martes, julio 8

Thomas M. Disch

Estoy anonadado. Acabo de enterarme de que Thomas M. Disch murió el pasado cuatro de julio. Causa de la muerte: suicidio.

Esta noticia no aparecerá en los telediarios, ni en los periódicos, ni siquiera en las revistas literarias. A fin de cuentas, ¿quién narices es Thomas Disch? Sé que algunos merodeadores de Babel –el sector especializado- lo conocen muy bien, pero la mayoría no, aunque se trate de personas cultas interesadas por el arte y la literatura. Pero es que Disch es un autor prácticamente desconocido en nuestro país, lo cual no solo es injusto, sino que pone de relieve las graves carencias del mundo cultural español, tan provinciano, tan corto de miras, tan pacato.

Thomas Disch fue uno de los mejores escritores norteamericanos del siglo XX. El problema es que le dio por escribir ciencia ficción y fantasía, algo al parecer imperdonable en el miope mundo de la cultura mainstream. En cierta ocasión, Julián Díez me comentó que, en su opinión, sólo cuatro autores de cf podían competir en igualdad de condiciones con lo mejor de la literatura mundial: J. G. Ballard, Ursula K. Le Guin, Stanislaw Lem y Thomas Disch. Luego añadió a Ray Bradbury. No recuerdo si mencionó también a Philip K. Dick, ni estoy seguro de que la lista sea rigurosa; son todos lo que están, pero quizá no están todos los que son. De los autores citados, tanto Ballard, como Le Guin, Lem, Bradbury y Dick han recibido el reconocimiento de la crítica, o al menos de parte de ella. Sin embargo Disch, sin duda el mejor estilista que ha dado el género, es absolutamente ignorado. ¿Por qué? Resulta difícil responder a esta pregunta. Disch era un autor incorrecto, de ideología izquierdista, homosexual y polifacético. Sus novelas no son fáciles ni sencillas de catalogar; Los genocidas (1965), la primera que publicó, es una historia absolutamente deprimente y Campo de concentración (1968) no le anda a la zaga. 334 (1972) desborda por todos lados las fronteras del género y En alas de la canción (1978, incluida por Harold Bloom en su Canon Occidental) abarca tantos temas, y desde tantas perspectivas diferentes, que no puede ser encasillada.

Disch era un autor minoritario dentro de un género minoritario. Surgió de la New Wave, el movimiento que renovó la ciencia ficción en los sesenta, y la New Wave se extinguió. El mundillo de la cf, ese fandom mayoritariamente infantiloide, le ninguneó. Sus textos mainstream -Clara Reeve (1975) y Neighboring Lives (1981)- no fueron reconocidos por la crítica ni los lectores. El intento de abordar la literatura comercial con Doctor en Medicina (1991) tampoco le condujo a ninguna parte. De hecho, quizá su mayor éxito sea un cuento infantil, The Brave Little Toaster (1986). Con todo, pese a lo mucho que le costaba encontrar editores dispuestos a publicarle, Disch escribió novela, relatos cortos, poesía, ensayo y libretos para ópera. Nada de eso le permitía subsistir decentemente, así que su producción se fue espaciando y, finalmente, dejó de escribir (su última novela, The Sub, apareció en 1999). Al parecer, ahora se dedicaba a la pintura.

Es triste comprobar que el talento no siempre se premia, y deprimente ver cómo autores mediocres, o directamente infumables, venden cientos de miles de ejemplares, mientras que grandísimos escritores como Disch son displicentemente ignorados. De acuerdo, nadie ha dicho que la vida sea justa; pero, ¿por qué narices tiene que ser siempre tan injusta?

Thomas M. Disch se suicidó en su apartamento de New York hace cuatro días. ¿Los motivos? Una severa depresión a causa de la muerte de su pareja, Charles Naylor, y la preocupación por sus problemas económicos y un posible desahucio... Los ateos (él lo era) no podemos recurrir al consuelo de la oración, pero existen muchas formas de rezar. A fin de cuentas, leer no es más que pensar los pensamientos de otra persona, de forma que cuando leemos el texto de un autor fallecido estamos resucitando una parte de su mente. Yo rezaré por Thomas Disch releyendo alguno de sus libros; Campo de concentración o, quizá, 334.

Os sugiero, amigos míos, que también recéis por él leyéndole. En las librerías podéis encontrar El cura (Berenice, 2007) en tapa blanda, un vigoroso alegato contra la iglesia católica; no es su mejor novela, pero aún así es muy buena. Con suerte, también podéis encontrar esa obra maestra que es En alas de la canción (Bibliópolis, 2003). Si rebuscáis en librerías especializadas, quizá deis con alguna de sus obras anteriores. Sea como sea, leedle; no por él, sino por vosotros.

Thomas Michael Disch: 2 de febrero de 1940 – 4 de julio de 2008.

Descanse en paz

18 comentarios:

Álex Vidal dijo...

Dada mi habitual tendencia procrastinadora, aún tengo incólume mi ejemplar de En alas de la canción. Tendría que habérmelo leído años ha.

Aunque con artículos un poco caducados, On SF es un libro de ensayos espectacular, donde le mete caña precisamente al infantilismo de algunas cuantas bastantes legiones de aficionados y su tiranía sobre el género, porque no hay peor tirano que el ignorante :'(

Descanse en paz.

Anónimo dijo...

No he leído nada suyo, pero seguiré tu recomendación ^^

Yo también espero que descanse en paz.

