jueves, marzo 23

Escribir es mi trabajo


 
 
          Recientemente, un conocido bloguero ha publicado una entrada difundiendo enlaces de las más populares páginas dedicadas a la piratería de libros. Ha publicado eso, no porque sea un valiente Robin Hood que le quita a los pérfidos autores sus derechos para distribuirlos entre los pobres, sino para aumentar el tráfico en su blog y cobrar más por la publicidad. Lo mismo hacen las páginas pirata.

          El derecho a la propiedad intelectual fue un avance social (surgido en el siglo XVIII) que libró a los creadores de la tiranía de los mecenas y los editores+++, y de la apropiación de su obra por parte de cualquiera. Ese derecho fue posteriormente incluido en el artículo 27.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

          Quienes defienden la piratería suelen alegar que “Apoyar la cultura es compartirla”. Vale, no lo voy a negar. Pero hay que diferenciar entre “cultura” y “producto cultural”. Actualmente,  la cultura se comparte mediante la educación gratuita, las exposiciones, los museos o las bibliotecas públicas. Nada de eso daña los intereses de nadie, muy al contrario. Pero los productos culturales (libros, películas, cómics, música...) son otra cosa. Detrás de ellos hay una industria (cultural) y unos trabajadores. En el caso de los libros, están las editoriales y los autores. Pero también los editores, los traductores, los correctores, los diseñadores, los impresores, etc. Todos esos trabajadores tienen derecho a cobrar por su trabajo. En el caso de los autores, sólo cobran un porcentaje de las ventas, así que si su libro no se vende, no cobran nada (o muy poco en el caso de que haya anticipo).

          Si todo el mundo siguiera el ejemplo y la “filosofía” de los adalides de la piratería, nadie pagaría por un libro ni por ver una película. Las consecuencias son evidentes: las empresas culturales cerrarían, se perderían miles de puesto de trabajo, la mayor parte de los autores dejarían de escribir. Además, no se traducirían libros, con el brutal empobrecimiento cultural que eso conllevaría. Qué curioso eso de apoyar la cultura destruyéndola...

          De hecho, ya está ocurriendo. El 87’48 % de los contenidos consumidos el año pasado en Internet eran ilegales, lo que supone un perjuicio de 1.669 millones de euros al sector cultural. Y las cifras crecen año a año. Esto nos afecta a todos, y no solo a los creadores, pues las arcas públicas pierden anualmente, en concepto de impuestos, unos ingresos de casi 600 millones.

          Apoyar la cultura significa apoyar a los que la crean. No regalándoles nada, por supuesto; bastaría con respetar sus derechos legales. Soy escritor, ese es mi trabajo. Dedico ocho horas al día, cinco días en semana, a la creación literaria. Mi jornada es como la de cualquier otro trabajador. Porque escribir profesionalmente es un trabajo, duro y arriesgado. Algunos de mis libros han vendido muchos ejemplares, pero otras han vendido muy poquitos, hasta el punto de no compensar el esfuerzo y el tiempo dedicados. Pero lo asumo, es un riesgo que forma parte del trabajo. Jamás he pedido ninguna subvención, nada, ni un céntimo. Lo que gano es fruto de mi esfuerzo, del esfuerzo de muchas décadas, y de mi talento, sea poco o mucho. Creo, además, que mi trabajo es bonito; fomentar la lectura, hacer soñar a la gente, divertir al lector. No creo ser mala persona. Por eso, me entristece que haya gente dispuesta a arrebatarme mis derechos de autor. Pero quienes más me cabrean son aquellos que, encima, pretenden convencerme de que lo hacen por mi bien. Y una mierda; lo hacen para ganar, o ahorrarse, unas monedas. Lo hacen porque son unos mezquinos a los que, en el fondo, les importa un bledo la cultura.

29 comentarios:

Samael dijo...

bien dicho

César dijo...

