Hace años escuché una entrevista por la radio en la que a un tipo, no recuerdo quién, le preguntaban cuál era la persona más bella que había conocido. El hombre respondió sin dudarlo: Julio Caro Baroja. Supuse que esa respuesta era una boutade, o bien que el entrevistado se refería a la belleza interior del académico, y no le di más vueltas. El caso es que se dio la casualidad de que, poco después, vi a Caro Baroja en el Vip’s de López de Hoyos... y me quedé de piedra. Porque, en efecto, era bellísimo. Era... como de algodón, un anciano perfecto, la clase de anciano que dibujaría Norman Rockwell. Ninguna fotografía, ninguna grabación le hacía honor; en persona, Caro Baroja poseía una textura especial, una dulzura física casi sobrenatural. Daba gusto mirarlo, era puro deleite estético.
Aquel encuentro me hizo reflexionar; sobre todo porque por entonces me dedicaba a la publicidad (que es el reino de los arquetipos estéticos). ¿En qué consiste la belleza humana? Supongo que existen ciertos condicionantes biológicos, todos ellos orientados hacia la sexualidad; o, para ser precisos, hacia la reproducción. Nos gusta una piel tersa y sin manchas, así como una buena dentadura, porque todo ello es señal de salud. Nos gustan las facciones simétricas, porque indican una correcta carga genética que transmitir a la prole. Nos gustan las mujeres de caderas amplias y pechos grandes porque son signos de fertilidad. Y nos gustan los hombres de complexión atlética, pues esa fortaleza se transmitirá a su descendencia y les permitirá defenderla. A todos nos gustan más las personas altas que las bajas (de lo cual doy gracias, pues, no siendo precisamente el tío más guapo del mundo, mi metro noventa y dos me ha abierto puertas que de ser más bajito hubieran estado cerradas).
Aparte de esas preferencias biológicas y unas pocas más, todo lo relacionado con la estética humana es cultural. Cada cultura en cada momento propone un canon de belleza sujeto a modas. Y basta con echarle un vistazo a las estrellas de cine a lo largo de ciento y pico años de historia para darse cuenta de hasta qué punto ese canon es cambiante.
Eso ha sido así siempre, pero ahora sucede algo distinto. El cine, la publicidad, la moda, los mass media no sólo imponen un rígido modelo estético, sino que además los difunden masivamente. Jamás la humanidad ha estado tan expuesta a la belleza humana estereotipada. Y qué jodido estereotipo, amigos míos. Las mujeres han de ser altas, de piernas largas, muy delgadas, con culito respingón y grandes senos. Es decir, una distribución de la grasa corporal muy poco frecuente, casi imposible. En cuanto a los hombres, deben ser altos, delgados, sin vello corporal -pero con leonina melena craneal-, con caderas estrechas, hombros anchos y un Toblerone en el abdomen. En ambos casos las facciones deben ser de una perfección helénica.
Está claro que muy poca gente reúne tales características. A las que hay que añadir una más: la fotogenia. Es decir, la peculiaridad de salir más favorecido en imágenes grabadas que en la realidad. No todo el mundo, ni siquiera toda la gente guapa, tiene ese don. Así pues, las personas que viven de su físico –actores, modelos, presentadores, etc.- han sido seleccionadas por su “perfección” de entre una miríada de candidatos que no alcanzaban el nivel. Pero eso no basta. Gran parte de esos privilegiados son “mejorados” por el bisturí. Y luego, las “mejoras” siguen con el maquillaje, el vestuario, la iluminación... por no mencionar el photoshop. Es decir, no sólo se nos impone un canon de belleza inalcanzable, sino que además la técnica lo estiliza y potencia mucho más allá de la realidad. El modelo estético que nos inculcan no existe, es una idealización, un fraude, un truco.
