Un enclave tutelado por César Mallorquí, el Abominable Hombre de las Letras, en colaboración con la Sociedad de Amigos del Movimiento Perpetuo. Si no te interesa la literatura, el cine, el comic, los enigmas, el juego y, en general, las cosas inútiles, aparta tus sucias manos de este blog.
lunes, enero 10
Año nuevo, vida vieja
Cada año por estas fechas millones de personas formulan buenos propósitos. El más común es adelgazar, pero supongo que habrá más, todos ellos orientados hacia el objetivo de llevar una vida mejor. Dejaré de fumar, haré deporte, estaré más con mi familia, ahorraré, no volveré a inhalar pegamento... qué sé yo, esa clase de cosas. Por lo general, tales propósitos jamás se cumplen, pero no importa; lo substancial es ser conscientes de que debemos cambiar y de que no tenemos suficiente fuerza de voluntad para hacerlo. Eso nos pone en nuestro lugar.
¿Cuál es mi propósito para 2011? Pues, aparte de adelgazar y dejar de oler pegamento, comprar menos libros. Tengo demasiados. Me abruman. Los quemaría todos. Por cierto, ese es un buen argumento en contra del libro electrónico: ¿cómo quemar algo inmaterial? Porque los e-books no deben de arder nada bien y, además, sólo son contenedores cuyo contenido es ignífugo. En un mundo lleno de e-books, los nazis o la iglesia católica tendrían que usar un pulso electromagnético para acabar con la palabra escrita, lo cual es mucho menos vistoso que una buena hoguera. El caso es que, volviendo al tema, me siento como Guy Montag, el bombero quemalibros de Farenheit 451. Luego explicaré por qué.
Mis propósitos para La Fraternidad de Babel son escasos. Os pregunté si querías que cambiase el aspecto del blog y los resultados de la encuesta han sido claros. Al 53 % le da igual, el 18 % quiere que la decoración cambie y el 27 % prefiere que se quede como está. Así que se queda como está. Gracias por participar.
Por lo demás, ya sabéis que escribo en Babel lo que se me ocurre en cada momento, sin la menor previsión, pero hay algunos temas que tengo en cartera. Hablaré de Stonehenge (o, mejor dicho, de la llanura de Salisbury), un asunto que dejé a medias hace un par de años. En febrero aparecerá Leonís, la primera novela fantástica para adultos que publico desde hace un porrón de tiempo. El libro, ilustrado por mi amigo Miguel de Unamuno, ha quedado precioso; charlaremos de ello. En marzo se cumplirá el décimo aniversario de la muerte de mi hermano Eduardo; hablaré largo y tendido sobre él y sobre una de mis grandes frustraciones como escritor. También hablaré sobre ciencia ficción, un tema que he ido posponiendo por pura pereza. Expondré mi visión general sobre el género y propondré mi particular canon. Y esto nos conduce a mi actual odio hacia los libros.
Vamos a remodelar el dormitorio de mi hijo Pablo; de hecho, ahora mismo están los pintores trabajando en él. Eso ha supuesto que el pasado fin de semana hubiera que vaciar dicho dormitorio. Y, como la mitad de mi colección de ciencia ficción estaba en ese cuarto, he tenido que sacarla. La mitad de mi colección ocupa catorce cajas de buen porte. Miles de libros polvorientos que he trasladado con el sudor de mi frente. Por otro lado, llevo meses intentando remodelar mis librerías para que quepan más libros y, entre tanto, tres pilas de libros por leer crecen en mi dormitorio como inestables torres (de Babel, claro), para consternación de mi mujer. Empiezo a sentirme como si tuviera el síndrome de Diógenes y temo morir aplastado bajo toneladas de papel impreso.
