miércoles, febrero 8

Me pareció ver a un lindo gatito...



          Tras ingresar en Feisbuc y observar el tráfico que allí se desarrolla, tengo una importante pregunta que formular: ¿Qué demonios le pasa a la gente con los gatos? Dos de cada tres videos son de gatitos y hay montañas de comentarios que rezuman pasión por los mininos. Es como si se hubiera desatado una epidemia de ailuromanía  (que, como todo el mundo sabe, significa amor excesivo –o adicción- a los gatos).

          Vale, no es que el fenómeno me coja de nuevas. Tengo varios amigos que se colocan esnifando pelos de gato. Sobre todo una pareja, dos de mis mejores amigos, a los que sólo les falta rendir culto a Bastet (que, como todo el mundo sabe, es la diosa-gata egipcia). Tenían dos gatos, pero uno murió (descanse Nata en paz), y ahora vuelcan todo su amor sobre el que les queda. Pues bien, cada vez que les oigo hablar sobre sus gatos me sube el azúcar en la sangre y me entran ganas, primero de vomitar y después de colgarme de una viga.

          Y no es que tenga nada contra los gatos, ni mucho menos. Pepa, mi mujer, sí; odia a los gatos (a eso se le llama elurofobia. Joder, qué cantidad de cosas inútiles estáis aprendiendo en este post...). Pero yo no; me gustan los gatos... moderadamente. Prefiero los perros, lo reconozco; porque con un perro se puede mantener una conversación razonablemente sensata, mientras que con un gato es imposible. No te presta la menor atención. De hecho, un perro te quiere, mientras que un gato, en el mejor de los casos, te tolera.

          En fin, está tan clara la superioridad del perro sobre el gato, que no hace falta ni explicarlo. A fin de cuentas, los perros son nuestros amigos más antiguos, porque fueron la primera especie domesticada, hace entre 18.000 y 32.000 años. Bueno, los perros no, los lobos. Por cierto, ¿no os parece raro que el primer animal en domesticarse fuera una gran carnívoro? Algún día hablaremos de eso. El caso es que los gatos fueron domesticados hace sólo unos 9.000 años; son unos recién llegados. Además, en realidad son semidomésticos, porque, no nos engañemos, es imposible domesticar a un felino. Vamos, que a tu maravilloso gato no le puedes ni enseñar a dar la patita. Le falta coco.

          Fijaos, si no, en lo que pueden hacer los perros: Cazan, pescan, pastorean, rastrean, salvan vidas, tiran de trineos, protegen gente y animales, acaban con ratas y alimañas, guían a ciegos, proporcionan terapia, detectan explosivos... y dan la patita. ¿Qué hacen los gatos? Cazar ratones y protagonizar videos de internet. De hecho, los gatos no siempre han gozado de la buena prensa actual. Por ejemplo, recordad los gatos de dibujos animados... todos son villanos. Tom es el antagonista de Jerry, Jinks lo es de Pixie y Dixie, y Silvestre es el malo frente al canario Piolín. En el cómic Maus, de Spiegelman,  los ratones son los judíos y los gatos los nazís. Fritz the Cat, de Roger Crumb, es un yonqui. Para colmo, los gatos negros dan mala suerte.
          Hay algo que me pone muy nervioso de los gatos. Estás en tu casa, de noche, solo, haciendo lo que sea. Delante de ti está tu gato. De pronto, el gato se pone a mirar por detrás de ti, como si hubiera algo que se mueve y él lo siguiera con los ojos. Vuelves la cabeza, pero ahí no hay nada. Sin embargo, el jodido gato sigue en sus trece, siguiendo con la mirada algo que no está, y, sin dejar de mirar de un lado a otro, levanta las orejas, y gira la cabeza, y bufa por lo bajo, y tú piensas alarmado “¿Pero qué coño está viendo?”... Antes me ponía nervioso, pero ahora tengo la respuesta: El animal está ahí, con cara de decir “Uy, soy un gato, veo cosas que tú no puedes ver”, pero es mentira, puro postureo; no ve nada, te está vacilando, es un cabrón.

