Bueno, amigos míos, ya estamos otra vez aquí. Supongo que arderéis en deseos de que os informe acerca del estado de mi despacho, así que ése será el primer tema que tratemos. ¿Está mi despacho por fin ordenado? Bien, dejando aparte que el concepto “orden” es relativo, omitiendo determinados aspectos de la teoría del caos y absteniéndonos de entrar de lleno en el segundo principio de la termodinámica (lo que nos conduciría directamente a lo que yo llamo “nihilismo entrópico” y mi mujer , más llanamente, denomina “simple guarrería”), podemos afirmar con certeza que... sí y no. Supongo que a estas alturas del párrafo ya os habréis perdido. Lo que pretendo decir que mi despacho está y no está ordenado a la vez. Es algo así como el despacho de Schrodinger.
Me explicaré: he conseguido liberar nueve baldas de mis librerías, lo cual es una victoria a cuyo lado lo de las Termópilas queda a la altura de una pelea de colegio. También he recogido y ordenado los papeles. No obstante, hay en el suelo varios montones de libros por recolocar y dos cajas llenas de libros para deshacerme de ellos (qué placer, por cierto, ver partir al exilio dos obras de Juan Manuel de Prada que no he leído ni leeré jamás). Ahora me queda colocar los libros que están por el suelo en una librería situada en el cuarto de mi hijo Pablo (para lo cual tendré primero que hacer hueco allí y pelearme con mi hijo). Luego, trasladaré los libros que están en mi dormitorio a los huecos habilitados en el despacho, redistribuiré un poco las librerías, colocaré figuritas y objetos absurdos por las baldas y todo habrá acabado. Es decir, si A = DESORDEN y C = ORDEN, mi despacho se encuentra en un indeterminado, aunque voluntarioso, punto B.
Pero bueno, no vamos a dedicar todo un post al estado de mon petit gabinet. ¿Qué tal las vacaciones? Espero que bien. Yo, como os anuncié, no me he ido a ninguna parte, lo cual me ha permitido darle marchilla a la novela que tengo entre manos. También he disfrutado del Madrid de agosto, tan vacío, tan calmado, tan agradable, y más este verano, el menos caluroso que recuerdo. Óscar, mi hijo mayor, se fue de Interrail con unos amigos por el centro de Europa y luego se ha encerrado para preparar los exámenes de septiembre. Más tarde, Pablo, el pequeño (aunque mide 1’96), se largó con su madre a Londres durante una semana, lo que me proporcionó unos cuantos días de plácida soledad. En fin, que todo bien. No obstante, hay algo que echo de menos y no sólo ahora, sino desde hace mucho tiempo: las serpientes de verano. Ya no hay.
Puede que entre los más jóvenes merodeadores de Babel alguno ignore qué es una “serpiente de verano”, así que mejor será explicarlo. En verano, y sobre todo durante el mes de agosto, los periódicos suelen encontrarse con una lamentable escasez de noticias, sobre todo porque el curso político está interrumpido. Para compensarlo, los periódicos crean “secciones veraniegas”, publican relatos... y antes introducían en sus páginas cierto tipo de noticias tan extrañas como poco fiables. El ejemplo clásico es algún avistamiento del monstruo del lago Ness (de ahí “serpiente de verano”). Pero estas noticias no se referían sólo a la supuesta aparición de monstruos, como Nessie o el Chupacabras (vaya nombrecito para un monstruo), sino que abarcaban todo el campo de lo paranormal. Casas encantadas, posesiones diabólicas, misterios de la antigüedad, conspiraciones y OVNIS, mucho OVNIS. A decir verdad, los monstruos marinos (y lacuestres) cedieron hace mucho su protagonismo en el reino de las noticias chuscas a los platillos volantes, la gran leyenda urbana de la segunda mitad del siglo XX
Cuando miro hacia atrás y recuerdo las largas vacaciones en Santander de mi infancia, muchas veces me veo a mí mismo sentado en la terraza del Rhin, frente al mar, enfrascado en la lectura de algún artículo periodístico dedicado a temas ufológicos. Por aquel entonces, yo era un pirado de los OVNIS (tenía unos 14 años, no lo olvidemos) y guardaba en una carpeta cuanta noticia sobre platillos volantes cayese en mis manos. Ahora ya no soy un pirado de los OVNIS, pero sí de no tirar nada, de modo que aún conservo esa carpeta. Permitidme reproducir algunos titulares:
“¡LOS PLATILLOS YA ESTÁN AQUÍ! En Madrid existen restos de una nave espacial cuyos materiales no han podido ser identificados todavía”.
