martes, abril 23
San Jorge y el dragón
Dado el día que es hoy, el del libro, supongo que resultaría oportuno que un escritor como yo lanzara un mensaje a las nuevas generaciones fomentando la afición a la literatura. Pues bien, esto es lo que tengo que decir al respecto:
Leer es bueno, amiguitos.
Y ahora, cambiando de asunto, pero no de tema, voy a homenajear a San Jorge –y al dragón- dedicando esta entrada a enumerar los libros que más me han marcado. No me refiero sólo a los libros que me han gustado (porque evidentemente son muchos más), ni necesariamente a los mejores libros que he leído; estoy hablando de los libros de ficción que más huella me han dejado y/o que más me han influido.
He seleccionado los títulos de memoria, sin el menor afán de exhaustividad, así que faltarán muchos, seguro. No están todos los que son, pero son todos los que están. En cuanto al orden de aparición, pues es un poco a boleo, aunque he procurado hacer grupos. La mayor parte de los títulos que voy a citar los leí durante mi infancia y juventud, que es cuando las cosas dejan más huella. Y sin más preámbulos, aquí está la lista:
Las aventuras de Guillermo, de Richmal Crompton.- Quizá éste sea el libro (una serie en realidad) que más me ha influido de cuantos he leído. Por su descacharrante sentido del humor y por su hálito anárquico. Una obra maestra de la literatura, y no solo, ni mucho menos, para niños.
Las aventuras de Tintín, de Hergé.- Un tebeo, sí. Mi casa está llena de merchandising de Tintín (figuras de resina, portadas enmarcadas, etc.). Soy un friki, sí.
El hombre enmascarado, de Lee Falk y Sy Barry. Otro cómic, y de héroes con los calzoncillos por fuera del pantalón; pero quizá uno de los más complejos y mitológicos. Me fascinaba y me sigue fascinando. (Igual que Mandrake el mago, también de Falk).
Flash Gordon, de Dan Barry.- Y un cómic más. Me condujo a la ciencia ficción, y eso no es poca influencia.
El Coyote y Duke, de José Mallorquí.- Era mi padre, ¿qué más voy a decir? Recuerdo los eternos veranos de mi infancia leyendo novelas de El Coyote. O de Duke Straley, que era mi favorito.
Nómadas del norte, de James Oliver Curwood. Para nuestra actual sensibilidad, Curwood era más cursi que un repollo con lazo. Pero también era un notable escritor de aventuras cuyos protagonistas solían ser animales; en el caso del título citado, un perro y un osezno. A él le debo en gran parte mi amor por los animales.
20.000 leguas de viaje submarino y Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne.- Ya he hablado mucho últimamente de este autor. Baste decir que le he dedicado una novela.
La isla de las almas perdidas, de H. G. Wells.- Quizá otras novelas suyas me han gustado más, pero ésta me acojonó hasta la médula cuando la leí de niño.
Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas.- He aquí dos de las razones de mi amor por la literatura de aventuras.
La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson.- Y otra razón más.
Sherlock Holmes y El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle.- Otra razón para amar la aventura y el misterio.
Beau Geste, de P. C. Wren.- Una de las aventuras románticas más hermosas y toda una lección de narrativa.
Cuentos de Edgar Allan Poe.- Cada uno de sus cuentos es una lección de literatura.
Leyendas, de Gustavo Adolfo Becquer.- Mis primeras dosis de romanticismo.
Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.- Ya sé que es un ripio detrás de otro, pero me encanta. Esta obra y las dos anteriores me condujeron al movimiento romántico.
La odisea, de Homero.- La compré en la Cuesta de Moyano cuando tenía quince o dieciséis años (yo, no el libro ni la cuesta). No sé por qué lo hice, pero me encanto esa prosa tan arcaica y al tiempo tan moderna.
El Buscón, de Quevedo.- Lectura obligatoria del colegio, pero disfruté un montón con ella. Don Pablos es mi modelo de antihéroe.
Cuentos de Mark Twain.- Me hicieron llorar de risa.
Decadencia y caída, de Evelyn Wough.- Con este título, y con el resto de sus novelas/sátiras, Wough me demostró que la fórmula del humor puede ser la misma que la del ácido sulfúrico.
