Alguien dijo que nunca, como ahora,
los seres humanos hemos gozado de tanta libertad, y al mismo tiempo jamás hemos
estado tan controlados. Somos un enorme hormiguero en el que cada hormiga tiene
encima una lupa que la enfoca, pero que también puede concentrar la luz del Sol
para churruscarla. Quizá lo más inquietante de todo es la multiplicidad de
facetas en que se manifiesta ese control. Control económico, control cultural,
control social, control laboral, control del comportamiento, control lúdico… o
el más insidioso de todos, el control moral, porque acaba convirtiéndose en
control del pensamiento.
Quienes me conocen saben de mi
afición al humor negro. De hecho, los merodeadores habituales del blog ya han
visto alguna muestra de ello, como el cuento de Navidad Doña Julia y los pobres, uno de los relatos más bestias que he
escrito. Confieso que en persona soy igual, pero aún más burro. De vez en
cuando me gusta soltar alguna barbaridad que jamás pondría por escrito, porque
por escrito no hay matices ni tonos, pero que al expresarla en persona puedo
hacerlo de tal forma que queda patente que hablo en broma. En general, todo el
mundo lo comprende y se ríe al tiempo que menea la cabeza dando a entender que
soy un animal y un caso perdido. Pero últimamente me encuentro con personas -que
me conocen, aunque no demasiado- que cuando suelto una burrada se me quedan
mirando con horror, incapaces de dar ese giro, ese sutil twist, que convierte el drama en humor.
Por ejemplo: Hace no mucho estábamos
un grupo de gente hablando sobre la pederastia y yo conté un caso que se había
dado en mi colegio, los Maristas de Chamberí. Comenté que, además, uno de los
curas (“hermanos” en realidad) se dedicaba a tocarle el culo a todos los niños
que pasaban por su lado durante el recreo. Luego, me quedé pensando y añadí que
a mí nunca me había tocado el culo, lo cual me ponía un poquito celoso. Bueno,
si en aquel momento le hubiese quitado su bebe a una madre para arrancarle el
corazón a mordiscos, no habría despertado más consternación. Varios rostros se
quedaron rígidos de espanto; una amiga me miró con pasmo y exclamó muy seria “PERO
QUÉ BARBARIDAD”. Mentiría si dijese que aquello me afectó; estoy vacunado
contra la gente que carece de sentido del humor. Pero sí me preocupó.
Según parece, no se puede hacer
humor sobre ningún tema “delicado”, sobre nada que pueda ofender a alguien.
¡Pero eso es un error! El humor debe ofender, el humor debe provocar, el humor
debe percutir. ¿Sabéis por qué existe el humor? Pues porque nos vamos a morir.
Sí, sí, lamento daros este disgusto, pero tarde o temprano todos la diñaremos.
Por eso, porque es inevitable, cuando venga a visitarnos la Parca, sólo podemos
hacer algo: reírnos de ella. El humor es un talismán que nos protege del horror
y la locura. Cuando le condenaron a muerte, Pedro Muñoz Seca le dijo al
tribunal: “Podéis quitármelo todo…, menos el miedo que ahora tengo”. Para eso
sirve el humor: para convertir lo espantoso en grotesco.
Sin embargo, ahora se supone que el
humor ha de ser blanco, inofensivo, humor de ursulinas. Ay, por Dios, que no se ofenda nadie…Gracias a las redes sociales,
el número de los censores, de los guardianes de la moral, de los inquisidores,
se ha multiplicado exponencialmente, y ahí están siempre vigilantes, atentos al
menor desliz ajeno para mostrar públicamente su desmesurada indignación. Porque,
ojo, no basta con indignarse; hay que super-mega-ultra-indignarse. El que más
se consterna es el que más mola.
Ojalá esto afectara sólo al humor,
pero va mucho más allá. Últimamente se han producido ciertos hechos que
considero preocupantes (y que son los que me han movido a escribir esta
entrada). A saber:
1. En Estados Unidos existe el
premio "John W Campbell" a los mejores autores noveles. Campbell fue
un famoso editor de ciencia ficción que influyó decididamente en el género a
través de su revista Astounding Stories. Pues bien, la ganadora de este año
dijo al recibir el premio que Campbell fue un fascista. A raíz de esa
declaración se montó tal revuelo que han decidido cambiarle el nombre al premio
y pasar a denominarlo “Astounding”.
