viernes, abril 26

Peras, manzanas y frutas de la pasión


La pasada Semana Santa, cuando Pepa y yo fuimos a París para ver a nuestro hijo Pablo, sucedió algo que me dejó un tanto confuso. Veréis, habíamos quedado una mañana con Pablo en Trocadero, una plaza cercana a su casa. Por si no lo recordáis, Trocadero es una de las plazas más famosas de París, sobre todo porque desde allí se tiene una vista realmente espectacular de la Torre Eiffel. Pues bien, estábamos en Trocadero Pepa y yo esperando a nuestro hijo, cuando de pronto advertimos que de la cercana boca de Metro no paraba de salir gente con banderitas y pequeñas pancartas. En las banderitas se veía un dibujo esquemático con las siluetas de un hombre, una mujer y un niño, todos cogidos de la mano, algo que al principio no supe interpretar. Pero luego vi los eslóganes que aparecían en las pancartas: “1 PÈRE + 1MÈRE c’est ÉLÉMENTAIRE”. “NON AU ‘MARIAGE’ HOMOSEXUEL”, “LA FAMILLE C’EST SACRÉ!”.

Era el comienzo de una manifestación contra la ley de matrimonios homosexuales. Llegó Pablo y nos fuimos de allí; horas después supimos que la manifestación era enorme; tanto, que había cortado todos los accesos al barrio de Trocadero, que es donde estaba nuestro hotel, así que no pudimos volver allí hasta el anochecer. Curiosamente, el año anterior habíamos estado en Lyon y nos encontramos con parte de la ciudad cortada, pero en ese caso por la celebración del día del orgullo gay. En París nos topamos con todo lo contrario.

Como decía antes, eso me dejó confuso. En fin, estoy acostumbrado a las manifestaciones anti-homosexuales de la caverna española, presididas por nuestros inefables obispos, o a las declaraciones de ciertos políticos, como las de nuestra no menos inefable alcaldesa doña Ana Botella afirmando con solemnidad que peras y manzanas no se pueden mezclar (salvo que quieras hacer una macedonia). Pero, ¿tanta intolerancia en Francia, una de las cunas de las libertades y la democracia? Vale, sí, lo había leído en la prensa, sabía que existía ese movimiento cavernícola galo; pero una cosa es saberlo y otra muy distinta presenciarlo en vivo. Vamos, que me llevé una desilusión. Europa no es tan Europa como yo creía; pero eso ya lo sabemos todos, ¿verdad?

El caso es que no acabo de comprender la razón de tanta furia contra el matrimonio gay. Es lo que me pasa con muchos planteamientos de la derecha: no solo estoy en contra de ellos, sino que además no los entiendo, no les veo sentido. Hace años, yo tenía una pequeña objeción al movimiento gay: el tema de la adopción de niños por parejas homosexuales. Mi razonamiento era el siguiente: La homosexualidad no es una elección personal, sino un imperativo genético; los homosexuales no se hacen, nacen. Pues bien, ¿qué pasa si un niño genéticamente heterosexual se cría en el entorno de un modelo homosexual? ¿No podría esa situación generar problemas psicológicos en el menor? Me informé, leí un par de estudios científicos al respecto y descubrí que no, que no hay el menor problema en que un niño se críe bajo la tutela de padres (o madres) gay. Además, hubo un comentario que me convenció del todo: cualquier huérfano está mucho mejor al cuidado de unos padres homosexuales que en un orfanato. Así que asunto cerrado en lo que a mí respecta: si el matrimonio gay es bueno para los padres y bueno para los hijos, ¿qué problema hay?

Pues al parece sí lo hay, mira tú por dónde. Dicen, por ejemplo, que el matrimonio gay amenaza con destruir la familia. Y yo no lo entiendo. Vamos a ver, ¿cómo se va a destruir una institución con una ley que lo único que pretende es ampliarla? No va a haber menos familias, sino más; ergo la institución familiar se fortalece.

Entonces los neandertales dicen: es que lo natural es el matrimonio entre hombres y mujeres; el matrimonio entre personas del mismo sexo es antinatural. Pero un momento: el matrimonio, cualquier tipo de matrimonio, no es natural, sino una invención cultural. Todos los matrimonios son artificiales. Entonces, a lo que se refieren los cavernícolas es a la tendencia sexual. Pero, demonios, nacemos homosexuales o heterosexuales por designio genético, así que tan natural es lo uno como lo otro. La única diferencia está en que la proporción es de 9 a 1 a favor de la heterosexualidad, nada más. Una cuestión cuantitativa, no cualitativa.

Llegados a este punto, los pithecanthropus objetan lo siguiente: si el matrimonio depende solo del amor, ¿por qué no matrimonios entre, por ejemplo, un hombre y una cabra o una mujer y un burro? Bueno, quizá porque ni las cabras ni los burros son sujetos de derecho y, por tanto, no pueden acogerse a legislación alguna. Pero es aquí donde los trogloditas descubren su auténtico pensamiento: para ellos, los homosexuales son animales, no seres humanos. Por eso a muchos de ellos les cuesta tan poco agredir o matar a “maricones”; a fin de cuentas, sólo son animales, ¿no? En realidad, la caverna no está en contra del matrimonio homosexual; de lo que está en contra es de los homosexuales. Pero, ¿por qué?

Para ser justos, reconozcamos que la homofobia no es patrimonio sólo de la derecha. Casi todas las culturas humanas actuales, por no decir todas, presentan rasgos más o menos pronunciados de homofobia. Y eso tampoco lo entiendo. ¿En qué me afecta a mí que dos hombres, o dos mujeres, echen un polvo en su casa? En nada (bueno, a ser posible me gustaría que me dejaran mirar un ratito a las dos mujeres). Nada ni nadie me obliga a practicar sexo homosexual; lo que hagan los demás es asunto suyo. ¿Qué más me da a mí?