Y, una vez más, me he dicho que todo eso se solucionaría si me deshiciese de mi colección de cf. Bastaría con que me quedara sólo con los títulos que realmente me interesan (un diez por ciento, aproximadamente) y vendiese el resto. Pero no puedo malvenderlo; sé que esos libros son valiosos en el mercado del coleccionismo y también sé que la única forma de sacarles todo el jugo es venderlos uno a uno... Dios santo, qué pereza; me llevaría años deshacerme de ellos. También podría vender la colección en bloque, aunque fuera por una tercera parte de su valor; pero, ¿a quién? ¿Y cómo? Lo primero que tendría que hacer es un listado de existencias y... joder, qué pereza. Además está la vinculación emocional que me une a esos libros; los coleccioné desde los doce o trece años hasta los treinta y muchos, cada uno de ellos tiene su historia y su bagaje de recuerdos... En el fondo sé que debería quemarlos, quemar todos los libros... ¡JIAHAHAHA! (carcajada siniestra)
En fin, continuaré debatiéndome entre el amor y el odio que hoy por hoy siento hacia esas cosas polvorientas. Y... ¿qué más? Los políticos seguirán vendiéndonos sus motos (y nosotros comprándoselas) y la iglesia seguirá empeñada en conducir de nuevo a España al redil del nacional-catolicismo. ¿Hablaremos de eso? Seguro que sí. ¿Y vosotros; queréis comentar algún tema en particular? No os cortéis: decídmelo con la seguridad de que yo haré lo que me de la gana.
Como siempre. Año nuevo, vida vieja.
Ahora que caigo, aún no os he deseado un feliz año, así que:
Feliz 2011, amigos míos. Si la profecía maya se cumple, éste será el último año de nuestras vidas, así que más vale que lo aprovechemos bien.
Feliz año, César. Mis propósitos de año nuevo cada vez son más de mínimos: con quedarme como estoy, ya me va bien.
ResponderEliminarHace tiempo que llegué a la misma conclusión que tú (no comprar más libros), por una razón muy simple: no caben en un piso de cuarenta metros cuadrados, y me sabe muy mal tener invadido el garaje de casa de mis suegros con mis dos mil y pico libros. Ay, si hubiera existido el e-book cuando me mudé a Barcelona...
Un consejo: no quemes e-books, que es de un antiecológico que te cagas. ;-)
Saber que va a aparecer una novela tuya de género fantástico es un auténtico aliciente. Uno de mis propósitos de año nuevo es, pues, leérmela y reseñarla, que estoy de un vago que mete miedo.
Abrazos.
Pues... a ver, ¿qué tal si un día en este sacrosanto espacio literatúrico nos hablas de la sf surrealista y absurda tipo Lem o Bradbury? La seria mola pero esa otra sf divertida y delirante también, ¿no?
ResponderEliminarSólo quiero añadir algo: "Los libros arden mal", no es fácil quemar los libros, eso dice justamente Manuel Rivas en la novela, de dicho título, que estoy leyendo en estos momentos... Quizás deberías regalarlos (jijiji) seguro que por aquí encontrarás muchos voluntarios (yo misma) para hacerte ese favor...hummm...
ResponderEliminarUn abrazo y disfrutemos, pues, del último año...
Hola César lo de los libros es un problema de espacio y es que hasta cuesta venderlos y regalarlos , pues no se lee mucho y no todo el mundo los quiere, en fin un problemazo.El e-book , nada ,algo pasajero.
ResponderEliminarPara hablar en el blog propongo hablar de series viejas de televisión, de cine clásico y libros clásicos que merezcan la pena, cosas de las que ya has hablado,pero a las que soy gran aficionado. Por cierto, ¿qué hay de la novela verniana?Espero con impaciencia tu novela Leonis en las librerias. Un saludo y otro año más de Fraternidad de Babel, yupi!.
Tus propósitos de año nuevo me llenan por igual de terror y de esperanza: la última, por los temas que prometes; el primero, porque me miro en tu espejo y no sé de qué modo me libraré yo del acoso de mis libros. Ya contarás.
ResponderEliminarJuanma: Feliz año para ti también, amigo mío. Cuanto tiempo sin vernos, ¿verdad? Tranquilo, no quemaré e-books; lo que deseo quemar son books a secas.