Yepetta dijo...

recuerda a Julian carax, eh? :)
n fin, eso es muy cierto, y es una lástima...

Anónimo dijo...

Qué gran escritor y qué pena que para encontrar sus mejores novelas, "En alas de la canción" aparte, haya que acudir a librerías de segunda mano. Triste final :(

Artemisa V. dijo...

No tenía ni idea de quién era. Me llama la atención "En alas de la canción", lo compraré. Y comprobaré si tienen títulos suyos en la biblioteca para pedir los que les falten.

Anónimo dijo...

puede la cultura ser provinciana, corta de miras...??

Anónimo dijo...

Yo rezaré con El Ejecutivo o tal vez con Campo de Concentración... se nos van un montón y buenos este año. Sólo nos queda leer para darles vida, y pese a ser ateo, me parece la única forma de resucitarles.Un saludo.

Homo Insanus dijo...

Yo sólo tengo de él los dos que cita Juan (Campo de concentración lo conseguí en esa colección de Ultramar tan cojonuda, dedicada a la ci-fi) pero llevo años buscando una edición en tapa dura de "Doctor en medicina" que sacó Ediciones B, creo,no estoy seguro.

En fin, muy triste.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no escribía unas líneas en tu estupendo blog, César, y ha tenido que ser por motivo del fallecimiento de uno de mis autores más queridos.
Coincido bastante con esa pequeña lista de Julián Díez, en la que, a mi modo de ver, Bradbury y Disch se llevan la palma por distintas razones y desde postulados bien heterodoxos.

No es casualidad que Harold Bloom lo incluyera en su canon (a pesar de que éste es demasiado anglófilo para mi gusto). Pero con Disch no tengo duda alguna: es uno de los grandes. Su lenguaje y su manejo de los elementos narrativos lo confirma. Poco importa la temática elegida, como decía Borges, lo interesante es la forma de ejecutarla. Y Disch lo hacía muy bien.

Otro genial escritor que nos ha dejado...

Jose Antonio del Valle dijo...

Pues yo siempre le encontré cierto parecido físico con César (serán cosas mías, pero mirad la foto de arriba). Es una pena que una de las mejores (si no la mejor) novela que ha publicado Bibliópolis hasta el momento no se haya vendido nada. A mí me atrapó hace años con Campo de concentración (a ver quien la encuentra ahora) y llevo tiempo buscando 334. El cura me decepcionó un poco, la verdad, creo que la única vez que no me ha gustado mucho algo de Disch. Descanse en paz.

Juanma dijo...

Álex, léete En alas de la canción, que merece la pena y recuerda (cada vez más) a lo que está haciendo Bush con los Estados Unidos.

El cura es flojita pero tiene momentos acojonantes. Pero claro, una novela flojita de Disch le da cien vueltas a todos los demás.

Qué pena, y qué pérdida. :-(

Anónimo dijo...

Los Genocidas es una de las mejores novelas de invasiones extraterrestres y de la ciencia ficción en general. Es, además, uno de los mejores alegatos en favor de una visión darwinista de la naturaleza, con ese final en que con unas pocas palabras expresa ideas de gran profundidad filosófica.

Quizá por eso sea un autor que no ha tenido éxito. Si no escribía cosas complacientes, antropocéntricas, onanistas o historias de adoración del sueño americano, es lógico su fracaso de ventas. También aquí.

En mi caso rezaré con Campo de concentración , que lo tengo en mi pila de lecturas pendientes.

Arcadio dijo...

Yo sólo he leído El cura, y fue porque lo recomendaste tú. Ante de leerte a ti no había oído hablar de él. En fin, lo cierto es que no me estusiasmó demasiado, pero tendré en cuenta los títulos que se han citado aquí y estaré expectante cuando uno aparezca en mi camino.

César dijo...

Anónimo de las 7:48:no sé si la cultura puede ser provinciana y falta de miras, pero el mundo cultural (que es lo que yo he escrito) por supuesto que sí. Hay abundantes ejemplos.

Jesús Duce: Estoy de acuerdo en que Bradbury y Disch están a la cabeza, y por motivos muy distintos. A esa lista yo añadiría a Cordwainer Smith, pero me temo que es un escritor difícil de vender...

José Antonio del Valle: bueno, tanto Disch como yo somos (o éramos) calvos y con barba, pero yo no tengo esos tatuajes ni esos antebrazos de camionero. Ni, por desgracia, su enorme talento.

Instan: totalmente de acuerdo: "Los genocidas", junto con "Los cuclillos de Midwich", me parece la más original invasión extraterrestre jamás escrita.

Anónimo dijo...

JULIO , DIJO

Descanse en paz.
Gracias por darme horas y horas de entretenimiento.
Lo último que leí de él fue "Doctor en medicina", que a pesar de ser un título solamente comercial, cumplía impecablemente su objetivo de entretener y estaba impecablemente escrito.
De todas maneras rezaré por él releyendo los libros que tengo. Y buscaré por ahí los que aún no.
En mi biblioteca seguirá vivo hasta que yo muera. Después seguirá en la de mis hijos.

Anónimo dijo...

en realidad no eh leido nada de el pero espero encontrar algo suyo

Anónimo dijo...

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Si la verdad es que es una lastima que este tipo haya muerto, pero di ni mod, debemos seguir afrontando la vida con la frente en alto, y recordandole como lo que fue... UN GRANDE!!!