viernes, mayo 13

Espías y Vikingos



Ante todo, mis disculpas queridos merodeadores, porque últimamente he desatendido mucho el blog. Pero es que estoy muy, pero que muy liado, y por todas partes. Entre otras cosas, no paro de dar charlas, tanto en Madrid como fuera de Madrid. Ay, señor, señor... Si lo que yo sé hacer es escribir, ¿qué interés tiene oírme hablar? Satisfacer la curiosidad, supongo. “¿Cómo será el capullo que ha escrito ese libro?”. Pues calvo y viejo. Pero, eso sí, grande y con unos preciosos ojos azules.

            El caso es que, entre unas cosas y otras, no he tenido tiempo de escribir; ni novela, ni relato, ni artículos, ni posts, ni nada. Lo que me provoca a partes iguales culpabilidad y frustración. Ahora debería continuar mi anterior post sobre la fe, pero no me apetece un pijo, así que vamos a hablar de algo más ligero. De series de TV, por ejemplo. A fin de cuentas, acaba de estrenarse la sexta temporada de Juego de Tronos, lo que hoy en día constituye un auténtico acontecimiento mundial (un acontecimiento que sólo algunos estrenos cinematográficos, muy pocos, pueden igualar. Cómo ha cambiado la tele, ¿eh?).

            Vale, Juego de Tronos es una serie inteligente, y espectacular, y está hecha de cojones, y los diálogos son brillantes, y las situaciones imaginativas, y los actores están muy bien... pero, lo confieso, tengo la sensación de que esa serie no hace más que girar sobre sí misma, generando un efecto centrífugo que escupe cadáveres y no parece conducir a ninguna parte. Entendedme, Juego de Tronos me divierte, pero empiezo a preguntarme por qué. Da igual; sobre JdT ya escribe mucha gente y yo quiero hablar de un par de series menos conocidas.

            La primera es The Americans, creada por Joe Weisberg para Amblin y Fox, y protagonizada por Mathew Rhys y Keri Russell. Va de una típica familia norteamericana –papá, mámá, una hija y un hijo- que reside en los años 80 a las afueras de Washington, donde tienen una agencia de viajes. Una familia enteramente normal salvo por un pequeño detalle: papá y mamá –Philip y Elizabeth- son, en realidad, agentes encubiertos del KGB. Espías soviéticos.

            Lo interesante de la serie es que está narrada desde el punto de vista de los espías. Hay otras dos subtramas, una centrada en el entorno ruso y otra en el del FBI, pero los protagonistas absolutos son Philip y Elizabeth, y con ellos empatiza el espectador. Es decir, con los malos. ¿O no son los malos? Desde luego, no son unos angelitos: manipulan, roban, chantajean, seducen, mienten y, si hace falta, asesinan. Pero, ¿son malos o simplemente cumplen con su deber? Si en vez de espías rusos en Estados Unidos fuesen espías estadounidenses en Rusia, ¿serían los malos? En ese punto de ambigüedad moral se mueve la serie, y ahí reside gran parte de su interés. En fin, sigue habiendo cierto maniqueísmo, los soviéticos son malos, pero no mucho peores que los miembros del FBI.

            La segunda serie es Vikingos, creada por Michael Hirst para el canal Historia. ¿Qué tiene de bueno esa serie? Pues su mismo título lo dice: trata sobre vikingos. ¿Os parece poco? Porque, vamos a ver, no sé si sucede lo mismo con las chicas, pero ¿a qué tío no le gustan los vikingos? Son uno de los grandes arquetipos de la infancia, son sinónimo de épica y aventura, son leyenda en estado puro. ¿Quién no ha soñado de niño con navegar a bordo de un drakkar? ¿Cómo no estremecerse de placer al oír una frase tan contundente como “¡Dios nos libre de la furia de los normandos!”?

            Hasta ahora, el mejor producto audiovisual sobre los Hombres del Norte era el film Los Vikingos (1958), de Richard Fleisher, con un maravillosamente cabreado Kirk Douglas, un feroz Ernest Borgnine, una preciosa Janet Leigh y un blandorrillo Tony Curtis. Una película excelente, por cierto.

            Vikingos, la serie, está más o menos basada en un personaje medio histórico, medio legendario, el líder normando Ragnar Lodbrok, que en el siglo IX se dedicó alegremente a saquear Inglaterra y Francia. No se trata de un documental, sino de una serie de ficción, pero está extraordinariamente documentada, tanto en los aspectos históricos como en los antropológicos.