Dicen: es que si eres heterosexual, las prácticas homosexuales te repugnan. Pues no las mires. Vamos a ver, supongamos que yo careciese por completo de impulso sexual (como Sheldon Cooper, de la serie Big Bang). En tal caso, la idea de restregarme contra el cuerpo desnudo de Halle Berry, por no hablar de poner mi boca en ciertas partes de su anatomía, me resultaría repugnante. Porque el sexo, en frío, es una marranada que sólo la libido consigue convertir en un agradable esparcimiento. Por eso, como aburrido heterosexual que soy, la idea de restregarme contra el cuerpo desnudo de Brad Pitt se me antoja asquerosilla. Porque el esposo de doña Angelina no despierta mi impulso sexual. Ahora bien, también me asquea comer hígado y no por ello voy a prohibir que los demás disfruten de un honesto hígado encebollado. Allá cada cual con sus apetitos.

En realidad, lo que hay tras la homofobia son prejuicios, repugnantes dogmas religiosos y pura xenofobia. Miedo y odio al diferente, recelo hacia la diversidad. Y también mucha hipocresía; ¿o es que acaso en la caverna no hay gays? Claro que sí; un diez por ciento, según la estadística. Pero son maricas decentes que se casan –con mujeres, como dios manda- y ocultan públicamente su condición (como cierto presidente de gobierno cuyo nombre no recuerdo). Porque lo importante no es lo que seas, sino lo que parezcas. Lo dicho, pura hipocresía y doble moral.

No obstante, pese a las manifestaciones anti-gay en Francia o en España, lo cierto es que la sensibilidad social se aleja cada vez más de la homofobia y avanza hacia la tolerancia. Cuando yo era joven, de los homosexuales sólo se hablaba en tono de burla o de escarnio, y a nadie se le pasaba siquiera por la cabeza salir del armario (entre otras cosas, porque a partir de 1954 la homosexualidad fue incluida en la Ley de Vagos y Maleantes, y por tanto perseguida y penada con la cárcel o con internamiento en campos de “rehabilitación”). Afortunadamente, las cosas han cambiado mucho y cada vez se acepta con más normalidad la realidad del hecho gay.

¿Y sabéis cuál creo que es la principal razón de este cambio? La series de TV y las películas. Paulatinamente fueron incorporando a sus argumentos la presencia de homosexuales que, lejos de mostrarse como seres grotescos, se presentaban como individuos sensibles y entrañables. Este proceso ha llegado hasta tal punto que prácticamente no hay comedia televisiva que no cuente entre sus personajes con algún gay sensible y entrañable (el último ejemplo: Modern Family). Esto, por supuesto, es absurdo; tan falso es sostener que todos los gays son sensibles y entrañables como pensar que todos son unos degenerados. Entre los gays habrá de todo; personas sensibles y entrañables, y tipos zafios y vulgares. Pero bueno, supongo que la mejor forma de luchar contra un tópico negativo es oponiéndole uno positivo.

Pero no nos descuidemos, aún quedan muchos prejuicios por eliminar, incluso en nosotros mismos, que tan tolerantes y progresistas nos creemos. Sí, incluso en nosotros, en mí mismo, hay rastros de homofobia. ¿Queréis comprobarlo? Os voy a proponer un pequeño experimento mental. ¿Qué diríais si os comentase que existe un partido político que propone encarcelar a todos los homosexuales y a todos los carpinteros?

Lo más probables es que dijeseis: ¿Y por qué a los carpinteros?

A lo que cabría responder: ¿Y por qué a los homosexuales?

Es decir: no encontráis ninguna razón para que alguien pretenda meter en la trena a los carpinteros, pero aceptáis con normalidad que alguien considere necesario enchironar a los maricas. Eso, lo queramos o no, también es homofobia (aunque sutil).

Y es que resulta muy difícil mantener totalmente a raya al pequeño cavernícola que todos llevamos dentro.

NOTA: Ya sé que dije que no iba a enredarme más con esta clase de asuntos sociopolíticos; pero me refería a temas que me indignasen, y éste no me indigna, pues a fin de cuentas la ley de matrimonios homosexuales se ha aprobado en Francia y sigue vigente (por ahora) en España. No, no es indignación, sino desconcierto: no logro entender cómo piensa cierta gente. Si es que piensa.



35 comentarios:

Anónimo dijo...

"...Paulatinamente fueron incorporando a sus argumentos la presencia de homosexuales que, lejos de mostrarse como seres grotescos, se presentaban como individuos sensibles y entrañables..."

Buffalo Bill aprueba tu comentario.

Fuera bromas, estoy al 100% con todo lo expuesto. No hay nada que añadir y ni una coma que corregir.

Si tenéis unos minutos libres y pocos escrúpulos, podéis ver este documental sobre la homosexualidad en el reino animal:

http://www.youtube.com/watch?v=LFeXwKnCUNI

Laura T. Marcel dijo...

Totalmente de acuerdo. Mucha hipocresía y doble moral y preocuparse solo de la galería.
Demasiado cavernícola suelto todavía, aunque en vez de taparabos lleven traje y corbata.

Breogán Riveiro dijo...

Casi al cien por cien de acuerdo. Como peino canas, recuerdo mi propia evolución en la aceptación de la homosexualidad, que se redujo a CONOCER homosexuales. Después le apliqué la "prueba del algodón". ¿Dejaría mis hijos -de faltar mi parienta y yo- en la tutela de homosexuales? Pues depende del homosexual. Conozco a algunos que ni de coña, como conozco a algunos heterosexuales que ni de coña. Pero conozco a homosexuales que serían buenos padres para mis hijos. Eso, para mí, fue suficiente para madurar en "esa" última estupidez que me restaba -en este terreno, en otros tengo cientos y miles de estupideces-. En lo único que no estoy de acuerdo es el el viejo chiste del carpintero y el homosexual. Lo he escuchado de todos los colores, poniendo en vez de homosexuales: catalanes, hinchas del Madrid, gallegos, mujeres... o sea que no.
Un último apunte: me resulta fascinante el nivel de derechismo que hay entre los homosexuales, al menos entre los que yo conozco. Mientras el PP llega a tribunales la ley, homosexuales del PP se casan. Y no salen del PP. Es absurdo, pero es así.