Pero está por todas partes. En la tele, en el cine, en las revistas, en Internet, en las vallas publicitarias, en las muñecas Barbie, en las paradas de autobús, en los catálogos, en los envases, en los supermercados, en el arte, en los cómics... Vivimos rodeados por imágenes de humanos físicamente “perfectos”, inalcanzables, lejanos, soberbios como dioses. Al final, uno acaba sintiéndose igual que un judío de nariz ganchuda rodeado por espléndidos arios extraídos de una utopía nazi. No es raro, pues, que los cirujanos plásticos se estén forrando a costa de las frustraciones ajenas, o que la anorexia sea ya en un mal casi endémico de nuestra sociedad.
Pero no es de eso de lo que quiero hablar, sino del modo en que ese férreo canon estético nos impide percibir otras clases de belleza. En primer lugar, se confunde belleza con sexualidad, dos términos que a veces coinciden y a veces no. Veréis, cuando trabajaba en publicidad estaba acostumbrado a ver muchísimas modelos. Mujeres muy guapas, sin duda, pero muy pocas resultaban sexys. Eran demasiado conscientes de su belleza; estaban ahí para ser admiradas, no para provocar admiración (la diferencia entre una actitud pasiva y otra activa). Sin embargo, hay mujeres mucho menos guapas, incluso feuchas, que irradian encanto sexy a raudales. Quizá es que necesiten hacerlo para competir con los bombones, o puede que sea una cualidad natural, el caso es que el sexo no está en unas tetas perfectas ni en unos abdominales de granito; ni siquiera en los genitales. El sexo está en el cerebro.
Otro error es confundir belleza con juventud. Se puede ser joven y más feo que el culo de un mandril, y ser viejo y bello (como Caro Baroja). Sin duda, hay un hermoso esplendor primaveral en un rostro muy joven (esas casi niñas de Hamilton...), pero ¿qué me decís de las arrugas que talla el tiempo? ¿Acaso no pueden ser igual de bellas o más que una piel de culito de bebé? Dicen que a los veinte años uno tiene la cara que le ha dado la naturaleza, y a los cuarenta la que uno se ha ganado. Las líneas de expresión, las patas de gallo, las ojeras... todo eso despliega nuevas dimensiones en un rostro, cada arruga cuenta una historia, la carne es menos firme, pero más sabia. Ahí también hay belleza.
Con esto no pretendo decir que todo el mundo es bello a su manera, qué va. De hecho, el físico de la mayoría de la gente oscila entre la vulgaridad y el espanto, y los hay que harían vomitar a una cabra. En general, las personas somos feas, para qué negarlo. Pero hay muchas más formas de belleza que las que dicta el canon. Tenemos, por ejemplo, la “belleza sonriente”; personas aparentemente normales que cuando sonríen deslumbran, porque no sonríen sólo con la boca y los ojos, sino también con el rostro, con los codos, con las orejas, con todo el cuerpo. O la “belleza serena”; gente que emite paz y tranquilidad. O la “belleza fea”, propia de quienes tienen una rasgos toscos y desmedidos, pero armónicos de una extraña manera. O la “belleza dinámica”; individuos feos a un primer vistazo, pero cuyos movimientos, su expresión corporal, son tan elegantes que a los tres minutos de hablar con ellos nos parecen guapísimos.
En realidad, esta entrada no es “contra la belleza”, sino contra esa belleza estereotipada tipo Barbie-Ken que nos han impuesto como modelo. Un gran fotógrafo no es aquel que sabe sacar guapa a Claudia Schiffer, sino el que encuentra belleza allí donde los demás no ven nada. Todo está en los ojos del observador, en la mirada.
Estoy totalmente de acuerdo con tu entrada. Hay muchos tipos de belleza, y el que nos imponen es inalcanzable, una ilusión.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo. Me alegro de que aun haya gente en el mundo que no se deje engañar por esa falsa belleza de la nueva era de la que hablas. Esa que combina cirugía, maquillaje y photoshop. La verdad es que la belleza no es mi mejor cualidad y la fotogenia menos. Decía mi abuela hace muuuchos años que la mitad de la belleza está en las tiendas. Y no podíaestar más acertada.
