jueves, mayo 14

Mis malas películas favoritas

Hace tiempo, oí decir que Casablanca era la mejor mala película de la historia del cine y, si te paras a pensarlo, es verdad. La película de Curtiz es un cúmulo de topicazos sentimentaloides, con un Marruecos de guardarropía, diálogos imposibles y personajes de una pieza. De hecho, cuentan que el rodaje fue un caos donde nadie estaba muy seguro de saber de qué iba el asunto y el guión se improvisaba día a día. Y sin embargo, por una prodigiosa conjunción de factores, ahí tenemos una película inmortal con, quizá, el mejor final de la historia del cine (junto con el de El tercer hombre, me apresuro a afirmar).

No es Casablanca, por supuesto, el único caso de buena mala película. Ahí tenemos, por ejemplo, todos los films de los Hermanos Marx; el más cuidado de ellos, Una noche en la ópera, no pasa de mediocre y el resto son, cinematográficamente hablando, entre malos y muy malos. Pero, ¿eso qué importa? ¿Qué más da que la historia sea idiota, el guión inexistente y la dirección plana? El verdadero espectáculo son Groucho, Harpo y Chico, ellos impregnan de genialidad cada fotograma de sus películas y todo lo demás pasa a un segundo plano. O, ya en plan trash, podemos citar las películas hongkonesas de Bruce Lee. Son los films más cutres que he visto, pero a mí me fascinan. En cuanto aparece Lee toda la mugre se desvanece, y cuando se pone a repartir estopa suenan las campanas de gloria.

Aunque, claro, eso de Bruce Lee puede que sea una aberración exclusivamente mía. Porque todos, lo confesemos o no, tenemos unas cuantas buenas malas películas en nuestro altarcito particular dedicado al dios del mal gusto. Aunque, cuidado, no se trata de películas generalmente tildadas de bodrios que a nosotros nos parezcan buenas; no, son películas que nosotros mismos reconocemos como malas, pero que, por algún motivo, nos gustan.

Esto viene a cuento porque la semana pasada pillé en uno de los canales digitales una de mis malas películas favoritas; estaba empezada y ya la había visto dos o tres veces, pero me quedé viéndola hasta el final. Se trata de Velocidad terminal (Deran Serafian, 1994), protagonizada por Charlie Sheen y Natassia Kinski. Podríamos definir esta película como un Hitchcock macarra; de hecho, comienza de forma casi idéntica a Vértigo, sólo que en plan paracaidismo. Es la típica historia de hombre inocente que, por azar, se ve implicado en una conspiración que amenaza una y otra vez su vida. En este caso, la trama va de un rollo de espionaje escasamente original, está narrada de forma plana y contiene todos los tópicos imaginables. Pero hay algo en ella que me gusta. Puede que sea porque las secuencias aéreas están bien rodadas y resultan emocionantes, o porque la Kinski está jartá de buena, o porque Sheen me cae bien (es un actor limitado, pero capaz de burlarse de sí mismo), o porque es una producción sin pretensiones, o por su sentido del humor, o porque James Gandolfini aparece en un papelito secundario... no lo sé, pero, pese a lo mala que es, siempre me quedo mirándola.

Tras ver una vez más Velocidad terminal, me pregunté si había otras malas películas que me gustasen y, en pocos minutos, encontré cinco. Seguro que hay más, pero mi memoria es un desastre; en cualquier caso, permitidme compartir con vosotros mis vergüenzas. Por ejemplo, tenemos una exótica película llamada Hechizo letal (Cast a deadly spell, Martin Campbell 1991). Su argumento transcurre en 1948, en un Nueva York alternativo donde todo el mundo practica la magia menos el protagonista, un detective al estilo Marlowe llamado Lovecraft. Nuestro hombre recibe el encargo de buscar un libro misterioso (el Necronomicon, cómo no) y tendrá que enfrentarse a Primigenios, zombis, sucubos y todo tipo de monstruosidades. Vamos, un cruce entre los Mitos de Chtulhu y El Halcón Maltés. En realidad, se trata de una película producida para TV, pero como quedó resultona, decidieron proyectarla en cines, aunque en España se distribuyó directamente en video. El caso es que el acabado final es más bien cutre y los efectos especiales de barraca de feria (lo cual, por otro lado, le brinda cierto encanto). Pero Fred Ward está muy bien en su papel de detective cínico y duro, la idea es atractiva y el guión, aunque no saca todo el partido posible a sus planteamientos, está dotado de un juguetón sentido del humor. Una simpática buena mala película en definitiva.

