lunes, noviembre 24

Sueños



            Por lo general, no recuerdo mis sueños. Y es una pena, porque me gusta soñar; de hecho, algunos de los sueños que sí recuerdo se cuentan entre las mejores producciones audiovisuales que he contemplado.

            Hace muchos años (veinte o así), escribí un cuento que giraba en torno a los sueños (El hombre dormido, en la antología El círculo de Jericó), y para ello tuve que documentarme mucho. ¿Y sabéis qué fue lo que más me sorprendió? Pues que nadie tenía ni puta idea de por qué soñamos, ni de qué son exactamente los sueños. Y, sin embargo, por algún motivo desconocido soñar es muy importante.

            Veréis, no soñamos durante todo el rato que permanecemos dormidos, sino sólo el 25 % de ese tiempo, unas dos horas por noche, y no de forma continuada, sino a intervalos. Cuando dormimos, pasamos por cinco fases, y es en la quinta, llamada REM (por las siglas de Rapid Eye Movement), cuando tienen lugar los sueños. La fase REM también se conoce como sueño paradójico, porque en ella el cerebro se activa como si estuviéramos despiertos, aunque en realidad estamos roques. El sueño REM dura un rato y luego se desconecta, llevándonos a la fase anterior, llamada sueño profundo. Y vuelta a empezar. Normalmente, cada noche pasamos por entre cuatro y siete periodos de ensoñaciones. ¿Vosotros recordáis los sueños? Supongo que muchos contestaréis que sí. Y os equivocaréis en parte, porque sólo podemos recordar los sueños ocurridos en la fase REM previa a despertarnos. El resto de los sueños de la noche se pierden como lágrimas en la lluvia.

            Decía antes que los sueños son importantes, y en efecto lo son: para la salud mental. Se han realizado experimentos de privación de la fase REM; se monitorizaba el sueño de una serie de personas y, cuando llegaban a la fase paradójica, se les administraba un estímulo que no llegaba a despertarles, pero que les hacía saltar a la fase anterior. Es decir, se impedía que soñasen, pero manteniéndoles dormidos. Pues bien, al cabo de tres días los sujetos comenzaron a experimentar ansiedad, irritabilidad y dificultades de concentración. Y algo sorprendente: nada más dormirse, entraban en sueño paradójico sin pasar por las cuatro fases anteriores como es lo normal. Era como si el cerebro necesitara imperiosamente el estado REM. ¿Por qué? Ni idea.

            Hay muchas hipótesis acerca de los sueños, algunas incluso parcialmente comprobadas; pero ninguna explica de forma convincente la razón de esas producciones en tecnicolor que nos asaltan por las noches. ¿Por qué nuestros sueños tienen argumentos, aunque sean surrealistas? ¿Por qué a veces los sueños son tan increíblemente coherentes? ¿Por qué las pesadillas? No voy a enumerar las hipótesis, porque sería un coñazo, pero sí comentar una, de lo más sugerente y de lo más equivocada: la freudiana. Los sueños como mensajes encriptados del subconsciente.

            Sólo he leído un libro de Freud, La interpretación de los sueños. Me pareció una de las muestras de arbitrariedad más grandes que me he echado a la cara. Las  claves que plantea el libro para desentrañar los símbolos oníricos son porque sí, porque Freud lo dice, no están basadas en el menor proceso empírico. Además, eso supuestos símbolos suelen ser de lo más elementales; por lo general, cualquier cosa oblonga que aparezca en un sueño es una polla, y toda cosa cóncava un coño. Aunque, claro, a veces un puro es sólo un puro. En fin, que hay muy poca ciencia en la teoría del viejo Sigmund.

            No obstante, resulta literariamente muy atractiva. Los sueños como mensajes en clave, el psiquiatra como detective de la mente. Es mentira, pero también es de lo más sugerente. No me extraña que el psicoanálisis haya influido tanto en muchos creadores. Ahí tenéis a los surrealistas y los Dadá, las películas de Hitchcock o de Buñuel, los cuadros de Dalí o de Magritte, novelas como Tigre, tigre de Alfred Bester o El lobo estepario de Herman Hesse...

            ¿Tienen que ver los sueños con la creatividad? Ni puta idea. En fin, está claro que la privación de sueños disminuye la capacidad creativa (porque disminuye la concentración), pero nada indica que una sobreabundancia de sueños mejore la creatividad. Es decir, los sueños son siempre imaginativos, pero eso no significa que sean creativos, porque la creatividad es la imaginación enfocada a resolver problemas. Aunque, claro, hay constancia de sueños reveladores. Por ejemplo, el químico Kekulé andaba de cabeza porque no lograba descubrir la estructura molecular del benceno, hasta que un noche soñó con una serpiente mordiéndose la cola y comprendió que las moléculas de benceno tenían forma de anillo.