Vale, Campbell era, en lo personal,
un fascista y un racista, además de un chiflado que se creía las teorías más
absurdas (fue el primero en publicar “Dianética”, de Ron Hubbard, antecedente
directo de la cienciología). Pero es innegable la gran influencia que tuvo,
aunque sólo sea por descubrir y promover a autores como Isaac Asimov, Clifford
D. Simak, Robert Heinlein o Theodore Sturgeon. El premio homenajeaba al editor,
no a la persona. Pero en estos tiempos de corrección política ambos aspectos
son indistinguibles.
2. “La Casa de la Moneda británica
ha vetado un homenaje a Enid Blyton, la autora de “Los cinco” o “Torres de
Malory”, por miedo a una reacción violenta contra sus ideas”. Al parecer, la
señora Blyton era racista, sexista, homófoba y posiblemente filonazi.
Pero nada de eso se refleja en su
obra; o, al menos, no más que en la obra de cualquier otro escritor de su
época. A mí nunca me gustó Blyton; yo era fan del Guillermo Brown de Richmal
Crompton, así que sus personajes, esos niños tan buenos y formales, me parecían
unos blandorros. Pero Enid Blyton inició en la lectura a (literalmente)
millones de niños, y eso a mi modo de ver se merece un homenaje. Porque a quien
se reconoce es a la escritora, no a la persona. Por cierto, ¿no llama la
atención eso de “reacción violenta”?
3. En la presente edición del
festival de cine de Venecia, la presidenta del jurado, Lucrecia Martel, se ha
negado a asistir a la proyección de la última película de Roman Polanski,
porque se niega a aplaudir a un violador.
Polanski violó a una menor en 1977.
Huyó de la justicia, pero merece ser castigado por su delito, con absoluta
independencia de su calidad como artista. Pero al mismo tiempo es un magnífico
director, y su obra merece ser juzgada por sí misma, y no por la calidad moral
de su autor. En este caso, me parece muy bien que la señora Martel se niegue a
ver las películas de Polanski, pero creo que también debería haberse negado a
formar parte del jurado. Digamos que su imparcialidad está en entredicho.
Podría seguir citando hechos similares,
pero sería aburrido. Los nuevos inquisidores, igual que los antiguos, lo ven
todo en blanco y negro, sin gama de grises. Son incapaces de separar al autor
de su obra; y, lo que es aún peor, también son incapaces de juzgar una obra
teniendo en cuenta el contexto social y cultural del momento en que fue creada.
En cuanto a libertad de expresión y de pensamiento, estamos retrocediendo. Hoy
en día, filmar una obra maestra como El
hombre tranquilo, de John Ford sería imposible; igual que lo sería publicar
por primera vez Las aventuras de Huckleberry
Finn, de Twain, o Lolita, de
Nabokov.
Pues bien, ante tanto inquisidor, sólo
cabe rendirse; así que voy a colaborar mediante la delación. He aquí unos
cuantos objetivos para la furia censora: Aristóteles odiaba a las mujeres;
Pablo Picasso y John Lennon las maltrataban; tanto Gustave Flaubert como Charles
Lutwidge Dodgson (alias Lewis Carroll) eran pedófilos; igual que Charles
Chaplin, que se pirraba por las menores de edad; Karl Marx dejó embarazada a su
sirvienta y pasó de ella; Roald Dahl era antisemita; Virginia Woolf era una clasista
que, en sus diarios, consideraba que la clase trabajadora es inherentemente
estúpida… Hay más nombres, pero de momento basta.
¡Adelante, bravos inquisidores, aún
quedan muchas gargantas que cercenar!
La verdad es que el tema de separar al autor de la persona es un tema complicado... A ti como persona, no te gustaría apoyar de ninguna manera a alguien que ha hecho un mal que te repugna, así que por eso imagino que, independientemente de la calidad de su obra, la gente pueda no querer sopesar una obra que venga de esa persona, aunque a cambio pueda estar dejando pasar una obra maestra.
ResponderEliminarPersonalmente pienso que cada uno está en su derecho de decidir si apoyar o no a un artista a pesar de las circunstancias personales del autor siempre y cuando se respete a quien decida hacer lo contrario, pero... como bien dices, los defensores de la moralidad saltan al cuello sin importarles un bledo nada, tan solo queriendo mostrar lo dignos, inteligentes y de alta moral que son (cuando en realidad, son todo lo contrario...)