            Tampoco es una serie amable. El prota es -como eran todos los guerreros en aquella época- extremadamente cruel, y para comprobarlo basta con ver el capítulo donde somete a uno de sus rivales a una tortura llamada “Águila de Sangre” (pone los pelos de punta). Además, el actor que lo interpreta, Travis Fimmel, consigue parecer en todo momento un psicópata. No se trata, ni mucho menos, de una de esas ficciones históricas en las que a los personajes se les adjudican personalidades modernas. No, ahí todo el mundo es consecuente con su época, y todos parecen a punto de matar a alguien (cosa que hacen con frecuencia).

            Pero, sobre todo, Vikingos es, probablemente, la mejor serie de aventuras que se ha emitido por TV en mucho tiempo. Si no te gusta, me temo que tu niño interior está pachuchillo.

25 comentarios:

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Encantado de volver a leerte, César.
Buenas series. The Americans la tengo en reserva para el verano, pero Vikings la sigo con placer. Me encantan sus actores -Lagherta no le anda a la zaga a Ragnar- e interpretaciones, su ambientación y, por supuesto, su música. Fascinante.
Por cierto, el personaje de Travis Fimmel -Ragnar Lodbrok- fue el que encarnó el gran Ernest Borgnine en ese clásico entre los clásicos del cine de aventuras que es The Vikings de Richard Fleischer. La escena del baile en los remos es inolvidable.
Hay otro film, también de vikingos, que no recuerdo su título en español -en inglés es The Long Ships- protagonizado por Richard Widmark y Sidney Poitier, en la que los vikingos buscan una enorme campana de oro en las Columnas de Hércules y deben luchar contra las tribus locales. De menor calidad, pero también disfrutable.

Juan Constantin

Mazcota dijo...

De Vikingos vi la primera temporada y, aún teniendo a mi niño interior tan activo que a menudo debo frenarme para contenerlo, no acabó de convencerme. Quizá por lo que comentabas sobre Juego de Tronos. Porque no es tan inteligente, ni tan espectacular, ni los diálogos son tan brillantes como esta. Además, hubo varios actores que no me parecieron creíbles. No hablo del protagonista, eso por descontado, porque este sí que me pareció el vikingo con más cara de loco que he visto nunca. Me refiero a Gabriel Byrne haciendo de jefe vikingo y al actor que interpretaba a su hermano. No sé, quizá esperaba demasiado.

The Americans es una serie que tengo muy presente pero que no acabo de darle una oportunidad. Puede que tu recomendación sea el último empujón que necesitaba para animarme con ella.

Por cierto, y hablando de series, mañana (aunque a estas horas casi podría decir hoy) se estrena en Yomvi y Canal+ Series Mr.Robot. La recomiendo, a ti y a cualquiera de tus lectores, con todo el entusiasmo del mundo. La vi hace unos meses en versión original y quedé extasiado. Es lo más fascinante, inteligente, original y subversivo que he visto en mucho tiempo.

Samael dijo...

shameless, esa es mi serie. los diálogos son brillantes y Fiona está muy buena. Hay ternura y extrema dureza, es realista y muy hábil. Cada temporada supera a la anterior, cosa que no se puede decir de todas las series, incluyendo Juego de Tronos, que comparto plenamente la sensación de que no para de dar vueltas sin acabar de salir por ningún lado. Todos siguen haciendo las mismas cosas irremediablemente, y cuando parece que van a conseguir algo, zas, algo los mata o los resucita o los no sé qué, de modo que vuelven otra vez al mismo punto en que estaban. Pero no me pierdo ni un solo capítulo, claro.

César dijo...

Juan Constantin: Lagertha, aparte de ser un buen personaje, está como un queso. ¿Sabes que Katheryn Winnick, la actriz que lo interpreta, es experta en artes marciales? Se nota su habilidad física en las escenas de acción.

¿Ernest Borgnine era Ragnar Lodbrok? Qué cosas, no lo sabía. Por cierto, me encanta que tildes a Borgnine de "grande", porque en mi opinión era enorme, un clásico entre los clásicos. Podía ser un buenazo, como en "Marti", o el mayor hijo de puta del mundo, como en "La conspiración del silencio". Un genio.

"The long ships" se llamó en español "Los invasores vikingos". Creo que la he visto, pero hace tanto tiempo que no me acuerdo de nada.