La serie de Jeeves, de P. G. Wodehouse.- El humor en estado puro.
Amor se escribe sin hache, de Jardiel Poncela.- De niño leí todas sus novelas, sus cuentos, sus artículos y gran parte de su obras de teatro. El mejor humorista español.
Mis memorias, de Miguel Mihura.- El segundo mejor humorista español. Me introdujo en el humor absurdo y surrealista.
Cuentos de Robert Sheckley.- Ciencia ficción sí, pero también y sobre todo humor. Uno de los escritores que más me ha hecho reír.
Trampa 22, de Joseph Heller.- El humor es una parte importantísima de mi vida. Pero nadie nace con sentido del humor; se adquiere. A través de las lecturas, por ejemplo.
Cuentos de Franz Kafka.- Cuando tenía 17 o 18 años leí sus cuentos. A continuación, tres de sus novelas seguidas. Y me empaché. Pero me marcó.
Ficciones y El aleph, de Jorge Luis Borges.- Mi dios literario particular. Me cambió la forma de entender la literatura.
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.- Lo leí cuando tenía 18 o 19 tacos, durante dos días alucinados. Levité. Afortunadamente, he resistido la tentación de escribir realismo mágico.
El señor de las moscas, de William Golding.- Para mí no fue un libro, sino un puñetazo en la mandíbula.
Cuentos de Fredric Brown.- El ingenio como razón de ser, y también una particular visión del mundo y de la humanidad.
Cuentos de Ray Bradbury.- Me introdujeron en el humanismo y la poesía y enseñaron a amar la nostalgia.
Tigre, tigre..., de Alfred Bester.- Esa novela es un rompecabezas que aún me sigue intrigando.
Cuentos y novelas juveniles de Robert Heinlein.- Heinlein quizá sea el autor que más me ha influido como escritor de literatura juvenil.
Tú el inmortal y El señor de la luz, de Roger Zelazny.- Otro chute de humanismo y sendas lecciones de narrativa.
El mundo de cristal, de J. G. Ballard.- Esta novela me enseñó la importancia psicológica del paisaje en la literatura. Una alucinación deslumbrante.
1984, de Orwell.- Quizá la novela que más me ha deprimido y más me ha fascinado.
Ciudad, Estación de tránsito y Maxwell al cuadrado, de Clifford D. Simak.- Este escritor es mi debilidad particular, con su encantador humanismo rural. Hace años, cuando estaba triste, releía la tercera de las novelas citadas y me ponía de buen humor.
Flores para Algernon, de Daniel Keyes.- El libro más conmovedor que he leído jamás.
El guardián entre el centeno y los cuentos de J. D. Salinger.- La prosa de Salinger es un bisturí que muestra el lado oculto y oscuro de la realidad.
Watchmen y From Hell, de Alan Moore.- Otro par de cómics. La narrativa de Moore es tan inteligente como compleja.
La muerte de Arturo, de Thomas Malory.- La versión canónica de la leyenda artúrica. Con este libro me enamoré de una de las historias más antiguas y hermosas de occidente.
Las crónicas del señor de la guerra, de Bernard Cornwell.- La versión moderna del anterior título, y una de las mejores novelas contemporáneas de aventuras.
La mansión de las rosas, de Thomas Burnett Swann.- Una historia deliciosamente romántica que me devolvió el maravilloso mundo de los cuentos de hadas.
Poesía de Antonio Machado.- La leí gracias a Serrat y me deslumbró su inteligencia. Machado es el poeta de quienes no suelen leer poesía. Como yo.
Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll.- Lo leí ya de mayorcito y en una edición anotada. Fascinante.
La mirada del observador, de Marc Behm. Behm es un escritor de segunda con un montón de malas novelas sobre sus espaldas. Pero La mirada del observador es una pequeña obra maestra. La historia de amor fou más fou de la historia.
El nombre de la rosa, de Humberto Eco.- Lo malo es que inició una moda literaria nefasta. Lo bueno es que es una novela de género diseñada por un amante de las novelas de género para los amantes de las novelas de género. Como yo.
El palacio de la Luna, de Paul Auster.- Un libro que es un universo en sí mismo.