Coincido contigo en que la jurado que se negó a ver una película debió dejar de ser jurado: se supone que para ser imparcial tienes que tragarte tu gusto personal, así que... muy buena jurado no era, no xD
Lo peor, como bien dices, es que no solo se centra en este tema o en el tema del humor, es que llega a unos niveles insospechados. Tienes suerte de no tener twitter, porque el comentario que pueda malinterpretarse de cualquier manera, será malinterpretado y te lo echarán en cara solo para quedar de superiores morales (un asco de red. Lástima que allí estén todos los dibujantes que me gustan subiendo imágenes jajaja)
Supongo que como todo, esta moda se pasará para dar paso a otra peor con la que diremos "dónde quedaron esos tiempos tranquilos con los inquisidores de la moral" jajaja
Mito y tabú, siempre presentes en la mente humana; ha sido así desde que bajamos de los árboles y probablemente nos viene de antes. El deseo y la prohibición. El padre del psicoanálisis escribió un libro con el sugerente título de Totem y tabú, donde trata este asunto a su manera, es decir, relacionándolo con el sexo. Yo también, ¿quién soy yo para llevar la contraria a Froid? (como dice nuestro común amigo Joaquín, una loción para el afeitado ;-)))
ResponderEliminarGini-Gini: Siempre he pensado que es mejor no conocer a los escritores (o a cualquier otra clase de creador). Te evitas disgustos. Una novela es un destilado de la mente de un autor, pero un destilado selectivo. El escritor vuelca en el texto lo mejor de sí mismo y omite lo malo. Pero puede ser que en la persona, en la vida real, prevalezca lo malo. Mejor ignorarlo y seguir disfrutando de la obra sin interferencias. ¡Viva el anonimato! :-D
ResponderEliminarJoaquín y Samael: En realidad, el problema vino cuando le toqué el culo al cura. Entonces me mandaron a la consulta del doctor Floïd, pero tampoco le hizo gracia que le tocara el culo.
¡Oh, sí, qué cansados estamos de tanta corrección política! A mí tu comentario sobre el cura me parece de lo más gracioso. Si no somos capaces de verle el lado humorístico a todo, ¿cómo vamos a soportar este mundo que nos tocado en suerte? Ahí va una anécdota que tal vez algunos no entenderán. Fui a visitar a un primo mío, dotado de un gran sentido del humor, al hospital, cuando estaba enfermo terminal. Al preguntarle qué tal estaba contestó: "Pues ya ves, aquí, muriéndome." Los dos soltamos la carcajada y así logramos salvar lo que habría podido ser una visita de los más embarazosa. De hecho, murió dos días más tarde.
ResponderEliminarYo hace mucho tiempo -desde que empecé a trabajar en editoriales- que aprendí a separar al auto de su obra. Seres angelicales escriben pestiños infumables, mientras que tipos despreciables son capaces de componer obras maravillosas. ¿Quiere decir eso que sólo deberíamos leer los pestiños? Eso sería una gran pérdida para la humanidad.
Elena Rius: Qué grande tu primo... Eso me recuerda una historia que creo haber contado ya aquí, pero que de puro bonita merece ser recontada. ¿Sabes cuáles fueron las últimas palabras de Buster Keaton?: "Juana de Arco no". Resulta que Buster Keaton estaba muriéndose en la cama, rodeado por un grupo de familiares y amigos. De pronto, Keaton exhaló una bocanada de aire y se quedó muy quieto. "Creo que ha muerto", dijo alguien. "Tócale los pies", intervino otro; "Dicen que cuando la gente muere se le quedan los pies frios". Y entonces la débil voz de Keaton dijo: "Juana de Arco no". Y al poco falleció. Así me gustaría morirme a mí.
ResponderEliminarLeyendo tu comentario, no puedo evitar ponerme melancólico y pensar con desánimo: ¿Por qué hay tantos Torquemadas y tan pocas Elenas Rius?
Gracias, César. Por cierto, no sé si has visto el documental sobre Buster Keaton que ponían hace poco en cine (si no, seguro que se puede repescar en alguna plataforma). Me lo pase en grande.
ResponderEliminarElena Rius: No, no lo he visto; ni siquiera sabía que lo habían proyectado en cines. Lo buscaré; soy fan del viejo "cara de palo".
