias y el partido dio un amplio viraje hacia la derecha más dura. En la cresta de la hola neo-con, Aznar inició una absurda aventura atlántica que pasó por Texas, por las Azores y acabó como todos sabemos que acabó. El PP perdió las elecciones y el PSOE regresó al poder.
Pero en la cúspide del PP, que no estaba preparado para perder, se encontraba todo el equipo de Aznar, con Rajoy, Acebes y Zaplana a la cabeza y el propio Aznar oculto tras la FAES. Con el supuesto fin de fidelizar al núcleo duro de sus votantes, y apoyándose en los sectores más conservadores de la sociedad, en el amarillismo de El Mundo y en la ultracadena de los obispos, el PP ha ido derivando en la oposición hacia la derecha extrema (es decir, lo más cerca que se puede estar de la ultraderecha aceptando las reglas democráticas). Tal y como confesaba Gabriel Elorriaga, Secretario de Comunicación de los populares, en su entrevista para el Financial Times: “El PP tiene una imagen muy dura y de derechas en este momento (...) Incluso nuestros votantes piensan que son más de centro que el PP”.
Por todo ello, y convencido de que en las actuales circunstancias lo último que necesita España es un partido radical, sea de izquierdas o de derechas, votaré contra el PP.
2. El PP ha enturbiado la vida política y social realizando una oposición desmedidamente crispada. Es enteramente normal que la oposición haga eso, oposición; no sólo es su derecho, sino también su obligación democrática. Lo que ya no resulta tan normal es que la estrategia de oposición se parezca a una campaña bélica. Durante cuatro años, el PP ha realizando una oposición salvaje en la que estaba vedado cualquier rastro de lealtad institucional. Una oposición contraria a todo, desmedida, exagerada, una oposición que incidía tanto sobre los problemas reales como sobre los que ella misma inventaba. Una oposición de mal estilo, de insulto y descalificación personal, que convirtió el parlamento en un circo de maleducados vocingleros. Pero lo peor es que esa crispación se extendió a la sociedad civil.
Por ello, porque me niego a aceptar que una organización política fomente la fractura social por sus intereses partidistas, votaré contra el PP.
3. El PP no ha tenido el menor escrúpulo en utilizar el terrorismo para atacar al gobierno. Durante la mayor parte de la democracia, cuando al frente de los populares se encontraba el franquista Manuel Fraga, existía entre las formaciones políticas el acuerdo tácito de no utilizar el terrorismo como arma partidista. Es decir, se consideraba que este tema era una cuestión de estado en la que había que ser leal al gobierno. Esto era así hasta que Aznar se convirtió en candidato a la presidencia; siguiendo su lema “sin complejos” (traducción: sin escrúpulos), don José María hizo del terrorismo unos de sus principales arietes contre Felipe González. Posteriormente, durante los ocho años que el PSOE estuvo en la oposición, el terrorismo dejó de ser una baza electoral. Pero cuando el PP perdió el poder, ay amigos, mandó de nuevo a hacer puñetas la mínima lealtad institucional que puede exigírsele a un partido democrático y convirtió el terrorismo en el gran garrote con el que aporrear la cabeza de Zapatero. Pero lo peor de esto es que, según informes de los servicios secretos, la actitud del PP favoreció y dio alas a los terroristas.
Por ello, porque creo que los políticos que han adoptado el “vale todo” como lema deben ser expulsados de la política, votaré contra el PP.
4. El PP ha utilizado a las víctimas del terrorismo para socavar al gobierno. En consonancia con lo dicho en el punto anterior, los populares, con la inestimable ayuda del señor Alcaraz y su ultramontana AVT, no han dudado ni un segundo en utilizar a ciertos sectores de las víctimas para convocar manifestaciones, no contra ETA, sino contra el gobierno.
Por ello, porque creo que los manipuladores sin escrúpulos sobran de la política, votaré contra el PP.