Anónimo dijo...

Totalmente en desacuerdo con eso de que la homosexualidad es un imperativo genético. Puedes decir cualquier otra cosa, casi, como que es una opción sexual elegida desde la libertad del hombre. De cualquier forma, no una cosa hereditaria, es una cosa aprendida.
La homosexualidad es muchas cosas, no creo que ninguna condenable, pero no es una bandera para que la esgrima un partido político, como sucede en España. Unos se posicionan a favor y otros en contra, pero que vamos a esperar que suceda aquí, cuando la mayoría cree que los partidos políticos son equipos de fútbol, nuestro jugador es el mejor aunque sea un "paquete"...olvidando que en España, los que trabajan en la política, sin excepción ninguna, viven de ello desde tiempos primigenios y piensan vivir de ello, medrando a costa del electorado.
De cualquier forma, personalmente no estoy ni a favor ni en contra de la homosexualidad, como no estoy a favor ni en contra de la independencia catalana, el pisto manchego y el flamenco, pero tampoco me parece que destacarlo como una opción loable a seguir sea muy recomendable.
En fin, basta de explotar políticamente la homsexualidad, de apropiarse banderas que no son de nadie.

César dijo...

Anónimo de las 11:43: Es cierto que no todo el mundo está de acuerdo en que la homosexualidad tenga un origen genético; otros sugieren que la homosexualidad se produce por determinados acontecimientos bioquímicos ocurridos durante la gestación. Pero la opinión científica unánime es que la homosexualidad tiene un origen fisiológico, no mental.

Afirmas que la homosexualidad es una elección libre. Pues eso es sencillamente más falso que un euro de madera. Y para comprobarlo basta con hablar con unos cuantos homosexuales y preguntarles cómo descubrieron su tendencia sexual. Pero si quieres una prueba: en los animales, en los mamíferos, también existe la homosexualidad. Así pues, un toro homosexual (por ejemplo) ¿ha elegido libremente su tendencia sexual? Por favor...

Dado que tu premisa de partida es a todas luces equivocada, poco tengo que decir del resto de tu comentario. Salvo señalar que la homosexualidad ha sido explotada políticamente más en el sentido "anti" que desde un punto de vista "pro".

ith: La prueba del "carpintero" sirve, en efecto, para detectar diversos tipos de prejuicios. Pero no creo que eso le reste valor; al contrario.

Samael dijo...

La familia es la célula de la corrupción, que se va ampliando con las personas más cercanas a tu entorno. Sentirse familiar es una especie de nacionalismo a pequeña escala.
Se que lo que que acabo de decir no lo comparte nadie, pero tampoco merece la pena ser discutido.
El test que pones al final, he de decir que me ha sorprendido pues no puedo entender que la pregunta que provoca la propuesta sea, ¿por qué enchironar a los carpinteros?.

César dijo...

Anónimo de las 11:19: Joder´, me ha llevado un rato pillar lo de Buffalo Bill. Estoy torpe.

Pero mira, es un buen ejemplo. Cuando se estrenó "El silencio de los corderos" hubo mucho revuelo por parte de los grupos de defensa de los derechos gay, porque el malo de la película era homosexual. Eso prueba que la consigna era mostrar siempre una buena imagen de los homosexuales.

Anónimo dijo...

De nuevo el anónimo de las 11.43: mi premisa, si me disculpas, es tan equivocada como la tuya. Aquí, he adoptado el papel de abogado del diablo. Lo que dices de los acontecimientos bioquímicos ocurridos durante la gestación no es mas que una especulación sin contrastar, ¿Qué tipo de acontecimientos bioqímicos? Serían tambien hormonales ¿no?
No, en ese sentido, pienso que es mucho más complejo el tema de la homosexualidad, creo que tienen bastante mas que ver las vivencias y el aprendizaje del sujeto. Para mí, es más una conducta
Yo no digo que un sector político lo utilice mas que otro...no estamos en el fútbol, el caso es que todos lo utilizan, un espectro y otro, también todos son corruptos.
Es una buena forma de polemizar, los primeros comentarios exponen que están totalmente de acuerdo, el tercero incluso presenta una paradoja interesante al final, con la que estoy bastante de acuerdo.
Si todos estamos de acuerdo en todo, sería aburridísimo....no hay evidencias concluyentes de la teoría bioquímica. Sin embargo, si yo digo que me atraen las mujeres, me gustaría pensar que es porque es fruto de mi libertad, si no, en este contexto me sería muy difícil admitir la homosexualidad...o a los que no les atrae para nada un sexo u otro, que los hay, y muchos son. ¿Explicarías eso de forma bioquímica?

César dijo...

Anónimo: Cuando me expliques por qué entre los mamíferos no racionales existe la homosexualidad seguiremos hablando.

Anónimo dijo...

Articulo de Bio Med Central para Anónimo de las 11:43

Probado por científicos coreanos causa homosexualidad y transexualidad es genética
Es la primera evidencia científica, no controvertida o discutida, para un origen genético de la homosexualidad y la disforia de género (transexualidad).

Ocasionando una mutación simple, que desactiva un gen (el gen que codifica una enzima, la fucosa-mutarrotasa, presente en todos los mamíferos), se altera completamente el desarrollo del cerebro de las hembras de ratón. Las ratonas mutantes son sanas y fértiles pero tienen un cerebro masculinizado y se comportan como machos.

BioMed Central | Full text | Male-like sexual behavior of female mouse lacking fucose mutarotase

Falta investigar el caso de la homosexualidad masculina, pero dado que el mecanismo que interviene en la diferenciación sexual del cerebro es similar, y actúa en el mismo momento del desarrollo (en la fase fetal del mismo) cabe esperar una conclusión similar.

Si la homosexualidad en los mamíferos tiene un origen genético:

- Es necesariamente hereditaria, ya sea de forma directa (dominante) o indirecta (recesiva).