ResponderEliminarYo soy de esas que necesita sacar otras cosas para tener algo que hacer al lado de los "bombones". Aun así esas triunfan más. Para algunos un físico imponente está por encima de todo lo demás.
en las últimas lineas esta lo que creo define como funciona la belleza, "todo esta en los ojos del observador, en la mirada"
ResponderEliminarel tema es que en muchas cosas no solo en la belleza nos determinan lo que tenemos que ver, pensar o sentir
personalmente la belleza en una persona es una combinación de muchas cosas, aunque creo que se percibe a golpe de vista
pero como dices hay personas que son bellisimas como salidas de un sueño, y hablo de la belleza física en si misma, pero lo extraño que me ha sucedido es que hasta ahora todas esas personas también son lo que se diría "bellas" como personas pffffff muy cursi ya se pero es asi
en cambio a todas esas mujeres lindas modelitos como sacadas de catalogo siempre les falta algo, o en la mirada, o en la pose hay algo que dice, "soy tarada, soy falsa, admirenme"
por suerte la belleza física no define nada, hay bostas de personas que son como dioses del olimpo fisicamente, y increibles seres humanos que son mas feos que dostigres
siempre me ha causado gracia el tema de la belleza, claro que nadie es inmune a como lo vean ni a como se ve uno mismo, de igual manera me sigue dando mucha gracia todo el mundo de la moda, como hablan como caminan, todo, son ridiculos, claro que estan llenos de plata, no me pongo a hablar del "mundo" de la belleza porque me dan ganas de vomitar, y no por anorexia
ahhhh han visto bruno la película? jejejeje
ojo que soy diseñador gráfico y en gran parte mi trabajo lo realizo sobre estandares de "belleza"
cuando pienso en belleza o incluso en moda siempre se me viene a la cabeza el cuento de bradbury en el que un señor le muestra el culo a un fotografo que esta usando su casa como set de fotografia
o el libro de que se mueran los feos
¡Chapeau! a la entrada.
ResponderEliminarPero...
¡Como está Hale Berry! (Ver reciente entrega de los Globe Awards)
Grandísima entrada, César.
ResponderEliminarEste canon de la belleza me parece grotesco... sobre todo, porque conozco a mujeres que no lo cumplen (¿quién lo cumple en realidad?)y son guapísimas.
Aunque a mí me pasa una cosa curiosa... creo que ninguna amiga mía me parece fea. Y se debe a que si una chica me cae bien, automáticamente embellece físicamente. Mientra que si una tía me parece tontísima y me cae como el culo no puedo evitar verla fea.
¿Me pasará sólo a mí?
Un saludo.
El otro día leí un artículo que te hubiera encantado hablando de la terrible dependencia de las mujeres occidentales a aparentar belleza, conservar la juventud en el rostro y resultar sexis en todo momento, frente a lo que parece ser que sucede con las mujeres islámicas. No voy a tratar de repetirlo pero con el título te haces una idea:"El burka del botox". o algo así. Espléndido.
ResponderEliminarno se si habéis leido un relato de Ted Chiand en Historia de mi vida, se titula Kalimnosia, y es d eun experimento en el que eliminan a voluntarios esa atracción por la belleza, no sienten nada ante ella...el relato es como un documental, y trata tanto de la smotivaciones de cada uno para hacerlo, como de las reacciones cuando vuelven de nuevo a verse atraidos por la belleza...
ResponderEliminarmazarbul
Vaya que tienes razón. En este mundo hay mucho más que sólo la obvia "belleza" física; la no tan obvia resulta más fascinante que la primera para mí. Alguna vez escuchaste " A mis gustos no los justifica mi razón sino mi sentir" (vale palabaras más palabras menos) de Octavio Paz? Aplica en todos los casos, no lo crees?
ResponderEliminarOh! lo olvidaba "La Caligrafía Secreta" se publicó en México? Llevo más de un año buscándolo y no lo hallo, es frustrante.
Saludos César
El ser humano tiene un comportamiento muy infantil en esto de los temas físicos. Las consecuencias por ejemplo que la anorexia está provocando en la sociedad son de risa, porque hay mucha gente perdida que confunde delgadez con anorexia y otros que siguen estando bajo la influencia de la moda que creen que modelos o actrices que no gastan más de la talla 36 son el sumun de las curvas y que con ellas volvemos a la mujer rotunda, siendo el pecho lo único grande que tienen estas mujeres.