          Pero no quiero ser injusto; los gatos tienen cosas buenas. Por ejemplo, en el cómic underground Freak Brothers de Gilbert Sheldon (sobre tres hippys fumadores de marihuana), aparece un gato que no tiene nombre: Fat Freddy's Cat. En una de las tiras, alguien le pregunta a Fat Freddy por qué prefiere a los gatos en vez de a los perros. Y Fat Freddy contesta: “¿Has visto alguna vez un gato policía?”. Un punto a favor de los mininos: no son chivatos acusicas olisqueadores de alijos de maría. Y hay más. Los gatos son independientes, y no hay que sacarlos a pasear, y son elegantes, y son bonitos (aunque no tanto como ciertos perros; el setter irlandés, por ejemplo). Ah, y hay unos videos de gatos que me encantan: los videos en que aparecen pepinos y gatos. Buscadlos –cats & cucumbers- y veréis qué risa.

          Algunos perros, por su parte, tienen el grave defecto de ser demasiado dependientes de ti. Eres el jefe de la jauría, el macho alfa, te idolatran, y a veces se ponen muy pesados. Pero eso se soluciona eligiendo la raza canina adecuada. ¿Quieres un perro más independiente? Pues agénciate un mastín. Mi último perro, Spok, era un mastín del pirineo, una especie de perro-gato por carácter, ochenta kilos de puro músculo y tan alto puesto de patas como yo. Los mastines son tan independientes como los gatos y el único problema que te darán es evitar que se coman a alguien.

          Otra complicación de los perros es que necesitan mucho espacio; un piso no es lugar adecuado para que viva un perro, salvo que sea una de esas ridículas miniaturas de compañía. Pero eso se soluciona comprándote una finca, claro. Y... ya no se me ocurren más problemas específicos de los canes.

          Supongo que muchos de los múltiples amantes de los gatos estarán leyendo esto con el ceño fruncido y expresión torva. No hay motivo, insisto, no tengo nada contra los gatos. Pero está claro que los perros son intelectualmente superiores. Aunque, en última instancia, ambos, perros y gatos, pueden ser un coñazo. Ya, ya sé, mi ailuromaniaco amigo, que te resulta imposible contemplar a tu mascota con algo que no sea el más profundo amor, pero voy a intentar que adoptes, siquiera durante unos minutos, un punto de vista diferente. Te sugiero que leas un cuento de P. G. Wodehouse llamado Adiós a todos los gatos (lo puedes encontrar en Internet). Cuenta lo que ocurre cuando, durante un fin de semana, un hombre va a pedir la mano de su prometida al hogar de los padres de ésta, una mansión llena de gatos y perros; sobre todo gatos. Es uno de los relatos que más me han hecho reír en mi vida, y además te permite comprender hasta qué punto es posible odiar a los mininos.

          ¡Alto ahí! ¡Es imposible odiar a esas cositas tan tiernas, a esas bolitas de algodón, con esos ojitos, ese morrito y esos bigotitos adorables! ¿Seguro? ¿Los gatitos son cositas tiernas y adorables? Me temo que esa opinión es fruto de una información sesgada. ¿Habéis visto alguna vez a un gato cazando a un ratón? Yo sí, y me revolvió el estómago. Porque antes de matarlo, el gato se tira un buen rato torturando literalmente al pobre ratón.  No me apetece describirlo, es muy desagradable. Pero hay videos en Internet; poned en Google “gato torturando a ratón” y se abrirá ante vuestros ojos una auténtica galería de los horrores. ¿Cositas tiernas los gatos? Sí, claro; tiernísimas. Se merecen que les pongan un pepino al lado.

          No obstante, hay un gato que siempre ha contado con mi apoyo, con la esperanza, además, de que haga uso de toda su crueldad. Toda la vida he deseado ardientemente que Silvestre atrape a Piolín, ese canario insufrible, y se lo coma, no sin antes infligirle un atroz tormento.