            En lo que a mí respecta, jamás he encontrado en los sueños la solución a ningún problema. Sin embargo, si me han proporcionado intensas imágenes que posteriormente he usado en mis relatos. Pero no estoy seguro de que eso sea creatividad.

            Al principio decía que no suelo recordar mis sueños, pero últimamente sí, no sé por qué. Más o menos desde hace un mes recuerdo parcialmente mis sueños, y lo curioso es que todos los sueños que tengo van de lo mismo: de ciudades. Recorro ciudades que en el sueño me resultan familiares, pero que en realidad no conozco de nada. A veces esas ciudades son, supuestamente, Madrid, pero un Madrid que nada tiene que ver con el que conozco. Otras veces son ciudades anónimas e igual de desconocidas. El caso es que, en mis sueños, por el motivo que sea, me dedico a deambular por ciudades extrañas que suelen tener dos características: me muevo por entornos degradados, con edificios abandonados y calles desiertas; y la estructura de las ciudades es cambiante, así que si intento volver sobre mis pasos llego a lugares distintos. Pero no se trata de pesadillas, ni hay nada que me inquiete. Simplemente, voy de un lado a otro, aunque los lados adonde voy cambian constantemente de apariencia y localización.

            ¿Por qué sueño repetidamente con eso? Es como si mi cerebro quisiera decirme algo... pero, coño, entonces mi cerebro se explica fatal. ¿Qué significa caminar por ciudades desconocidas, si es que tiene algún significado? Porque en mis sueños ni siquiera estoy perdido; en ellos sé dónde estoy y sé adónde voy, así que no pueden atribuirse a la metáfora onírica de la típica crisis de identidad ni nada parecido. Recorro ciudades, eso es todo. De hecho, la sensación que tengo es que esos sueños no significan absolutamente nada. Pero entonces, ¿por qué se repiten? Es como si se me hubiera rayado el cerebro. Además, ¿por qué de repente empiezo a recordar los sueños y precisamente estos? Se diría que por algún motivo son lo suficientemente importantes como para ocupar un lugar en mi memoria, aunque lo mire como lo mire me parecen una tontería.

            Antes dije que nadie sabe por qué soñamos, pero hay una hipótesis encantadora: Soñamos para no aburrirnos mientras dormimos. Quien sabe, a lo mejor esa es la razón. Y resulta que yo mato el tiempo paseando en sueños por la noche.

            La verdad es que no sería de extrañar, porque entre la niñez y los treinta y tantos años tuve numerosos episodios de sonambulismo. Caminaba dormido. De hecho, no solo caminaba, sino que también hablaba y hacía cosas más o menos complejas. Pero, claro, una cosa es soñar que caminas, y otra muy distinta caminar de verdad mientras sueñas. Eso sí que es raro. E inquietante, porque el hecho de que tu cuerpo actúe en ocasiones con absoluta independencia de la mente consciente resulta, no sé, fantasmagórico.

            Pero curiosamente el sonambulismo no tiene que ver con los sueños, porque los episodios no se producen en fase REM (que es cuando se sueña), sino en la etapa anterior, el sueño profundo. Así que el sonámbulo no está representando en la vida real un sueño, sino que se encuentra en un estado intermedio del que, al salir, no recuerda absolutamente nada. ¿Qué habré hecho yo caminado dormido? Igual soy un asesino en serie y no me he enterado... Otra cosa curiosa es que el sonambulismo es hereditario. Lo sé porque lo he leído, y porque mi hijo Pablo también es sonámbulo. Pero no un serial killer, que yo sepa.

            Perdonad una entrada tan poco interesante, pero es que me tienen muy intrigado esos sueños recurrentes. Igual se debe a que este último año he viajado mucho y estoy trasladando esa experiencia a los sueños... En fin, no sé. Y en el fondo da igual; seguiré disfrutando de ese turismo nocturno mientras dure y luego me olvidaré del asunto. O no, e igual escribo alguna historia sobre eso. Vete tú a saber. Es lo bueno de ser escritor: cualquier cosa puede servirte para algo.

           


20 comentarios:

Samael dijo...

estoy en posición de afirmar con total seguridad que los sueños se producen por tres posibles causas:

1.- por influencia de algún episodio reciente que ha dejado una huella tan profunda que se ha colado en el subconsciente.

2.- por deseos de realidad: podemos soñar lo que deseamos y la realidad no nos proporciona.

3.- una causa totalmente diferente a las dos anteriores.