“¿VIVEN EXTRATERRESTRES EN LA COSTA BRAVA?”
“Argentina. ¿CABEZA DE PUENTE DE LOS SERES DEL ESPACIO? Parece que proceden de Ganímedes, con escala técnica en Marte”.
También conservo una deliciosa serie de artículos que Juan José Plans publicó en El Alcázar durante el verano de 1968: La verdadera historia de los OVNIS. En ella, Plans nos revelaba cosas tan estimulantes como que los ocupantes de un OVNI tomaron contacto con Ezequiel, o que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por una bomba atómica, o que los atlantes eran extraterrestres... ¿No es todo esto un material extraordinario para la mente de un adolescente fantasioso? Creo que esas historias absurdas aportaban un toque de magia al largo verano de nuestra infancia. Pero ya no hay.
En fin, amigos míos, ya sé que estamos hablando de cuestiones absurdas, de pseudociencia, de noticias falsas, y sé que un periódico serio no puede prestarse a ensuciar sus páginas con semejante material, pero... ¿No nos estaremos volviendo demasiado serios? O, dicho de otra forma, ¿no nos estaremos tomando demasiado en serio a nosotros mismos? ¿Por qué no dejar abierta una rendija a la fantasía? ¿Por qué, cuando llega el verano, no encendemos una metafórica hoguera y jugamos a contar historias increíbles y jugamos a creérnoslas?
O quizá todo sea una chorrada a la que yo doy valor por el mero hecho de formar parte de mi infancia, quién sabe. En cualquier caso, no cabe duda de que las serpientes de verano son una especie en severo riesgo de extinción.
Me explicaré: he conseguido liberar nueve baldas de mis librerías, lo cual es una victoria a cuyo lado lo de las Termópilas queda a la altura de una pelea de colegio. También he recogido y ordenado los papeles. No obstante, hay en el suelo varios montones de libros por recolocar y dos cajas llenas de libros para deshacerme de ellos (qué placer, por cierto, ver partir al exilio dos obras de Juan Manuel de Prada que no he leído ni leeré jamás). Ahora me queda colocar los libros que están por el suelo en una librería situada en el cuarto de mi hijo Pablo (para lo cual tendré primero que hacer hueco allí y pelearme con mi hijo). Luego, trasladaré los libros que están en mi dormitorio a los huecos habilitados en el despacho, redistribuiré un poco las librerías, colocaré figuritas y objetos absurdos por las baldas y todo habrá acabado. Es decir, si A = DESORDEN y C = ORDEN, mi despacho se encuentra en un indeterminado, aunque voluntarioso, punto B.
Pero bueno, no vamos a dedicar todo un post al estado de mon petit gabinet. ¿Qué tal las vacaciones? Espero que bien. Yo, como os anuncié, no me he ido a ninguna parte, lo cual me ha permitido darle marchilla a la novela que tengo entre manos. También he disfrutado del Madrid de agosto, tan vacío, tan calmado, tan agradable, y más este verano, el menos caluroso que recuerdo. Óscar, mi hijo mayor, se fue de Interrail con unos amigos por el centro de Europa y luego se ha encerrado para preparar los exámenes de septiembre. Más tarde, Pablo, el pequeño (aunque mide 1’96), se largó con su madre a Londres durante una semana, lo que me proporcionó unos cuantos días de plácida soledad. En fin, que todo bien. No obstante, hay algo que echo de menos y no sólo ahora, sino desde hace mucho tiempo: las serpientes de verano. Ya no hay.
