Supongo que, en una fecha como hoy (20 N), hablar de alguien que ha muerto puede suscitar confusiones. Pero no, no me refiero a ese viejo dictador que hace treinta y un años la diñó en la cama y, para vergüenza de todos los españoles, conservando intacto todo su omnímodo poder de sátrapa gallego. En realidad, me refiero a Jack Williamson, que falleció hace diez días a los 98 años de edad.
Y ahora más de uno se preguntará quién narices era Jack Williamson. Pues un mediocre escritor de ciencia ficción. Pero también era una especie de fósil viviente, porque Williamson comenzó a escribir a finales de los años veinte; es decir, casi al comienzo del comienzo de la ciencia ficción tal y como hoy la concebimos. ¿Y qué escribía? Pues sobre todo space opera, una cf aventurera e ingenua ligada a las revistas pulp de la época.
Cuando yo era pequeño –doce o trece años-, leí algunas novelas suyas. La Isla del Dragón (1951), Puente entre estrellas (con James E. Gunn, 1955) y Los humanoides (1949). Recuerdo que la que más me gustó fue esta última (de hecho, es su obra “prestigiosa”); pero claro, yo era un niño y supongo que ahora me parecería ingenua y tosca. Mucho más tarde, siendo ya un apuesto veinteañero, leí su novela más famosa, La legión del espacio. Lo hice más por motivos arqueológicos que por otra cosa, porque es un relato simpático, pero tremendamente inocente y anticuado. No obstante, justo es reconocer que en La legión del espacio se encuentra el germen de Star Wars, aunque no estoy seguro de si esto es bueno o malo.
De modo que Williamson era un humilde escritor popular de cuya muerte la mayor parte del mundo ni se ha enterado, ya que sólo era conocido entre los círculos de “iniciados”. Pero ahí estaba, un superviviente –supongo que último- de la época más primitiva del género, y además todavía en activo, pues su última novela (Stonehenge Gate, 2005) apareció el año pasado. Así que, teniendo en cuenta que publicó su primer relato en 1928, el bueno de Jack ha pasado casi ochenta años trabajándose el teclado de quién sabe cuántas máquinas de escribir. Toda una larguísima vida dedicada a la escritura. Aunque sólo sea por esto, creo que es justo dedicarle, si no un homenaje, sí al menos un breve recuerdo. Descanse en paz.
lunes, noviembre 20
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7 comentarios:
Te dejas en el tintero la excelente "más oscuro de lo que creeis" una de las novelas fundacionales del terror moderno.
¿Porqué no nos avergonzamos de haber disfrutado con los cuentos de nuestra infancia y si lo hacemos con los que leímos en nuestra adolescencia o primera juventud?
Jack Williamson leído en su momento y con la edad adecuada fué, al menos para mí, una completa y apasionante delicia. Lamento nostálgicamente su muerte.
A mi me pasa igual. De niño sus novelas me parecían fabulosas.
Aún así me gustaría encontrar algo suyo para intentar leerlo con los ojos de la infancia (o al menos hacer un esfuerzo para que así sea).
Ya sé, ya sé, será una decepción.
Traduje "Los humanoides" para la edición de Ultramar y me pareció un novelón divertidísimo.
Arturo: sólo citaba las novelas de Williamson que he leído y "Más oscuro de lo que creéis" no figura entre ellas.
Big Brother: no me avergüenzo de Williamson, entre otras cosas porque ni cuando yo era pequeño me gustaba demasiado. Salvo "Los humanoides", pero la debí de leer hace... puffff, más de 35 años. No obstante... recuerdo, por ejemplo, lo mucho que me gustó de niño "Los reyes de las estrellas", de Hamilton. Me fascinó, me hizo soñar despierto. Pero la intenté leer de adulto y no pasé de la segunda página. Era malísima. Hay libros que me encantaron de adolescente y que siguen gustándome ahora. Por ejemplo, los relatos de Twain o de Bradbury. Otros, sin embargo, no resisten el paso del tiempo. De todas formas, yo también he lamentado nostálgicamente la muerte de Williamson.
Puagh: si te vale mi experiencia, es imposible volver a leer con ojos de niño.
rm: espero que tengas razón y "Los humanoides" sea, en efecto, un novelón divertidísimo (eso es lo que me pareció en su momento). Pero no me atrevo a intentar releerla; prefiero quedarme con el buen sabor de boca que me dejó en la memoria. En cualquier caso, estoy seguro de que tu traducción mejoró la prosa de Williamson.
Paco Arellano la editó hace años. Supongo que es inecontrable ahora mismo pero sigue siendo una novela magnifica. Su hipotesis basica - que los seres sobrenaturales son en realidad fruto de la evolucion-ha sido copiada ad nauseam en series como Expediente x. Buen ambiente, buena caracterización y un argumento muy bien construido con una sopresa final que antecede a Clive Baker.
No veo que te da el derecho para calificar a un escritor tan prolífico e imaginativo, adelantado a su época como " mediocre". No creo que tu seas capaz de tamaña hazaña.
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