Sí, categóricamente, los sueños se deben a una de esas tres cosas. Creí que lo sabía todo el mundo.

Por cierto, yo sí he resuelto problemas durante el sueño. Exactamente, que yo tenga plena consciencia, me ha sucedido en dos ocasiones (no te preocupes, no las voy a contar).


Por cierto, ¿cómo son los sueños de los sordos?, ¿y de los ciegos? ¿por qué tenemos sueños eróticos tan vividos?¿es preferible un sueño erótico, o un sueño en el que vuelas? ¿por qué se repiten los sueños con toros que te persiguen, por qué los tiene todo el mundo?

Sebastián dijo...

Samael: alguna vez leí que los ciegos de nacimiento sueñan con olores, sonidos y sensaciones, que es lo que pueden experimentar. Los ciegos "adquiridos", o no de nacimiento, sí sueñan con imágenes.

Y ha sido muy interesante la entrada, César: a veces imagino que los sueños te muestran lo que hace una versión de ti mismo en un universo paralelo. :D

César dijo...

Samael: Me inclino ante tu sabiduría; sin duda, ésa es la razón de los sueños. De hecho, la tercera causa es la explicación de TODO. Es la famosa TOE (Theory of Everything). Me maravillo, oh magister.

En cuanto a tus preguntas:

-"¿Cómo son los sueños de los sordos y de los ciegos?". Pues los de los sordos son como el cine mudo, con carteles. Y los de los ciegos tal y como te lo cuenta Sebastián.

-"¿Por qué tenemos sueños eróticos tan vividos?". ¿En serio preguntas eso? Venga, no me vaciles...

-"¿Es preferible un sueño erótico, o un sueño en el que vuelas?". Lo mejor es un sueño en el que vuelas mientras follas, o viceversa.

-"¿Por qué se repiten los sueños con toros que te persiguen, por qué los tiene todo el mundo?". En primer lugar, yo nunca he soñado con eso. En cuanto a la razón, es sencilla: por el mismo motivo que muchos toros sueñan que persiguen a alguien y no le alcanzan.

Añadiré algo más: La mayor parte de los mamíferos terrestres sueñan. Los cetáceos no; cuando duermen, sólo descansa la mitad de su cerebro. Supongo que la otra mitad esta muy ocupada en no ahogarse.

Pues bien, y sé que esto te va a gustar, ¿sabes cuál es el animal que más sueña? El gato.

Sebastián: Está muy bien eso de soñar con uno mismo en universos paralelos. Mola. Además, si existen infinitos universos con infinitas variantes, es inevitable que así sea.

Anónimo dijo...

SamaEl DiXit:
Eres grande: lo de los sueños eróticos volando... ¿qué quieres? me ha llegado. Si esos sueños fueran frecuentes se acabarían las existencias de dormidinas.
¿Nunca has soñado que te persigue un toro? ¿en serio? Según tengo entendido eso se puede debert a una considerable carencia de testosterona. Yo no paro.

(lo siento pero una vez más algo impide que use mi hipocorístico)

Mazcota dijo...

Seguramente es una tontería, pero siempre he escuchado que soñar sirve para ordenar ideas. Así que es posible que vayas ordenando las ciudades a tu paso, como si te dieran las calles esparcidas y tú les fueras dando sentido. Por eso podrías tener la sensación de saber donde estás y a donde vas en cada momento, porque tras de ti quedan las ciudades con un orden coherente. O no. Vete tú a saber. Aunque lo que más me fascina de un sueño recordado, más que el sueño en sí, es su capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo. A veces nos despertamos enfadados, otras preocupados, otras asustados, otras totalmente felices. Incluso es posible que en esos cuatro casos soñaras sobre lo mismo. Y no existe motivo aparente para sentir sensaciones tan dispares al despertar, pero es que en ocasiones no tomamos los sueños muy en serio.

Otra dato curioso sería saber por qué es tan reparadora una siesta de veinte minutos, donde no alcanzamos la fase REM, y en cambio nos deja atontados si la alargamos un par de horas.

Por otro lado, pienso que el sueño perfecto de Samael sería follar con una azafata en pleno vuelo. Todas las pistas llevan a esa culminación. Aunque estoy seguro de que se levantaría hecho polvo, porque el placer sería tan inmenso que no llegaría a experimentar la fase REM. Antes se le saldrían los ojos de las cuencas :D

Samael dijo...

Gracias Sebastián, no lo sabía pero algo así me imaginaba.
Yo también había oído lo que dice Mazcota, que los sueños tienen además una labor de "limpieza" del disco duro para no enloquecerlo. Quizá por eso, las personas privadas de sueño, pueden perder la razón.