Mazcota: Vaya, lamento que no te guste Vikingos. Es cierto que Juego de Tronos es una serie más espectacular y, en ciertos aspectos, más brillante (aunque la calidad de producción de Vikingos es excelente). Sin embargo, te voy a decir algo que hará caer sobre mí el anatema: en mi opinión, como ficción de aventuras (estrictamente en ese sentido), Vikingos es mejor que Juego de Tronos. De hecho, como digo en el post, Juego de Tronos me parece una serie que no hace más que girar sobre sí misma. Por ejemplo (OJO, SPOILER), al final de la pasada temporada mataban a Jon Nieve. Y ahora, al principio de la nueva temporada, lo resucitan... Odio esos trucos (que, por cierto, no hacen más que dejar las cosas en el mismo sitio que estaban)

Ya he puesto a grabar Mr. Robot. Gracias por el soplo.

Samael: Tengo Shameless en la lista de pendientes, pero como he de comenzar por la primera temporada y hay un montón de capítulos... pues necesito cierta preparación mental. Pero caerá. Me alegra comprobar que estamos totalmente de acuerdo con Juego de Tronos. Y yo, como tú, no me pierdo ni un capítulo... pero me cabrea un poco.

Jarl-9000 dijo...

Vikingos es una de esas series de las que me quedé descolgado a falta de nuevos capítulos y no encuentro oportunidad para volver a retomarla porque ya no recuerdo apenas nada. A ver si algún día lo consigo.

Lo de Juego de Tronos en esta temporada me está pareciendo todo muy improvisado. Cómo se nota que se han quedado sin libros para expoliar. Con la escabechina en Dorne me dio hasta risa.

Me apuntaré Mr. Robot, que le tenía ganas desde hace tiempo.

Yo, por mi parte, no me cansaré de recomendar Person of Interest, que además me acabo de enterar de que ya se ha estrenado la 5ª y última temporada en USA. Y otra serie de hace ya unos años: Dollhouse, que tiene capítulos brillantes.

Y, si hablamos de España, Allí Abajo (que tuvo capitulos muy buenos hace unas semanas, ahora está algo de capa caída) y El Ministerio del Tiempo (tengo mi propia teoría sobre cómo es posible que algunos acontecimientos hayan cambiado cuando la impresión general es que las cosas ocurren siempre como tienen que ocurrir).

Mazcota dijo...

No es que no me gustase Vikingos; de hecho, vi la primera temporada completa y, si la memoria no me falla, parte de la segunda, siendo mucho más de los cuatro o cinco capítulos que suelo dar de margen a una serie antes de decidir abandonarla. Quizá quedé desencantado cuando se produjo un salto temporal en su narración (de dos o tres años, si no recuerdo mal). Lo cierto es que me dejó un poco descolocado. Aún estaba indeciso en mi valoración y no me gusto nada ese giro, acabó por desconectarme. Pero lo mío fue una decisión del todo arbitraria, seguramente motivada por cosas que poco o nada tienen que ver con la calidad de la serie y sí mucho con mis gustos particulares, aunque muchas veces no sepa ni decir exactamente cuales son. Con decirte que me ocurrió lo mismo con The Walking Dead...

Volviendo a Juego de Tronos, creo que muchos de los lectores estuvimos esperando la temporada pasada una resurrección similar por parte de un sacerdote rojo. Pero no la de John Nieve, sino la de otro personaje fallecido que los guionistas de la serie no se animaron a rescatar. No les culpo, pues seguramente abría otra línea argumental más, difícilmente asumible ante la gran cantidad ya existente. Pero hubiese plantado esa semilla/posibilidad mucho antes, haciendo que la vuelta de John Nieve no pareciera tan tramposa. De todos modos, ya se vio en la serie unas resurrecciones similares en la figura de Lord Beric Dondarrion, así que no me parece un suceso insostenible. Es más, me resulta ingenioso, y hasta cierto punto elegante, el vacío legal que habilita la renuncia de "La guardia de la noche" por parte de John Nieve. Porque, según el contrato/juramento adquirido con la hermandad, donde se dice: "La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte", John Nieve ya ha cubierto ese compromiso con su fallecimiento. Y no existe término alguno que le obligue a permanecer allí si acaba resucitando. Es más, si logra convencer a los guerreros de "más allá del muro" para combatir a sus órdenes, dispone de un ejército más que decente con el que moverse por todo poniente. Y me parece que esa liberación, junto a la posible fuerza militar añadida, no deja las cosas en el mismo punto donde estaban.