ResponderEliminarLa pregunta es... si Chaplin, Celine, Carroll, Lovecraft, Neruda o los cientos y cientos cabroncetes más del mundo del arte hubieran tenido aficiones y actitudes más sociables, normales y sanas... ¿Quién nos asegura que no hubieran escrito basura infumable? Separémos autor de obra, amigos, lo contrario es más que absurdo. Por supuesto, eso sí, quien quiera caer en ello y leer solo a los que les hacen sentir cómodos adelante. Que estamos en un pais libre (mientras las hordas no empiecen a censurarlo todo, claro).
ResponderEliminarQué razón tienes, tenía un amigo, que murió hace unos años, era ciego, como mi padre, pero con más sentido del humor, hasta que perdió la visión era escritor y al dejar de poder leer y escribir, que fue el mayor palo de su vida, se lo tomaba con humor e inteligencia, decía que si escribía sus memorias las titularia "Atravesando la oscuridad" ,o el epitafio de la lapida de Groucho, creo que ponde "perdone que no me levante" y siempre he asociado el humor, tan necesario, a la inteligencia, los nuevos inquisidores son unos analfabetos funcionales, unos burros e ignorantes,pero, joder, que estemos así en 2019..., que optimistas eran los escritores de ciencia ficción antes...y la obra es distinta al autor, digamos que es su lado bueno, creo, pero somos humanos y no de cartón, además ser un santón es la cosa más aburrida del mundo, nunca te fies de alguien del que digan que es un santo
ResponderEliminarJuan H.
César, ahí tienes la referencia al documental. Dirigido nada menos que por Bogdanovich. Espero que lo disfrutes: https://www.elindependiente.com/tendencias/cine/2019/08/01/pelicula-documental-buster-keaton/
ResponderEliminarEn sus libros (no recuerdo si en sus "Memorias", creo que en un recopilatorio de los mejores relatos de SF, recuerdo que Asimov hablaba de la "derechura" de Campbell... decía que él era así, que NUNCA le había hecho sentir mal a él por ser judío -e inmigrante ruso, añado- pero que le gustaba que los hombres, de alguna forma, properasen. Y lo decía en el prólogo a un relato que estaba escrito desde el punto de vista de unos alienígenas de la Federación de Planetas (la típica) cuando la Tierra se integraba en ellos. Eran del departamento de psicología (de ahí nace la "Psicohistoria" de Asimov, según creo) u se basaban en fórmulas. Todo empieza cuando uno de ellos dicen que los terrícolas son... propensos al pánico... "al pánico colectivo". ¡Imposible! Porque eso los rebajaría, ningún ser inteligente tendría "pánico colectivo".
ResponderEliminarPues bien, hay varios relatos (recuerdo dos, uno en que se discute la asimilación de la Tierra, y los militares están acojonados, porque el "pánico colectivo" humano hace que podamos sobrellevar situaciones que parecen imposibles. Nos da un "plus". Y otro en que la universidad (las historietas se basaban en la universidad) recibe a los primeros estudiantes terrícolas, y los de allí deciden hacer una novatada soltándolos en un planeta primitivo... naturalmente todo sale siempre bien. Pero ese "defecto" terrestre es, en realidad, algo a favor. Asimov comentaba que, quizá, eso fue lo que atrajo a Campbell de esos relatos.
Pero, por lo demás, sólo tenía buenas palabras para JW Campbell.
Claro que Asimov no era más que un inmigrante judío que conoció y convivió con Campbell, ¿qué sabrá él? Además, me consta que se divorció de su primera mujer y se casó después con otra, más joven: era machista, fijo. (Lo de "más joven" no lo sé, pero lo supongo... debo creer que Asimov no era tonto) (Y si este chiste ofende a alguien... que se lo haga mirar).
En fin, César... que en cien años, todos calvos... (Te nos adelantaste)
(Sí, muy malo... pero estoy seguro de que no eres de los "ofendiditos")
Juan H:
ResponderEliminarHay una teoría evolucionista sobre que el sentido del humor tiene relación, efectivamente, con la inteligencia. Sería como un "sintonizador" de errores lógicos, y cuando detectamos ese "error de programa" en el universo, nos hace gracia. Eso nos recompensa en la búsqueda permanente de errores lógicos, para depurar la inteligencia.
O algo así.
Fango: Olvidamos con frecuencia que escribir ficción consiste en mentir. Los escritores somos mentirosos profesionales; por tanto, es muy difícil descubrir a la persona real que se oculta tras la obra (que es una mentira). Escritores que son personas aburridas pueden escribir relatos divertidísimos. O escritores que son malas personas pueden escribir historias llenas de bondad. Y todo lo contrario: personas interesantísimas igual escriben textos coñazo. No hay una relación directa entre el autor y su obra. Se trata de algo mucho más complejo.