Algo raro debe de pasarme con Martin Campbell, porque hay otra película suya en mi lista de malas-buenas: Límite vertical (2000). El asunto va de alpinismo: dos hermanos escaladores, chico y chica, están enemistados a causa de la muerte de su padre en un accidente de montaña (la hermana culpa al hermano). El chico deja de escalar, pero la chica sigue haciéndolo y, tiempo después, dirige una expedición para coronar el K2, la segunda montaña más alta del planeta. Hay un accidente y la chica queda atrapada, entonces su hermano organiza una cordada para rescatarla. En fin, la película es un cóctel de tópicos lleno de insensateces y escenas absurdas. Y sin embargo, tiene algo, un no sé qué, que la salva de la quema; quizá sea su curioso punto de vista sobre el alpinismo. Veréis, cuando se piensa en el Himalaya y en la escalada, lo que a uno le viene a la cabeza es soledad y silencio; pues bien, nada más lejos de la realidad. Tal y como muestra Campbell, durante la época de escalada las principales montañas del Himalaya están hasta arriba de alpinistas; una comunidad de pirados que viven por encima de los cuatro mil metros de altura. Puede que sea esa inusual visión del alpinismo lo que le presta cierto atractivo a la cinta, o las espectaculares escenas de escalada, o algún que otro personaje atractivo, como el escalador-zen que interpreta Scott Glenn, o la presencia de ese bomboncito llamadoIzabella Scorupco... o a lo mejor la peli es una mierda absoluta y yo me he vuelto tonto.

La siguiente película de mi lista es Temblores (Ron Underwood, 1989). Un pequeño pueblo de Nevada, situado en medio del desierto, se ve acosado por unos monstruosos gusanos gigantes. La verdad es que no estoy nada seguro de incluir esta película en la lista; porque si bien no cabe duda de que se trata de una serie B (al estilo de las de los 50), ya es más dudoso que sea una mala película. Lo cierto es que tanto el guión como la realización saben sacar partido a la premisa de partida (si no puedes fiarte del suelo que pisas, no puedes fiarte de nada), los efectos especiales son muy apañados para el presupuesto que se manejaba, la cinta está presidida por un tonificante sentido del humor y son más que notables las interpretaciones de Kevin Bacon y Fred Ward. Así que, después de todo, quizá no sea una mala cinta. Examinando las críticas que he encontrado en Internet, he podido comprobar que la opinión está dividida: algunos la consideran una bobada y otros un clásico menor. Todo lo que puedo decir al respecto es que a mí me parece muy divertida.

Bueno, si con la anterior película tenía dudas sobre su calidad, en lo que respecta a la que voy a citar ahora no albergo ninguna, porque, amigos míos, se trata nada más y nada menos que de una peli de ¡Jean Claude Van Damme! Me refiero a Blanco humano (John Woo 1993). De entrada, aclararé que, de todos los musculitos reparteleches que han pululado por el cine internacional, hay dos que no soporto: Segal y Van Damme. Me sacan de quicio con esa rígida inexpresividad achulada suya. No obstante, en el caso de Blanco humano... Veréis, la película es tan insensata que se inspira en un clásico indiscutible del cine fantástico, nada más y nada menos que en El malvado Zaroff (Ernest B. Schoedsack & Irving Pichel, 1932). La cosa va de un grupo que organiza cacerías humanas para millonarios; las piezas son ex-soldados vagabundos. Un día, la hija de uno de esos vagabundos comienza a buscar a su desaparecido padre, contrata a Van Damme, y la “ambición belga”, repartiendo bofetadas a diestro y siniestro, acaba con la organización. Como veis, una bobada de argumento nada original. Sin embargo, el director es John Woo, un realizador muy torpe a la hora de elegir los proyectos en que se embarca, pero un maestro de las secuencias de acción. Así que las secuencias de acción de la película están excelentemente coreografiadas (cabe destacar la casi surrealista pelea en el almacén del Mardi Grass). Por otro lado, jamás antes había ofrecido Jean Claude Van Damme un aspecto tan decididamente macarra, lo cual es muy apropiado, pues el belga siempre ha sido precisamente eso, un macarra. Además, la ambientación en los pantanos de Nueva Orleans confiere a la cinta un tono adecuadamente malsano. Y Lance Henriksen compone un excelente villano. Y Yancy Butler tiene unos ojos preciosos...