Samael dijo...

ah, se me olvidaba: Mazcota, me has pillado. Al 100%.
;-))

Elena Rius dijo...

Pues a mí tampoco me ha perseguido nunca un toro en sueños. ¿Será, como dice Samael, cosa de la testosterona? En ese caso, sería un sueño "solo para hombres". Una pregunta al respecto: ¿los hombres de países donde no se estila eso de los toros -digamos noruegos, por ejemplo- también sueñan que les persiguen toros?

Jarl-9000 dijo...

Aquí va otro que nunca ha soñado que le persigue un toro. Aunque sí el ser perseguido, pero creo que por toros no. Ya puestos, tampoco he soñado con volar, al menos que yo recuerde.

Una cosa que me pasa con relativa frecuencia, y no he escuchado a otra gente, es que sueño como espectador. Es decir, que yo no aparezco en el sueño, es como si estuviera viendo una película protagonizada por otras personas. Aunque al despertar no recuerdo apenas nada del argumento, sí tengo la sensación de haberlo pasado estupendamente con los giros de la trama y hasta de haber pensado "jo, qué bueno, ojalá se me hubiera ocurrido a mí". Como dijo Groucho sobre Harpo en la escena del camarote: "Este sabe más dormido que yo despierto".

Samael dijo...

lo de soñar con toros que te persiguen, por lo visto es bastante frecuente, y no debe de ser solo en España pues es uno de los clásicos que aparecen en los libros sobre el significado de los sueños. Incluso recuerdo una peli, que no era española, que el protagonista sufría pesadillas con toros que le perseguían y algo tenía que ver precisamente con su posición dominante en la vida real.

Molina de Tirso dijo...

Yo creo que lo que se repite son las situaciones de peligro. Yo he tenido varias épocas en las que se repetía el sueño de caerme (al metro, por un balcón etc.) En lugar de ciudades, yo recorro casas curiosas y enormes, se supone que mi casa, cada vez una distinta. Y luego están los sueños que son como una peli preciosa, aunque lo que pase no sea bueno, con un director de fotografía maravilloso, que te dejan feliz para toda la semana.

Por un rato nos has devuelto al confortable mundo de los sueños, que casi siempre embellece la realidad, y nos has alegrado el día.

Anónimo dijo...

Yo me pasé una larga temporada soñando con escaleras que se deformaban e incluso desaparecían cuando las iba bajando, con lo cual solo podía volver a subir. Y también con ascensores que en vez de abrirse en el piso indicado volvían a bajar o subir de forma vertiginosa; al final no me importaba donde me dejaran, solo quería salir.
Aunque no sirvan para nada, a mí me gusta buscarles sentido a mis sueños y después de muchos meses, mirándolo con perspectiva, tuve que readaptarme y tomar caminos nuevos obligada por las circunstancias. Fue un cambio a positivo que tal vez desde mis sueños se veía venir.
Begoña

Anónimo dijo...

Bueno,parece que nos has animado a eso tan socorrido de "contar nuestros sueños" Está claro que cada cerebro es diferente y se llena de diferentes elementos que van saliendo en los sueños...aunque,como es mi caso,casi nunca recuerdo nada al despertar. De niña sí soñaba o me acordaba al menos. Y os contaré un sueño recurrente que tuve entonces. Yo fui a un colegio de monjas en Santander,allá por los años sesenta. Un excursión frecuente que hacíamos era visitar las cuevas de Altamira...¡Y ahora entran con cuentagotas! Pues bien,yo soñaba que todas las niñas,tras ver la cueva,los bisontes y todo eso (bueno,medio verlo) volvíamos al autobús y entonces las monjas empezaban a gritarnos: ¡Niñas,corred,corred! Y era que por un camino aparecían trotando todo tipo de animales prehistóricos,enfadadísimos y dispuestos a triturarnos. Y ahí se acababa el sueño,con la angustia de ser perseguidas...Igual es una variante de lo del toro,quién sabe...
Un saludo de Aurora Boreal.

MenteLectora dijo...

Pues me parece una entrada muy interesante. Yo, durante una época, tuve un sueño recurrente parecido, solo que no caminaba en calles desconocidas, sino en calles que conocía pero que, como dices, luego se deformaban de tal forma que me perdía.

Anónimo dijo...

Quizá el sueño más recurrente que he tenido es el de que me perseguían, sin saber quién ni porqué, y al final acababa en un enfrentamiento y sentía como me clavaban algo y pensaba "ostias, esta vez que sí...", y me despertaba, logicamente agradeciendo que hubiera sido un sueño.

mazarbul

Estigia dijo...