Esto no significa que no esté de acuerdo con vuestra opinión. También creo que todo se alarga demasiado. No sé si era necesario involucrar a todas y cada una de las casas de Los Siete Reinos, ni hacer pasar por tantas penurias a Daenerys. Por un lado quizás cruzas demasiadas alianzas, traiciones y personajes, aunque por el otro, al gozar de un plantel tan amplio, puedes asesinarlos cuando te apetezca sin que el conjunto se resienta demasiado. Y, siempre que lo hagan con imaginación, por mí encantado.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Tomo nota de las series.
Precisamente la película de Fleischer la volví a ver hace un par de días y me gustó tanto como siempre, es una de las grandes películas de aventuras de los años cincuenta. Borgnine era Ragnar, Douglas Einar y Curtis Eric. "Los invasores vikingos" la dirigió Jack Cardiff, el director de fotografía de la otra.

Anónimo dijo...

No he visto "The Americans" (y mira que me gustan las historias y series de espías) así que intentaré darle un tiento. En cuanto a "Vikingos", coincido en todo contigo especialmente en lo que dices respecto a lo de la moral de los personajes. La verdad es que da gusto (figurativamente hablando) encontrarse con personajes en una serie histórica que actúen conforme a su propio tiempo y época y no con parámetros de hoy en día, algo que creo que, hasta ahora, sólo había visto en la serie "Roma". A ese respecto, me gustaría destacar (aparte de todos los personajes vikingos, con Ragnar a la cabeza), el personaje del rey Ecbert de Wessex. Todo un carácter también.

Y sí, la película de Fleischer, magistral. Por cierto que, como ha comentado algún otro de pasada, el personaje del padre de Kirk Douglas en la citada película, interpretado por Ernest Borgnine y que atiende al nombre de Ragnar, está inspirado en el mismo personaje histórico que el protagonista de la serie, Ragnar Lodbrok (y que según la leyenda, murió devorado por los lobos, como en la película de Fleischer).

¡Ah! Y también coincido con lo que dices de "Juego de Tronos" acerca de que parece que, a partir de un determinado momento, "no hace más que girar sobre sí misma" pero es que ese defecto lo ha heredado de los libros, sobre todo a partir del tercero. Tal vez ahora que ya no tienen material literario en el que basarse, se libren de ese "efecto centrífugo".

Rickard

Jane Jubilada dijo...

Por lo menos tienes tiempo de ver tele. Yo ni eso (la vida de una jubilada es una vorágine). Pero sí, me encantan los vikingos (la película está entre los recuerdos luminosos de mi infancia) y procuraré ver la serie. Gracias por la recomendación.

Anónimo dijo...

¿Qué tal la serie Black Sails? hablando del mar...

César dijo...

Jarl-9000: Si algo nos ha enseñado la ciencia ficción es que si viajas al pasado, hagas lo que hagas, generas paradojas. Lo cual, supongo, significa que no se puede viajar en el tiempo.

Mazcota: Hay cientos de motivos por los que se puede uno desconectar de una serie, con independencia de su calidad. Por gustos personales, porque se te atraviesa un actor, porque un episodio se te indigesta... Y quizá el más importante de todos: hay tantas series que no queda más remedio que elegir.

Respecto a Juego de Tronos, no he leído los libros, así que sólo puedo hablar de la serie. Mi sensación es que los personajes no hacen más que dar vueltas sin llegar nunca a ningún sitio. O aún peor, volviendo al punto de partida, como por ejemplo Daenerys, que ahí la tienes otra vez con los dothrakis. Puede que tengas razón con los motivos de la resurrección de Jon Nieve, pero me pregunto si eso al final conducirá a algo concreto. En cualquier caso, Juego de Tronos tiene suficientes atractivos como para mantenerme pendiente de cada capítulo.

Antonio de Castro: He visto "Los vikingos" no sé cuántas veces, y cada vez que la veo me gusta más. Adoro el cine de aventuras de los 50.

Rickard: Tienes razón, el personaje de Ecbert de Wessex es estupendo. Es un sinvergüenza y un hipócrita, pero con clase. Además, comparado con el resto de los personajes resulta casi decente (sólo casi).

Jane Jubilada: La verdad es que creo que toda jubilada (o jubilado) debería poner a un vikingo (o vikinga) en su vida.

Anónimo de las 4:23: Comencé a ver la primera temporada de Black Sails y no tardé en abandonar. Me pareció lo peor que puede ser una historia de piratas: aburriiiiiida...

Anónimo dijo...

The americans me encantó, pero creo que en la segunda o tercera temporada bajaron el listón de nivel tela. De haber llegado a momentos y tramas buenísimas, empezaron a dar vueltas sin ir a ningún sitio. No se si luego retomaron el nivel. Aún así quiero volver a verla. Tramenda por cierto la espía rusa morena... no comments....