Puede que entre los más jóvenes merodeadores de Babel alguno ignore qué es una “serpiente de verano”, así que mejor será explicarlo. En verano, y sobre todo durante el mes de agosto, los periódicos suelen encontrarse con una lamentable escasez de noticias, sobre todo porque el curso político está interrumpido. Para compensarlo, los periódicos crean “secciones veraniegas”, publican relatos... y antes introducían en sus páginas cierto tipo de noticias tan extrañas como poco fiables. El ejemplo clásico es algún avistamiento del monstruo del lago Ness (de ahí “serpiente de verano”). Pero estas noticias no se referían sólo a la supuesta aparición de monstruos, como Nessie o el Chupacabras (vaya nombrecito para un monstruo), sino que abarcaban todo el campo de lo paranormal. Casas encantadas, posesiones diabólicas, misterios de la antigüedad, conspiraciones y OVNIS, mucho OVNIS. A decir verdad, los monstruos marinos (y lacuestres) cedieron hace mucho su protagonismo en el reino de las noticias chuscas a los platillos volantes, la gran leyenda urbana de la segunda mitad del siglo XX
Cuando miro hacia atrás y recuerdo las largas vacaciones en Santander de mi infancia, muchas veces me veo a mí mismo sentado en la terraza del Rhin, frente al mar, enfrascado en la lectura de algún artículo periodístico dedicado a temas ufológicos. Por aquel entonces, yo era un pirado de los OVNIS (tenía unos 14 años, no lo olvidemos) y guardaba en una carpeta cuanta noticia sobre platillos volantes cayese en mis manos. Ahora ya no soy un pirado de los OVNIS, pero sí de no tirar nada, de modo que aún conservo esa carpeta. Permitidme reproducir algunos titulares:
“¡LOS PLATILLOS YA ESTÁN AQUÍ! En Madrid existen restos de una nave espacial cuyos materiales no han podido ser identificados todavía”.
“¿VIVEN EXTRATERRESTRES EN LA COSTA BRAVA?”
“Argentina. ¿CABEZA DE PUENTE DE LOS SERES DEL ESPACIO? Parece que proceden de Ganímedes, con escala técnica en Marte”.
También conservo una deliciosa serie de artículos que Juan José Plans publicó en El Alcázar durante el verano de 1968: La verdadera historia de los OVNIS. En ella, Plans nos revelaba cosas tan estimulantes como que los ocupantes de un OVNI tomaron contacto con Ezequiel, o que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por una bomba atómica, o que los atlantes eran extraterrestres... ¿No es todo esto un material extraordinario para la mente de un adolescente fantasioso? Creo que esas historias absurdas aportaban un toque de magia al largo verano de nuestra infancia. Pero ya no hay.
En fin, amigos míos, ya sé que estamos hablando de cuestiones absurdas, de pseudociencia, de noticias falsas, y sé que un periódico serio no puede prestarse a ensuciar sus páginas con semejante material, pero... ¿No nos estaremos volviendo demasiado serios? O, dicho de otra forma, ¿no nos estaremos tomando demasiado en serio a nosotros mismos? ¿Por qué no dejar abierta una rendija a la fantasía? ¿Por qué, cuando llega el verano, no encendemos una metafórica hoguera y jugamos a contar historias increíbles y jugamos a creérnoslas?
O quizá todo sea una chorrada a la que yo doy valor por el mero hecho de formar parte de mi infancia, quién sabe. En cualquier caso, no cabe duda de que las serpientes de verano son una especie en severo riesgo de extinción.
17 comentarios:
Hola, César. Yo también llevo todo este agostito tan a gustito en Madrid. Ah, sí, a mí esas historias me las contaban los libros de Von Däniken, qué tiempos aquéllos... Pero sí que sigue habiendo fenómenos "para(a)normales": hace un par de noches, en el estreno del programa "La Noria" (en Tele5, creo), un tertuliano se atrevió a dar lecciones de ética periodística a los diarios que publican anuncios de relax y puterío. Lo cachondo del asunto es que se trataba de Urdaci, conocido personaje de la otra saga de los Aznar.
Hola!yo ya he vuelto de vacaciones de mi pueblo, en Segovia y la verdad no he leido nada hasta hoy. Tu último libro está bien, me gusto y ya no digo más, dejémonos de peloteos.jaja. Ah y hay una frase que me ha resultado muy familiar de otro post anterior: "odias escribir, lo sé; pero recuerda que adoras haber escrito." Eso es exactamente así.
Yo el año pasado fui de interrail tambien por el centro de Europa con mis amigos y como habrás visto en la cara de tu hijo, es una experiencia inolvidable.
Es curioso lo de las "serpientes de verano"
Am y este verano he leido "La sangre de los inocentes" de Julia Navarro. Me ha parecido un buen libro.
Hasta luego!