          Por último, una pregunta a los ailuromaniacos: Si los gatos tuvieran el tamaño de un mastín, ¿tendríais un gato?

24 comentarios:

Juanma dijo...

Unos amigos míos tenían un maine coon, y no digo que eso sea comparable a un mastín, pero joder qué cosa más grande de gato.

Edu dijo...

Yo haría un crowfunding de esos para que Silvestre se comiese a Piolín y el Coyote al correcaminos.

Juan H dijo...

Yo quería adoptar un perro pero mi mujer me dijo que con un animal en casa ya tenía bastante..., mi primo tenía un gato que se puso enorme,un bosque de Noruega, se creía de clase social alta y un místico y, sí, el cabronazo, te miraba por encima del hombro, al pobre le dio un infarto y kaputt. Por aquí dicen, que los gatos siempre quieren más la casa que al dueño y es cierto, tienes razón, ¿Habeis visto alguna vez a un gato durmiendo sobre la lápida de su dueño?
Juan H

Rickard dijo...

¿Gatos del tamaño de un mastín? Ya existen: se llaman tigres. Y no, no tendría uno ni de coña (eso sólo se le puede ocurrir a alguien como Jesulín).

Rickard

Jane Jubilada dijo...

Jardiel Poncela decía que las personas que necesitan amar son amantes de los gatos y que las que necesitan ser amadas lo son de los perros.
Yo, como Pepa, no soporto los gatos. Y, ellos, para fastidiar en cuanto me ven se arriman a mi pierna. Me siento identificada con Phoebe la de "Friends" y su canción "Smelly cats" (que traducen por "gato apestoso").
Tengo un perro tamaño mastín (es un verdino canario) al que respeto y saludo por las mañanas. Pero él en su caseta y yo en mi casa. Así que al final no sé si necesito amar o ser amada.
Tengo casi todo de Wodehouse y no conozco el cuento. Sí me acuerdo de uno en "El hombre con dos pies izquierdos" que se llama "Negro que trae suerte" sobre un gato negro que se cuela en pisos contiguos. Según los protagonistas parece que los gatos negros dan suerte y no todo lo contrario.
Me ha gustado el post (como siempre), me he enterado de muchas cosas útiles sobre perros y gatos y he aprendido términos que pienso usar en cuanto tenga ocasión.
Gracias, César.

Kaplan dijo...

Infligirle, César. (Perdóname, no encontré el email para decírtelo en privado. Y además, no es nada grave, a mí me pasa todos los días.)

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Yo tengo 6 gatos y una perrita. He llegado a tener 8 gatos y dos perros. No todos los gatos son poco afectuosos.Las hembras son, por lo general, bastante más cariñosas. He llegado a tener alguna gata que se me ponía de bufanda, otras que dormían una siestecita sobre mi tripa, cuando yo también practico ese deporte de riesgo. Otra me iba a buscar por las mañanas a mi habitación arañando la puerta. Hace poco tuve otra que siempre me acompañaba fuera donde fuera... (supongo que agradecida por recogerla de la calle, hambrienta y herida en una pata).
Creo que los milenios de diferencia entre la domesticación de una y otra especie explican que los gatos sean más independientes que los canes, llevan mucho menos tiempo dependiendo del ser humano. Además, el hombre ha seleccionado mucho más las razas caninas que las felinas, fomentando las que encuentra más útiles.
Un hogar con gatos no tendrá problemas de ratas, ratones, serpientes, murciélagos, palomas, etc... con los perros estas plagas simplemente se chotean...
Y, además, son infinitamente más limpios que los perros, sin la menor duda, cosa que en pisos y apartamentos es una ventaja.
Aún así no los prefiero a los perros. Ambos me gustan, porque son distintos y complementarios.

Juan Constantin

P.D: Recordad los dibujos de la Warner sobre Pepe le Pew, siempre "torturando" a Penelope Pussycat, a la que confunde con una mofeta. Pobre minino...

Ana Glez Duque dijo...