ResponderEliminarLuego están los que se siente agredidos por la belleza, esterotipada o no. Y ensalzan otros arquetipos que por mucho que a alguien les gusten individualmente nunca podrán convertirse en el tipo de de belleza clásica que "a todos sin excepción" ( o con ella ) llama la atención.
Lo que no debemos confundir nunca es belleza con sexualidad. Ser sexi es una cualidad más, que se tiene o no se tiene y no va unida a ser rubia de 1.80 con ojos verdes. Si hay una mujer carente de sexapel en el mundo de la moda es Claudia Schiffer y nadie puede negar que sea una mujer bella.
El problema de esta sociedad no es el arquetipo de belleza que se esteblece en el mundo de la moda sino la agresión que se ejerce sobre lo que no concuerda con lo que se defiende. Los gordos atacan a los flacos, los flacos a los gordos, los altos a los bajos, los rubios a los morenos, etc.
Yo creo que si hay algo en lo que no existe culpabilidad alguna en este mundo es en la belleza o en la ausencia de ella.
¿CLAUDIA SCHIFFER CARECE DE SEX APPEAL?
ResponderEliminarEstimados amigos, tampoco hay que ser fundamentalista en sentido contrario. Las mujeres y hombres que encarnan el "canon oficial" suelen ser personas realmente bellas. Muchas, es cierto, carecen de sex appeal; pero algunas no sólo son guapísimas, sino también sexys (lo cual es la bomba, claro).
ResponderEliminarDe lo que me quejo es de que ese modelo sea tan restringido y excluyente, y tan tiránico e inalcanzable. Además genera aberraciones. Por ejemplo, no conozco a ningún hombre que le gusten las mujeres demasiado delgadas. Sin embargo, el mundo de la moda está lleno de esqueletos. ¿Por qué? Pues por un lado porque la ropa resulta más elegante en un cuerpo con pocas formas (tiene mejor caída y vuelo). Pero para eso no se necesita una delgadez extrema. ¿Entonces? La posible respuesta se la escuché a una modelo española: Muchos modistos -entre ellos gran parte de los más importantes- son homosexuales. Por tanto, lo que les pone son las formas andróginas, que son precisamente las que imponen en sus desfiles.
En cualquier caso, por supuesto que los representantes del canon oficial son bellos. Pero no son la única forma de belleza.
Big Brother: Halle Berry es el ejemplo supremo de lo que ocurre cuando una mujer bellísima es, además, sexy. La bomba.
ResponderEliminarByron: No hay cosmético más poderoso que el cariño.
Samael: Supongo que hablamos de mujeres islámicas con posibles. Pues bien, por lo visto esas mujeres, debajo de los velos y la "moda islámica", llevan vaqueros de Armani, blusas de Dior y zapatos de Manolo Blahnik. Yo mismo, estando en Puerto Banús, las he visto entrando en boutiques carísimas.
Mazarbul: Sí, recuerdo ese cuento de Chiang. Excelente.
Rubí: No, amiga mía, "La caligrafía secreta" no se ha publicado en México, e ignoro si se ha distribuído allí. De todas formas, hay un libro mío del que estoy muy orgulloso -"La compañía de las moscas"- que sí está publicado en tu país.
César, precisamente la explicación que te dio tu amiga modelo fue algo que yo dije en un foro, con tono de guasa y me llamaron homófoba. Los estereotipos que se crean desde el mundo de la moda, son al fin y al cabo estéreotipos que no influyen para nada a la hora de que hombre y mujer se "enamoren" o se "enrollen".
ResponderEliminarEl hecho de que calen tanto yo creo que es porque por mucho que a los hombres no les gusten las mujeres delgadas, a las que sí que nos gusta la delgadez es a la mujer en sí. Por mucho que hoy en día haya una corriente que haga decir en público justamente lo contrario. En público diremos lo que queramos, pero en privado está claro que la mayoría de las mujeres nos privamos de determinados alimentos para estar más delgadas, no para estar más sanas.
