viernes, febrero 11

Leyendas urbanas

Hoy he recibido un e-mail, supuestamente enviado por el presidente de la Asociación de Comerciantes de Aravaca (el pueblo-barrio donde vivo), que reproduce un supuesto comunicado de la Asesora del Concejal Presidente de Aravaca-Moncloa. El motivo del mensaje es advertir de lo siguiente:


Si Ud. conduce de noche y ve un vehículo que no traiga las luces encendidas ¡NO LE HAGA CAMBIO DE LUCES PARA AVISARLE QUE LAS SUYAS ESTÁN APAGADAS! Esto es un "JUEGO DE INICIACIÓN" de una Pandilla que se hace llamar 'SANGRE' (banda latina-rumana). El juego consiste en lo siguiente: El nuevo aspirante a ser miembro de esta Pandilla, tiene que conducir su vehículo con las luces apagadas y el primer vehículo que le haga cambio de luces para avisarle que tienen las luces apagadas se convierte en "su objetivo". El próximo paso es dar la vuelta y perseguir al vehículo que le hizo el cambio de luces para avisarle que las suyas estaban apagadas, y AGREDIR, SACAR DE LA CARRETERA INCLUSO MATAR A TODOS LOS OCUPANTES SI HAY RESISTENCIA, para poder ser aceptados en la Pandilla (...)”.

El mensaje apesta a pufo, sobre todo por el uso enfático de las mayúsculas y por lo absurdo de notificar algo tan grave de ese modo, así que investigué un poco en Internet y descubrí que, en efecto, se trata de una vieja leyenda urbana. Al parecer, la historia surgió en Estados Unidos hará unos 25 años; incluso aparece en una película del 98, Urban Legend. Luego saltó a Latinoamérica y hace unos siete u ocho años llegó a España. Así que ni rituales de iniciación, ni pandilleros psicópatas, ni na de na.

Es curioso eso de las leyendas urbanas. Creo que la primera que oí, siendo un chaval, fue todo un clásico: la chica de la curva. Luego llegaron muchas otras, pero todas tenían rasgos en común. En primer lugar, quienes las cuentan aseguran que son ciertas. En segundo lugar, a quien la cuenta siempre se la contó un amigo del protagonista de la historia. Es decir, es un relato diferido, pero no demasiado, para mayor verosimilitud. En tercer lugar, suelen tratar sobre sucesos macabros y sorprendentes (por ejemplo, el cadáver de un buceador que aparece encima de un pino en medio de un incendio forestal). Otra constante es que, desde siempre, esas historias han viajado a toda velocidad, saltando de un continente a otro y adaptándose a cada entorno cultural. En ese sentido se parecen mucho a los chistes, sólo que estos no pretenden narrar hechos reales.

Si nos paramos a pensarlo, se trata de literatura oral. La literatura surgió cuando grupos de gañanes prehistóricos se reunían en torno a una hoguera para contar emocionantes historias de caza y de guerra, pretendidamente reales, pero tan maquilladas de fantasía que acababan siendo pura ficción. De hecho, la literatura occidental suele narrarse en pasado, cuando lo lógico sería en presente (pues los hechos acontecen conforme se lee); esto se debe a que, en un principio, las historias que se contaban pretendían ser auténticas, y por tanto pertenecientes al pasado.

En realidad, a lo que más se parecen las leyendas urbanas es a los cuentos tradicionales. Estos se narraban oralmente de generación en generación (saltando de continente a continente), solían ser muy macabros y siempre contenían alguna enseñanza sobre los peligros de la vida. Por ejemplo, todos hemos oído la historia de la pareja que tiene un bebé y contrata a una sirvienta para que lo cuide mientras ellos trabajan. La sirvienta adora al bebé y siempre está diciendo “Pero que niño más rico; es para comérselo”. Una noche, la pareja regresa a casa y se encuentra al bebé asado en el horno y a la sirvienta comiéndose un muslito. ¿No os recuerda eso a la bruja de Hansel y Gretel? Sustituyamos el bosque por la ciudad; los lobos son, por ejemplo, los tremebundos pandilleros latino-rumanos de Sangre, la santa compaña es la chica de la curva y el ogro cualquier psicópata que pulule por ahí.