5. El PP ha atacado al PSOE por dialogar con ETA, olvidando que Aznar hizo lo mismo cuando estaba en el poder. Yo a veces me pregunto: ¿pero cómo se puede ser tan caradura? ¿Cómo se puede mentir tan descaradamente sin que se le caiga a uno la cara de vergüenza? En noviembre de 1998, el entonces presidente Aznar anunció que, para el inicio de un proceso de paz, había autorizado contactos con... ¿ETA? No: con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Este intento de encontrar una solución dialogada al problema del terrorismo fracasó, pero creo que el gobierno Aznar hizo bien en intentarlo. Sin embargo, siete años más tarde, el gobierno de Zapatero volvió a establecer conversaciones con ETA (no con el MLNV) y la oposición del PP se lanzó a degüello contra los socialistas, acusándoles de hacer lo mismo que ellos habían hecho antes, con la diferencia de que el PSOE no acercó ni liberó presos etarras como sí hizo Aznar. Y yo vuelvo a preguntarme: ¿cómo se puede tener tamaña geta?
Por ello, porque la doble moral no debe tener cabida en la vida pública, votaré contra el PP.
6. El PP se ha aliado con los sectores más reaccionarios de la iglesia católica. Basta con echarle un vistazo a quienes asistieron a la manifestación de los obispos, o con leer la nota electoralista de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, o con escuchar la COPE, para comprobar como en su guerra contra el gobierno laico de Zapatero, los obispos cuenta con la inestimable colaboración del PP. ¿No notáis cierto tufo a nacional-catolicismo?
Por ello, porque creo que un estado democrático debe ser laico y aconfesional, votaré contra el PP.
7. El PP predica el catastrofismo. A veces, Mariano Rajoy y sus voceros se me antojan un grupo de profetas escatológicos predicando el fin del mundo. El gobierno se vende a ETA, España se rompe, la crisis económica nos devora, la delincuencia y el terrorismo campan por sus respetos... Esta política exageradamente catastrofista crea inquietud en ciertos sectores sociales, pero además, cuando se aplica a temas delicados, como la cuestión territorial, puede fomentar una tensiones sociales nada deseables.
Por ello, porque creo que la moderación y el sentido común deben presidir la vida pública, votaré contra el PP.
8. El discurso del PP fomenta la xenofobia. De todos los catastrofismos predicados por los populares, el más terrible, y el más empleado durante la campaña, es el que incide sobre los inmigrantes. No importa que la inmensa mayor parte de los inmigrantes sea gente honrada que sólo viene a nuestro país a trabajar e intentar mejorar su vida, no importa si la llegada de inmigrantes ha incrementado la calidad de vida de los españoles, no importa que España haya sido un país de emigrantes; el PP se ha obstinado en relacionar inmigración con delincuencia, con pérdida de calidad de los servicios públicos, con usurpación de derechos o con crisis laboral y económica. Y todo esto lo ha hecho únicamente para socavar al PSOE en la lucha electoral. Pero no todo vale, y menos esto, pues cuando la xenofobia y el racismo se instalan en una sociedad, las consecuencias se traducen en dolor, odio, persecución y muerte.
Por ello, porque las personas que carecen de humanidad, sensibilidad y empatía no deben formar parte de la política, votaré contra el PP.
9. El PP acalla la voz e impide el surgimiento de una derecha civilizada. Creo sinceramente que la democracia precisa alternancia en el poder. Creo igualmente que debe haber un partido que represente a la derecha, y que ese partido, aunque yo no comparta sus ideas, tiene derecho a optar a la jefatura de gobierno, y conseguirla si así lo quieren los votantes. Pero ese partido de derecha no puede estar instalado en el extremo diestro de la ideología conservadora. Estoy seguro, o al menos quiero estarlo, de que existe una derecha civilizada en España; el problema es que esa derecha ha sido expulsada de la cúspide del PP en beneficio de los más radicales. Y el problema, también, es que los votantes moderados de derecha no pueden votar a nadie más, así que, aunque tapándose la nariz, depositarán la papeleta popular en la urna, pero lo harán porque no les queda más remedio. La única forma de conseguir una derecha moderna es expulsando a los elementos mas cavernarios del PP para que los moderados se hagan con el control del partido.