- No se puede alterar una vez que se ha completado la fase del desarrollo del cerebro correspondiente a la diferenciación sexual, que ocurre cuando los mamíferos son fetos en el vientre de su madre.

- La selección natural explica por qué la homosexualidad exclusiva es tan rara en los animales (faltándoles el instinto, se reproducen mucho menos). Cualquier característica que disminuya en sólo un 5% la probabilidad de tener descendencia es teóricamente borrada del mapa genético de una población en unas 40 generaciones.

- En los humanos, con un cerebro orientado a la interacción social compleja, la cualidad llamada "performatividad", que nos permite "interpretar" un papel social aceptable como la heterosexualidad, (aunque esto vaya contra nuestros instintos y nos cause gran malestar y sufrimiento interior), explica que la homosexualidad exista, persista y sea relativamente tan frecuente.

- Por tanto, presionar (como hacen los grupos ultraconservadores homófobos) para que los gays y las lesbianas se casen y tengan hijos, en realidad es favorecer la propagación de esta característica a las siguientes generaciones. Paradójicamente, uno debería esperar encontrar más personas homosexuales en sociedades homófobas.
Te queda más claro, Mabel
Mabel

Anónimo dijo...

No existe la homosexualidad en animales, no hay mamífero que solo le interese su propio sexo, la tal homosexualidad animal solo es un recurso demagógico.
El artículo de los científicos coreanos me parece bien, pero ¿Qué es comportarse como machos?
¿qué quiere decir que un animal es homosexual? ¿Qué se aparea con otro de su mismo sexo? ¿Qué hace vida en pareja?
En fin, tampoco quiero parecer un troll. Chao

Diva Chalada dijo...

La novia de mi excompañera de piso me dijo que no existía la homofobia, sino el machismo exacerbado. Y me lo explicó de esta manera.

La homosexualidad implica que, en cierto sentido, se reniega del rol que la sociedad ha impuesto sobre tu género. Hay lesbianas que se sienten más cómodas con ropa, aspecto y comportamiento más ASOCIADO al género masculino, y gays travestis y cuyo comportamiento nos hace pensar más en una mujer. Y si te paras a pensarlo, es contra ellos contra quienes está la sociedad.

En las cárceles, todos sabemos que de alguna manera se alivian los presos. Puede que alguno sea homosexual y todo. Pero si da, y no recibe, encaja con lo viril, lo masculino. O lo que la sociedad siempre ha percibido como viril y masculino.

En cuanto a las lesbianas, tú acabas de reconocer que te gustaría verlas en acción. Claro que sí: son dulces, son suaves, son... Femeninas. A muchos homófobos reconocidos no les repugna la idea de dos chicas montándoselo. Quizá les repugnaría que usaran juguetes tales como penes de goma simulando una penetración genital, porque la que da no estaría siguiendo el patrón que corresponde a su género.

Y hasta cierto punto, creo que la novia de mi amiga tiene razón. Mi hermana mayor ha sido machista, racista y homófoba prácticamente desde que la parieron (y educaron en la sanísima doctrina cristiana, ejem). Tenía perfil de mujer maltratada, creía que había profesiones impropias de una mujer y de un hombre, y soltó el argumento de que "encajamos" (obviamente la buena de mi hermana nunca había oído hablar del sexo anal). Pues bien, fue pensar en divorciarse, plantearse los ideales que tenía antes, darse cuenta de que la sexualidad es algo no solo genial sino santísimo, necesario y legítimo, aprender a amarse más y a dejar de lado los prejuicios que tenía sobre las mujeres y los hombres... Y aceptar a los gays. Todavía no entiende muchas cosas, pero ya ha empezado el proceso. Y me alegro, porque yo a mi hermana la he querido siempre por sangre, pero admito que me ha dado vergüenza presentarle a algunos amigos míos (mi facultad tiene el lema de las tres M: moros, mujeres y maricones. Traductores, para servir a dios y a usted).

A mí también me ha sorprendido lo de Francia, la verdad. Pero gente rancia, neardental, estúpida y tocapelotas hay en todas partes. Contra ellos, razón, paciencia, leyes justas y esperar a que Cronos haya su trabajo y se los cargue a todos en su momento.

Un placer leerte, como siempre. Un beso!

Diva Chalada dijo...

*haga su trabajo, no haya. Ay de mí...

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Y la preguntita es genial.
Y es terrible que en el siglo XXI todavía haya tanto troglodita cavernario, y en lugares que son civilizados. ÇCómo nos va a extrañar entonces que un fulano mate a su hija en afghanistán por ser supuestamente adultera (y sin juicio previo, ya sabéis, habladurías)?
Mazarbul

César dijo...

Anónimo de las 11:43: Así que la homosexualidad animal no existe, ¿eh? Entonces, todos los estudios de etólogos como Lawson, Bagemihl o Roselli, que demuestran la existencia de la homosexualidad animal son falsos y "demagógicos". ¿no? Vale, no permitamos que la realidad nos estropee un buen argumento.

Se entiende que un animal (o humano) es homosexual cuando pudiendo elegir escoge como pareja erótica a un individuo de su mismo sexo. Por cierto, el índice más elevado de homosxualidad no se da entre los humanos, sino entre los bonobos.

Mabel: Muchas gracias por los datos. Son muy interesantes.

Babilonia: Sí, está claro que el machismo tiene mucho que ver. No obstante, sociedades muy machistas, como la Grecia clásica o el Japón medieval, toleraban la homosexualidad.

La verdad es que se trata de una cuestión muy compleja en la que intervienen muchos factores. Ah, he conocido a algunas mujeres a quienes les excita ver pornografía masculina gay.

falarcon dijo...