Bueno, ahora las serpientes se han transformado en tiburones grises... :-D
Yo también caí de adolescente en el vicio de buscar OVNIs por todos lados. He aprovechado para arreglar mi biblioteca y salió a la luz como un tesoro aquella colección que se llamaba Realismo Fantástico, de bruguera creo, en la que escribian Benitez; Von Daniken, Louis POwels, Jacques Bergier, Berlitz, etc.... A la vista de tanta sabiduria ignota,mi mujer me pregunta si voy a liberar espacio por fin, mirando la colección significativamente. Nada, soy débil, ahora luce a la vista de aquel que entre en mi santuario.
Yo sólo he conocido los extraterres del cine y la paranoia OVNI de Expediente X, nunca he visto nada parecido en el periódico. Pero las historias sobre Nessie, las he escuchado de boca de los dueños de la tienda de regalos más cercana a Urquhart Castle, en una gloriosa tarde de tormenta,mientras mis compañeros daban su paseo en barco por el lago Ness, a ésos cuentos entre monstruos y fantasmas, les tengo un cariño especial...
Hola, César. Ya que está el tema, aprovecho la ocasión para recomendaros una novelita de ciencia ficción sobre el tema ovni y que no está nada mal: "Visitantes milagrosos" de Ian Watson. La publicaron en bolsillo en la colección Libro Amigo de Ediciones B.
Siempre me pareció curioso que la ciencia ficción no se acercara prácticamente nunca en sus novelas al fenómeno ovni. Al menos yo no conozco ninguna otra novela que trate el tema aparte de ésta. Y la verdad es que lo hace con gracia.
En ella aparecen todos los tópicos de la ufología: los platillos volantes, los hombrecillos verdes, los hombres de negro, las teorías conspiratorias... mezcladas además con otro montón de témas aparentemente desvinculados como las apariciones milagrosas, la teoría de Gaia, la filosofía tibetana, etc. y consigue darle a todo ello una explicación coherente y bastante divertida. ¡Y hasta sale un coche volador!
Si podeis pillarla, no os la perdais.
Me ha gustado mucho lo de "Argentina. ¿CABEZA DE PUENTE DE LOS SERES DEL ESPACIO?" La verdad es que la redacción de titulares es todo un arte.
En relación a las "serpientes de verano" creo que las sigue habiendo,quizá no en el sentido de invenciones puras y duras, pero sí que las hay trufadas de exageraciones y enculebronadas. Las noticias en verano se amplifican por la ausencia de temas. Lo que en invierno sería una noticia de una columna en páginas interiores, en verano son varias páginas y editoriales. En fin. Que me acabo enrollando. Se nota que todavía es agosto :)
todo, absolutamente todo, evoluciona, y de esta norma general no se escapan, por muy escurridizas que sean, las serpientes, ni de verano ni de ningún otro género. Esos titulares sobre OVNIs ahora no tendrían el mismo efecto que entonces, es obvio, pero a parte de lo evidente que resulta, merece la pena, ya que has sacado el tema, observar cómo cambiamos y es así:cada variación que sufrimos supone una pérdida de inocencia. No ya como individuos, sino como colectivo.Los adultos de ahora se dejan llevar menos por la fantasía,y se aferran mucho más a la realidad; los jóvenes de ahora no tienen sueños de juventud, mejor dicho, sí los tienen, pero son deamasiado reales, excesivamente posibles; los niños de hoy, por poner un ejemplo, cuando salen de viaje en el coche con sus padres, en vez de mirar el paisaje absortos en alguna fantasía que les sujiera lo que van observando, se entretienen mirando una película que ya han visto treinta veces en el CD de la vanet. ¿Les vas a contar luego cuando crezcan que en la Costa Brava hay indicios de extraterrestres?
Si se pierde la ilusión no se qué se gana, pero sí se qué se pierde.
Sorry por lo extenso del comment, pero es que ya tenía ganas, carape.
Creo que todos los aficionados al fantástico compartimos ese pasado inconfesable. También conservo aún aquellos Danikens y Berlitz, y unos albumes ilustrados con misterios sobre nessies, big foots y fantasmas. De vez en cuando, incluso los repaso por encima.
Recuerdo que la primera escapada que hice en mi vida (con permiso de mis padres) fue a Peñíscola, con dos amigos. A pesar de lo que eso significa para un chico, la interrumpí a los diez días porque quería estar en casa el 15 de agosto, para poder escuchar el Alerta Ovni que repetía todos los veranos Antonio José Alés. Era toda una noche tirado en la terraza, escrutando el cielo mientras en la radio anunciaban un montón de avistamientos. Mis amigos se cabrearon conmigo, claro.