Por ello, para poder contar con una derecha civilizada, votaré contra el PP.
10. El PP actual es el mismo de hace cuatro años. En las anteriores elecciones, la mayoría de los votantes castigó al PP por haber propiciado la intervención de España en la ilegal guerra de Irak y, sobre todo, por las mentiras que propaló sobre la autoría del atentado del 11M. Pues bien, en el PP que se presenta a estas elecciones están exactamente los mismos que hicieron todo eso, los mismos que celebraban a carcajadas la intervención militar española en Irak, los mismos que, por motivos electorales, mintieron descaradamente sobre los cadáveres de casi doscientas víctimas, los mismos que en los años sucesivos se dedicaron a sustentar una patética teoría conspirativa que atribuía la responsabilidad del atentado a todo el mundo (etarras, policías, jueces, socialistas, guardias civiles, servicios secretos árabes...) con el único fin de ocultar la evidencia de sus mentiras. Rajoy, Acebes, Zaplana, Ana Pastor, Pujalte, el tapado Aznar... Todos ellos mostraron entonces uno de los grados de miseria moral más altos que jamás he visto. Y, para colmo, nunca han pedido perdón. Al contrario, lo que quieren es que olvidemos, quieren que miremos sólo al futuro para distraer nuestra atención de su negro pasado de miserables mentirosos. Vale, pues miraré al futuro, y en mi futuro veo con claridad que no quiero que esa clase de personajes nos abochorne con su mera presencia.
Por ello, porque hay cosas que no pueden olvidarse, votaré contra el PP.
En fin, amigos míos, tengo muchas más razones para votar contra el PP, pero como los decálogos molan y esto ya es demasiado largo, nos conformaremos con lo expuesto. Como decía al principio, ejerceré mi voto contrario al PP votando a los socialistas, porque es lo más eficaz y porque hasta ahora el PSOE no me ha ofendido. Como decía en otra entrada, creo que ganará el PSOE, pero no sé por cuánta diferencia. De lo que sí estoy seguro es de que nuestra tierna democracia necesita imperiosamente que la derecha se civilice y, para que esto suceda, la actual dirección de los populares debería sufrir una derrota tan demoledora que no le quedara más remedio que irse y dar paso al sector moderado (si es que todavía queda alguno). Y atención, no escribiría nada de esto si al frente del PP estuvieran Gallardón o Rato, por ejemplo, aun sabiendo que cualquiera de los dos podría derrotar electoralmente a la izquierda. Pero prefiero eso con diferencia a tener en la oposición una panda de hooligans incendiarios dispuestos a todo con tal de conseguir sus fines.
Post Scriptum: Al terminar de escribir esta entrada me he enterado de que los sanguinarios descerebrados de ETA han asesinado en Mondragón a Isaías Carrasco, un ex-concejal socialista de Arrasate. Supongo que para las psicopáticas mentes de los asesinos, esa muerte supone un gran paso en la lucha del oprimido País Vasco en pro de su independencia... a mí lo único que me provoca es pena y asco. Pero ahora, al menos, tenemos una oportunidad para responder a los sembradores de terror; ¿no pide ETA la abstención? pues vayamos todos el domingo a votar, digámosles muy claro que estamos con la democracia y contra los matones, votemos cuantos más mejor, a quien sea, aunque se trate del PP...
Estoy absolutamente de acuerdo contigo, César, casi palabra por palabra. También en la apostilla final.
ResponderEliminarJope, César, casi me has convencido con lo de votar al los socialistas...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo al cien por cien con lo que comentas en la entrada, creo que tus palabras nos han refrescado la memoria. Mañana es el día de reflexión así que... reflexionaré.