Estimados amigos: hace unos años hablé sobre esto mismo y el blog se me llenó de trolls e impresentables. No pienso permitir que eso vuelva a suceder. Este no es un post de debate, sino de denuncia. Así pues, si alguien se plantea escribir un comentario en defensa de la piratería, mejor que se abstenga, porque pienso borrarlo. No recuerdo cuándo fue la última vez que eliminé un comentario. Cinco o seis años, creo. Pero cualquier opinión que esté a favor de robarle a los creadores sus derechos de autor, no sólo promueve una ilegalidad, sino que, además, va en contra de los Derechos Humanos. Y eso, en mi blog, no, ni de coña.

INES dijo...

No cambiaría ni una palabra de lo que has escrito. Bravo.

Mlopez dijo...

Estoy total y absolutamente de acuerdo. Con tu permiso, compartiré tu entrada. ;)

César dijo...

Mlopez: Por supuesto. Esta entrada puede ser compartida por cualquiera que lo desee. Para eso la he escrito.

Díaz de Tuesta dijo...

La palabra "cultura" les queda muy grande a algunos. La confunden con un "yo quiero mi ocio gratis". Nadie se pelea por conseguir que los libros escolares estén gratis en internet (que dudo que sean fáciles de encontrar), o cosas de química, de historia, de matemáticas... Lo que se quiere es que la novela X esté gratis, porque así no tengo que pagarla.
Y ya, lo que flipo hoy en día es con las páginas en las que te cobran una mensualidad por leer de todo gratis. Las encuentro cuando busco las descargas "gratis" de mis novelas, para poder ir denunciándolas en Google (empresa que no ayuda mucho, precisamente, se nota que les han forzado a tener que poner algún control). Hasta podría entender un compartir irresponsable, ente aficionados, pero no la organización de un mercado negro en el que, precisamente, el autor vuelve a ser la víctima. Como siempre.

Amparo Vázquez dijo...

¡Ay cómo disfruto con tus entradas blogueras! Esta es divina. Y como veo que nos dejas pasarla lo voy a hacer porque estoy de los "listillos" hasta la médula.
Yo ya sabes que no soy escritora; yo digo que soy escribidora porque dependo de lo que en un momento determinado me viene a la cabeza y siempre tengo que ir con una libretina y boli para que no se me escape la musa cuando le da la gana de venir.
Sí que he escrito libros, pero de texto (Lengua y Literatura castellana) y algunos para la UNESCO y ahí sí que he tenido que echarle horas y horas; pero eso no es ser escritor tal como yo lo entiendo. No obstante sí que he sufrido la piratería y es penoso ver cómo otros aprovechan lo que has discurrido y lo ponen en sus libros de texto cambiando alguna cosilla o dejándolo tal cual. ¡Con lo que cuesta encontrar textos adecuados a la hora de dar contenido decente a lo que se está tratando!
Bueno, que me enrollo y robo tu tiempo. solo decirte pues eso: que estoy contigo en el tema y que te voy a poner en mi muro. Un abrazo y gracias por aguantarme.

Jane Jubilada dijo...

Totalmente de acuerdo. Como Peter Pan y Jim Hawkins: ¡a acabar con los piratas! Son un verdadero cáncer para la cultura.

PLINIO dijo...

Totalmente de acuerdo, la propiedad no es un robo, a pesar de lo que hayan podido decir algún que otro iluminado.

Ana Alcolea dijo...

De eso intento convencer a los jóvenes en mis charlas. Ardua tarea. Abrazos siempre llenos de admiración.

Pep Bruno dijo...

Admirado César, podría suscribir cada una de las palabras de este post, muchas gracias por escribirlo. Sólo señalaría una cosa en este punto en el que dices "Actualmente, la cultura se comparte mediante la educación gratuita, las exposiciones, los museos o las bibliotecas públicas.", nada de todo esto es gratis, lo pagamos con nuestros impuestos (también nos cuesta), impuestos que, como bien dices en el post, hurtamos al piratear los contenidos (así pues doble golpe a la cultura).
Saludos cordiales

Juan H dijo...