Y de vikingos vi la primera. Muy buena, pero que muy buena. Siempre me gustaron los vikingos la verdad (gran peli la del 58). En sevilla concretamente, las crónicas árabes cuentan cómo aparecieron remontando el río cientos de drakkars como de la nada, y destrozaron la ciudad como una horda de demonios. Se cuentan detalles tremendos de pegarle fuego a iglesias y mezquitas llenas de mujeres y críos, y cómo además parecían ir drogados porque hacían alarde de locos a la hora de enfrentarse con los defensores. Por lo visto la ciudad medieval quedó completamente traumatizada. Años después intentaron repetir, pero esa vez la ciudad estuvo fortificada y avisada. Un episodio muy muy novelable por cierto.

Mazarbul

Jarl-9000 dijo...

Creo que no me he explicado bien. A ver si lo consigo ahora. Ojo, que hay espoilers.

En el Ministerio del Tiempo da la sensación de que las paradojas temporales están implantadas de partida, al estilo de la primera película de Terminator (que tanto referencian). Es decir, si viajas atrás en el tiempo es porque ese viaje se tenía que dar y sus consecuencias ya están tenidas en cuenta en los sucesos posteriores. Al menos, toda la primera temporada parecía que era así. Con este esquema se crean paradojas temporales, pero son paradojas estables, en el sentido de que aunque no se sepa de dónde proceden se explican por sí mismas. Todo tiene sentido cuando observas el cuadro completo.

Sin embargo, en esta segunda temporada nos hemos encontrado con que en algunos capítulos ha habido sucesos (y sucesos importantes) que sí han quedado modificados de forma sustancial, creando paradojas que no son estables. El ejemplo más claro lo tenemos en el capítulo 2, cuando Pacino impide que un niño se convierta en asesino en serie al hacerse adulto, causando con ello que su padre no se suicide años más tarde. Esto ya es gordo de por sí, pero más gordo es si tenemos en cuenta que, por la misma razón, Pacino no debería haber conocido la existencia del Ministerio del Tiempo, pues se entera de su existencia por culpa del mismo asesino. Esto invalida sus propias modificaciones temporales si no recurrimos a otro mecanismo que lo explique. De hecho, en el capítulo 3 Pacino menciona la posibilidad de que existan líneas temporales paralelas. Pero eso parece contradecir todo lo visto anteriormente. Sin el Ministerio del Tiempo, no habría habido Lazarillo de Tormes, el Cid no habría sido una figura de leyenda, y muchos otros ejemplos.

Volviendo a la saga Terminator, ocurre algo parecido en la segunda película, cuando al final evitan que Skynet se construya, negando la posibilidad de que ciborgs del futuro intenten matar a Sarah Connor antes de ser madre o a su hijo antes de hacerse adulto. En principio, sólo existe explicación si acudimos al recurso de las líneas temporales paralelas, pero esa alternativa parece contradecir las leyes expuestas en la primera película.

En las historias de viajes temporales existen varios modelos de leyes a aplicar (tiempo inmutable con paradojas estables, lineas temporales paralelas, imposible viajar al pasado, imposible viajar pero se puede conocer el futuro y modificarlo, etc.). Como, al menos de momento, nada de eso es posible, todos los modelos son igualmente válidos. La única condición que no se puede violar es que se cambie de modelo. El relato no puede contradecirse a sí mismo, como ocurre en la saga Terminator, como ha ocurrido en El Ministerio del Tiempo.

Jarl-9000 dijo...

Continúo...

La única salida de este atolladero es que el modelo sea más complejo de lo que al principio parecía, de tal forma que lo que hayamos visto sean distintos casos particulares del mismo. ¿Existe alguna posibilidad de que esto sea así? ¿Existe algo a lo que poder recurrir?

En el caso de Terminator, al menos con lo que vimos en las dos primeras películas, no. No hay nada especial en la segunda película con respecto de la primera que haga pensar que esa vez sí tenían la posibilidad de cambiar el futuro.

En el caso de El Ministerio del Tiempo puede que sí haya algo especial. En el capítulo 6 vimos que algunas personas podían tener poderes. Si existe un tipo que puede ver a través de los objetos y otro que puede retroceder levemente en el tiempo, ¿por qué no puede haber otro que sea capaz de cambiar la Historia si viaja en el tiempo? Si Pacino tuviera ese poder, lo que vimos en el capítulo 2 no vulneraría ninguna ley, no habría contradicho nada de lo anteriormente expuesto. Lo único es que nadie es consciente todavía de su poder. Lo que no quedaría claro es si habría generado una línea temporal paralela o no, después de todo Pacino dice recordar dos vidas distintas.