Respecto al reciente asesinato de ETA, en fin, estos hechos siempre me conmueven. Ésta vez fueron a por una víctima concreta, pero cuando sucede un atentado en un sitio público (como fue el caso Hipercor) la verdad es que cualquiera de nosotros podríamos estar ahí, y eso algo que da escalofríos.
Me pregunto si esta barbarie acabará algún día.
Lamento no estar de acuerdo contigo, querido César. Tanto el PP como el PSOE son los responsables del lamentable estado de nuestra política. Empezó el PSOE, sembrando el miedo con su campaña de los dobermán (aunque ahora nadie se acuerda de eso, claro, pero en su momento cambió las intenciones de voto de las encuestas). Pero luego el PP aprendió la lección de Alfonso Guerra y se convirtió en un maestro del desgaste político por el miedo y el alarmismo. Llegó al poder por ese sistema, utilizando el GAL y la corrupción del PSOE, y a partir de entonces todas sus campañas se han basado en lo mismo, en arrojar mierda sobre el partido que está en el poder. Europa deja muy poco margen de acción a las políticas económicas, así que si un partido quiere derribar al que está en el poder no le queda más remedio que jugar este juego (lo que pasa es que veo que ese juego sucio es interpretado de forma distinta según las simpatías personales de cada uno). Para el PP fue el GAL, para el PSOE la guerra de Irak; da igual. Esa forma de hacer política da asco, y es la responsable de que la abstención aumente. En esta campaña el PP ha utilizado el miedo de una forma irresponsable, pero el PSOE ha hecho lo mismo con eso de que el PP es la extrema derecha que viene. Si el PP es la extrema derecha, ¿qué es Democracia Nacional? El argumento del miedo se ha convertido en el único argumento de nuestros fantásticos políticos de hoy en día. Que lejos quedan gentes como Santiago Carrillo, Suárez, o Felipe González, que eran capaces de entusiasmar a la gente con su visión de España.
ResponderEliminarLa verdad es que tanto si gana el PP como el PSOE, la cosa va a seguir más o menos igual en lo económico. Las primeras legislaturas del PSOE fueron las del enriquecimiento desmesurado de los banqueros; la especulación del suelo y la vivienda han seguido igual tanto con el PP como con el PSOE. Es posible que si gana el PP el cine español reciba menos subvenciones, o algún detalle por el estilo, pero en lo que interesa a la gente de la calle apenas va a cambiar nada.
Lo que sí ha provocado estas estrategias del miedo es un bipartidismo salvaje. Ahora se nos dice que debemos votar a uno de estos dos grandes partidos o la catástrofe absoluta caerá sobre nosotros. Desde luego yo no pienso votarles. No me gustan y no me ilusionan, y detesto esta estrategia del miedo que los dos utilizan.
Hay que ir a votar, pero para cambiar las cosas, no para seguir igual. Y que la gente tenga claro que hay otras opciones.
Juanmi.
Hay otras opciones, está claro, pero yo coincido también al cien por cien con esta entrada. También en lo que decías en una entrada anterior sobre las descalificaciones gratuitas sobre los políticos y la política. Si quieres cambiar las cosas, vota.
ResponderEliminarSubscribo cada una de tus palabra, César. Después de estos cuatro años de una oposición despreciable hay que castigar al PP, cualquier otra consideración sería legitimar una legislatura incendiaria de maniobras fraudulentas, una política barriobajera, de constante insulto a la inteligencia de unos ciudadanos a los que, me temo, todavía perciben como serviles ignaros a las órdenes del señorito burgués y caciquil que se revuelve con ira porque no se le trata con la deferencia que su alcurnia merece, no se le sirve al café con leche con la celeridad que precisa, con la diligencia necesaria, con el punto de temperatura exacta que a él le agrada y necesita mientras departe con los amiguetes y exclama, puro en mano y con una carcajada ostentosa, que él está en política para forrarse.
ResponderEliminarPerdón, evidentemente quería decir SUSCRIBIR.
