Queridos hijos: a la hora de escoger qué autores y obras de ciencia ficción (cf) recomendar a quienes no frecuentan el género, decidí descartar a aquellos escritores que todo el mundo conoce. Así pues, no hablaré de Huxley y su Mundo Feliz, ni del 1984 de Orwell o La naranja mecánica de Burgess, ni de Wells, ni de Verne. Sin embargo, se me planteó una duda: ¿conoce todo el mundo a Ray Bradbury? Sin duda, es el autor de cf más apreciado en los sectores literarios “cultos” (junto, quizá, a Ursula K. Le Guin y Stanislaw Lem), pero sospecho que no muchos le han leído. En cualquier caso, Bradbury quizá sea el primer gran escritor surgido de las mismísimas entrañas del género, así que parece oportuno comenzar por él. Adelante, pues.
Ray Bradbury nació el 22 de agosto de 1920 en Illinois, aunque su familia no tardó en trasladarse a California. Bradbury abandonó los estudios en 1938 y comenzó a dedicarse a la literatura. Su primer relato profesional, Pendulum, se publicó en la revista Weird Tales (1941). Desde entonces, sus cuentos no dejaron de aparecer con regularidad (y bajo diversos seudónimos) en toda suerte de revistas pulp. En 1947 publicó su primera antología, Carnaval Oscuro. Y aquí tenemos que hacer un inciso: ¿recordáis, hijos míos, lo que escribí en La ciencia ficción y yo (1) acerca de la cf norteamericana? Bueno, pues en el caso que nos ocupa, olvidaos de todo lo que dije, porque Bradbury jamás formó parte de ninguna tendencia, siempre fue por libre. En efecto, sus relatos, poéticos y profundamente humanistas, no se parecen en nada a la cf que se publicaba por aquel entonces. La prueba definitiva de su singularidad y talento llegó en 1950, con la publicación de la antología Crónicas Marcianas, uno de los más bellos libros del siglo XX. Permitidme recuperar lo que comentaba respecto a esta obra en mi artículo Anteproyecto para un canon de la cf, publicado en la revista Gigamesh:
“Bradbury no está muy de moda últimamente. Cierto, ya no es ni sombra de lo que fue; pero tampoco hay particular respeto por lo mejor de su obra. Es aburrido, dicen; y sensiblero. Teniendo en cuenta el actual estado de la cf, tales opiniones no me extrañan. En cualquier caso, Bradbury es, con mucha diferencia, uno de los mejores escritores surgidos de las entrañas del fandom. Claro que la suya no es una cf convencional: le importan un bledo la ciencia, la tecnología y las sociedades futuras. Bradbury, en realidad, siempre habla del pasado, y lo hace desde un punto de vista lírico, romántico, triste y, en definitiva, abrumadoramente pesimista.
Podría haber escogido casi cualquier otra de sus antologías de relatos anteriores a los años ochenta (Las doradas manzanas del sol, El país de octubre, Remedio para melancólicos...), pero creo que su obra más pura y diáfana es Crónicas marcianas. Se trata de una obra primeriza, ya lo sé: no es perfecta, hay cierta desconexión formal entre algunos relatos y el escenario dista mucho de ser homogéneo. No obstante, ese Marte fantasmagórico e irreal que describen sus páginas, ese mundo crepuscular donde impera un profundo sentimiento de melancolía, una lacerante sensación de pérdida, se convierte, gracias al talento del autor, en un universo literario único y original donde el futuro no es más que una imagen deformada del pasado. El eje de Crónicas marcianas, así como el leitmotiv de la mayor parte de la obra de Bradbury, es algo tan intrínsicamente humano como la añoranza por el paraíso perdido. O, con otras palabras: el drama universal que supone el fin de la inocencia.
Los relatos que componen Crónicas marcianas fueron escritos entre 1945 y 1949, cuando su autor aún no había cumplido los treinta años de edad. Siempre me he preguntado cómo es posible que un hombre tan joven pudiera escribir una obra tan fatalista, tan melancólica, tan añorante. ¿Qué le pasó al Bradbury de aquella época? La respuesta es evidente: le pasó la Segunda Guerra Mundial. Tal es la herida que está en el centro de Crónicas marcianas, esa guerra brutal que no sólo alteró el equilibrio del mundo, sino que además demolió hasta los cimientos una vieja forma de vida, más serena e ingenua, que ya jamás volverá. Después de Auschwitz, nadie puede ser del todo inocente.
Crónicas marcianas es una de las mejores metáforas que se han escrito sobre el gran trauma del siglo XX y, aunque sólo sea por eso, merece con honores ocupar un lugar en el canon”.
Poco más puedo añadir, salvo que Crónicas marcianas contiene uno de los relatos más hermosos y tristes que jamás se han escrito: Volverán las mansas lluvias. Es imposible leerlo sin sentir un estremecimiento en el corazón. ¿Qué otras obras de Bradbury puedo recomendaros? Pues muchas, la verdad. El hombre ilustrado, Las doradas manzanas del sol, Remedio para melancólicos, El país de octubre, El vino del estío, Las maquinarias de la alegría, La feria de las tinieblas, R is for Rocket, Farenheit 451... Podéis encontrar toda su obra en la editorial Minotauro.
Es cierto que sus relatos de las últimas décadas han perdido, en mi opinión, cierto brío. El viejo maestro ya no es lo que era (pero, aún así, sigue siendo mucho, ojo); no obstante, sus primeras obras lo convierten en un manjar exótico y delicioso para cualquier amante de la literatura. Así que no os privéis y daos un festín.