Vaya que si estoy de acuerdo, lo de todo es gratis, no es argumento que valga,toda cultura cuesta, sea en esfuerzo, en dinero y mil cosas mas, la pirateria es , a su manera, como traficar con droga, robar, especular y una forma de corrupción y creo que delictivamente la justicia hace mucha manga ancha, todo por culpa de unos chorizos que roban tu trabajo para forrarse, te apoyo totalmente César.
Juan H.

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Apoyo la moción, por supuesto. Abajo la piratería, como el Cachorro y Batán. Porque Jim Hawkins, mucho de boquilla, pero luego vaya rollo pseudo paterno-filial que se gastaba con Long John Silver ;)
Siempre ha existido la piratería, pero la de hoy se ha visto incrementada exponencialmente por la banda ancha e Internet...

Juan Constantin

Anónimo dijo...

Los piratas son ladrones. El robo es un delito. Los más perjudicados por la piratería son los más débiles de la cadena de la industria cultural, entre ellos los autores, los creadores.
Todos pagamos por los productos fabricados por cualquier industria. Ni siquiera la cultura generada en sectores públicos es gratis, la pagamos con impuestos.
Otra cosa es la relación de los autores, los escritores por ejemplo, con las empresas editoras. Los escritores se llevan un porcentaje ínfimo del precio final de su trabajo. Generan plusvalía y beneficios para otros, cuando los hay. Y eso que sin ellos sería imposible.
Y no es cuestión menor el beneficio que sacan de la piratería las plataformas, páginas y sitios de internet que la permiten y propician.
En el fondo de todo esto está también la poca consideración que se tiene por los creadores en cualquier campo cultural, por la propia cultura que crea puestos de trabajo y genera recursos y beneficio contante y sonante. Solo hay que ver la actitud de nuestros gobiernos. Desconfían de la inteligencia y del ocio creador.
Detrás de un clic para "bajarte" un libro, un disco, hay un robo y mucho más.
Saludos.
Luis R.O.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo césar. Robar es robar. El problema es que está al alcance de la mano. En este caso robar no cuesta nada, a un golpe de clic tienes la novela de cualquiera. No tienes ni conciencia de que es un robo (en mi niñez reconozco que birlé algún que otro libro de librerías, al menos eso tenía el acojone de que te pillaran, y si no lo hacían te llevabas con complejo de culpa una temporada), que es lo peor.

Aún así (y vaya por delante que no defiendo nada, cuidado, no me borres, es una matización que no invalida el argumento NO ROBAR) no sé hasta qué punto son reales las cifras que se barajan a nivel macro. Se suelen equiparar las descargas a las pérdidas. pero dudo que alguien que se descargue, por así decir, 100 novelas, vaya a comprarlas de poder hacerlo (es más, dudo que ni se las lea, pero con que se lea una, robo es. Bueno, robo es descargar aq no lo leas). Las cifras no son equiparables en mi opinión. Por otro lado, el consumidor es consumidor, y si puede compra. Lo que sí creo que afecta al mercado de productos culturales, y más aún que la piratería (y repito: NO A LA PIRATERÍA), es la pérdida de poder económico. En mi caso era habitual comprador de comics, música, libros, ensayos, novelas, etc... La pérdida de poder adquisitivo me ha llevado a eliminar casi todo. Así de claro. ¿leo? sí, pero de bibliotecas o préstamos personales. Compro las fiestas de guardar. Pero nada más. Excepto que sea una lectura necesaria por motivos profesionales. Y creedme, como yo debe de haber bastante gente. Y esos sí eran (éramos) compradores. Y de los buenos.

Mazarbul

Anónimo dijo...

y si a todo eso sumas noticias como la de la Juan Carlos I cuyo rector es confeso de plagio y literalmente NO PASA NADA, aq a los estudiantes les sueltan filípicas desde el primer día de lo malo q es el plagio y el robo intelectual, pues ya me diréis. "Si lo hace un sr Rector, pues yo tb" dirá alguno. Predicando con el ejemplo.