ResponderEliminarPor cierto, respecto a la mediocridad de Aznar, que ha mi siempre se me ha antojado manifiesta y sonrojante, me produce hilaridad y estupor a un tiempo que los políticos del PP mencionen a menudo que lo consideran el mejor presidente de la democracia. Semejante afirmación (semejante estupidez y despropósito) da idea de cuál es el baremo a partir del cual juzgan la inteligencia media del ciudadano corriente.
Brillante decálogo, que suscribo por completo.
ResponderEliminarEs necesario que esta gente se vaya, por higiene democrática.
Sobre lo del atentado, la verdad, sólo siento un profundo asco y una intensa repugnancia hacia estos asesinos cobardes.
Jesus Miramon: Me alegro de que coincidamos :)
ResponderEliminarSusana eevee: de ninguna manera pretendo condicionar tu voto ni el de nadie, pero sí quisiera, como bien dices, refrescarnos la memoria. Y sí, por desgracia ser víctima de un atentado le puede suceder a cualquiera, es puro azar. Una especie de ruleta macabra.
Juanmi: Mira, los partidos políticos no son bloques inmutables en el tiempo; al contrario, cambian y lo hacen dependiendo de quienes los dirijan en cada momento. El PSOE de González se corrompió, y por eso dejé de votarle y me dediqué a tirar mi voto en los partidos verdes. Pero el PSOE actual, el de Zapatero, es distinto, porque es gente distinta, y no resulta lícito cargarle ahora con las culpas del GAL, Filesa, etc. De igual manera, no sería lícito juzgar al PP con las misma coordenadas que a la para-franquista AP. Distintas personas, distintas responsabilidades.
Ahora bien, si pretendes decirme que el juego sucio lo han practicado igual PSOE que PP durante esta legislatura... pues bien, lamento no compartir esa percepción ni remotamente. ¿Tú crees que han crispado la vida política por igual socialistas y populares? Pues ni yo, ni estadísticamente la mayor parte de los españoles estamos de acuerdo. ¿Razones? Ahí tienes mis diez razones; quizá esté equivocado, pero nadie hasta ahora me ha demostrado lo contrario. De todas formas, ante percepciones tan distintas de las evidencias como tenemos tú y yo, es difícil encontrar una vía de diálogo.
¿El PP es la extrema derecha? No, porque respeta el juego democrático. A mi modo de ver, el PP está todo a la derecha que se puede estar aceptando la democracia. Y eso, para mí, y para muchos ciudadanos, es estar demasiado a la derecha. ¿Da igual que gobierne el PSOE o el PP? En lo económico, que como bien dices depende de Europa, supongo que sí; pero hay muchos aspectos, algunos para mí muy importantes, en los que las diferencias son inmensas. ¿A ti no te parece terrible fomentar la xenofobia? Supongo que sí, igual que a mí. Pues eso, por ejemplo, es importante.
¿El bipartidismo es malo? Sí, aunque no tanto como la excesiva fragmentación del espectro político, como ocurre en Italia. Pues bien, para romper el bipartidismo en España lo fundamental es que exista otro partido de derecha; es decir, dos partidos conservadores en vez de uno como hay ahora. Porque mientras todos (¡TODOS!) los votos de la derecha caigan en un único partido, el "voto útil" hará que la inmensa mayor parte de los votos de izquierda desembarquen en el PSOE (en detrimento de IU). Eso, y la ley D'Hont, son los principales motivos del bipartidismo español. De modo que si quieres romper con esta tendencia, más vale que luches contra el monopolio conservador del PP, porque votando a UPD me parece que vas a conseguir muy poco (aunque, por supuesto, espero equivocarme).
Pero lo que importa es votar; a quién votes es cosa tuya. Ahora bien, no me digas que da igual que gobierne el PSOE o el PP, porque no es cierto. Tienes muy buenos argumentos en contra del bipartidismo sin necesidad de recurrir a ese.
Palimp: exacto, hay que votar.