No obstante, durante mucho tiempo estas mujeres tan estremadamente delgadas tuvieron un complejo terrible, recuerdo una amiga mia que no iba a la playa porque le daba vergüenza que la vieran en bikini. El hecho de que este tipo de mujeres puedan ver hoy en día su autoestima mejorada no es malo. Lo malo es que para ensalzar una determinada belleza tengamos que echar por tierra otra. Que es lo que hacemos el ciudadano de a pie en respuesta a esa rigidez de la que hablas Cesar.
Esa rigidiz es sólo la consecuencia de los grandes beneficios que se obtienen con la alta costura y el pretar porter. No olvidemos que hablamos de ropa que cuesta más de 6.000,00 la pieza. Como para no ser rígidos. Yo si estuviera en este mundo también sería rígido con el tipo de modelo que querría para una pasarela, justo esa que hiciera que la señora que se va a gastar más de 200.000,00 euros al año en ropa en mi casa hiciera que viniera corriendo a dejarlos en mi cuenta corriente.
Samael no sé lo que tú entiendes por sexapel, pero no lo aprecio yo precisamente en Claudia Schiffer. El sexapel para mi es como la elegancia, no hay manera de explicarlo en palabras porque es en sí una característica. Una mujer puede ir muy buen vestida, impecable y carecer de elegancia alguna. Con lo cual una mujer puede ser guapa y carecer del atractivo que reporta el sexapel. Pero está claro que hablamos de términos tremendamente subjetivos cuya apreciación puede diferir según el sujeto que lo juzgue.
ResponderEliminarAmaranta, efectivamente todo es subjetivo, pero existen tendencias que hacen que una mayoría vean de forma muy parecida la misma cosa, aunque siempre haya otras personas que lo vean de forma diferente. El sex appeal literalmente es (en inglés queda mucho más fino) la llamada al sexo, o el sexo que llama, o con las palabras que quieras expresarlo, pero ahí está la idea: reclamo a la coyunda. Carmen Balcells, pongo por caso, es una señora con multitud de cualidades que la hacen irresistible para una charla, tiene una personalidad muy atractiva, resulta admirable lo que hace y debe ser un orgullo contar con su amistad, pero nadie dirá jamás que tiene sex appeal. Claudia Schiffer, lo ignoro, pero lo mismo es una pavisosa insufrible, sin embargo tiene ese "llamamiento al sexo".
ResponderEliminarCésar, estoy de acuerdo en que hay armanis bajo los burkas, pero me temo que no me expliqué bien. El título se refería exclusivamente, como sutil metáfora, a que las mujeres occidentales no se libran de un burka impuesto por las normas dictadas por los hombres. Es la obligación de resultar guapas, lo que las esclaviza. Comprendo que sin haber leído el artículo no puedas hacerte una idea completa, pero iba por ahí la cosa.
ResponderEliminarLa subjetividad a la que aludia Samael con respecto al sex appeal, es en referencia a que cada cual se siente atraido sexualmente por aspectos diferentes, no a aludía a que Claudia fuera sosa en un plano personal sino en un plano de referencia al sexo. Para mi Scarlett Johanson tiene sex appeal. Marilyn es el prototipo de una mujer con sex appeal. Porque seamos claros el prototipo de mujer de pasarela puede que sea Claudia Schiffer, pero el prototipo de mujer con exceso de feromonas es una mujer voluptuosa, el sex appeal va unidao a la voluptuosidad de formas, formas que biologicamente están diseñadas para llamar al sexo. Y Claudia Schiffer no tiene eso, igual que no dudaría yo nunca de su belleza.
ResponderEliminarBueno Samael yo no creo que la mujer occidental esté esclavizada por aparentar cierta belleza frente al hombre.
ResponderEliminarSi como aquí decís al hombre le gustan las mujeres con curvas y nosotras nos empeñamos en estar delgadas. No sé donde ves tú complacencia con respecto al hombre.