ResponderEliminarAnónimo de las 3:43: No recuerdo que Bradbury haya escrito ningún texto surrealista. Lo suyo es más bien la lírica. En cuanto al humor de Lem... vaya, debo confesar que no me hace demasiada gracia. No obstante, cuando hable de cf lo haré también sobre la vertiente humorística del género.
Laura Uve: Te tendré en cuenta si decido regalar mi libros. De todas formas, no cuentes mucho con ello, porque lo que me pide el cuerpo es quemarlos :)
Juan: Claro que hablaré de libros y series viejas; si no, esto no sería Babel. En cuanto a la novela verniana, tuve que escribir otra novela entre medias, pero ya estoy acabándola. Aunque, la verdad, me está quedando quizá demasiado larga...
Luis Manuel Ruiz: Lo lamento muchísimo, amigo mío, pero para hacer frente al biblioacoso, por ahora sólo se me ocurre la hoguera.
Feliz año a ti también César! Estoy segura de que son muchos los que tienen como propósito de año nuevo dejar de oler pegamento, un vicio muy común entre jóvenes y adultos!
ResponderEliminarEn fin...sobre los libros,siempre se pueden subastar en ebay, pero no es ni de lejos tan divertido como quemarlos! Ya dirás que haces con ellos :)
Feliz año,César,y si es el último,con más motivo....aunque lo dudo,seguiremos por aquí hasta que a cada uno nos llegue la hora....uyyy,qué lúgubre me he puesto,no es mi intención.
ResponderEliminarPues a mí me apetece que nos sorprendas,como siempre,hablando de lo que quieras.Me gusta cuando hablas de ti mismo y tus recuerdos,pero también cuando hablas de otros temas.Vamos,que soy incondicional.
En cuanto a los libros...uffff,todos los que hemos padecido mudanzas los recordamos con terror...¿y el polvo que acumulan? Yo compraba muchos,todos los que me apetecían,cuando mi economía me lo permitía y lo cierto es que me gusta estar rodeada,tenerlos por todas partes.Cuando voy a una casa y no veo libros me parece que está desnuda,fría,sin vida...Ahora ya casi no compro,procuro evitarlo al máximo,primero por el tema monetario,después por el espacio en casa,así que: biblioteca pública,los de mi instituto (de vez en cuando hacemos un pedido a librerías) y mucho internet,para mí es comodísimo,te acuerdas de algo que quieres leer o releer,lo buscas y ...bingo,aparece...O no,claro,pero los clásicos,desde luego,por internet.Lo de leer en pantalla en algo cansado,pero se sobrelleva.
Yo tengo un problema con la cf y es que muy pocas veces me interesa lo que me cuentan,muy pocas he leído algo que me deslumbrara y sobre todo,me da mucha pereza enfrentarme con un mundo nuevo,trastocado,extraño,con reglas a veces retorcidas...En fin,que me gustaría algún consejo por tu parte para los que tenemos este problemilla...Y sobre todo,¿qué recomendarías a los chicos de 14-15 años para iniciarse en el género?
Un saludo desde el norte...Aurora Boreal
Ah, señor, yo problemas de libros no tengo. Que asepticamente aburrido es el libro electrónico.
ResponderEliminar¡Feliz Año! Qué bien que falte tampoco para tu nueva novela! :) Estoy deseando leerla :)
ResponderEliminarSé que no dices en serio lo de quemar los libros. Yo soy incapaz de de tirar o regalar ni un solo libro. Obviamente no tengo tantos libros como tú. Pero hombre, si no caben en tu casa, mejor venderlos!! besos
ResponderEliminarVale. Tengamos calma. Es sólo un estado mental. Siempre, siempre, siempre y siempre caben más libros en casa (también herramientas). Cualquier otro pensamiento sólo lleva al desánimo y a la derrota.
ResponderEliminarY si éste aparece y cunde, téngame usted a su disposición para ir a recoger aquello que le sobre y le incomode.