Mi madre (Jane Jubilada) no soporta a mis gatos (tengo dos) ni a su perro, por mucho que diga en el comentario de arriba.

¿Sabes que hace poco hice un estudio poco científico entre los escritores de fantasía y ciencia-ficción y son pro-gatos en un 80%? Pregunta, pregunta, que seguro que te sorprendes :D

Yo tengo un handicap para que los perros no formen parte de mi vida: soy alérgica. Pero, por mí, tendría perros, gatos y todo un zoológico en casa. Por ahora, tengo dos gatos y dos niños. Que ya es bastante.

Juanma dijo...

El cuento de Tobermory es genial, lo he contado en cuentacuentos y siempre funciona. Saki siempre funciona, en general, es de los mejores autores de relatos de todos los tiempos. La edición que tengo es la de "Animales y más que animales", en Valdemar.

Félix dijo...

Yo he visto, con estos ojos, lindos gatitos dando rienda suelta a sus 'tiernos'instintos torturando un pajarito hasta matarle y después ni siquiera comérselo
Así que menos buenos rollitos animalistas.
Lo de Piolin sí lo comparto

Héctor D. Ramos Medina dijo...

Me apunto. ¡Qué bueno, César!

Miguel Valle dijo...

Me he reído algo maliciosamente con tu post, César (mira que me sigue saliendo el don delante, menos mal que el temor a tu justa reconvención me impele a ser cuidadoso con lo que tecleo).

Opino más o menos lo mismo que tú con los gatos... no tengo nada en contra pero los prefiero lejos. Sin ir más lejos, la última vez que estuve en casa de mi hermano, que tiene dos gatos, la sensación de ser vigilado constantemente era de lo más incómoda. Es más, creo que Eugenio y Gustavo maquinaban algo contra mí porque ocupé una habitación y la dejé todo el fin de semana cerrada, vetando el acceso a quienes se creen los dueños de la casa. Así que sospecho que deberé dejar transcurrir cierto tiempo antes de volver ¡quién sabe lo que pueden estar maquinando esos dos felinos!

Saludos

Miguel

PD: los gatos, lejos pero todavía más los canarios sabihondos. Suscribo la iniciativa popular para que Silvestre despanzurre a Piolín.

Mazcota dijo...

Los gatos son, ante todo, unos formidables embaucadores. Y supongo que por eso existe el sinónimo "engatusar", porque no existe animal sobre la faz de la tierra que represente mejor esa actitud. ¿De verdad crees que los hemos domesticado? Para nada. Ellos decidieron venirse a vivir con nosotros y así moldearnos a su gusto. Pero eso no lo sabrás hasta que adoptes uno; o creas haberlo adoptado, porque en realidad es él el que te adopta a ti. Este síndrome de Estocolmo no ocurre con los gatos de los demás, por lo que no busques una explicación lógica simplemente observando a tu alrededor. Implícate en tu estudio. Abre las puertas de tu casa a un felino y ya verás cómo se las arreglará para abrir las de tu corazón (uff, que cursi ha sonado). ¿Que cómo lo consiguen? Pues ni idea. Yo sospecho que algo tienen que ver esas pupilas reptilianas que gastan. Son tan hipnóticas como las de un cocodrilo o una cobra. Y precisamente ese parecido es el que les ha llevado a granjearles fama de fríos y distantes. ¡Si hasta el ojo de Mordor era el de un gato!

Emilio_FK dijo...

César,

gracias por esta entrada que tiene unos conceptos y unas definiciones muy precisas. Lo que dices en uno de tus párrafos, ...porque con un perro se puede mantener una conversación razonablemente sensata, mientras que con un gato es imposible..., es la pura y santa verdad, los gatos "no nos pescan", nos ignoran... son unos malotes.

Hay gatos lindos y videos adorables, pero prefiero a los perros.

gracias nuevamente

Anónimo dijo...