Y por fin llegamos al último título de esta breve lista: Warlock, el brujo (Steve Miner, 1989). Debo confesar que sólo la he visto una vez cuando la pasaron por TV, así que no la recuerdo muy bien. El argumento narra la historia de un brujo que, condenado a la hoguera en el siglo XVII, reaparece en Los Ángeles del siglo XX dispuesto a vengarse; para ello, busca los tres fragmentos de un grimorio capaz de destruir la Tierra. Pero le sigue a través del tiempo un cazador de brujos medieval que finalmente acabará con él gracias a la ayuda de una chica hechizada por Warlock. Se trata de una serie B muy serie B, pero rodada con inteligencia y sentido del humor. Julian Sands compone un correcto malvado, los efectos especiales están manejados con sobriedad e ingenio y está dirigida con ritmo y convicción. Pero una de las cosas que más me llamaron la atención de esta película es la clase de brujería que muestra; no se emplea alta magia al estilo del Necronomicon, ni un rollo altisonante inventado para la ocasión; por el contrario, los personajes usan conjuros y hechizos extraídos del folclore popular (por ejemplo, si cortas con un cuchillo de plata la huella de la pisada de alguien, le dejarás cojo), lo cual confiere a la cinta un divertido tono entre ingenuo y rural. De nuevo las críticas de Internet se muestran divididas y de nuevo me limito a afirmar que a mí me divirtió.

Bueno, pues se acabó la lista. ¿Alguna sugerencia?

15 comentarios:

eulez dijo...

¿Conoces el blog Vicisitud y Sordidez? Te va a encantar.

A. Romero dijo...

Curiosidad: ¿sabías que el director de "Velocidad terminal", Deran Sarafian, se ha encargado de una cantidad importante de capítulos de "House"? El tipo, además, apareció como actor en una película realmente mala que a mí me encanta ver: "Zombi 3", de Lucio Fulci (y Bruno Mattei).

Y es que entre tus "películas malas" incluyes un par que a mí me parecen francamente buenas (supongo que no por nada apuntas tus propias dudas al respecto), "Temblores" y "Warlock".

Si se trata de apuntar películas verdaderamente malas que pueden proporcionar un placer considerable en las circunstancias adecuadas, esta sería mi lista de recomendaciones a bote pronto:

- "Remo: desarmado y peligroso", precisamente con Fred Ward (aquí sí que levanta la peliculilla prácticamente él solo).
- "La matanza de Texas 3" (en la que, por cierto, Viggo Mortensen se emplea tan a fondo como en cualquier cosa que haya hecho después).
- "Comida sangrienta" (creo que el título original era "Blood Dinner"; quería ser un remake de "Blood Feast", la de H. G. Lewis, y felizmente les quedó mucho más divertida)
- "Calle sin retorno" (un Sam Fuller salido de madre, desquiciado y casi incoherente, pero siempre fascinante)
- "Decisión crítica" (por hacer la jugada Marion Crane nada menos que con Steven Seagal, el hermano tonto de Arévalo)

Jose Antonio del Valle dijo...

Ford Fairlane, el detective rockanrolero, todo un clásico ;D

A mí me gusta el cine bélico, y ahí de esas que dices hay miles: "Un taxi para Tobruk", por ejemplo, una especie de versión libre de "Sahara" que no sé por qué me impactó de pequeño.

Anónimo dijo...

Hace años echaron una serie d epelis de serie B sobre unos niños gemelos con chandal rojo y capucha (de los antiguos, como el que llevaba roky), y que iban sembrando el pánico. No se ni cómo se llamaba aquella peli pero no pude despegarme del televisor.
Y ya más recientemente (hace otros quince años) llegué a engancharme a la serie Sensacion de Vivir, de sus personajes horribles y esas interpretaciones que te hacían llorar (Jason, la que luego continuó en embrujada, y la sobrina de Spiegel, el productor). No daba crédito a mi mal gusto la verdad. Pero tenía su atractivo.
Mazarbul

A. Romero dijo...

Lo de los niños con chándal rojo y capucha... ¿será "Cromosoma 3", de Cronenberg?

Rodolfo Martínez dijo...

eso de Bruce Lee puede que sea una aberración exclusivamente míaVa a ser que no, que no es exclusivamente tuya. Bruce era Bruce, y ese plano final en Furia oriental, rodeado de japoneses, y él salta a por ellos en plan final de "Dos hombres y un destino"... joder, me emociona como un crío cada vez que lo veo.

Hechizo letal (a la que, no sé muy bien por qué, yo siempre he llamado Lovecraft, detective de lo oculto) siempre ha tenido un hueco en mi corazoncito. Tuvo hasta una secuela, donde Dennis Hopper hacía el papel de Lovecraft y que se llamaba Caza de brujas. Y, como se puede suponer, iba de que la caza de brujas de McCarthy había sido, en efecto, una caza de brujas en sentido literal. Idea maja de partida, pero peli cutre y chunga.