Buena noticia la de la nueva novela; esperamos que pronto podamos echarle la mano encima.
Feliz año, es la primera vez que entro en el blog y me tiene enganchada desde hace un buen rato, me gusta. Si he de ser sincera lo he encontrado por obra y gracia de mi hijo Sergio al que tus libros le enganchan de una manera asombrosa, no es precisamente un devorador de libros, pero desde que en el colegio le recomendarón Las Lágrimas de Shiva, ha ido buscando tus libros uno tras otro, que en ocasiones leemos juntos, ahora está inmerso en La Catedral. Por lo que tu anuncio de la publicación de Leonís es desde luego una buena noticia para mí.
ResponderEliminarBueno, gracias por este fabuloso espacio, ha sido un muy feliz encuentro.
Un abrazo.
Aurora Boreal: De acuerdo, voy a iniciarte en la ciencia ficción y te demostraré que el género es muy distinto a lo que la gente cree. Vamos a intentar recomendarte unos cuantos títulos de más o menos fácil adquisición.
ResponderEliminar1. "Flores para Algernoon", de Daniel Keyes. Tienes la versión corta en SM
2. "Crónicas marcianas" y "Farenheit 451", de Ray Bradbury. En Minotauro.
3. "Estación de tránsito", de Cliford D. Simak.
4. "Cántico a san Leibowitz", de Walter M. Miller.
5. "Puerta al verano", de Robert Heinlein.
6. "El mundo del río", de Philip J. Farmer.
Y, por último, un libro que está escrito y protagonizado por maestras: "El libro del Pueblo", de Zenna Henderson.
Como creo que los chicos de 14-15 años ya están preparados para leer cualquier cosa, valen para ellos los mismo libros.
Princesa Ono: Bromeo, claro, aunque es cierto que tanto libro empieza a abrumarme. ¿Venderlos? No es fácil, por desgracia.
Victor Moral: Eso mismo suelo decir yo: siempre cabe uno más. Pero temo que los libros sometidos a semejantes presiones acaban convirtiéndose en micro agujeros negros.
EloisaH: Bienvenida, amiga mía; estás en tu casa. Y dala a Sergio un abrazo de mi parte :)
¡Hola!
ResponderEliminarVerás, te explico desde un principio:
En el instituto nos mandaron escoger entre varios libros (de esto ya hace más de un año) y me parece que dos de ellos eran tuyos. Yo nunca había leído ningún libro tuyo pero nos habían explicado de que trataba cada uno y no se por qué pero decidí leer 'La Catedral'. El resultado fue bueno, pues me gustó y me leí 'El último trabajo del Señor Luna' y un poco más tarde 'La Caligrafía Secreta', aunque si te digo la verdad no me dio por leer ninguno más. Primero porque no soy una buena lectora, tampoco soy de las que no han leído ningún libro por cuenta propia, soy más de las que leen un libro o dos al mes y, segundo, porque,pues... porque no encontré... pues no se,la verdad no se por qué no leí otro tuyo. Bueno,la cosa es que, un día descubrí tu blog (no me acuerdo como). Y desde aquel día,que fue hace bastantes meses , pues me paso de vez en cuando por él y me entretengo leyendo tus entradas. Y no solo yo, también mi madre, pues la he hecho aficionada desde que descubrió 'Internet' (todavía un gran desconocido para ella)
Ahora que yo también me he unido a esto del blog,pues decidí pasarme por aquí y comentarte que tienes a una quinceañera y a una cincuentona siguiéndote.
Cocoélectrique: Bienvenida a Babel, amiga mía. Ante todo, no tienes por qué excusarte por haber leído "sólo" tres libros míos. Hay otros autores y otras novelas; lo importante es leer y cuanto más variado mejor. Por otro lado... oye, leer uno o dos libros al mes no está nada mal. No te consideres mala lectora.
ResponderEliminarUn beso para ti y otro para tu madre.
Tengo un problema similar al tuyo, ya no sé donde meter los libros. Y también una parte importante de ellos son de ciencia ficción. Mi mujer me dice que deje de comprar libros, que muchas veces ni siquiera me los leo...
