sábado, mayo 13
Poema ciclista de J. M. M. opus nº 5
Podio
De José María Moreno
Gente bronca y alegre en la avenida.
Ha acabado la etapa y cae la noche:
farolillos, banderas, luz, derrroche
de música, de fuegos, de bebida.
Jalabert en el podio. Se remueve
la multitud, la música se aleja.
(Y yo, cansado y sucio, ante tu reja,
como un galán del siglo XIX).
Cruza, lenta, una blatta americana
encantadora (y algo ventajista:
segura de su sexy), a su agujero.
Estás preciosa y blanca en tu ventana,
pero (¡este absurdo traje de ciclista!)
no me atrevo a decirte que te quiero.
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7 comentarios:
Esta frase me ha encantado: (Y yo, cansado y sucio, ante tu reja,
como un galán del siglo XIX).
Este chico me gusta cada vez más...
Qué bueno.
¿Seguro que César no nos está tomando el pelo y es él en realidad el verdadero autor, pero le da corte decirlo? Hummmm...
Llamero: ojalá fuera capaz de escribir un soneto la mitad de bueno que éste :'(
No; lamentablemente, yo no soy el autor. Estos poemas pertenecen a quien digo que pertenecen: José María Moreno Castro.
A mí también, amigos míos, me encanta este poema. Es mi segundo favorito. El mejor, en mi opinión: el 6º y último. Ya me contaréis.
A mí me ha llegado lo de "Estás preciosa y blanca en tu ventana,
pero (¡este absurdo traje de ciclista!)no me atrevo a decirte que te quiero".
¿Son o no son absurdos los trajes de ciclista?... ¿y los de oficinista de 9 a 17?... :P
Hola César:
Una muy buena amiga me dio a conocer tu página y desde entonces la visito habitualmente. Me gusta mucho. También voy a leer tus libros.
Te envío una crítica a un libro que tu comentaste en "La tormenta en un vaso". Se trata de "Zigzag".
La última novela de José Carlos Somoza, "Zigzag", es una de esas obras de narración impecable, que te atrapa desde las primeras páginas y no te deja hasta el final. Mantiene en todo momento el ritmo, y la expectiva por lo que vendrá está siempre presente. Acción e intriga. Entretenida, amena y de fácil lectura. Sin largas digresiones soporíferas que sirven de relleno para llenar hojas y hojas, y conseguir que el libro tenga el grosor aceptado, como podemos observar que le ocurre a muchas novelas cuando a su autor le falla el genio creador. Y esto, a pesar de que Somoza hace una incursión en el mundo de la física teórica, materia extraña y de muy difícil comprensión para el profano. Tiene, por lo tanto, todos los ingredientes para convertirse en un éxito.
Pero, ¿qué conclusión podemos sacar de esas quinientas y pico páginas?. ¿Qué nos dice Somoza a través de la historia que narra?.
El mal, el mal absoluto, se desata devastador cuando se accede al conocimiento. Ese saber, que debería quedar oculto, prohibido, silencioso, se vuelve contra aquellos que hurgan en sus entrañas e intentan desvelarlo. El viejo asunto bíblico del pecado original. Eva come el fruto del árbol prohibido, del árbol de la sabiduría. Adán también lo prueba y la humanidad entera pierde el Paraíso. A Ícaro, asimismo, se le derritieron sus alas de cera por acercarse demasiado al sol.
En la novela el mal se manifiesta de forma diferente en el hombre y en la mujer. Adjudica a ésta fantasías de índole sexual masoquista cuando está bajo su influjo. Se visten las mujeres con ropa interior insinuante, que nunca se pondrían por iniciativa propia (no sé por qué, con lo bonita y agradable que es esa ropa, pero claro es de puta), cuando "él" (¿el diablo?) se presenta. De nuevo la identificación del sexo con el mal. Y la mujer, icono sexual por excelencia, por lo tanto, malvada.
Los hombres, en cambio, se entregan a ensoñaciones de destrucción, violencia y dominación cuando los visita el maligno.
Un personaje tiene una experiencia traumática de celos, provocada por una mujer, que es el origen de la catástrofe que sobreviene mucho después. Sexo=mal=mujer.
El deseo de conocer, de saber, de alcanzar la verdad, unido al sexo produce una combinación explosiva que nos lleva al desastre.
Me parece que algo se eso ya nos lo habían contado.
Best regards from NY! Albuquerque hiking
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