Con respecto a la cultura musulmana te equivocas de plano a plano. La mujer musulmana vive por y para el hombre. Aquello que no puede vestir en público, sí que lo puede lucir en la intimidad con su marido.
El que la mujer quiera ser eternamente joven es por puro y simple placer particular. Entre los muchos beneficios que obtenemos las mujeres por tener un mejor aspecto está el hecho de resultar atractivas para el hombre. Pero es sólo "un beneficio más" no el único objetivo como es el caso de la mujer musulmana.
Me parece tan absurdo que se pretenda hacer ver la libertad con la que viven la vida las mujeres musulmanas, que no sé si es que pretendéis encerrarnos en un burka de verdad los hombres occidentales, en vez de en uno que sólo está en vuestras cabezas.
Samael y Amaranta: Claudia S. es una mujer bellísima y he visto fotos suyas en las que aparece muy sensual. Pero son fotos, instantes que pueden ser muy manipulados. Sin embargo, hay una película de Abel Ferrara, "New Rose Hotel", donde la Schiffer tiene un papelito. Y está sosísima. No, la verdad es que no creo que Claudia S. tenga mucho sex appeal, en el sentido de una cualidad situada más allá del físico. De todas formas, siendo tan increiblemente guapa, ¿para qué esforzarse en ser sexy? No lo necesita, porque le basta y le sobra con su cuerpo y su cara para atraer a los tíos.
ResponderEliminarNo había entendido lo de las mujeres islámicas. Pues sí, supongo que en cierto sentido la "dictadura de gustar" puede ser tan esclavizante como un burka. Ahora bien, lo mismo sucede con los hombres. ¿O es que todos esos que se machacan en el gimnasio no lo hacen por resultar más atractivos? Es verdad que no se trata sólo de gustar a los demás, sino también de gustarnos a nosotros mismos. Pero siempre desde la óptica del modelo sexual. Ser sexualmente atractivos nos reconforta, aunque no tengamos prevista ninguna inminente relación erotíca.
El que algunas mujeres sigan patrones de belleza sexualmente equivocados (la extrema delgadez) no es sólo para gustarse a sí mismas. Simplemente es que siguen un modelo estético erróneo, pero tan difundido que se acaba metiendo en el cerebro como un parásito mental. Ese modelo ha cambiado con el tiempo; en los años 20 y 30 las mujeres tenían que ser "mulliditas" y con poco pecho (no digamos ya en época de Rubens). En los 50, voluptuosas. En los 60 estilizadas. En el presente: flacas. Ahora, por ejemplo, lo atractivo es el bronceado, pero en el siglo XIX se exigía era una palidez extrema (y ahí estaban las románticas, poniéndose ciegas a vinagre). En fin, que los modelos estéticos cambian, pero siempre están relacionados con el sexo.
En cuanto a lo que dices de ese burka mental que los hombres occidentales estamos deseando convertir en uno material... Bueno, Amaranta, te has pasado un pelín. Samael y yo somos hombres occidentales y te aseguro que ninguno de los dos tenemos el menor deseo de esclavizar a mujer alguna. Más bien al contrario. Y lo mismo puedo decirte de todos mis amigos. Ese estereotipo masculino es, afotunadamente, cosa del pasado.
Pero cómo olvidar "La compañía de las moscas" me pareció increíble tu "triunfal fracaso". Seguiré buscando.
ResponderEliminarSaludos
Hace un año empece a tomar clases privadas para hacerme más amenas las asignaturas "matemáticas" de la carrera. Me acuerdo que el primer día mi profesor me parecía bastante poco agraciado: bajito, barrigón, calvo, con gafas, y encima explicándote estadística.
ResponderEliminarA las tres semanas estaba ya rozando para mi el ideal de persona a seguir. Listo de cojones, siempre con algún dato y opinión sobre lo que le plantees, que además te dice con tanta seguridad y tanta gracia que uno no puede sino escucharle embobado. Además trabaja en muchos sitios, con un éxito laboral palpable.
¿A ese tipo de belleza como se le llama? =P