Un detalle que parece confirmar esta hipótesis es que Pacino habría cambiado también el futuro de Amelia. Por haberse líado con él, la tumba que ella conocía desaparece, al igual que el bebé que sostenían ella y Julián en la fotografía antigua.

Lo más probable es que la teoría sea errónea, pero a mí me gusta y, de ser cierta, hace que el personaje de Pacino sea algo totalmente impredecible. Y, lo que es más, peligroso para el Ministerio del Tiempo.

Perdón por el tochaco, que además no tiene nada que ver con el asunto del post.

Anónimo dijo...

Respecto a lo de las paradojas temporales en "El Ministerio del Tiempo", algo que varios frikis hemos discutido por activa y por pasiva en distintos foros, estoy de acuerdo con lo expuesto por Jarl-9000.

Fíjate que en el caso de la saga "Terminator", cuando se dieron cuenta de que la habían "cagado" (hablando desde el punto de vista de la lógica argumental) en la segunda película (si impiden la creación de Skynet no hay guerra contra las máquinas y, por tanto, nadie envía a Reese al pasado con lo que John Connor no llega a existir y por tanto nadie puede impedir la creación de Skynet, con lo que todo vuelve a empezar en un círculo sin fin), tuvieron que tratar de enmendarlo de algún modo en la tercer película diciendo que, en realidad, no habían llegado a impedir la guerra sino sólo a retrasarla un poco...

El Ministerio del Tiempo ha cometido muchos de esos errores en su segunda temporada, lo cual no quita para que siga siendo una serie que está muy bien...

(Y perdón por el off-topic friki...).

Rickard

Ferran dijo...

Buenas César

La verdad es que es algo agradable hablar de vez en cuando de un tema "ligero" jeje.

Sólo conozco JdT, así que de las demás no puedo hablar. En JdT sólo me he leído los libros, no he visto ningún capítulo. Para mi, siempre son mejores los libros, te permiten hacerte tu propia versión de lo que lees. Imaginación. Bueno, no he venido a repudiar las series o las películas, quería comentar que a mi personalmente el 1r libro de JdT no me enganchó, no se si por la enorme cantidad de nombres o porque era el 1ro. Hice un esfuerzo para empezar el 2o y este si me enganchó, y ahora estoy esperando el 6o creo que es. Aunque con lo lento que es este autor escribiendo a lo mejor tendré que volver a empezar jejeje.

La verdad es que no sé la serie, pero en los libros no me da esta sensación de girar en si misma, aunque es verdad que avanzan poco a poco. Más bien me parece que el autor va sacando contendientes al trono de la nada y va añadiendo posibilidades al hipotético final, de forma que va sumando intrigas y a la vez deja al lector con la preocupación de intentar adivinar quién ganará...

Ahora mismo estoy intentando encontrar una cueva lo suficientemente alejada como para no oir rumores, comentarios o spoilers de la nueva temporada que están sacando en la tv. De hecho en un comentario tuyo he visto un "OJO, SPOILERS" y he pensado, "no leas, no leas" pero es imposible resistirse a la curiosidad, y pum, lo he leído.

Voy a llorar un rato.

Un saludo!

César dijo...

Mazarbul: La espía rusa de The Americans, Nina, era tremenda, en efecto. Una preciosidad. Ay, qué sudores...

En Catoira, Pontevedra, hay dos torres de defensa del siglo XI. Las construyeron como protección para las incursiones vikingas.

Jarl-9000 & Rickard: Por un momento me he sentido en medio de un episodio de Big Bang. En mi modesta opinión, viajar en el tiempo (al pasado) siempre genera paradojas. Siempre. De entrada, si retrocedes al pasado se dará la paradoja de que los átomos que componen tu cuerpo estarán en dos lugares a la vez. Luego, cualquier cosa que hagas, desde respirar hasta pisar el suelo, supondrá una alteración del pasado. ¿Basta con eso para impedir el viaje en el tiempo? Desde un punto de vista causal, no. Viajar cien años atrás y mover una piedrecita de sitio no va a provocar ningún efecto perceptible. Sin embargo, si que puedes realizar, si lo deseas, actos que generen conflictos intertemporales (por ejemplo, lo típico de matar al abuelo antes de que tenga hijos). Ahora bien, como no creo que una ley física actúe, o no, en función de las intenciones del viajero del tiempo, creo que lo más lógico es pensar que la naturaleza prohíbe viajar al pasado y actuar sobre él. La única salida que se me ocurre para resolver las paradojas es la ya citada bifurcación de la línea temporal. Pero eso más que viajar en el tiempo parece viajar a un universo paralelo.