ResponderEliminarPero no puedo.
Me confieso un yonki.
Estoy enganchado, como pase por delante de una librería tengo que entrar, y cuando entro siempre salgo cargado.
Quizá tenga que buscar un grupo de "librófilos anónimos".
Por cierto, también tengo un ebook y no es lo mismo ni de lejos. Me falta el tacto, el olor, el peso de los libros de verdad.
Lo dicho un yonki
Nuestro común amigo Alfredo Lara expresaba el problema con el acierto que es habitual en él: "Yo no compro libros para leerlos: compro opciones de lectura". Estamos comprando la certeza de que tenemos el libro en casa, y de que está disponible para cuando queramos leerlo.
ResponderEliminarNumael: Sí, no estaría mal eso de formar un grupo de ayuda para bibliómanos (¿o bibliópatas?), y tener un "padrino" al que llamar cuando te entren ganas de comprar un libro...
ResponderEliminarJuanma: Alfredo tiene razón, pero el caso es que mis "opciones de lectura" amenazan con devorarme.
¿No es algo contradictorio el que alguien que se dedica profesionalmente a la producción de libros se manifieste angustiado por el exceso de los mismos?
ResponderEliminarLo tuyo es de mirárselo. Algo así como un "camello" con problemas de conciencia.
Otra cosa: anda, sé bueno y recomienda La Fundación, del buen profesor. Sólo la trilogía original, claro.
Hola César.
ResponderEliminar¿Te has planteado hacerte una cuenta en Twitter? Sería otra forma de escribir brevemente lo que se te ocurra y seguro que a muchos fans les gustaría. A mí sí, ya te lo digo.
¡Un saludo!
Una pregunta, ¿tu obra Leonis tiene algo que ver con Tristan de Leonis? Sabiéndote artúrico no puedo por menos que rastrear esa conexión 'caballeresca'. :-)
ResponderEliminarBig Brother: Absolutamente contradictorio. Y no, no voy a recomendar las Fundaciones, lo siento.
ResponderEliminarJaVi: Pues sí, amigo mío, me lo he planteado más de una vez. Pero mira, ya me cuesta llevar el blog, así que mantener al mismo tiempo una cuenta de Twitter ni te cuento. De todas formas, lo pensaré.
Velda Rae: Premio para la dama. En efecto, la novela está relacionada con la leyenda de Tristán e Iseo, aunque transcurre en época actual.
Ohhhhh!! (Eso ha sido tanto una exclamación de sorpresa como de placer) ¿Puedes concretar más la fecha de salida para estar atenta?
ResponderEliminarYo descubrí la literatura medieval en la facultad (quién hubiera creído que en Ciencias de la Información te enseñaban esas cosas) gracias al particular análisis que de la leyenda de Tristán e Iseo hace Denis de Rougemont en 'El amor y occidente'. Y desde entonces soy 'tristanista' y artúrica sin remedio.
Velda Rae: La novela se distribuirá en febrero, pero no sé exactamente cuándo. Ya lo avisaré en el blog.
ResponderEliminar"Leonís" gira en torno a la leyenda de Tristán e Iseo, pero de forma indirecta. Además, no se basa en la leyenda original, sino en una poco conocida versión danesa del siglo XV. Y está ambientada en la época actual. En cualquier caso, no esperes un "relato de caballería", sino, como reza su subtítulo, "una historia de amor, magia, misterio y muerte".
Por mi experiencia, en CC de la Inf. te enseñaban de todo menos periodismo.
Soy nueva en tu blog y me encanta.
ResponderEliminarYo también tengo demasiados libros, pero ni siquiera les tengo tanto cariño. Lo mío es Diógenes puro y duro.
De todas formas, antes que quemar libros preferiría comprar una casa más grande, invitar amablemente a los hijos a que se marchen a estudiar fuera, ir a Ikea a buscar 'soluciones de almacenaje'...
Feliz año!