Muy gracioso,César. Lo de los videos de gatitos que proliferan es muy cierto y algo tonto.Pero hay una explicación: los gatos son un prodigio de flexibilidad, agilidad y payasadas. Y son tan encantadores de cachorritos...supongo que por propia supervivencia.
Yo tengo una gata negra (regalada) que según le dé la luz parece una pantera en miniatura y me encanta verla. Otras veces parece una mosca,o un moscardón, tan negra por todas partes.Es la primera vez que tengo un bicho a mi cargo,siempre me negué,pero no se rechazan los regalos ¿no? Eso sí: regalo envenenado económicamente ( veterinario, comida,arenilla...)pero tiene su gracia también.
No entro yo en la cuestión perros-gatos y recuerdo a la Libertad de Mafalda quejándose de que la gente no es simple, porque ella pregunta a alguien que si le gustan los gatos y responde que le gustan más los perros. Yo no tendría un perro por todas las molestias y gastos que implican los perros en las casas.Los gatos son otra historia.Precisamente lo que me gusta a mí de los gatos es que pasen de los humanos,o que nos quieran solo cuando nos necesitan para algo (comida en general, o calor)
Ahora mismo está mi gata encima de la tele (sí, de las planas,pero hasta se duerme ahí),mirando atentamente por la ventana y solo verla ya me relaja.
Recojo las sugerencias de lectura que propones y las de los comentarios. Ese es un aspecto de tu blog (y de otros) que me parece muy interesante: ir anotando posibles y futuras lecturas. De acuerdo con la genialidad de Saki. A Wodehouse le tengo menos leído,pero voy a corregir eso en cuanto pueda.
Por cierto,y ya acabo, me encanta el blog de razas de perros y gatos que tienes en los enlaces. A veces entro porque tiene una fotos preciosas, además de la buena información.
Me despido con un comentario de la "novia" de Sheldon Cooper: "Me encantan los gatos.Son el epítome de la indiferencia"
Un saludo cántabro gris-gris.....Aurora Boreal

Anónimo dijo...

Tu post me ha recordado que leí no hace mucho que la madre de Melani Griffith, Tppi Hedren (disculpad si no se escribe así), compró un león a Melani con la intención de hacer un documental en el futuro. Pero Melani acabó llena de arañones y heridas y el tema se les fue de las manos, de modo que lo donaron a un zoologico. El caso es que Melani con el tiempo fue a visitarlo y el animalillo (un león como la copa de un pino) la recibía como un loco de alegría ante el asombro del personal presente que se pensaría que estaban ante una San Francisca de Asis. Creo recordad que Angel Cristo dijo que era más fácil domar a un tigre o un león que a un gato. Animal bastante literario por cierto. Personalmente me quedo con mi "ridicula miniatura de compañía" (que por cierto se está merendando tu última novela, cómo la está disfrutando, je,je,je ;D)
Mazarbul

Dámaso dijo...

Los gatos son ágiles, libres y 100mil veces más listos q los perros...lo q nos fastidia es q no nos hagan caso...tener un gato es tener una pequeña porción de documental de la 2 en casa....a mi me fascinan

Dámaso dijo...

Los gatos son ágiles, libres y 100mil veces más listos q los perros...lo q nos fastidia es q no nos hagan caso...tener un gato es tener una pequeña porción de documental de la 2 en casa....a mi me fascinan

Femke dijo...