Ferrán: Como ya he dicho, no he leído los libros, así que no puedo opinar de ellos. Empecé el primero y, más o menos por la mitad, se me cayó de las manos. No me llevo nada bien con el fantasy. No obstante, mi hijo Pablo, que es muy fan de las novelas de Martin, se quejaba de que, a partir de no sé qué libro, la acción se estancaba demasiado.

Jarl-9000 dijo...

Pues, siguiendo con Big Bang, si quieres, otro día te hablo sobre mi interpretación particular sobre el fénomeno del entrelazamiento cuántico (y no es coña) :). La pena es que carezco de los conocimientos necesarios para desarrollarla y ver si lleva a algo.

Y, con respecto a lo que dices de alterar el pasado... El asunto es que en el modelo de las paradojas estables que comentaba anteriormente sería imposible alterar el pasado, puesto que las acciones del viajero vendrían predefinidas, puesto que todo lo que haga en realidad ya ha sucedido. En Perdidos (y perdón por ponerla de ejemplo) lo explicaban de esta manera: "El pasado, pasado está". La terrible conclusión sería que en este modelo no podría existir el libre albedrío. La Historia estaría escrita de antemano y nos limitaríamos a cumplir nuestro papel, viajero del tiempo incluido. Seguro que hay muchos relatos que traten el tema, aunque ahora mismo no me venga ninguno a la cabeza. Personalmente, me cuesta creer que esto sea así en la realidad. Sin embargo, desde un punto de vista literario y cuando este recurso se emplea bien, le encuentro una elegancia y un encanto poético difíciles de igualar, de tal manera que, a pesar de lo sobreexplotado que está desde los inicios de la ciencia ficción, todavía me maravilla.

Rickard: De las siguientes secuelas de Terminator preferí no hablar porque me desviaba del tema, pero tienes toda la razón. Chapucero a más no poder. Y la última, ni te cuento. Pero, a estas alturas, lo miro con otra óptica y hasta me divierte.

Miguel Valle dijo...

Ay... llego tarde al tema que me interesa (Vikingos) porque las paradojas temporales las dejo para los expertos.

A mí me pasa como a don César (mmm... algo me dice que tal apelativo estaba prohibido pero como es mi primera intervención confío en la indulgencia del bloguero): Juego de Tronos no me estimula tanto como lo hace Vikingos, ni de lejos. Aunque debo reconocer que vi la primera temporada con bastante incredulidad por las licencias narrativas e históricas y que el algo maniqueo punto de vista sigue chirriando en mi cabecita: la serie casi siempre acaba derrotando hacia el trillado enfrentamiento entre el buen salvaje (con sus cosas) y el pérfido civilizado.

Con todo, Vikingos es puro entretenimiento y diversión con cierta fidelidad histórica -especialmente en el comportamiento moral y ético de los personajes-. En Vikingos me apetece pedirme, cual niño, a Ragnar "calzas peludas", cabalgar con Lagherta (no piensen mal, damas y caballeros, me refiero a ir a la batalla) y flipar dando yoyas como Bjorn brazo de hierro...

De Juego de Tronos no quiero nada porque bien palmas por ser un capullo integral (Ned Stark) o bien eres un malnacido como... ¿todos? En Juego de Tronos no hay ningún referente moral con el que puedas empatizar.

En cambio, en Vikingos creo que sí lo hay, aunque sean hombres y mujeres de su época, crueles como ellos solos. Conserva mucho del sano espíritu de aventura que veías en Los vikingos -gigantesca, gloriosa película.

Por estos motivos disfruto mucho más Vikingos.

César dijo...

Miguel del Valle: De momento, nos conformaremos con una simple llamada de atención. Pero que no se vuelva a repetir eso de llamarme de usted... :)

Es cierto que Vikingos se toma muchas libertades con la historia (ni siquiera es seguro que Ragnar existiese). Sin embargo, es, por lo que sé, muy fiel en los aspectos antropológicos. De lo que no estoy muy seguro es de los referentes morales que mencionas. La verdad es que todos los personajes de la serie son unos perfectos hijos de puta. En lo que no estoy de acuerdo es en que no haya personajes éticos en Juego de Tronos. Tienes a Tyrion Lannister, a Jon Nieve (aunque es un poco lila) o a Varys.