Mazarbul

Miguel Valle dijo...

También me voy a arriesgar al "baneo"...

Coincido con Mazarbul en que esos datos están inflados ya que estiman un lucro cesante que muy posiblemente nunca se dé. La persona que se descarga pongamos 10.000 libros nunca, nunca jamás los va a leer todos y el perjuicio que ocasiona no será de 100.000 euros a la industria (hagamos una estimación baja a diez euros el libro).

Igualmente, se constatan diferencias notables entre el precio del mismo libro digital entre países -sin traducción de por medio-; recuerdo que el último que compré en Amazon tenía una diferencia de 3-4 euros entre Amazon.com y Amazon.es.

No hablo ya de la similitud de precios entre versiones digitales y versiones en papel, cuando los costes de producción no son similares, ni de versiones oficiales en digital peores que versiones ilegales -con horror, al comprar un libro digital he constatado una maquetación pobre, pobrísima, y al bucear en lugares prohibidos la he encontrado mucho mejor (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra-.

El modelo de negocio está cambiando y debemos ser conscientes, poner puertas al campo no va a conducir a nada -no voy a citar unos cuantos artículos académicos que cuestionan el papel de los derechos de propiedad, no sólo industrial sino intelectual, que los hay, por ejemplo, echad un ojo a los libros (gratuitos) de Michele Boldrin-.

Conseguir este cambio de modelo es responsabilidad de todos y aquí entra el primer concepto que debemos tener en cuenta: cuando te apropias de algo ajeno sin pagar nada a cambio, estás robando. Eso es impepinable.

Lo triste es que culturalmente no entendemos lo que tan claramente afirma César (casi me sale el don, por la seriedad del tema), aunque discrepe(mos) en la cuantificación.

Lo triste es que nos hemos acostumbrado a lo fácil y "gratuito" que ni siquiera somos capaces de pasar por caja en modelos de negocio -por ejemplo, gente que se publica en Amazon en digital- en los que sabemos que la recompensa es mucho mayor para el creador.

Es triste oír a un compañero, escritor aficionado, que publica a 1-3 euros en Amazon que ha visto copias ilegales de su trabajo. ¡Por San Eustaquio!, qué es un euro... o tres.

Es triste que la gente prefiera ver una copia horrísona del último estreno antes de ir al cine a verla -también es triste que muchas salas prefieran estar vacías entre semana antes que proponer precios especiales, especiales de verdad-

No vale (sólo) con criminalizar al pirata.

No vale (sólo) autojustificarse diciendo que la cultura es de todos y que su acceso es caro.

Hay que ser hacernos conscientes de que nuestras acciones (piratear/robar) tienen consecuencias, hay que educar(nos) en que la cultura/el ocio tiene un valor y, por tanto, un precio.

Pero también hay que buscar modelos adaptados a los tiempos actuales y ofrecer alternativas para que todos.

No sé si esto se entenderá como un alegato a favor o en contra, o una "confortable" posición equidistante. No estoy seguro.

Simplemente, sin menospreciar (me libren los dioses de ello) el trabajo de personas a las que admiro por su labor creativa, por su dedicación profesional, con el riesgo que ello conlleva, a entretenernos y hacernos un poquito más sabios, he querido añadir algunas consideraciones.

Saludos

Miguel

César dijo...

Yolanda Díaz: Es lo que pretendo decir: no quieren cultura gratis (que ya existe); quieren productos culturales gratuitos.

Amparo Vázquez: El problema es que los "listillos" ahora quieren disfrazarse de revolucionarios. El egoísmo siempre encuentra excusas.

Pep Bruno: Tienes toda la razón. Esos adalides de la cultura gratuita se olvidan de que nada es gratis, y mucho menos los productos culturales. Si te sale gratis es que le estás robando a alguien.

Juan Hache: Exacto.