Hola buenas tardes estamos muy agradecidos con esta oportunidad de poder leer y comentar en su espacio, hacerles saber que estamos interesados en darles a conocer nuestra Fraternidad de Guasave donde publicamos fotos de las reuniones y eventos que llevamos a cabo en reuniones con amigos por ejemplo la platica magistral del Doctor Matsumoto con el tema "Empleados y su contrato laboral" para ver la situacion en cuanto a demandas y denuncias de lo tan dificil que es manejar recursos humanos, la pagina es www.fraternidadguasavense.com donde nuestro Presidente el Sr. Radames Douriet Soto se esta encargando de generar estos eventos importantes y darlos a conocer al mundo, de nuevo les agradezco este espacio y estamos a sus ordenes Señor Cesar.

Diva Chalada dijo...

No, hombre. Era únicamente un punto de vista, es evidente que las razones para la homofobia son muchas, complejas y son de todo menos "razones". Personalmente, me inclino más con el argumento del poder por el sencillo hecho de poder ejercerlo. Estar en contra de algo simplemente porque tienes poder para prohibirlo y criticarlo. Y si ya encima lo adornas de superioridad moral y de correcto e incorrecto, bien y mal, etiquetas fantásticas con las que a todos nos gusta jugar, pues... Ea, tropecientos franceses enarbolando pancartas defendiendo el odio.

Ahora que lo pienso, si no la has visto, te recomiendo la peli "La finestra di fronte", de Ferzan Ozpetek. Altamente recomendable. Pero en VO, por favor; la dobladora de Giovanna Mezzogiorno se merece que no le paguen.

Y respecto al último "ah" de tu comentario... Yo misma, sin ir más lejos. Un beso!

Anónimo dijo...

Hasta hace muy poco no han existido los matrimonios homosexuales ni la posibilidad de que dos homosexuales pudieran adoptar, ergo todos los homosexuales que hay, han nacido en el seno de familias heterosexuales "tradicionales", con un padre y una madre, y ese es el ejemplo que han visto desde que nacieron. Entonces... ¿por qué son homosexuales? ¿porque sus padres a pesar de ser heterosexuales los han educado inadvertidamente para que fueran homosexuales? Es absurdo. Por tanto, si aceptamos que ese presupuesto es absurdo, el contrario, que un niño criado por una familia homosexual vaya a salir necesariamente homosexual, también lo es. Para mí ese es el principal argumento en contra de la homosexualidad como elemento de origen cultural o educativo y no necesitos de pruebas genéticas para ver que tiene un origen fisiológico. Además, está comprobado que entre los animales también hay comportamientos homosexuales.

Por otro lado, tampoco entiendo de qué modo el matrimonio homosexual atenta o supone un peligro contra la familia y/o el matrimonio "tradicional". ¿Es que hay parejas heterosexuales que van a decidir no casarse o no tener hijos por el hecho de que exista el matrimonio homosexual? ¿acaso van a decir: "¡Hala!, como éstos ahora pueden casarse, yo no lo hago"? Hombreeeee. La realidad es que la gente heterosexual va a seguir casándose y teniendo hijos como antes y en la misma proporción y si acaso desciende el número de hijos será por otros motivos, como los económicos que impiden crear y sustentar una familia pero mira.... eso la caverna no lo ve. No veo manifestaciones contra la crisis económica por ser algo que vaya contra la familia cuando es algo que la afecta más que el matrimonio homosexual.

Lo que subyace de fondo son los prejuicios de dos tipos: el ya mencionado de que "si un niño es criado por un matrimonio homosexual, saldrá homosexual y eso va contra la supervivencia de la especie" (no hace mucho que todo un ministro lo sugirió) lo cual, como ya he dicho, es totalmente absurdo, y otro prejuicio, mucho más arraigado y peligroso: el de "yo no quiero que este otro, por ser diferente, disfrute de lo que yo tengo, porque yo soy "normal", es decir "superior". Me asquea.

Por otro lado, también me repugnan ciertos eufemismos. Siempre me ha llamado la atención que siempre que la Iglesia Católica y ciertos políticos, como nuestro ministro de Justicia, hablan de "defender el derecho a la vida", se refieran específicamente al aborto y no a emprender ningún tipo de campaña o presión contra aquellos países (muchos de ellos democracias "civilizadas" como los USA o Japón) que todavía defienden y ponen en práctica la pena de muerte, cosa que haría mucha más falta pero parece que ese tipo de asunto se las trae floja... Eso sí es "defender el derecho a la vida" pero para ellos se trata sólo del aborto. ¡Ah, claro! Es que, es distinto, estamos hablando de delincuentes y criminales condenados (a pesar de que también hayan habidos sentenciados a muerte por errores judiciales) y claro, es que, de esos teoricos niños nacidos por haber sido "salvados" del aborto todos van a ser santos, ninguno delincuente o asesino... Lo cual tampoco supone ningún argumento a favor del aborto pero si aceptamos lo contrario... Como vemos, el pensamiento troglodita es absurdo, irracional y lleno de contradicciones pero, por ello mismo, muy difícil de erradicar.

Y es que hay gente, como nuestro excelso ministro de justicia, para la que hacerse y comerse un huevo frito es lo mismo que haber matado y haberse comido un buen pollo. Y alimenta los mismo. En fin...

Rickard

Helena dijo...