En cualquier caso, coincido contigo en que Vikingos es mejor serie de aventuras que Juego de Tronos. Ah, y a mí también me gustaría cabalgar con Lagherta. Pero no precisamente para ir a la batalla ;)

Miguel Valle dijo...

Acepto la reconvención de vuesa merced :)

En cuanto a Juego de Tronos he debido expresarme mal. No digo que no haya personajes éticos, Ned Stark lo era, Robb lo era y Jon Nieve lo es (si es que los Stark son unos pardillos). Varys y Tyrion también tienen ciertos principios.

El problema, para un servidor, es que es difícil empatizar con ellos, bien porque tienen bastantes claroscuros -Tyrion es moral para lo que le rodea y porque impone cierta cordura en personajes abominables, funciona por comparación la mayor parte de las veces, no tanto por sus valores intrínsecos-, bien porque no tienes tiempos para cogerles cariño (me remito a la afirmación sobre los Stark: son unos pardillos).

Me refería, pues, a que los "buenos" (para simplificar el término) no molan demasiado y la serie queda en un "vamos a ver quién es más hideputa y cómo van cayendo los protagonistas", espiral en la que se ha metido el señor Martin en un intento (excesivo) para demostrar que lo suyo no es fantasía al uso.

El equilibrio en Vikingos me parece mucho mejor conseguido, de ahí que (a moi) funcione mejor.

En cuanto a la reconstrucción de Vikingos...para mí está muy idealizados en muchos aspectos. Por ejemplo, la celebración religiosa de la primera temporada aparece como algo muy, muy elaborado y no parece que fuera así, las shieldmaiden no está probado que existieran realmente -al menos no como cuerpo de guerra, otra cosa es que a falta de hombres se las apañaran muy bien-; luego también tiene sus cosillas en la reconstrucción histórica (barcos que no dejan varados, que los sajones no monten muros de escudos) pero se pueden asumir dada la idealización y reconversión "molona" que propone la serie.

No nos olvidemos que Ragnar es un héroe semilegendario, aunque lo cita la Gesta danesa no está nada claro que existiera.

Así que dejemos a un lado esos detalles y a disfrutar ;)

Jose Ramon dijo...

César y demás merodeadores, buenos días a todos.

Estoy con César. Me encantó la serie Vikingos. Vi hasta la temporada de París (lo dejo ahí para tratar de no dar pistas). Me enganchó por su aparente fidelidad (más antropológica que histórica). ¿Que más da si Ragnar existió o no? Lo cierto es que la historia está bien contada, que la imagen que nos da de los vikingos, al menos para mi, que soy un profano, despierta la curiosidad, que tiene personajes fantásticos, no solo Ragnar o Laguertha. ¿Que me decís del increíble Loki, fiel hasta el fanatismo, psicopata, fanático, loco, visionario, genio, etc? A ver si tengo un rato y me trago la ultima temporada, seguro que no me defrauda.

En cuanto a Juego de Tronos, empecé a leer el primer libro y lo dejé, porque no me enganchaba en absoluto. Traté de ver la serie y casualmente, la apagué en el mismo punto en que dejé el libro, lo que interpreté como que esa historia no es para mi y dejé que siguiera su camino.

Como en el cine, creo que se está acabando la imaginación. Hasta series míticas como The Walking Dead, empiezan a caer en la rutina y empiezan a levantar la sospecha de que intentan mantener mi atención, sin un final previsto. Creo que faltan productores que se arriesguen a llevar al cine o a la TV historias de grandes novelas, historias con principio y final, que al terminar te dejen con esas ganas de saber más que no dejan las series modernas.

César dijo...

José Ramón: Es cierto, Floki es un personaje estupendo (que también parece estar como una cabra). Yo también dejé el primer libro de Juego de Tronos a la mitad. No me interesaba nada de nada. Sin embargo, hasta ahora me he visto la serie entera.

Miguel Valle dijo...

José Ramón y César muestran mucha más sabiduría que un servidor: sigo empecinando en terminar la saga de Juego de Tronos, a pesar del poco disfrute que me proporciona, diría casi desde el primer volumen. A Martin le veo demasiadas costuras en su obra, demasiado artificio para llegar a, posiblemente, ningún sitio.

César dijo...

Miguel Valle: Creo que lo has definido perfectamente: el Martin actual, el de JdT, parece tener mucho más oficio (un magnífico oficio, eso sí) que inspiración.