Muchos cuentos advierten de forma simbólica acerca de los peligros del sexo. Caperucita roja le dice a las niñas que tengan cuidado con los hombres (los lobos), pues si se fían de los desconocidos pueden acabar mirando a Cuenca. La gota de sangre que brota del dedo de la Bella durmiente cuando se pincha con la aguja de la rueca es una metáfora de la sangre menstrual (que trae una maldición). Pues bien, ¿qué me decís del tipo que se va a Río de Janeiro, se liga a una mulata, se tira toda la noche follando en el hotel y a la mañana siguiente, cuando se despierta, ve que está solo y encuentra en el espejo del baño un texto pintado con rouge: “Bienvenido al club del sida”? O esa otra historia del tío que se va a un país del este, liga con una tía buenísima, se la lleva al hotel, toman unas copas... y el pobre hombre se despierta al cabo de unas horas metido en una bañera llena de hielo, con una cicatriz en un costado y sin un riñón. El sexo es peligroso, niños y niñas; cuidadito con lo que hacéis.

En cualquier caso, las leyendas urbanas exceden el campo de acción de los cuentos y pueden acabar por convertirse en mitología, como ocurre con las historias de abducidos por los OVNIS. Y ahora, con el advenimiento de Internet, la cosa va más lejos todavía. Porque de repente la literatura oral de las leyendas urbanas se ha convertido en literatura escrita, como prueba el e-mail de los pandilleros. Horrible literatura escrita, es cierto; espantosa, torpe e ingenua. Pero ahí está, multiplicándose y pululando por los electrónicos corredores de la Red.

Se da la casualidad de que, mientras escribía esta entrada, mi hermano, Big Brother, me ha reenviado (en cachondeo) otro e-mail que había recibido. Dice así:

VICERRECTORADO Y SERVICIOS GENERALES UNIDAD DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Camino del Pozuelo s/n, 16071 Cuenca.
Investigadores de la Universidad de Princeton han descubierto algo aterrador. Durante varios meses estuvieron alimentando a dos grupos de ratones, un grupo con comida guardada en una nevera, y al otro con comida guardada en una nevera pero con varios imanes decorativos pegados en su puerta. El objeto del estudio era ver cómo afectaban las radiaciones electromagnéticas de los imanes en los alimentos. Sorprendentemente y tras rigurosos estudios clínicos, constataron que el grupo de ratones que consumieron la comida irradiada por los imanes tenía un 87% más de probabilidades de contraer cáncer que del otro grupo. Los imanes adheridos a cualquier aparato (electrodoméstico) conectado a la corriente eléctrica aumenta el consumo ?gasto- eléctrico de dicho aparato, por aumentar la fuerza electromagnética del campo eléctrico de dicho aparato. PASAD ESTA INFORMACION A TODOS LOS QUE CONOZCAIS POR FAVOR. Todos tenemos algún imán en la nevera, como elemento decorativo, sin que hasta ahora se sospechara que fueran perjudiciales. PERO SON LETALES. Es peligroso jugar con las fuerzas de la naturaleza y con las energías. Si tenéis algún imán, quitadlo rápidamente y ponedlo lejos de cualquier alimento. Inexplicablemente el Gobierno no ha dado ningún mensaje de aviso, pero gracias a Internet y la buena voluntad de todos, podemos ayudarnos mutuamente. Gracias”.

Una chorrada de tomo y lomo, desde luego. Parece una leyenda urbana (fijaos en las mayúsculas), pero en realidad no lo es. En el fondo, las leyendas urbanas son inofensivas; una muestra del folclore contemporáneo. Buscan, sobre todo, la diversión; son anécdotas destinadas a amenizar las veladas. Pero la estupidez de los imanes es otra cosa muy distinta: es pura y dura desinformación. Una bobada en este caso, es cierto; pero en muchos otros casos esa desinformación puede ser peligrosa.

El problema es que ahora, con Internet, las leyendas urbanas y las falsas informaciones no sólo se transmiten con inusitada rapidez, sino que conviven en el mismo entorno con las informaciones verídicas. ¿Cómo diferenciar lo uno de lo otro? ¿Por las mayúsculas? Vale, reconozco que encontré en la propia Red textos que demostraban la falsedad de la historia de los pandilleros latino-rumanos, pero mientras buscaba encontré también otros muchos textos que juraban y perjuraban su autenticidad.

Y es que en Internet las verdades viajan a la velocidad de la luz. Pero las mentiras también.

9 comentarios:

Caliope dijo...

Hola Cesar, casualidades de la vida que ayer mismo hablaba de esto con unos compañeros, pero enfocado a las leyendas urbanas sobre los extraterrestres y las huellas en los maizales. Mucha gente se cree todo lo que cuentan y hay que tener cuidado que las palabras de boca en boca se van distorsionando hasta no ser la realidad del hecho, de igual modo, las invenciones ocurrentes y llamativas son las que mejor viajan por internet.

Te saluda, la chica de la curva prima del buzo que apareció encima de un pino; que por cierto ESTA VIVO. (cuidado con las mayusculas). jaja

Princesa Ono dijo...