Buenas madrugadas una vez más..he leído detenidamente el texto de esta semana junto con los comentarios relacionados y la verdad que a fecha de hoy con tanto modernismo europeo que haya gente que todavía no asimila bien con quien duerme cada cual...tela.
Bien cierto es que la opinión es como el culo,cada cual tiene el suyo pero hay temas que deberían tratarse con mayor transigencia.
No acabo de entender el porque chirría que el matrimonio sea lo correcto si cada vez hay más separaciones y divorcios(bueno estos menos que son más caros).
Para formar una familia,lo más importante es el cariño y los valores que le puedas transmitir a esa personita que se ha decidido traer al mundo o que se ha adoptado,si uno tiene principios y valores que sean puros y buenos que mejor legado?Por qué importa de forma desmesurada que sean dos hombres o dos mujeres?Es una regla de tres muy fácil y muy a la ligera decir que una criatura adquirirá tendencias homosexuales por ser criado por personas de mismos sexo,si seguimos por ese camino podríamos hacer mil comparativas y no por ello son ciertas.
En fin,hay cosas que seguirán igual pasen los años que pasen,tanto prejuicio barato,xenofobia enfermiza e imposiciones de moralidad religiosa que rozan lo absurdo,no las comparto.
Si toda la gente que ve un horror que una pareja gay o lesbiana adopte una criatura para sacarla de la miseria de la soledad o que se casen para formar un vínculo nuevo no quiero pensar hasta donde podrían llegar si esto no fuese un país(enfoco el "problema" en España)democrático y medio civilizado.De no ser así sería como en la Edad Media cuando salían a la caza de la bruja?
Yendo más allá del tema expuesto creo que deberíamos hacer ejercicio de reflexión si creemos en la igualdad y en las libertades de cada individuo;acaso queremos formar parte de la mayoría de países asiáticos o africanos?por ejemplo Uganda que quiere sacar adelante,Proyecto Homosexual,penas de cárcel o muerte para quienes tengas tendencias homosexuales aunque vivan fuera de su país(osea desterrados de por vida)penas severas para aquellas personas que sepan quienes son homosexuales no lo denuncien y para todas aquellas organizaciones que defiendan al sector.Me parece todo tan desmesurado que más que miedo el ser humano me llega a dar pena,una máquina tan perfecta y falla en lo que nos diferencia de los animales.
Ya no me lío más..pero nada una última cosilla,no se quien decía que los animales no tienen tendencias homosexuales pues bien hay varias especies que si lo hacen,no con frecuencia peo si que está demostrado y el que más destaca es el pingüino,publicaba una revista científica que dichos animalillos fueron estudiados durante un tiempo por el biólogo Murray Levic y el hombre se asombró de dichos animales ya que la imagen tierna y simpática de ellos se torció cuando descubrió tendencias homosexuales con su mismo género,agresividad matando polluelos,agresividad con las hembras y algunos actos más que no vienen al caso..y para muestra un botón los pingúinos de faunia felices que estan las criaturas que se dan amor el uno al otro y han criado un polluelico y todo.
Buenas noches y un lo siento si me he explayado demasiado





Anónimo dijo...

por cierto, echad un ojo a este libro, que tiene buena pinta, sobre sexo:
http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2013/04/per%C3%ADodo-refractario-y-hombres-que-mantienen-la-erecci%C3%B3n-tras-eyacular.html

el libro es S=ex2

mazarbul

Iván dijo...

Me sorprende mucho la hipocresia de la iglesia, al fin y al cabo todo esto de las bodas es su negocio. ¿Cómo son tan cortos de miras y no aprovechan la voluntad de los homosexuales para contraer matrimonio?. Estamos en tiempos de crisis, también cristiana, ¿para cuando un nuevo "Nuevo Testamento" donde incluyan el matrimonio gay?¿dejarán pasar esta Era de "Derechos y Libertades" donde podrían ampliar devotos/clientes?.
No soy una persona lo suficientemente mayor para recordar algún movimiento, por parte de los clérigos, en contra del divorcio. He de suponer que se opusieron firmemente a él aunque acabaran por adoptarlo, imponiendo un cobro que anula el enlace, para incrementar los ingresos. Todos sabemos que uno paga por casarse en una iglesia. Y cuantas más veces contraiga matrimonio católico esa persona, más rentable es su devoción.
Creo que el problema de la gente conservadora está, simplemente, en aceptar lo diferente. Si se dieran cuenta lo diferentes que somos los unos de los otros igual no volvían a salir a la calle
Por otra parte, la tesis expuesta por César sobre los carpinteros y los homosexuales para demostrar homofobia no me parece acertada. Creo que lo único que demuestra es que somos conscientes de haber visto ya esa clase de prejuicios en partidos políticos, con lo que no nos sorprendería que se repitieran.

Regina dijo...

Hola, acabo de descubrir el tu blog, y con estes cuatro palabruques ya me declaro asturiana, cómo a tí nun te gusta el "usted" y alguna que otra cosina que leí al principio, particípote que a mí gustame hablar y escribir en la mi lengua "el bable". Dentro de unos dis va celebrase "El Dia de les Lletres Asturianes", nun fae falta que lu celebres conmigo, sólo esti pequeñu mensaje pa felicitate por haber inoculao el virus de la lectura en una rapazina de 13 años a la que i gustó el tu libru "Las lágrimas de Shiva" más que comer con los deos. Un saludu asturianu.

César dijo...

Iván: El "test" del carpintero sirve para evidenciar cierto grado de homofobia "latente", o "estructural", por decirlo así. El hecho de que no nos extrañe la existencia de grupos que consideren necesario el encarcelamiento de los homosexuales no nos convierte en homófobos, por supuesto. Pero indica que, respecto a ese tema, estamos un poquito anestesiados.

Que se pretenda perseguir a los carpinteros nos sorprende y nos indigna. Que se pretenda perseguir a los homosexuales sólo nos indigna.

Regina: Vaya, es la primera vez en mi vida que me mandan un mensaje en bable. Me encanta tu tierra, amiga mía. Y me alegro mucho de haberle inoculado un virus tan estupendo a tu hija. Bienvendia a Babel.

Mario dijo...

Bonita reflexión César, es interesante ver los diferentes puntos de vista de la gente.
Por mi parte creo que todos estos debates aparecen debido a que la base en que se aplican es incorrecta. En este caso discutimos el matrimonio como fe universal cuando es solo una manera para tener a la sociedad controlada y tranquilita. Si ponemos el ejemplo de la homosexualidad en los animales por qué no ponemos cómo funciona el matrimonio en la vida animal? De bien seguro que es el mejor ejemplo que podemos tener. Mi opinión es que sería bien recibido por muchos la idea de ser el león de la manada o el gallo del corral, incluso añadiendo la posibilidad de aparearse con otros leones o gallos para que no perdamos el debate.
Un último apunte para que no se se sienta indignado ningún sector los ejemplos utilizados pueden canviarse por hienas o elefantes, incluso las más románticas pueden utilizar la Mantis que es mi preferido.