ResponderEliminarJuan H: Tienes toda la razón. De hecho, es muy frecuente que, en la ficción, los villanos sean más interesantes que los héroes. Y cuando el héroe es interesante, lo es porque tiene claroscuros. Los inquisidores, que son los supuestos buenos en la vida real, carecen de sentido del humor. Son un coñazo.
Elena Rius: ¡Gracias!
Eladio Lestrove: Campbell siempre fue un personaje controvertido. Muchos discuten el rumbo que le dio a la ciencia ficción en los años 40, que hoy nos parece limitado e insuficiente. Pero es indudable que en su momento contribuyó decididamente a sacar el género del pozo de la ficción pulp. En general, los autores que lo trataron siempre hablaron bien de él. Estaba chiflado, tenía montones de manías, pero todos coinciden en que era sumamente generoso aportando ideas.
En cuanto a mi calvicie, no es más que exceso de testosterona. Viril que es uno ;-)
Si es como cuando preguntan a un futbolista por sus ideas politicas, filosoficas, economicas...la gente asocia que por ser bueno en una cosa "dar patadas a un trozo de cuero" tienes que ser brillante en todo y no entiendes que puedes ser un cabron y un excelente escritor, director, pianista...o empleado de correos.
ResponderEliminarPor cierto , hoy me acorde de ti...ya hay loteria de navidad..no digo na y lo digo todo.
Para cuando una recopilación en forma de libro de sus cuentos navideños...seria mi regalo estrella de la navidad. Buen día y buenas lecturas
Anónimo de las 11:10: Como suelo explicar cuando me piden lo mismo que pides tú, todavía no tengo suficientes relatos como para hacer una antología. Por otro lado, tampoco tengo nada claro que alguna editorial esté interesada en publicar una antología de relatos navideños. Lo veo complicado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, gracias, porque me has recordado que tengo que empezar a pensar en el argumento del próximo cuento navideño de Babel.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl chiste sobre el cura me hizo acordar a un par de Louis CK, jugando al límite del humor con chistes sobre pedófilos. Lo banco porque creo que se puede hacer humor con cualquier cosa, el tema es ser gracioso e inteligente. Y lo de Martel no es tan así. Su posición, que me parece tan interesante como alejada de los lugares comunes de la "corrección política" o de la censura previa o autocensura, es la que cuenta en esta entrevista, es decir, que no está en contra de ver las películas de Polansky, lo sigue valorando como un gran director y va a ver sus películas con el interés de siempre, pero no tenía ganas de ir a aplaudirlo si participaba personalmente del evento: https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/08/30/lucrecia-martel-con-infobae-en-venecia-yo-no-escrache-a-polanski-jamas-prohibiria-la-obra-de-un-artista-es-una-barbaridad/
ResponderEliminarEstoy tan de acuerdo contigo, César... La gente tiene la piel muy fina. Yo es que soy brutota de nacimiento y de formación vital.
ResponderEliminarEn mi familia hemos pasado por mucho y nos gusta reírnos de todo. Como enfermedad, el cáncer es nuestro mejor amigo, a veces hasta le invitamos por Navidad.
Hace diez años, cuando mi tía nos dijo que tenía cáncer de mama (había perdido un año antes a su marido, con 42 años de uno de colon), solo se me ocurrió decirle: «Bueno, en el mejor de los casos tendrás un par de tetas nuevas que lucir en la playa. En el peor, no tendrás que lucir escote, ya sabes que está mal visto en el tanatorio». ¿Crees que le sentó mal? Al contrario. Aún hacemos chistes y los usamos con familiares y amigos.
Por cierto, mi tía tuvo mucha suerte, le pusieron unos pechos que ya hubiera querido Bo Derek, y podrá lucir escote en su funeral. Aunque se muera a los 93 años, como la abuela.
Pedro Perucca: Yo también recuerdo esos chistes de Louis C. K. sobre pedófilos. Me parecieron geniales, como casi todo lo de ese humorista hoy caído en desgracia. Respecto a Martel, y pese a que la película de Polanski ha ganado el premio especial del jurado, sigo pensando que sus declaraciones son muy respetables, pero que debería haber dimitido como jurado. Si aplaudir la obra de un violador está mal, peor estará premiarla. Digo yo.