¿Que no se puede tener una conversación con un gato? Joder que no... Recuerdo esas conversaciones que tenía yo con mi difunta Tina... ah, no, que eran monólogos... pero entonces, ¿por qué me contestaba ella con un ronroneo, que es de lo más terapéutico que hay después de los medicamentos y la acupuntura?
Un gato puede que no te quiera, pero porque es más que un ser vivo necesitado de cariño como los agobiantes perros (ojo, también me gustan, pero me agobia su amor típico perruno),es un tremendo catalizador de la capacidad de dar amor que tiene el ser humano. Ahora tengo dos gatas, mis alcaldesas. Manuela es un amor. Y Ada es un diablo, la llamamos Ada Malvada, no sabe ni ronronear. Pero es maravilloso el amor que me hacen sentir ambas (sí, incluso la "mala"). Nada más que por eso ya merecen la pena.
¿Superior un perro a un gato? El que haya sido domesticado el perro mucho antes que el gato no es un signo de inteligencia. De hecho, yo creo que los gatos nunca han sido domesticados, pero no por falta de coco, sino por todo lo contrario: a ver quién es el tontarraca que se deja dominar sin ser considerado un panoli. Ah, sí, los perros... :-D (Vuelvo a repetir que me gustan, de hecho tuve uno, Platón, que nos alegró los días hasta que murió, y no hay día en el que no me acuerde de él).
Un gato es un ser listo, elegante, guapo, sigiloso, limpio, misterioso, tierno, altivo, esponjoso, divertido, vengativo, mimoso, frío pero apasionado, lascivo, fiel a su manera, listo como el hambre, ronroneador, transmisor de paz, con recursos ilimitados, superviviente, apañao, y un sinfín de cosas más. Yo doy gracias a la diosa Bastet por poner a nuestro lado al maravilloso gato, y da igual que sea alérgica a su pelo (y al de los perros también), que los quiero en mi vida. Sí, soy oooootra loca más de los gatos, qué le voy a hacer...
Me despido con varias citas sobre ellos:

No hay gatos vulgares. (Colette)

Los gatos parecen conducirse según el principio de que nunca hace daño pedir lo que uno quiere. (Joseph Wood Krutch)

Me gustaría que mi escritura fuera tan misteriosa como un gato. (Edgar Allan Poe)

Algunos gatos son ciegos, y otros son sordos como tapias. Pero nunca ha habido un gato estúpido. (Anthony H. Euwer)

Prefiero los gatos a los perros, porque no hay gatos policía. (Jean Cocteau)

Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando. (Miguel de Unamuno)

He estudiado a muchos filósofos y a muchos gatos. La sabiduría de los gatos es infinitamente superior. (Hippolyte Taine)

De todas las criaturas divinas, existe sólo una que no pueda ser esclava de la cadena. Esa criatura es el gato. Si el hombre pudiera cruzarse con el gato esto mejoraría al hombre, pero deterioraría al gato. (Mark Twain)

Saludos de otra ailuromaníaca más.



César dijo...

Queridos todos: Insisto en que me gustan los gatos, con moderación. De hecho, tuve un gato. Pero, ay, no me enamoró. Prefiero los perros; son más versátiles y más interactivos. Y, en el fondo, vosotros también los preferís. Os lo demostraré:

Imaginaos que vais por la calle, de noche, y de repente os salen al paso dos individuos de aspecto patibulario y aviesas intenciones. ¿A quién preferiríais tener al lado, a vuestro encantador minino o a un fiel rottweiler?

Imaginaos que uno de vuestros seres queridos se pierde en el bosque. ¿Quién preferiríais que os ayudara a encontrarlo, un bonito gatito o un sabueso?

Imaginaos que, Bastet no lo quiera, perdéis la vista. ¿Quién preferiríais que os guiara, un pastor belga o un gato?

Sinceramente, no se me ocurre ninguna situación en la que me parezca más necesario un gato que un perro. Y si alguien dice: "Plaga de ratas", yo respondo: "Fox Terrier (o cualquier otro perro ratonero)".

De hecho, no habéis contestado a mi pregunta: Si los gatos tuvieran el tamaño de mastines, ¿tendríais gato? Y no habéis respondido porque la respuesta es evidente: no. Porque, como dice Rickard, un gato del tamaño de un mastín es... un tigre. Y ni de coña te vas a fiar de un tigre, por bonito que sea. Porque supongo que vuestros gatos os habrán arañado alguna vez, aunque fuera por accidente... Nada de importancia, sólo un poquito de sangre... Pero si ese zarpazo pudiera arrancarte la cabeza, entonces la cosa cambiaría, ¿verdad? Es decir, adoráis a los gatos... porque físicamente, por su pequeño tamaño, no pueden mataros. Si pudieran, desconfiaríais de ellos.