Juan Constantin: Es que lo de la "cultura" es solo un pretexto. Como dijo no sé quién, si el jamón serrano pudiera digitalizarse, piratearían jamón serrano.

Luis RO: Sobre la relación autor-editorial se habla mucho, por lo general con cierto desconocimiento. Sobre el precio (menos IVA) de un libro físico, el autor se lleva el 10% de las ventas. El coste de producción del libro oscila entre el 25% y el 30%. La distribución y el punto de venta se llevan entre el 50% y el 60%. Lo que queda es el beneficio de la editorial. Tampoco es tanto, ¿verdad?

Mazarbul: ¿Pero cómo te voy a borrar, si tú eres un miembro de Babel del grado 33? ¡Soberano Gran Inspector General de la Orden, nada menos! Dicho lo cual, estoy de acuerdo contigo: cada descarga ilegal no equivale a una venta perdida. Lo que pasa es que resulta imposible saber cuántas descargas se usan (se leen) y cuántas no, así que, como referencia, no queda más remedio que basarse en las cifras brutas.

Y por supuesto que la crisis ha sido peor para las ventas que la piratería. No obstante, conviene recordar que la piratería de música se desató en plena bonanza.

Miguel Valle: Lo mismo te digo: no podría borrarte a ti, que eres... me parece que Mazarbul es un merodeador más antiguo que tú... así que eres un grado 32 de Babel (Sublime Príncipe del Real Secreto). Sobre lo que dices, me limitaré a comentar dos cosas:

Ese cambio de modelo de negocio que comentas, lo vengo oyendo desde hace muchos años, cuando los libros electrónicos parecían imparables (aunque, después de tanto tiempo, hoy por hoy sólo tienen una cuota del 3%). Pero todavía estoy por saber cuál es, entonces, el nuevo modelo. Nadie lo sabe o nadie lo dice.

Una frase que detesto es "No se le pueden poner puertas al campo". ¡Mentira! Claro que se puede. ¿Sabes cómo se llama un campo con puertas?: CIUDAD. El paradigma de la civilización.

Miguel Valle dijo...

César tengo un mal vicio que es la parada respuesta, supongo que por mi afición esgrimística, :))

Pero antes de tirarme a fondo, con el riesgo de quedarme corto y que me lleve un merecidísimo contraataque, agradezco la condecoración, que guardaré con muchísimo cariño.

Ahora, como decía Jack, vayamos por partes.

No termino de ver el modelo a demanda tipo Netflix o HBO funcionando igual en el mundo del libro digital, si bien Amazon tiene algo parecido permitiéndote una tarifa plana de lectura (lo cual no me parece mal sobre el papel).

Pero si el sector musical y el audiovisual están transformándose, tiene que haber algún modelo válido para el libro. Tampoco tengo claro cuál y no creo que la solución sea pasar directamente del editor, si este es uno bueno. El papel de los buenos editores me parece fundamental, algo así como el buen productor del Hollywood clásico: alguien con gusto, conocimiento y amor por los libros.

Sigo y para lo que viene a continuación toco de oído (¿hay equivalente a dos pies izquierdos para esta expresión? mmm), es decir, es una opinión basada en algunas conversaciones con profesionales (pocas) y mucha reflexión de diletante.

Lo que sí vengo observando en la industria del libro es el deseo de replicar el mismo modelo que en papel, sólo así se explican ediciones simultáneas en libro físico y digital con apenas unos euros de diferencia, cuando quizás el formato digital tendría que ser un sustituto del libro de bolsillo, que llega cuando acaba la "novedad" del libro y se busca optimizar por volumen y no por precio (me refiero a la política del best-seller, otra cosa son las editoriales pequeñas).

Con esto me refería a "poner puertas al campo" (ahora voy con la civilización, en un rato).

Los modelos de negocio no pueden subsistir eternamente, no lo hizo el mecenazgo para los creadores del pasado, fue desplazado por los derechos de propiedad y el consumo de masas -sin él, hubiera sido imposible convertirse en profesional creativo, sospecho- y parece que el modelo actual está llamado a reconvertirse.