ResponderEliminarL. M. Mateo: Tu comentario es la perfecta demostración de lo que yo sostengo. Cogiste algo terrible, el cáncer, y lo transformaste en un chiste. Y eso convirtió el horror en sonrisas. Hiciste lo mejor que podías hacer. Felicidades.
Black Arrow: ¿Por qué has eliminado tu comentario?
ResponderEliminarEstimados todos:
ResponderEliminarNo puedo más que aplaudir vuestra actitud e inteligencia reflejada en un sentido del humor socarrón, ácido y atrevido (plas, plas, plas, plas).
Debo reconocer que muchas veces me censuro, que sólo suelto a la bestia en entornos controlados, en los que una ceja enarcada contextualiza la burrada que acabo de soltar (si acaso era necesario).
Hemos aceptado el dogal de lo correcto, del "no ofendas a nadie", olvidando que muchas veces la ofensa está en el ojo o en el oído del receptor del mensaje.
En fin, que me alegro de poder recalar a un sitio donde el humor negro tiene cabida, donde presuponemos que no hay intencionalidad en un comentario salido de tono, sino que le falta el lenguaje corporal capaz de aclararlo y donde hasta podemos llegar a síntesis en temas enconados.
Así que aprovecho para dar las gracias a César por mantener este espacio (vale, sé que el peloteo es algo también de nuestros tiempos y unido a esta corrección política pero en este caso va en serio).
Juzgar la obra y juzgar al autor, por separado... no estoy segura de que ese sea el problema de fondo hoy, sino el bajísimo umbral de tolerancia en que vivimos (a pesar, seguramente, de las apariencias), tanto para juzgar lo uno como lo otro. Es esa presunta pureza moral que le damos a nuestros juicios lo que lo pervierte todo en el s.XXI. El creciente desconocimiento de como funcionamos los seres humanos, no digamos en ciertas situaciones, ciertas épocas, en fin. La falta de comprensión, de empatía y hasta diría de compasión, cosas tanto más graves cuando los supuestos delincuentes (obras o autores) se alejan en el tiempo. No estoy diciendo que todo me parezca estupendo, y que vivalavirgen.. Digo solo que a mí, descartando de antemano cualquier variante de caza de brujas, si me interesa conocer y juzgar tranquilamente al autor, con el máximo de datos y la mente abierta, primero por simple curiosidad (como a un personaje más), y segundo, porque sí está siempre presente en su obra, ¡cómo no iba a estarlo!, y en no pocas ocasiones ayuda a completar la lectura.
ResponderEliminarGracias por el post.
(y una nota rápida: por lo que voy leyendo en la prensa, a Polansky, tras el juicio, lo condenaron por "relaciones ilícitas con una menor" de 14 años -en algunos periódicos pone 13; esto de los matices, que tanta pereza dan...)
Miguel Valle: Dicen que tu libertad acaba donde empieza la libertad de los demás, y estoy de acuerdo. Pero actualmente eso se ha transformado en "tu libertad acaba donde empieza la susceptibilidad de los demás", y con eso estoy en total desacuerdo. En Babel podemos... en realidad debemos se políticamente incorrectos. Gracias a ti por merodear por estas infames tierras de Babilonia.
ResponderEliminarBarbie Jardinera: Difiero contigo en la importancia de conocer al autor. Si la obra creativa es buena, se sostendrá por sí misma y no necesitará de ningún aditivo. Obra y autor son entidades distintas que pueden incluso divergir radicalmente. No olvidemos que un escritor (o un cineasta) es un profesional de la mentira y que, con frecuencia, las mentiras son más bonitas que la cruda realidad. No obstante, comprendo tu interés en unir obra y autor, aunque no lo comparto.
Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo contigo. No hay nada más aburrido, irritante y desagradable que la "pureza moral". Me parecen extraordinariamente apropiados los términos que empleas para definir a quienes la practican: "falta de comprensión, de empatía y hasta diría de compasión". Exacto. Gracias por tu comentario.
De niño leí las historias de Los Cinco... ¿debo hacérmelo mirar?
ResponderEliminarUna vez insistí mucho con una chica. Yo había bebido. Salíamos juntos, pero... no me dijo que "sí" claramente. Ella también había bebido. Acabamos haciendo cosas que, en principio, no íbamos a hacer, y sin ningún tipo de contrato previo ni un "sí" claro... Ahora sé que eso fue una violación heteropatriarcal... ¿El hecho de haberme casado con ella, haber tenido hijos y que fue hace más de veinte años me convalidará algunos años de mi segura condena por acosador?