Arcadio: totalmente de acuerdo. No castigar al PP ahora significaría dar la razón a quienes planificaron la estrategia de oposicion salvaje, lo cual signicaría que esa estrategía volvería a repetirse en el futuro. Votar contra el PP es, también, decirles que no aceptamos su forma de hacer oposición y que mejor será que se busquen otra más civilizada.
Dijo César: "Ahora bien, si pretendes decirme que el juego sucio lo han practicado igual PSOE que PP durante esta legislatura"
ResponderEliminarCésar, no he dicho "esta legislatura". Está claro que ahí hay que apuntarle todos los tantos al PP. Lo que digo es que ante la imposibilidad de hacer políticas económicas realmente distintas, la única estrategia de estos dos partidos mayoritarios es el acoso y derribo del contrario a base de echar porquería. Pero, claro, cada uno lo hace cuando intenta sacar de la poltrona al otro. Algo que no aporta nada a la vida común y que ha provocado el aburrimiento de los electores y el aumento de la abstención. Y no me digas que piensas que nuestros políticos actuales son excelentes.
Yo no creo que sea difícil encontrar una vía de diálogo entre nosotros, porque mi perspectiva sobre ti se basa en la admiración y el respeto, pero creo que se pueden discutir estas cosas un poco. Ya puestos, prefiero que gane el PSOE antes que el PP, porque cosas como lo del matrimonio homosexual me llenan de orgullo como español, pero creo que hay que darle la oportunidad a otros partidos si pueden ilusionarnos con un cambio, aunque sus posibilidades sean mínimas. Y prefiero que el PSOE (que sin duda va a ganar) pacte con ese partido antes que con los nacionalistas.
Juanmi.
Totalmente de acuerdo, yo voy a hacer lo mismo. Es una pena que nos tengamos que ver así, votando a un partido que en realidad no te gusta sólo porque no salga el otro partido, sino porque es el menor de los dos males.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el decálogo. Ahora bien, ¿iré a votar? No, no iré. Tengo 17 años. Dentro de pocos meses cumpliré los 18, pero las elecciones ya habrán pasado.
ResponderEliminarVeo que habláis mucho del pasado y usáis muchas veces siglas que no entiendo...
Llevo 17 años en este mundo, pero es muy evidente que no hace 17 (ni 7) que estoy bien enterdado de la política. Bueno, yo de pequeño he mamado siempre un antipeperismo y un antimadridismo que me han parecido durante mucho tiempo igual de aceptables. Ahora no, aunque sigo siendo antipepero y antimadridista, ya no soy antipepero por que sí (pero antimadridista sí).
Digamos que mi mente se aclaró a los 13 o 14 años. Se puede decir que yo empecé a pensar con objetividad sobre política a partir de la guerra de Irak, y desde entonces el PP se ha ido columpiando cada vez mas, así que no ha hecho mas que enseñarme que lo que se decía en mi casa era cierto.
Votar, supongo que en estas elecciones hubiera votado al PSOE (contra el PP), pero a poco que se suavicen las posiciones del PP me acercaré mas al voto pro izquierda, seguramente en forma de IU ooo ERC si por esas fechas estoy viviendo en catalunya como estudiante, porque yo soy mallorquín xD.
Ya para acabar, ¿sabes algo del blog este que se ha hecho tan famoso?, el de EVa se desnuda. Si no es así te pondré la dirección de su blog y ya me comentarás que te parece su iniciativa. A mi personalmente me parece una manera exagerada de hacer rayas dentro del agua (fer retxes dins s'aigo -en Mallorca se dice así-), pero con mucho menos futuro que tu decálogo; pero eso sí, tendrá mucha mas difusión, seguro.
http://evasedesnuda.blogspot.com/
A mí no me convence. Estoy de acuerdo esencialmente en lo que dices, claro está, y aún te quedas corto en algunas de tus afirmaciones, aunque varios de los motivos esgrimidos por ti para justificar tu contra-voto pueden calificar también al PSOE y su actual dirección. Yo, que siento una decepción terrible con el Zapatero político, volveré a votar a IU. Aunque hacerlo no sirva para una mierda, como tú dices.