¿Quizás volver a un mecenazgo popular vía crowfunding? No termino de verlo porque dudo de su capacidad para sostener a profesionales a largo plazo, supondría un retorno del amateurismo... y con la gente que se considera capaz de escribir... ejem. Sería complejo desgranar la paja.

Pero es que estamos inmersos en una revolución intangible imparable (bueno, eso si nuestros primos desfavorecidos allende el mundo cómodo de occidente no opinan otra cosa). Nuestra sociedad se va digitalizando progresivamente, cada vez lo físico tiene menos peso, nos centramos en el uso (no en la posesión), en el disfrute, en la experiencia, y todo ello a una velocidad imparable, con una ansiedad de novedad sin precedentes. Y aunque ciertos elementos (disfrute, experiencia) son totalmente compatibles con el libro físico, por Ford (John, claro), qué placer da un libro en buen papel, bien editado. Otros elementos fundamentales de esta nueva sociedad no lo son tanto (espacio, el primero).

De ahí que vea difícil que perviva el mismo modelo que conocemos hasta ahora.

Me he enrollado mucho...pero (continúo)

Miguel Valle dijo...

Sigo... (perdonadme)


Y termino con la expresión desafortunada, las puertas al campo. Me descubro ante el ingenio de César. Prometo usar tu expresión, con reconocimiento posterior, por supuesto, cuando alguien se escude en ella para abogar por el libertinaje, ya sea cultural o de cualquier otro tipo.

La civilización supondrá llegar a una síntesis entre todos, de ahí que hablara de educación y concienciación en mi anterior intervención. Está claro que hay que compensar al creador, lo triste es que os quede tan poco.

De ahí que hablara de un compromiso entre creadores y disfrutadores (nada de consumidores), entre industria y consumidores (ahora sí). No sé, posiblemente con menores márgenes para los intermediadores, posiblemente con una reconversión y, lamentablemente, destrucción de algunas profesiones que quedarán reducidas a artesanos para ediciones de lujo o cortas series más accesibles. Es posible que este sea el escenario. No lo sé.

Lo que sí sé -confío al menos en ello- es que el ser humano siempre necesitará contadores de historias, personas que nos hagan soñar con otros mundos, con otras mujeres, otros hombres, todos ellos mejores que nosotros (o más malvados), que nos permitan congraciarnos con lo mejor y lo peor del ser humano, que nos hagan reflexionar y, en definitiva, nos saquen tan solo por un momento de nuestra rutina de 9 a 6.

Así que algún modelo de convivencia y compensación encontraremos.

Un saludo

Miguel, Sublime Príncipe del Real Secreto.

José Antonio dijo...

De antemano quiero decir que todo aquel que no considere la piratería = robar se está engañando a si mismo por pura necesidad de sentirse mejor. Es robar y eso está más claro que el agua. Y es también quitar valor al trabajo de muchas personas, desde los creadores hasta el tendero pasando por todos los de en medio.

Dicho esto quiero dejar mi granito de arena en este tema, aunque quizás sea mi aportación un poco off-topic pero algo sí que creo que está relacionado, y es que de un tiempo a esta parte, en los últimos 5-10 años sobre todo, he visto un resurgir de editoriales de libros, digamos "especiales".

Me refiero a editoriales como Nevsky, o Zorro Rojo, la primera especializada en literatura rusa y la segunda en libros ilustrados muy molones. Hay otras que me dejo que están haciendo un trabajo muy chulo e importante. Son editoriales con un público más especializado y que busca cosas diferentes, y venden su libro más caros que, digamos, Planeta o Random House.