Me gusta Heinlein, me encanta su estilo sencillo y la grandeza de los seres humanos individuales que describe, aunque sea infantilismo puro y no crea en ello, pero confieso que me encanta... ¿esto se cura con penicilina?
A mi hija de 17 años le digo que no vuelva por la carretera -vivo en el extrarradio- sóla de noche. ¿Soy machista por decírselo? Ella me ha comentado que varias veces imbéciles le han pitado, silbado y hasta una vez a una amiga un coche bajó la velocidad y comenzaron a decirle sandeces, yo debo ser machista, porque en vez de decirle que "es su derecho ir como le de la gana" la he instado a tomar siempre medidas de seguridad... ¿Estoy siendo mal padre por no decirle que puede volver por la carretera, sóla, borracha, medio desnuda y despreocupadamente, porque es su derecho como mujer empoderada? ¿O debo ser un carca y pensar que la seguridad de mi hija es lo primero, nada de beber, nada de drogas y desde luego, NADA DE VENIR SÖLA por esa zona?
¿Quizá esa zona se ha vuelto poco segura por culpa de mi heteropatriarcalidad? Perdón, de mi cisheteropatriarcalidad???
¿Puedo decir que las "políticas de género" a veces me parecen del "género tonto"?
No me gusta el PP, no me gusta ciudadanos, detesto a VOX... pero no comulgo con ruedas de molino... ¿soy carca?
OTAN de entrada, NO... pero No es no? O No es si? Sí? O no?
A mí tb se me escapan algunos comentarios bestias, y la gente te mira como si fueras un marciano. El último me pasó en una quedada con amigos de la infancia. Venía uno que yo no había visto en 30 años, pero que estudió en la universidad con amigos míos. En un momento de la conversación dice:
ResponderEliminar- pues no que una compi del trabajo que me quería ligar me dice que me parezco a Iceta. Hay que joderse.
y a mí no se me ocurre otra cosa que:
- pues nada. mejor para ti, que de parecerte a la arrimadas igual te hacemos una "manada" entre todos...
Creo que mi comentario no fue bien recibido. Por eso los limitos a familiares y amigos de confianza, porque si no...
Mazarbul
lo gracioso que de vuelta me dice un amigo:
ResponderEliminar- pues la verdad que se parece a Iceta, tiene to la cara. De lo que se ha librado....
Mazarbul
Eladio Lestrove: Desengáñate, amigo mío. Ni Jesucristo en persona podría pasar por el filtro de la pureza moral de hoy en día. Me imagino el milagro de los panes y los peces, y a alguno de los asistentes diciéndole a Jesús: "Me ofendes, soy vegano".
ResponderEliminarMazarbul: En efecto, hay que tener mucho cuidado, no con lo que se dice, sino con a quién se le dice. O pasar de todo y los ofendiditos que se jodan.
Buenas César,
ResponderEliminarSobre el humor negro, también me gusta hacerlo, pero he llegado a un punto en que si no tengo mucha confianza con esa persona, no lo hago, porque ahora la gente se ofende por nada. Y me sabe mal al pensar la de oportunidades perdidas de echarnos unas risas...
Por otro lado, y siguiendo tu hilo de separar la persona de su obra, otro ejemplo: Kevin Spacey, que aún sin saber si es culpable o no, ha sido objeto de ostracismo. Claro que debe pagar por lo que ha hecho, pero su talento como actor no tiene nada que ver con ello.
Un saludo!
Ferran: El caso de Kevin Spacey es lamentable, en efecto. Pero más sangrante me parece aún el caso de Woody Allen, al que se le ha condenado al ostracismo a pesar de que, en dos ocasiones, la justicia le ha declarado inocente de las acusaciones proclamadas por la histérica de su ex-esposa. Y justifico lo de "histérica" remitiéndome a las declaraciones de su hijo adoptivo Moses Farrow.
ResponderEliminarese es el problema, cuando comienzan los pre-juicios y condenas sin garantías. A nivel casero me comentaba un amigo mío este verano una cosa que le ocurrió este invierno: una madre del instituto donde trabaja le llama y le dice:
ResponderEliminar- su hijo ha abusado sexualmente de mi hija.