Un abrazo,
Mario.

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Vaya.
Yo siempre he dicho que lo bueno siempre será bueno y lo malo siempre será malo.
Mi opinión sobre el asunto, es que aunque se tengan preferencias sexuales diferentes, son seres humanos también, son personas, y visto desde un punto de vista religioso, ellos también son hijos de Dios y son nuestros hermanos y hermanas, ¿por qué tratarlos mal?, ¿a caso nos corresponde a nosotros juzgar a los demás?, de ninguna manera.
Yo creo que todos somos iguales, sin embargo no estoy de acuerdo ni apoyo la homosexualidad, no por ello voy a hablar mal de ellos, o voy a hacerles sentir que son menos, porque no es así.
En otras palabras, me desagrada la homosexualidad, no los homosexuales.
No apoyo la homofobia, porque es de HUMANOS de los que estamos hablando, no apoyo ningún acto que degrade a ninguna persona, a NINGUNA.
Ni creo que a los demás nos debiera de ofender que 2 personas del mismo sexo se gusten.
Hay otras cosas en nuestra sociedad que de verdad sí deberían ofendernos, pero no lo hacen o lo dejamos de lado (por ejemplo, políticos que roban, injusticias, racismo, terrorismo, crítica...)
Cada quien tenemos nuestra opinión al respecto y podemos expresarla siempre y cuando no hablemos para herir, juzgar o elevarnos ante los demás.
Los homosexuales y heterosexuales merecen ser tratados con respeto absoluto, por el simple hecho de que somos seres humanos, por el hecho de que somos personas, que tenemos sentimientos, y que vinimos del mismo lugar.
En fin, como ya he dicho, no apoyo la homosexualidad, pero tampoco soy partidaria de juzgar a los demás, o de tratar mal a alguien, menos si la razón es solamente sus preferencias sexuales.

Un saludo César!

Anónimo dijo...

Rosaura:

No se trata de "apoyar" o no apoyar, ni siquiera de "tolerar", sino de "respetar". Ni tampoco de si nos desagrada o agrada. Yo soy heterosexual y no por ello "apoyo" la heterosexualidad. Vamos, ni la apoyo ni la dejo de apoyar. Se trata, simplemente, de mi opción sexual, nada más.

De lo que se trata es, solamente, de respetar la libertad de elección de la persona en todos los ámbitos de su vida. Y siendo la opción sexual de la persona algo perteneciente exclusivamente a su ámbito privado e íntimo no debería importarnos ni interesarnos en lo más mínimo, es decir, que ni siquiera deberían tener cabida afirmaciones como la de "me desagrada" o "me agrada" sino que debería sernos totalmente indiferente. Sin más.

Rickard

Anónimo dijo...

Por cierto, que recomiendo a todo el mundo la lectura de un libro muy interesante: "¿Por qué es divertido el sexo? La evolución de la sexualidad humana", del fisiólogo y biólogo Jared Diamond.

Muy interesante para entender la evolución del comportamiento sexual del "animal" humano y cómo muchos de esos comportamientos vienen determinados por condicionantes genéticos y biológicos y también por la propia evolución humana. Además se compara el comportamiento sexual humano con el de muchas otras especies animales (que son variados a más no poder) para ver que en muchas cosas no somos tan diferentes como creemos.

Sirve para poner en tela de jucio muchos prejucios sobre el comportamiento sexual humano y también los de aquellos que ven el sexo como algo sólo ligado a la procreación.

Rickard

Unknown dijo...

Rickard:

Nunca he mencionado el no "respetar" a los demás. Incluso, es de lo que más defiendo, el "respetar" a los demás sin importar nada.
Yo he opinado sobre la "homosexualidad" no sobre los "homosexuales".

Con respecto a lo de "apoyar" o no, es sólo una palabra, una forma de expresar que no estoy de acuerdo con ello, pero no me es indiferente, porque tengo mis motivos para no estar de acuerdo con ello, sin embargo, todos somos diferentes y lo que a mi me gusta puede que a usted no, así mismo con la sexualidad.
"Respetar" a los demás también tiene que ver con escuchar opiniones y no contradecirlas.

:)

Molina de Tirso dijo...

Pues ¡hombre!, la "caverna" tampoco es tan difícil de entender pues se caracteriza por burda y predecible. También por irracional, pero lo es en sus argumentos confesos no es sus propósitos inconfesables. ¿Y cómo no le va a molestar que una institución que hasta ahora era el paradigma de la dominación y el aborregamiento presente un pequeño resquicio (tampoco tanto ¿eh?) de libertad? Cuando, hace años, empecé a escuchar que mis amigos gays defendían el matrimonio no lo entendía, pues yo estaba en contra del matrimonio heterosexual y pensaba que habría que abolirlo. Luego me di cuenta que lo hacían por razones prácticas, pero sigue siendo un retroceso. Instituciones y sentimientos no casan mucho (y nunca mejor dicho, jeje)

Alicia Liddell dijo...

Respecto a tu pasado reparo a la adopción, tengo que precisar que todos los gays que conozco son hijos de heterosexuales, así que estadísticamente es más probable que salga un homosexual de una pareja heterosexual. Ya, ya sé que es un razonamiento torticero, pero es lo que se merecen esas mentes retorcidas.
Por otro lado, no entiendo a los que se oponen a que otros tengan los mismos derechos que se le reconocen a él.

Diva Chalada dijo...

Rosaura, usas el razonamiento de "se odia el pecado, no al pecador".

Lo cual es equiparar la homosexualidad con la violación, el asesinato y el abuso de menores así como el maltrato en todas sus formas. Me parece que es pasarse.

Por otra parte, y siempre basándonos en tus palabras de "no apoyo la homosexualidad, pero respeto a los homosexuales", supone una contradicción en sí misma. Y te lo puedo demostrar.