Ahora bien, un perro sí que puede tener el tamaño de un mastín. Ahí están los mastines para demostrarlo. He tenido un mastín, un animal que, si hubiese querido, podría haberme despedazado con toda facilidad. Pero yo estaba absolutamente seguro de que jamás lo haría, porque entre mi perro y yo había un vínculo real, un pacto auténtico, y no esa proyección mental que hacéis con los gatos.

Porque, no nos engañemos, en el pequeño coco de un gato hay muy poca cosa. Son lienzos en blanco sobre los que proyectáis todas esas maravillas que decís. Pero en realidad sois vosotros mismos.

Aunque, naturalmente, para gustos los colores. ¿Qué te gustan más los gatos? Cojonudo. Pero el mejor amigo del Hombre es el perro. Los gatos no pasan de ser meros conocidos.

Kaplan: Gracias por avisarme del error. Y no te disculpes por hacerlo en público; no me avergüenza. El mejor escribano echa un borrón :)

Emilio dijo...

César, en Rusia hay gente que tiene gatos de los que hacen retroceder a un mastín.
http://englishrussia.com/2009/07/05/russian-pet/

Es un ocelote, un gato pescador. Hacen buenas mascotas.
Ya sé que también hay rusos que tienen osos negros por mascotas, pero no cambiemos de tema. :-)

Juan Constantin dijo...

Saludos;

En el caso de la calle solitaria y los tipos de aspecto patibulario, haces un poco de trampa. Comparar un gatito con un Rottweiler no es justo. ¿Por qué no has dado a elegir entre un Gato Montés/Lince y un Chihuahua? A ver qué elegiríamos...

Cierto que los gatos no pueden matarnos, en principio... pero los perros que nombras sí... y lo han hecho en numerosas ocasiones. Sobre todo a los niños. Noticias sobre ello se pueden encontrar fácilmente. Los perros tipo Rottweiler, Pitbull, etcétera hay que tratarlos con precaución. Pueden ser muy peligrosos. No son asesinos natos, pero no se puede negar que la constante selección que el hombre hace de ciertas razas, buscando su fiereza y agresividad los haga más peligrosos.

Juan Constantin

César dijo...

Juan Constantin: Estás haciendo trampa: un lince (lynx pardinus) o un gato montés (Lynx rufus) no son gatos domésticos (felis catus), que es de lo que estamos hablando. Y, por supuesto, una cosa buena de los perros es que puedes elegir entre gran variedad de razas.

¿Los perros matan en numerosas ocasiones? Mmmm..., vamos a comprobarlo: Según las estadísticas, en el los últimos veinte años (hasta 2015) se han producido en España 27 muertes a causa de ataques de perros. Es decir, 1'35 muertos al año. Al mismo tiempo, en España mueren, víctimas de rayos, entre diez y quince personas al año. Es decir, hay muchas más posibilidades de que te mate un rayo que de que te mate un perro. No parece un riesgo excesivo.

En cuanto a las razas caninas peligrosas, hay mucha leyenda. Es cierto que algunas razas han sido criadas para potenciar la agresividad y/o la territorialidad, pero eso no significa que esos perros sean asesinos en potencia. De hecho, de las 27 muertes, sólo una ha sido causada por una de las razas que mencionas, un rottweiler, y ninguna por un Pit Bull. Curiosamente, los perros que más muertes han causado (cinco) son los pastores alemanes. Pero si te paras a pensarlo es normal, porque esa es la raza que más se emplea para guarda y defensa. En realidad, mucho más que la raza importa el adiestramiento. Cuando decimos "perros peligrosos", en realidad deberíamos decir "amos peligrosos". Para un perro, salvo que sea salvaje o haya sido adiestrado, atacar a un ser humano es un tabú instintivo casi insuperable.

Anónimo dijo...

Cuando estuve por el Cairo escuché que había zonas donde se encontraban perros asilvestrados, pero decenas, y que solían dar batidas de caza. Y al que pillaran pobre de él.
Mazarbul