Imaginaos el papelón. Mi amigo le dice que confía realmente en su hijo, pero que va a ver el tema. Una vez interrogados tanto el hijo como los amigos, resulta que la historia es diferente: la chica está enchochada con el hijo de mi amigo y en una fiesta se pone en plan paliza con él, y éste, que pasa de ella, la manda a paseo. Y ni corta ni perezosa, despechada, no se le ocurre otra cosa que entre lágrimas decirle a la madre que ha abusado de ella!!!!!.
Alucinante. Al menos la madre era una persona con cabeza y no fue por ahí diciendo nada hasta que se viera la verdad del tema (aq me consta que la mujer no daba crédito cuando la niña confesó la verdad, no es pa menos).
Pero imaginaos que se corre el bulo...
Por eso cuando se habla de que no hace falta comprobaciones y que hay que dar crédito 100% a cualquier comentario, meneo la cabeza (otra cosa es que no se investiguen las cosas, no confundamos).
Mazarbul
De Kevin Spacey ya sabemos mucho: ha sido absuelto; los dos fiscales retiraron los cargos de agresión sexual en el único procedimiento penal abierto contra él (inicialmente pedían 2 años). Lo mismo W. Allen: no hay nada desde hace 20 años, pero ¿qué más da, verdad? El "yo te creo, hermana" suena muy chulo, muy cool, pero es incompatible con el principio de presunción de inocencia y no queda más remedio que elegir. O una cosa o la otra. En cuanto a Plácido D... que se sepa, ser un poco baboso (y parece que lo era...) no es un delito/un tipo penal, solo una torpeza mayúscula. ¿Queremos que lo sea? ¿Sí? ¿Y qué va a ser lo siguiente, si empezamos a legislar las "buenas costumbres"...?
ResponderEliminarKevin S. ha representado hace muy poco (un mes o así) una lectura dramatizada del poema "El púgil en reposo", en el Museo de las Termas. A ver si encuentro el link y os lo subo. Me pareció ESPLENDIDO.
(Y gracias, César, por tu amable respuesta)
https://youtu.be/u-lOlc4CwLk
ResponderEliminarComo siempre llego tarde, aunque no importa, porque los que no somos progres ni de izquierdas no tenemos derecho a opinar, y en muchos casos ni existir. Cesar llevas toda la razón, vivimos un nivel muy extraño de corrección política, especialmente en esta, todavía, nuestra nación.
ResponderEliminarMazarbul y Barbie Jardinera: El "yo te creo hermana" (sin más pruebas que tu palabra, porque eres mujer y, por tanto, víctima) es una aberración intelectual y moral. Una aberración que puede arruinar la vida de la gente. Lo de Plácido Domingo es un buen ejemplo. Por lo que he podido averiguar, el señor Domingo es, como dice Barbie, un baboso. Que está mal, vale, pero coño no es un delito.
ResponderEliminarGracias Barbie por el link. Lo que nadie puede negar es que Spacey es un extraordinario actor.
Plinio: Cómo supongo que ya sabes, en Babel cualquiera puede decir lo que le venga en gana, siempre que lo haga con educación, respeto y un mínimo de coherencia. Supongo que no comparto algunas de tus ideas, pero comparto al cien por cien tu derecho a expresarlas.
Gracias Cesar, no me he explicado bien. En este foro no hay ningún problema, pero en otros sitios, sinceramente nos sentimos como apestados.
ResponderEliminarPlinio: Siempre he pensado que el número de gilipollas está equitativamente repartido entre la izquierda y la derecha. Es decir que sea cual sea la ideología de un idiota, seguirá siendo idiota. Por otro lado, reconozco que ese tonillo de supuesta superioridad moral que emplean muchos de los que estamos a la izquierda resulta irritante. Si sumas estupidez y "superioridad moral", lo que obtienes es una panda de súper-idiotas.
ResponderEliminarA veces expreso alguna opinión que coincide con algunos de los criterios de la derecha (por ejemplo, ciertos aspectos del problema catalán). Entonces alguien (más de uno a decir verdad) me rebate diciendo: "¡Eso es lo que dice la derecha!". Ese argumento me deja perplejo. ¿Qué más dará quién lo diga? Lo importante si lo que se dice tiene lógica o no. En fin, que aquí puedes decir lo que quieras, amigo mío.
Chapó
ResponderEliminarHola a su atención ! ! !
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César,
ResponderEliminarLa ccapacidad de pillar el humor negro es como las piernas, algunos las tienen y otros no. Alégrate tú que las tienes. ;)