Podéis ir en paz.
viernes, marzo 10
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14 comentarios:
Gracias por el artículo pater:)
Bradbury, LeGuin y Ballard son mi panteón personal en lo que a CiFi se refiere, luego estarían Dick y Silververg y tantos otros, pero los arriba mencionados son mi debilidad, tienen sus altos y bajos pero nunca me han decepcionado completamente. Y Crónicas Marcianas es uno de mis libros favoritos independientemente del género literario del que hablemos.
Espero ansioso la próxima semblanza.
Completamente de acuerdo en lo que dices de Bradbury. Recientemente he estado leyendo su obra y es una delicia.
A mi no me parece ni aburrido ni exactamente sensiblero (aunque sí que es bastante sensible). A pesar de algunas cosas que no me acaban de convencer (más en la línea ideológica que en la literaria) para mí es uno de los grandes.
Esta entrada me ha calado hondo, precisamente porque el último libro que he leido ha sido Crónicas Marcianas. Bonita casualidad.
No puedo estar más de acuerdo en lo dicho, desde mi punto de vista de un pobre lector que no hace mucho que se está adentrando en estos mundos de la ciencia ficción y que ha descubierto en Bradbury un filón de emociones y pensamientos con los que me siento plenamente identificado.
Últimamente, antes incluso de leer Crónicas Marcianas, venía contemplando con ese mismo pesimismo las noticias que aparecen en los telediarios. Quizás no haya marcianos de ojos amarillos, ni cohetes plateados; pero, no creo que estemos tan lejos de esos temores reflejados en esa estupenda colección de relatos.
Por cierto, mi preferido ha sido Usher II; pero, no me veo muy objetivo en la elección, ya que los relatos "oscuros" de Poe son una de mis debilidades.
Para casualidades, la que me acaba de pasar. Si me lo cuentan, no me lo creo...
[Vemos a sfer leyendo una entrada en un blog sobre Ray Bradbury en el ordenador del mostrador de la segunda planta de la biblioteca. Se le acerca una usuaria.]
Usuaria: hola, ¿tenéis una revista que se llama galaxia?
sfer: sí, en la planta baja, en la sala de revistas, pero déjame mirar porque creo que se dejó de publicar o cancelaron la suscripción por alguna razón... espera un segundo.
[sfer teclea en el ordenador]
Sí, mira, los números que tenemos de la revista están en el almacén porque dejamos de recibirla.
Usuaria: Bueno... en realidad yo quería mirar autores de ciencia ficción... ¿podrías recomendarme tú alguno?
sfer: Claro... mira, ven conmigo...
[sfer acompaña a la usuaria a la sección de novela y la convence para que se lleve "Crónicas Marcianas"]
Amén.
Crónicas marcianas sigue siendo mi libro favorito (no de cf; mi libro favorito), y hace poco tuve el placer de releerlo. Qué gozada.
Anécdota: hace poco fui con unos amigos, Juanma entre ellos, a casa de una amiga a una sesión de cuentacuentos. Las chicas hacen de cuentacuentos; nosotros llevamos libros para leerlos directamente. Yo escogí "El pícnic de un millón de años". Dios, se me anudó la garganta justo en la última frase.
Y todos se quedaron maravillados con el cuento.
Leí crónicas marcianas cuando aún siquiera era consciente de que la cf existía como tal fuera del pulp. Posiblemente si hubiera pensado que era una cf al uso no lo hubiera comprado(al principio la cf no me llamaba). Me leí una par de páginas en la librería y me lo compré. Quedé maravillado. Sinceramente.Era un nuevo manjar, que junto a Heliconia, me abrió las puertas a otro mundo.
Yo no lo he leído, fray César, pero me impongo la gozosa penitencia de leerlo YA. Empezaré ahora mismo, en este lluvioso lunes. Amén.
Lo peor de todo es que un impresentable haya tenido que mancillar el título de un libro tan hermoso convirtiéndolo en el paradigma de la telebasura. Y lo triste es que el 90% de la población probablemente asocia (y asociará) siempre esas dos palabras "Crónicas marcianas" (lo mismo que la expresión "gran hermano) con ese culmen del mal gusto y la ordinariez. Eso es un crimen. Cosas así deberían estar prohibidas y los responsables de ocurrencias semejantes colgados de los mismísimos en el arbol del dolor del Alcaudón.
Felideus: coincido contigo en todos esos autores que mencionas, salvo la Le Guin, que, aunque reconozco su calidad, siempre me ha aburrido. Pero es problema mío, no suyo.
Yarhel & Mármol & mazarbul: veo que sintonizamos. Pues sí, "Crónicas Marcianas" narra la destrucción de un mundo; ahora, nosotros vivimos en las ruínas.
Cristian: prueba a leer alguna de las otras antologías que menciono. Te gustarán.
Sfer: ¡Has demostrado que este blog vale para algo! Ahora debemos decidir si eso es bueno o malo... :-)
Alex: estoy contigo: Crónicas es uno de mis libros favoritos sin distinción de género.
Care: ya me contarás qué te parece.
Rickard: sí, amigo mío, yo también pensaba lo mismo que tú. Sin embargo, ¿te has preguntado cuánta gente ha comprado "Crónicas marcianas" pensando que era un libro sobre el programa? La mayor parte, supongo, se habrá llevado un chasco tremendo. Pero quizá alguno haya descubierto un mundo nuevo...
César, ¿de verdad crees que la gente que ve el programa "Crónicas marcianas" lee? Tú si que eres un optimista antropológico.
Esto, ¿alguien se acuerda de la adaptación televisiva, con un Rock Hudson arrugadito cual pasa de Corinto?
Yo me acuerdo sobre todo de la imagen de los barcos navegando por la arena.
Keep up the good work
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Enjoyed a lot! »
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