ResponderEliminarId a la pa'gina web de Izquierda Unida y leed con atencio'n lo que dice del mal llamado "voto u'til". En Madrid, Vizcaya, Valencia, Alicante y otras, el u'ltimo escan'o se lo disputan no el PP y el PSOE, sino el PP e IU. Con lo que, si se vota al PSOE en vez de a IU, el PSOE no gana escan'o pero IU si' lo pierde, y se lo lleva el PP. El tiro por la culata... - Jorge
ResponderEliminarEl problema con el voto útil es que no existe. Un voto es un voto, y es útil para quien hace uso de su derecho de ir a votar. El votante de IU que se queda en casa porque sabe (porque así se lo dicen una y otra vez) que su voto es inútil, se convierte en un voto nada útil.
ResponderEliminarEspaña es un país sociológicamente escorado a la izquierda, por suerte (para quien suscribe). La suerte que tiene el PP es que su grupo, a falta de alternativa, da acogida a todo el espectro de la derecha, desde el centro derecha hasta la extrema derecha pasando por la derecha centrada y con la perspectiva de arañar cuanto más voto del centro puro se pueda. Todo esto ya se ha dicho, y se ha dicho mejor, por aquí en días pasados, pero bueno; ese centro puro es quien mueve la balanza a uno y otro lado habitualmente, casi siempre hacia la izquierda, y por ello acostumbra a ganar el PSOE. Y el problema es que el ala dura del PP, defendida por medios afines encabezados por la voz descontrolada de señores como Losantos, es que piensa que si pierde el apoyo de la rama extrema y fundamenta sus opciones de victoria en el centro-derecha y el centro perdería las elecciones sin remedio. Por eso apartan ese lado centrado del partido (Gallardón, Rato, otros), no porque crean que su discurso adultera la esencia del discurso del partido, sino porque piensan que ese camino los conduciría a la derrota.
El PSOE, en cambio, se ha convertido en un partido de centro-izquierda (o centro-derecha, como dice un amigo mío), y su discurso se ha centrado en atraer hacia sí el voto de la izquierda pura con lo del voto útil, y del centro, promoviendo el bipartidismo (ya que ellos son un solo partido, ya que España es sociológicamente de izquierdas, atraigamos nosotros a toda la Izquierda hacia nosotros y nos aseguraremos ganar). El bipartidismo, en un país como el nuestro (sociológicamente de izquierdas) da como resultado que el ganador siempre sea de centro, centro-derecha o derecha pura, pero nunca de izquierdas pues el PSOE hace tiempo que dejó de hacer políticas de izquierdas. Los pactos se producen con minorías nacionalistas de derechas (o como ERC, que es de izquierdas pero aparca su discurso pues busca en primer lugar la autodeterminación) que el sistema electoral convierte en mayorías determinantes, y lo que podría ser un pacto previo, o posterior, pero conocido y aceptado por ambas partes entre las dos fuerzas de izquierda y centro-izquierda (IU, PSOE), pacto que efectivamente produciría cambios en el tipo de políticas sociales y educativas, acaba en nada, en que elección tras elección los votantes de IU se vean abocados a introducir el voto con la papeleta del PSOE, aunque tapándose la nariz, para "evitar" que venga el coco. Y el coco, a lo mejor, dejaría de ser coco si la izquierda nos ordenásemos, ganásemos en estatura, y comenzásemos a hacer política en lugar de demagogia.
Juanmi: disculpa, creía que te referías a la última legislatura. En realidad, me parece que coincidimos bastante. Tenemos muy malos políticos y el bipartidismo es negativo. De acuerdo.
ResponderEliminarCarlito's: Pues sí, es una pena... pero es lo que hay.