Yo he recibido por internet un mail q decía q la margarina la hacían con productos q provenían de la gasolina y q era muy tóxica, sobre todo al calentarla!!
Y la mejor leyenda urbana la de /
"Sorpresa sorpresa": la de Ricky Martin, la chica,el perro y la mermelada!!!

Jean Reno dijo...

Hay un libro muy curioso, con vocación de ser exhaustivo (aunque esto sea imposible) que se llama "El fabuloso libro de las leyendas urbanas (vol I): demasiado bueno para ser cierto"
de Jan Harold Brunvand.

Hace lo mismo que tú has hecho con la historia de los "latino-rumanos" motorizados: rastrear la leyenda en el tiempo y en el espacio. Lo cierto es que está muy bien. También hay un volumen 2 que no he leído.

En cuanto al tema en sí, mi opinión es que a los seres humanos nos encanta fabular. Y si sirve para meter miedo a las gentes que se lo creen todo (que son muuuchas) pues mejor.

Creo que tendríamos que inventarnos alguna leyenda urbana para luego ir viendo el impacto y la repercusión que tiene. Lo mismo destronamos a la chica de la curva. ¿Cómo lo ves?

Un abrazo.

Big Brother dijo...

Última leyenda urbana:
Tengo frente a mí la última novela de César que todavía no se ha distribuido. Privilegios de la hermandad. Tiene un excelente aspecto, está estupendamente ilustrada y, o mucho me equivoco. o voy a pasar un rato excelente leyéndola.
Y, claro, no es una leyenda urbana sino una envidiable -por el resto de los blogistas- realidad.

Helmanticae Maria dijo...

Las LEYENDAS URBANAS de la modernidad son una copia de los MITOS o la MITOLOGÍA GRECORROMANA.

Muy divertida tu entrada, gracias por la sonrisa.

Por favor, estoy ansiosa de leer algo de tu próximo libro. No me dejes con el mono, que ya he podido superar el del tabaco.

Un abrazo

César dijo...

Caliope: Hombre, después de oir hablar tanto de ella, ya tenía ganas de conocer a la famosa chica de la curva. Oye, ¿no es un poco coñazo pasarte toda la eternidad haciendo auto-stop? ¿No sería mejor ir en tren? :)

Princesa Ono: Ricky Martin, el perro y la mermelada, Ana Obregón y sus pechos desinflados, Richard Gere y el jergo... La gente famosa es pasto de las leyendas urbanas.

Jean Reno: Ante todo, amigo mío, felicitarte. El otro día, tu padre me contó que te habías casado, así que a ti y a la señora Reno os deseo toda la felicidad del mundo y que tengáis hijos tarde.

En cuanto a lo de inventar una leyenda urbana, propagarla y esperar a ver qué pasa, lo he pensado mil veces. Algún día lo haré.

Big Brother: tómate lo que quieras, hermano.

Helmanticae Maria: No todas las leyendas urbanas son mitología. De hecho, creo que las que más mitos han creado son las relacionados con visitantes extraterrestres. De mi próximo libro hablaré dentro de muy poco, no te preocupes.

Anónimo dijo...

una cosa parecida ocurrió hace un año o dos. Recibí un correo con imágenes de un national geographic (oct-de 2009 creo) en el que se destapa en primicia que Stonhenge era un bulo creado a principio del siglo XX por una serie de académicos ingleses. Salen fotos, textos, etc...todo realizado de una forma magistral, vamos, que después de leer el mensaje, me puse a buscar en internet el número para pedirlo por correo.. pero no aparecía, ese número de oct era otro...se lo comento a un amigo, que me contó la historia: al parecer un conocido y serio - es cierto - bloguero que escribe sobre ciencia, le dio por hacer una inocentada para el 28 de diciembre...e hizo un montaje cojonudo sobre una supuesta primicia que destapaba que stonhenge era mentira...y lo puso en su blog, y luego lo quitó...el tema fue que tenía tanto realismo que empezó a expandirse por internet y un año después rulaba todavía, pero encima, según comentó el chico en su blog, los de national geographic le pusieron una denuncia por difamación, y tuvo que buscarse un abogado y escribir cartas de disculpas por algo que no tenía intención malsana...el tema era que se había descontrolado la información...finalmente publicó que los de NG terminaron por creérselo y dejarlo tranquilo.
Mazarbul

Juan dijo...

Hola

Interesante artículo.

Los anglosajones llaman a estas historias Foaf tales, historias del amigo de un amigo, porque casi siempre le han pasado al amigo de un amigo.

Un saludo.

Juan.

Sally dijo...

Las leyendas urbanas alimentan la comunicación social porque crean temas de debate comunes. Y, además, son muy divertidas. Hay un libro que se titula precisamente "Leyendas urbanas" que reúnes las más recurrentes de cada país y algunas de sus variantes.
Un saludo