¿Podría ser, es mi hipótesis, que un cierto sector de lectores que consumen muy variada literatura - como César ha puesto alguna vez en el blog, a veces gusta alimentarse de huevos fritos con patatas, a veces una ligera ensalada, otras veces nos gusta el bogavante literario - hayan dejado de pagar por consumir libros de bolsillo y ediciones chusqueras, y por lo que cuestan 5 best-sellers de Stephen King y Clive Cussler, se compren ahora una magnífica edición ilustrada de La Guerra de los Mundos o un compendio de ciencia ficción rusa de la era pre-soviética? O, por otro lado, que en vez de dar tu dinero para comprarte el último libro de Nora Roberts o James Patterson que están absolutamente forrados, prefieran descargar eso y poner el dinero en comprar libros de autores patrios y que te caen mejor.

Y sobre a dónde tiene que ir el mundo editorial, pues no lo sé, yo solo pido una cosa: que con el libro físico te venga una versión digital incluida (protegida con DRM si es necesario) porque la última vez que tuve que leer un tocho de fantasía me dejé los brazos en el intento (y una ceja, es lo que tiene leer en la cama y que se te caigan 1200 páginas encima).

Soy plenamente consciente que mi tesis creo que se aplicaría a un porcentaje ínfimo de la población lectora y además que estoy siendo muy reductista con mi razonamiento, pero es algo de lo que he visto casos muy concretos. Gente conocida (yo incluído) que ha cambiado sus patrones de compra y lectura a raíz de disponer de libros gratis y/o muy baratos.

¡Ah! ¡Un último apunte! Como plataforma digital que considero bastante molona y justa uso Lektu, en ella tienes obras a muy buen precio, de todo tipo de escritores (noveles y consagrados) tienen un catálogo muy consagrado y hacen cosas como comprar libros por "bundles" en el cual te pillas unos 6 libros y pagas un precio social (lo que quieras). Y si leéis en inglés, Humble Bundle pone cada 2-3 semanas un lote de libros por el precio que consideréis justo pagar. Así me he pillado yo un lote de rarezas de Neil Gaiman al que tengo que hincar el diente algún día.

Ya está siento si he sido un pesado o sueno muy defensor de los piratas. Yo tampoco estoy libre de pecado, pero ya me estoy quitando de estas tonterías y recurro sobre todo a los bundles de los que acabo de hablar, a préstamos o bibliotecas, a ediciones digitales a buen precio, a librerías pequeñas o de viejo, a libros hechos con crowdfunding, y a poner mi dinero en los bolsillos de aquellos creadores que me interesan más y quiero que sigan creando.

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Con el argumento de que descargar los libros de James Patterson no les perjudica porque está forrado ¿damos pie a robar en las tiendas de Zara porque Amancio Ortega no lo va a notar? ¿Y qué hay de los trabajadores? ¿No lo notarán ellos, los de Zara y los de las editoriales que publican a James Patterson?
Quien crea que si sólo descarga obras de autores millonarios, y compra las de los desconocidos es un Robin Hood digital se autoengaña sólo por sentirse bien.
Robar es robar, tanto a los ricos como a los menos ricos, aunque sea más perjudicial para estos últimos.

Juan Constantin

José Antonio dijo...

Hola Juan,

Soy ahora consciente de eso que comentas, no lo era antes, y es algo que me ha pasado a raíz de dejar de ser un estudiante (con pocos recursos pero los suficientes si me administraba bien) a ser un trabajador (con pocos recursos pero que es capaz de valorar el trabajo que conlleva hacer cualquier cosa). Por mi parte ahora soy capaz de ver que el defender una cultura libre y defender a los trabajadores y sus derechos, tiene que hacerse mediante un rechazo a la piratería que sea total. Hace 6-7 años no pensaba así y me parecía totalmente lógico que si tengo X euros para libros y me apetece leer durante el año libros por coste de X+Y, compro X y descargo Y (y me quedaba tan ancho). Ahora veo que para defender a creadores y trabajadores hay que comprar, no hay otra. Pero es que los chavales de 20 y pocos podemos ser mu tontos.