Y Temblores es sin duda lo que se solía llamar "una serie B apañada". Vamos, una peliculita sin pretensiones pero bien hecha y entretenida. Que no es poco.

Qué puedo decir de Blanco humano. Siempre sospeché que John Woo quería hacer un western y aprovechó esta peli para hacer algo parecido. De hecho, me encanta el sicario del malo (el tipo de La momia si no recuerdo mal), que es el único que tiene sentido común: "Oye", le dice a su jefe, "aquí ya hemos acabado, no hemos perdido nada importante, larguémonos y pasemos de ese pringao". Su jefe no le hace caso, claro, y obsesionado con cargarse a Van Damme acaba como ababa.

Van Damme, por cierto, que tampoco es santo de mi devoción tiene otra película por la que siento cierta querencia: Contacto sangriento. Típica peli de artes marciales pero que siempre me resultó maja.

Y confieso que ahora mismo no se me ocurre qué añadir a la lista de "vicios culpables". Coincido en buena parte de las que has mencionado.

Hombre, pensando pensando, se me ocurre ahora Top secret de Zucker, Abrams y Zucker (¿o era Abrams, Zucker y Abrams?, siempre me lío) que no sólo me parto cada vez que la veo, sino que en inglés no tiene ni la mitad de gracia.

Juan dijo...

Pues yo recuerdo, peliculas ochenteras, que reconociendo que son malas, me gustaron:

La NIEBLA,de John Carpenter, donde unos pirtas podres atemorizan a un pueblo, serie B pata negra.


ESTE CHICO ES UN DEMONIO, lo sé, que es mala, pero es que me muero de la risa cada vez que la veo, John Ritter se salía haciendo de super-padre.


EL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS, la escena final donde Ray Milland hace lo que hace se me quedó grabada desde mi más tierna infancia.

No puedo evitar hablar de cualquier película de Vincent Price o Peter , que las tiene de gran calidad pero hay cada bodrio que de vez en cuando me gusta ver, en fin, que sobre gustos...

Un saludo.

Big Brother dijo...

"55 días en Pekin", tan plíticamente incorrecta ella, me parece, pese a ser de mi odiado Nicholas Ray, una excelente película de acción entroncada con el mejor cine "colonialista" (Gunga Din, Tres Lanceros Bengalíes, La jungla en armas...) de los primeros años cuarenta.
Y, por cierto, tampoco estaría mal hacer una lista de las "buenas" películas que en el fondo son verdaderos bodrios llenos de trampas.
Item más: "Temblores" me parece una excelente película de la que se hicieron una/s secuelas del todo prescindibles.

Javier Albizu dijo...

Totalmente de acuerdo con lo de Temblores y Hechizo letal.
De temblores hicieron tambien otras dos peliculas e incluso una serie, pero no era lo mismo.
Maldicion, se me han adelantado con Remo (Fred Ward es una debilidad personal)
Yo añadiria casi cualquier cosa de Carpenter (especialmente Golpe en la pequeña china y Fantasmas de Marte) o en las que aparezca Chuck Norris en los 80 (que, no se porque, me cae simpaticote)
Otra de esos placeres culpables, que hace tiempo que no he vuelto a ver es "El señor de las bestias" (que tambien tuvo dos secuelas directamente horrendas)
Y para terminar Amanecer rojo que es mala como ella sola, pero me despierta el punto nostalgico.

Juanma dijo...

"Amanece que no es poco". Es un puto desastre de montaje, tiene los títulos de crédito más cutres de la historia del cine, da la impresión de que todo está rodado a la primera toma, el playback de las canciones del maestro de escuela es nefasto y, sin embargo, es una de mis películas favoritas, me sé sus diálogos de memoria y la vuelvo a ver siempre que puedo.

César dijo...

Como ya imaginaba, mi memoria es torpe y se ha dejado varias buenas malas películas olvidadas. Por ejemplo, como señala Javier Albizu, "Golpe en la Pequeña China", una de las películas de Carpenter más vapuleadas por la crítica, pero que a mí me parece divertidísima (por cierto, fue la primera peli de Kim Cattrall, luego famosa por "Sexo en Nueva York").