La verdad César es que has tocado uno de mis temas favoritos. Yo sufro de parálisis de sueño recurrente, de manera que mis sueños, o bien antes de dormir o justo cuando voy a despertar, se vuelven muy realistas (de hecho, al principio, cuando lo sufría, pensé que me estaba volviendo majara, porque son experiencias muy vívidas). Como no hay cura para tal cosa, lo único que queda es intentar controlar lo que se sueña durante esa fase de parálisis, para no tener una experiencia realista de tus pesadillas.

Y por eso me sumergí de lleno en el mundo de los sueños. Me encanta revivirlos, reinterpretarlos, analizarlos y darles significado. También me gusta que me inspiren. No creo en el psicoanálisis (aunque agradezco a Freud su sentido intuitivo) pero estoy convencida de que hasta lo más absurdo de los sueños -que no deja de ser la parte de uno mismo- nos puede hablar más sobre cómo pensamos, como vivimos, como procesamos la información de fuera.

Y da la casualidad de que últimamente, tengo sueños recurrentes, por lo menos en los mismos escenarios (tres ciudades creadas por mi cerebro) y con temas algo escabrosos (temas políticos, conspiraciones mundiales, asesinatos ¿? todo muy extraño). Me llaman la atención porque los escenarios se mantienen muy parecidos, pese a no verlos en varias noches seguidas, lo cual es muy raro, porque en teoría en los sueños creamos y destruimos según el devenir de nuestra consciencia.

Por último, los sueños parece que sí tienen esa capacidad ordenadora de ideas. Y ocasionalmente, resuelve problemas. Los sueños no dejan de ser una conexión de ideas (aunque sean remotas y ridículas) pero de entre el maremágnum del absurdo, la multiplicidad genera nuevos caminos que pueden ser la causa de un EUREKA matutino. A mí me ha pasado.

En fin, como me estoy poniendo muy mística, os dejo aquí dos curiosidades sobre el sueño: la primera, parece ser que cerebro humano es incapaz de crear rostros humanos. Teóricamente, todas las caras que aparecen en los sueños pertenecen a personas que alguna vez han pasado por nuestra vida, aunque no las recordemos. Del mismo modo que el cerebro no crea rostros, tampoco puede reproducir ritmos regulares. Si alguna vez no sabemos si estamos soñando, nos podemos ahorrar el pellizco: basta observar un reloj. Si es digital, apareceran dígitos sin sentido, como 65:76, o símbolos raros (esto me ha pasado, pero también me pasó que soñé con que buscaba desesperadamente un reloj). Lo mismo ocurriría en el segundero de un reloj analógico.

Un saludo!

PD. Samael, pues mira, yo tampoco he soñado con la experiencia Pamplona, vaya. Sin embargo, no me he librado de la descarga de adrenalina entre las sábanas que proporciona una pesadilla donde a uno lo persiguen.

César dijo...

Estigia: Vaya, amiga mía, eres la campeona mundial de los sueños, una auténtica onironauta. La verdad, no sé si me gustaría tener unos sueños tan vívidos como los tuyos.

Muy interesantes tus curiosidades sobre los sueños. Lo del reloj es fascinante.

Besitos

César dijo...

A todos: Uno de los sueños más frecuentes y compartidos es soñar que algo o alguien te persigue. Puede ser un toro o cualquier otra cosa. Por ejemplo, yo he soñado que me perseguían leones.

Otro sueño frecuente es caer. ¿No os ha pasado que, estando dormidas, de repente notáis una sensación de caída que os despierta? Eso se debe a que, al entrar en sueño profundo, el cuerpo se inmoviliza tanto que el cerebro cree que, por algún motivo, se ha desconectado, así que envía una señal al cuerpo para que reaccione. Y eso se traduce en la sensación de caer.

Ferran dijo...

Buenas,
Me ha parecido muy interesante este tema de los sueños...
Los sueños provienen del subconsciente, y éste es muy complejo. Será por eso que no se sabe bien aún el porqué de los sueños.
Por mi parte, sí creo que los sueños aunque sean muy absurdos tienen un significado.
Al menos personalmente, generalmente sueño con cosas que me gustaría que pasaran pero que no es posible; y en cosas que me preocupan.
Para acabar no he soñado nunca con que me persigue un toro, sino con que me persigue un oso hormiguero... Significará algo?

Antonio Navarro dijo...

Eres un viajero perdido Félix. Queda claro cuando nos hablas de ciudades "desorganizadas" :P

Por cierto, yo también he soñado que me caía. De un ascensor a toda velocidad. Vaya fiesta...