También me di cuenta que lo que solía descargar eran libros que no valoraba - con el tiempo me he dado cuenta que no los valoraba porque no me gustaban realmente. Siguendo un poco tu ejemplo de la moda de Inditex: no me gusta su ética empresarial de renovar todas las prendas cada semana, es crear una demanda mediante sobreexposición de oferta, es poco ético y poco sostenible, sin entrar en sus modelos de producción y en derechos laborales y humanos. No compro en tiendas de ese grupo porque, por suerte para mi, puedo permitirme no hacerlo. Pues con los libros me pasa parecido. Compro otro tipo de libros y por otros medios (he probado scribd, lektu, audible, por ejemplo, plataformas de crowdfunding, y libros comprados en bundles).

¡Un saludo!

Juan Constantin dijo...

Saludos José Antonio:

Todos hemos tenido 20 años, todos hemos sido un poco (o un mucho) tontos.

Creo que la mayoría no somos conscientes de robar cuando hemos descargado, más que nada porque no obtenemos un objeto físico que si fuera robado no podría venderse, mientras que una descarga no impide su futura venta...

Juan constantin

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Y claro, eso también lleva a descargar más obras de las que realmente te apetezca (o puedas) ver, leer o escuchar. No se valora en su justa medida la obra, ni, por supuesto, al autor.

Juan Constantin

Unknown dijo...

Querido César:

He de confesar que no sigo tu blog y te he encontrado más bien guiado por la desesperación generada por la falta de respuesta por parte de la editorial que, creo, es ahora mismo la propietaria de los derechos de la obra de tu padre.

Me gustaría poder avanzar en un proyecto que tengo con uno de los cuentecitos de la Editorial Molino, pero para eso hacen falta una serie de permisos que dependen de los propietarios de dichos derechos, eminentemente.

Te agradecería que te pusieras en contacto conmigo, si no te importa, en alguna, o las dos, de estas direcciones: luisturyn@gmail.com o info@cuartetononame.es, para pasarte al menos el mismo e-mail que he enviado a la editorial actual a través de varios medios para ver si crees que podría ser de interés.

El León Cobarde merece ser recordado y tener una larga trayectoria aún en la vida de los niños de este país.

Mil gracias por tu atención, sea como sea.

Luis Turina.

Anónimo dijo...

Estimado César:

Tienes mucha razón, desde luego.

No obstante, también es cierto que hay un abuso manifiesto por parte de las editoriales.

Editar un libro digital no gasta papel, no gasta tinta, no supone inversión en maquinaria impresora a amortizar, no tiene gastos de transporte y distribución, etc... y lo venden casi al mismo precio que el libro en papel.

Incluso la conexión a internet para descargar el libro la paga el comprador.

El sistema del DRM es engorroso y descabellado.

Nos están tomando el pelo como quieren en un montón de aspectos de la vida y no hay más remedio que aguantarse. ¿Va a aguantar la gente un abuso más teniendo la sartén por el mango?

Yo compro libros digitales siempre que sean sin DRM y a precios razonables (aunque parezca mentira, ya va habiendo oferta). También descargo de bibliotecas públicas legalmente. En Andalucía funcionan muy bien.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo.
No sé si se permite hablar de páginas de ventas de libros.
Si no está permitido, te ruego que me disculpes y borra el mensaje.
Por ejemplo, compro libros en sacodehuesos.com.
Si el libro en papel está a 12 euros, en formato digital está a 4 euros. Y sin DRM.
Algunos libros se pueden descargar gratuitamente en formato digital.
Aprovecho la ocasión para felicitarte efusivamente. Leí ya hace muchos años "El Círculo de Jericó". Me gustaron muchísimo los cuentos. Recuerdo varios de ellos pero, sobre todo, el de "El rebaño". Es precioso y triste a la vez.
Después leí "Las lágrimas de Shiva", compré dos ejemplares más y se los regalé a mi hija y a mi hermana.
Por favor, sigue escribiendo muchos años más.

César dijo...

Anónimo de las 11:09: Me alego de que te guste lo que escribo. Gracias por decírmelo.