Otra buena-mala que olvidé citar es "El monstruo de las bananas" (1971), la primera película de John Landis. Se trata de una sátira del cine de terror rodada con cuantro duros en plan muy, pero que muy cutre. Cuenta la histora de un monstruo parecido a un gorila que se enamora de una chica ciega. En fin, es una peli muy mala, pero contiene una secuencia magistral. La ciega confunde al monstruo con un perro y empieza a jugar con él tirándole un palito. El monstruo, enamorado, le sigue el juego, pero poco a poco va hartándose de ir a buscar el puñetero palito. La primera vez que la vi, lloré literalmente de risa.

Eulez: gracias por el soplo. Es un blog muy divertido, aunque está sobre todo dedicado a la música.

A. Romero: Desconocía lo que comentas sobre Sarafian; es curioso. Y sí, probablemente "Temblores" es un clásico menor del cine fantástico y no debería estar en mi lista. "Warlock" sólo la he visto una vez y hace mucho tiempo.

Lo mismo me sucede con "Remo": la vi hace un huevo y sólo recuerdo que Joel Grey estaba muy divertido en su papel de maestro de artes marciales. El resto de las películas que mencionas no recuerdo haberlas visto.

José Antonio del Valle: vi "Un taxi par Tobrouk" cuando era un niño y no me acuerdo absolutamente de nada. Pero cualquier película con Lino Ventura dentro me gusta más.

Mazarboul: no te preocupes, todos nos hemos enganchado en algún momento con algún culebrón. A veces conviene dejar descansar el cerebro.

Rodolfo Martínez: me alegra que compartamos similares vicios, sobre todo en lo referente a Bruce Lee. Ya no me siento tan solo.

Juan: pues, sinceramente, no sé si "La niebla" es una mala película. A mí me pareció muy inquietante.

En cuanto a "Este chico es un demonio", creo que presenta a uno de los niños más hijos de puta, sin el menor paliativo sentimental, de la historia del cine, lo cual ya es un punto muy positivo. "El hombre con rayos x en los ojos" siempre me ha parecido rara y desagradable, así que puede que esté bien.

BB: lo siento, pero creo que "55 día en Pekín" es una buena, o cuando menos correcta, película, pese a pertenecer a tu odiado Ray. Tomo nota de tu propuesta.

Javier Albizu: Fred Ward también es una de mis debilidades; qué pena de actor desaprovechado... "Amanecer rojo" es una película simpáticamente insensata, pero que se toma demasiado en serio a sí misma.

Juanma: difiero, amigo mío: "Amanece que no es poco" me parece una de las mejores comedias españolas de todos los tiempos. Y creo que su aire cutre es voluntario.

Manuel dijo...

¡¡SPOILERS!!

No sé si el revisarla haría que me arrepintiese de mis palabras, pero guardo un buen recuerdo de "La noche de los cristales rotos", sobre todo de su guión y de su sorpresa final, fruto de un desarrollo "equivocado" del punto de vista y de un error de apreciación al inicio de la película donde se da por hecho una identidad, que no será tal al final.

Esta particularidad en el guión me parece muy ingeniosa y menos tramposa que los recursos de otras películas similares. Algo muy similar a lo que sucede en "El corazón del Angel", con Johnny Favourite siguiendo su propio rastro y buscándose a sí mismo, o en Memento. Son películas con sorpresa final, pero esa sorpresa viaja contigo durante toda la película y es tal su importancia en todo el desarrollo del guión que su pirueta final, a veces, no es más que una parte del todo y no su razón de ser.

Pocos momentos cinematográficos me impresionaron más (pienso que, no obstante, la película es mejorable y podría haber necesitado otro director más adecuado) que ver a Tom Berenguer sacar su propio cadáver de la cubeta, en el barco.

Javier Albizu dijo...

Con respecto a Amanecer rojo (y, en general, las peliculas de accion de los 80), precisamente es esa pretendida trascendencia la que las hace peliculas malas que "tienen algo"
Si fuesen conscientes de lo estupido o insensato de sus argumentos y desarrollos, podrian haberse convertido en grandes comedias absurdas.

Anónimo dijo...

una lista de malas buenas novelas

Big Brother dijo...

Me olvidaba de una "película mala" que a mi me parece buenísima: "Daniel el travieso", con un Walter Matthau absolutamente maravilloso y con una secuencia, la del vagabundo (el no menos maravilloso Christopher Lloyd) que secuestra (o es secuestrado) a Daniel, y que es una fiel transposición a actores de carne y hueso de la relación Silvestre-Piolín.
Cada vez que la veo me vuelvo a reir a mandíbula batiente como en los mejores años de mi infancia viendo, en el cine Actualidades de Madrid, las del gordo y el flaco.