No has dicho que la homosexualidad te es indiferente, te la trae floja o te da igual. Has dicho que no la apoyas, que no te gusta. Lo que implica, automáticamente, estar en contra de ella. Eso implica, también, que tú como ciudadana de un país libre y democrático usarás todas las armas políticas y sociales a tu disposición para defender tus ideas (en este caso, que la homosexualidad no está bien porque no te gusta, o al revés). Y ahí, al reivindicar que la homosexualidad no está bien, estarás privando o intentando privar de derechos a los homosexuales.

Y ahora dime si intentar privar a alguien de sus derechos es respetar.

Aunque, por supuesto, sé que probablemente pienses que los homosexuales son muy dignos de tu respeto como entes que respiran pero no dignos de los derechos que según la Declaración Internacional de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948, todos los seres humanos merecemos. Incluso los monstruos como Hitler, por los que en primer lugar se redactó la susodicha declaración. Incluso la gente que no nos gusta, como la gente religiosa en mi caso o los homosexuales en el tuyo.

Yo no puedo prohibir a la gente que vaya a misa o que adore a Alá. Tú no puedes prohibirle a mi primo que se case y adopte. Solo así el contrato social es sostenible.

En respuesta a quienes no están de acuerdo con el matrimonio en primer lugar... Pues sí, mirándolo fríamente es una tontería romántica. Pero una tontería romántica que, a nivel burocrático, facilita las cosas un montón.

Si tienes una pareja de hecho, ambos tenéis que haber estado juntos un mínimo de tres años antes de que tu pareja pueda cobrar pensión. Si estás casado, es solo un año. Te puede caer una maceta igualmente en la cabeza en tu noche de bodas, pero es más fácil aguantar un año que tres.

Por otra parte, no sé cuántos derechos tienen realmente las parejas de hecho, debo investigarlo. ¿En caso de accidente dejarían que tu pareja de hecho fuera en tu ambulancia contigo? ¿Le permitirían pasar a verte? ¿Le considerarían familiar? ¿Considerarían, en suma, las autoridades competentes en un momento dado, que esa persona tiene un vínculo lo suficientemente especial contigo como para querer su presencia en lo bueno, lo malo y lo peor?

Y aun con todos esos derechos, qué queréis... Suena mucho mejor "Esta es mi mujer" que "esta es mi pareja".

César dijo...

Respecto al matrimonio, hay algo que debe quedar claro: no tiene nada que ver con el amor. De hecho, lo del matrimonio por amor es algo relativamente reciente en la historia de la humanidad. Antes, el matrimonio no era más que una asociación orientada hacia la supervivencia, o una asociación destinada a satisfacer ciertos intereses mútuos, por lo general materiales.

Por tanto, si nos centramos en el amor, el matrimonio, en efecto, no tiene ningún sentido. Pero si lo contemplamos como una asociación de dos seres humanos (como una especie de empresa), entonces un contrato (eso es en definitiva el matrimonio) resulta lógico.

Alicia Liddell: Creo que no me he explicado bien. Mi antiguo (y ya eliminado) reparo a la adopción de niños por parejas homosexuales no era que los niños pudieran convertirse en homosexuales. Algo absurdo, porque la tendencia sexual con la que naces no puede cambiarse. Esa es una objeción de la derecha, que considera que la homosexualidad no solo es una enfermedad, sino que además es una enfermedad contagiosa.

No, mi reparo era que un niño heterosexual, al ser criado y educado en el seno de una familia homosexual, pudiera sufrir algún tipo de trastorno psicológico al no coincidir su tendencia sexual con el modelo paterno. Pensaba en ansiedad, exclusión, trastornos de conducta, etc. A fin de cuentas, ¿un niño homosexual nacido en el seno de una familia heterosexual sufre trastornos psicológicos? Pues con frecuencia sí.

Pero se trata de un caso completamente distinto y, por lo que he podido averiguar, mi provisional reparo a la adopción no tenía ningún fundamento científico. Así que olvidado está.

Rosaura: Si aceptamos que la homosexualidad es un hecho natural, y partiendo de la base de que la libre práctica de la homosexualidad no daña a nadie, entonces ¿cómo vamos a apoyarla o a atacarla? Sería como apoyar o atacar la ley de la gravedad o la fotosíntesis. No tendría sentido.

La homosexualidad es un hecho, y lo único que podemos hacer ante él es aceptarlo y respetarlo. Cualquier juicio moral sería arbitrario.

Yo, como heterosexual, rechazo practicar sexo homosexual; no porque me parezca inmoral, sino porque no me pone, no me va. Pero que yo me niegue a realizar prácticas homosexcuales no quiere decir que rechace la homosexualidad en sí misma. A quien le vaya, que la practique; eso es todo lo que tengo que decir al respecto.

Jarl-9000 dijo...

Siempre es bueno tener a mano a un sector marginado a quien estigmatizar para que sea el blanco del odio de las masas aborregadas, para que se le puedan echar las culpas de las cosas malas que te pasan sin pararse a pensar siquiera en si tienen relación con ello o no. Hay que darles un blanco fácil con el que se puedan desahogar, no vaya a ser que se pongan a pensar de verdad y decidan rebelarse contra ti.

Sé que es simplificar muchísimo el tema, pero creo que al final se reduce a algo así. Sólo así se explica tanta irracionalidad.

Vanbrugh dijo...

Aunque soy católico, siempre he estado a favor de que la posibilidad de acogerse a la institución civil del matrimonio se ampliara a las parejas homosexuales, y jamás he compartido, ni comprendido siquiera, la furibunda oposición de la Iglesia jerárquica y de los católicos ultramontanos contra los matrimonios homosexuales. Legalizarlos me parece, de hecho, una de las pocas cosas que hizo realmente bien el memo de Zapatero.

Hace años, cuando la legalización de las bodas gays y el subsiguiente revuelo clerical, alguien me mandó un texto que me pareció excelente, tanto que me permito copiarlo a continuación. Espero que me quepa. Un saludo.


Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos.

Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por
ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces,
podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de
torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También,
dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por el
qué dirán o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la
cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque
sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!"

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar
católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso
individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.