Yo no creo que eso se haya perdido, César, sino que ha cambiado de estación. Iker jiménez y Javier Sierra de encargan todo el resto del año de fantasear sobre esas cosas, así que en verano se descansa. Ahora las serpientes salen todo el resto del año, y en verano cogen vacaciones.
No me dejaba comentar.
Espero que hayas tenido buenas vacaciones, es cierto lo que dices...Nunca me había parado a pensarlo...
Tiran de lo que sea. O.O
Caramba.
Nos leemos!
Pues sí, César. Desafortunadamente han desaparecido las serpientes de verano que al menos amenizaban las tertulias vespertinas o las mañanas playeras.
El pasado verano ya hice un comentario al respecto, puesto que agosto estuvo plagado de malas y abrasadoras noticias: los incendios.
Este año ha ocurrido lo mismo.
Lo triste es que las serpientes de verano se cambian por biquinis principescos y otros temas de enjundia.
¡Ay, aquellas jornadas agosteñas, cuando informaban que pescadores japoneses habían atrapado restos de un kraken!
Creo que soy demasiado jvencito para habe visto esas serpientes de verano, pero sí, como bien ha dicho alguien por ahí, aún hay gente que saca esos temas de vez en cuando, como Iker Jiménez. Hace un tiempoq ue vi uno de sus programas y salía el caso de un chico francés al que en los 80 o en los 70 lo había supuestamente abducido un ovni y desaparecía durante días para aparecer repentinamente en mitad de un pueblo. la cosa es que mi cabeza no quiere acordarse del nombre del gabacho éste.
Y qué envidia me da tu hijo con su viaje por Interrail (tu mujer y tu otro hijo no =P, que yo fui a Londres a principios de verano, una ciudad que realmente quita el hipo), fijo que se lo pasó genial.
Y acabé de leer La caligrafía secreta, sólo decir que apasionante, no puedo decir más, sería todo peloteo.
Y como le digo yo a mi madre: "el caos es un orden por descubrir"
Saludos!
Pues como estoy completamente de acuerdo contigo en que quizá nos estemos tomando demasiado en serio, voy a comenzar mi propia serpiente de verano para ver si se hace un eco y acaba saliendo:
Lo confieso: he visto a Nessie. Me invitó a té con pastas en su guarida del fondo del lago (es que es un monstruo muy británico, aunque sea escocés).
Hola César:
Yo he vuelto y no he vuelto porque estoy intentando organizarme estos días ante la avalancha de septiembre a las afueras de Madrid.
De becaria trabajé algunos agostos mortecinos y todavía recuerdo noticias diverdas como moscas gigantes,... Ahora agosto ya no es lo que era. Si ni siquiera hace tanto calor. Hay más noticias, hay más programas televisivos como señala Jorge y lo peor es que hay fantasmas de verano que están todos los días presentes. Sabemos más de la vida de la Pantoja que de la de algunos amigos. Si hasta se conecta en directo con los funerales... La gente está muy entretenida.
Bueno a mí me encantaban las serpientes de verano...
Por cierto comparto esa frase sobre la escritura. La de odias escribir pero adoras verlo escrito. Es la primera vez que lo oigo. Más que odiar es sufrir escribiendo.
Me encanta tu blog
Jorge: Urdaci se dedica últimamente a hacer el payaso, ¿no? Supongo que esas declaraciones sobre ética periodística irían en ese sentido. La verdad es que Urdaci y Aznar podrían hacer una magnífica pareja cómica al estilo de Pompof y Tonetti.
Akaki: Me alegro de que te gustara mi última novela, pero ¿por qué dejarse de peloteos? ;) Mi hijo volvió encantado de su viaje interrailero, en efecto. Pero muy cansado.
Manolo: Pero no compares un vulgar tiburón gris con el monstruo del lago Ness. Si fuera un tiburón blanco...
Mazarbul: Pues yo tengo que retroceder más años que tú para buscar mis raíces parapsicológicas y retrotraerme a "El retorno de los brujos" y la revista "Horizonte", versión española de "Planete".
Mantente firme frente a tu mujer y conserva esa colección. Es curioso, dicen que las mujeres son más sensibles que los hombres, pero a la hora de tirar cosas ellas se comportan como comisarios políticos stalinianos y nosotros como tiernas ovejitas.