Éremos: mensajes como el tuyo refuerzan mi teoría de que a partir de, digamos, los 14 años la mente de cualquier persona está perfectamente formada para razonar y entender. Desde luego, tienes unos 17 tacos de lo más lúcido. Felicidades. Aunque..., bueno, eso de se antimadridista es un grave defecto, qué le vamos a hacer :P
No, no conocía ese blog, "Eva se desnuda", pero le he echado un vistazo y creo que es marketing viral. No sé qué pretende conseguir exactamente, pero dudo que sea algo espontáneo. En cualquier caso, me parece que yo no conseguiría más visitantes si hiciera un striptease como la supuesta Eva.
Víctor M. Ánchel: De ninguna manera pretendía influir en tu voto, amigo mío. Por eso titulo la entrada "MIS 10 razones..." en vez de "LAS 10 razones...". Lo importante es votar; a quíén votes es cosa tuya.
En cuanto a tu diatriba contra el bipartidismo, estoy básicamente de acuerdo, aunque discrepo un poco de tu análisis. Las razones del bipartidismo están en el monopolio de la derecha que tiene el PP y en la ley D'Hont. Acaba con esos dos factores y acabarás con el bipartidismo.
Jorge: Gracias por tu información. La ley D'Hont es un puñetero lío.
Pues nada, ya me he estrenado como ciudadana.
ResponderEliminarPor lo que leo por Internet, Valencia, Murcia y Madrid tienen un índice muy alto de participación mientras que Cataluña y Andalucía han bajado. Eso nos viene mal, me temo.
Ains. Qué ansias.
Que en Madrid haya mucha participación no sé si viene mal a la izquierda, es más, me atrevería a decir que a la izquierda le viene muy bien. En las autonómicas de hace un año votó, en Madrid, el 65% de la gente con derecho a voto, y el PP obtuvo su mejor dato electoral en dicha comunidad, así que no creo que en las autonómicas hubiese muchos votantes del PP que se quedaran en casa. Y ahora, a 2 horas del cierre de los colegios, en Madrid ya ha votado un 65%, por lo que todo lo que sea aumentar ese porcenmtaje es muy probable que sea voto de izquierda. Espero no equivocarme.
ResponderEliminarCesar, suscribo tu post, aunque yo he votado a IU ya que en Madrid ese voto sí puede ser muy util para quitar escaños a la derecha tal y como funciona nuestro sistema electoral, aunque en la mayor parte de España el mismo sistema sí provoca que votar IU sea tirar el voto a la basura.
Un saludo.
Bueno, pues no ha ganado el PP. Felicitaciones :D
ResponderEliminarYa está, no ganado el PP. Pero nuestro sistema electoral es tremendamente injusto...
ResponderEliminarPues sí. CIU con 774.000 votos tiene 11 diputados y, por lo tanto, una enorme influencia en gobierno español. IU con casi un millón de votos tiene 2 sólo diputados.
ResponderEliminarJuanmi.
Creo que debido a la maldita ley de Hont, un voto en Barcelona o Madrid, no es lo mismo que un voto en Villabollullos de Abajo.
ResponderEliminar(El de Villabobullos vale más).
Voy a hacer un llamamiento: alguien podría explicar la p. ley de manera que las mentes sencillas la comprendamos.
Gracias, por adelantado, Houston.
Lo terrible, César, no es que haya políticos tal cómo aparecen en tu decálogo pretendiendo votos, lo terrible, y sorprendente, es que consigan tantos. La mitad de España está de acuerdo con ser gobernada por esa ultraderecha y si leen tu decálogo probablemente corran a buscar una tapia donde colocarlo simbólicamente. Si no es por los catalanes, habrían ganado.
ResponderEliminarAyer, como ya quedó explicado en mi anterior intervención, estuve todo el día en una mesa elcetoral. En mi mesa votaron 591 personas, de las cuales, todas, salvo 58 votaron al PP. A ese PP que tanto nos escandaliza, no al de Rato, Gallardon, Merkel o Sarkozy.
Mola, ¿no?