Miwok: pero que jovencita eres, condenada. Suena bien eso de escuchar historias de monstruos frente al lago Ness. Mola.
Rickard: Sí, he leído "Visitantes milagrosos". Es una novela excelente llena de ideas arriesgadas. De lo mejor de Watson.
En efecto, es curioso que la cf haya despreciado tan olímpicamente a los OVNIS. Sólo recuerdo otra novela que trate el tema con cierta dignidad: "Sombras en el sol", de Chad Oliver. Supongo que los autores de cf pretendían que no se les relacionase con los pirados de los OVNIS, así que eludieron el tema.
Juan: es cierto eso de que se agrandan las noticias pequeñas durante el verano, pero no es lo mismo que una "serpiente de verano", ya que esta modalidad se adentra de lleno en el fantástico.
Samael: estoy básicamente de acuerdo con todo lo que dices, amigo mío. Y sí, hemos perdido la inocencia como colectivo, y a cambio no hemos ganado nada.
Kaplan: por supuesto que no se ha perdido la temática, pero ahora está circunscrita a espacios espécificos, como los de Iker Giménez, por ejemplo. Pero yo no me refiero a eso, sino a la relación de esa temática con el verano. Y sobre todo al hecho de que esas noticias "fantásticas" aparecieran junto a la información normal.
El ejemplo perfecto lo pones tú: las "alertas OVNI" de Antonio José Alés. Yo participé en una, y no porque esperara ver un marciano volador, sino por pasar una noche divertida y diferente con los amigos. En parte, es ese espíritu lúdico lo que echo en falta.
Yepetta: ¿qué tal las vacaciones? Un beso de bienvenida: ¡muac!
Alicia: tienes toda la razón. Las noticias del más allá han sido sustituidas por las del más inmundo acá. ¿Cómo comparar a Paquirrin con un extraterrestre?... Bueno, ahora que lo pienso sí que se pueden comparar...
Hermes: te contesto lo mismo que a Kaplan: no es el tema en sí mismo, sino la forma de aproximarse a él.
Pues sí, mi hijo se lo pasó genial en su viaje de Interrail. La verdad es que hasta a mí me da envidia, aunque ya no tengo edad, ni cuerpo, ni ganas de meterme esa paliza. Pero me hubiera encantado hacerlo en su momento.
En cuanto a "La caligrafía secreta", joder, qué manía con lo de no pelotearme. Pelotéame, hombre, que mi ego está hambriento. Es broma :)
Ferloke: pues sí, quizá sea ésa la solución: fabricar nuestras propias serpientes de verano.
Carmen: fantasmas de verano hay, por supuesto; y de otoño, invierno y primavera. Fantasmas horteras, como el conde Lequio, la Pantoja o cualquier tío o tía que se haya acostado con una/un supuesto famosa/o. Personalmente, prefiero un buen Kraken o un amable, alto y blanco venusiano.
En cuanto a la frase, tienes razón: el problema es que muchas veces sufro cuando escribo. Lo que pasa es que odio sufrir...
Tengo mi despacho absolutamente desordenado.Durante el verano cada vez que pasaba por casa añadía una nueva columna de libros y papeles a la mesa. Todavía no tengo fuerzas para enfrentarme a un posible orden.
No me gusta ver todo tan ordenado, es mala señal, cuando estoy trabajando hay libros por todas partes y para mí eso es buena señal, porque dice que estoy entusiasmada con lo que estoy haciendo.
Todos pasamos muy malas rachas, yo este año he estado mal físicamente y he añorado mucho a una persona, pero no fui capaz de llamarla.
Me apetece muchísimo tu nuevo libro.
Espero leer pronto las nuevas aventuras de Jaime, aunque sé que el proceso duro; pero a ti te entusiasma ese personaje.
¿Por qué esa foto?
Parece que ese asunto de los despachos desordenados da para mucho. Cuesta desprenderse de los libros, y de papeles que comienzan a servir exactamente cinco minutos después de que se los ha llevado la basura.
Algún día ordenaré mi espacio aunque en este momento se encuentre en la parte B como mencionas.
Nunca había pensado en el tipo de noticias que colocan las agencias cuando no hay noticias relevantes en las grandes ciudades. Tienes razón, comienzan las historias.
Saludos desde México
angelesb
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