Seguro que hay muchos más; pero estos son los que ahora se me vienen a la cabezota: los libros de ficción que más huella me han dejado y/o que más me han influido. Repasándolos, me doy cuenta de lo poco sofisticado que soy como lector. Pero ecléctico, eso no me lo quita nadie. Hay otros muchos libros en mi vida, por supuesto, pero no me gustaron del mismo modo. Es una de las muchas cosas malas que tiene hacerse mayor...
¿Y vosotros? ¿Cuál es el libro que más os ha marcado?
¡Feliz día del libro!
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27 comentarios:
Pues así a bote pronto:
-Meridiano de sangre de Cormac McCarthy
-1280 almas de Jim Thompson.
-El quimérico inquilino de Roland Topor.
-Los Hermanos Karamazov de F. Dostoievski.
-Mientras agonizo de William Faulkner.
-Las estrellas mi destino de Alfred Bester (aquí coincido contigo)
-El doble de F. Dostoievski.
-Cosecha roja de Dashiell Hammett.
-La saga de Mundodisco de Terry Pratchett (soy incapaz de señalar uno)
-Dune de Frank Herbert.
-La serie de los Cinco de Enid Blyton (me gustaba muchiiisimo leerlos de pequeño)
-La saga de Flanagan de Andreu Martin y Jaume Ribera.
-El árbol de la ciencia de Pío Baroja.
Y me faltan muchos pero que ahora mismo no me vienen a la cabeza en este momento, pero que sin duda debería poner. Son tantos...
Salud, César, encantado de volver a leerte.
Creo que la entrada es una muy buena excusa para entender de dónde venimos literariamente hablando, y, dando un pasito más, por qué nos han marcado unos libros más que otros, si reflexionamos un poquito.
En mi caso coincido con bastantes de los que mencionas (La mirada del observador de Marc Behm no la conocía, así que me la apunto), pero añadiré algunos:
- El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien (25 años esperando poder verlo plasmado en imágenes en el cine).
- Maestro Cantor y El juego de Ender de Orson Scott Card.
- Alguien voló sobre el nido del cuco (lo leí unos 18 ó 20 años después de comprarlo, pero creo que cada lectura tiene su momento)de Ken Kesey.
- Chacal de Frederick Forsyth.
- El sabueso de los Baskerville y El mundo perdido de sir Arthur Conan Doyle.
- Los vampiros de la mente de Dan Simmons
- La fuerza de su mirada y Las puertas de Anubis de Tim Powers.
- Crónicas marcianas de Bradbury.
- Prácticamente todo lo de Julio Verne.
- La máquina del tiempo (también la película de los 60), El hombre invisible, La guerra de los mundos y La isla del Dr. Moreau de H. G. Wells.
- Las aventuras de los Cinco de Enid Blyton.
- Flores para Algernon (relato, novela y película) de Daniel Keyes.
- Yo, robot, Asesinato en la Convención, Viaje alucinante y Los cuentos de los Viudos Negros de Isaac Asimov.
- El fin de la infancia de Arthur C. Clarke.
- El lazarillo de Tormes.
- Por supuesto, El Quijote de Cervantes.
- Mortadelo y Filemón de F. Ibáñez.
- Superlópez de Jan.
- Los cómics de Bonelli.
- Los cómics de la Fleetway.
Y un montón que me dejo en el tintero, pero que también merecerían ser nombrados.
Un saludo
Juan Constantin
Pues, si tuviera que elegir un único libro, el que más huella me ha dejado sería "La Historia Interminable", de Michael Ende, por lo menos es el que más veces he leído a lo largo de mi vida (precisamente acabo de leérselo a mi hijo de 6 años y lo tengo reciente). Se lo recomiendo a todo el mundo.
Ya sé que no tragas con Ende, y que tuviste que abandonar dicho libro por la mitad. No pretendo convencerte de que lo leas, no me malinterpretes, tan solo lo digo porque, curiosamente, a mí me pasó lo mismo la primera vez que lo intenté... a falta de cuatro capítulos del final. Que tiene delito, pero es que toda la segunda mitad con el viaje de Bastian se me hizo muy larga. Tendría yo más o menos diez años, y fue el primer libro extenso que abordé, porque me gustaba mucho la película durante mi infancia, claro que la película recogía tan solo la primera mitad del libro (y no, la segunda película NO ES la segunda mitad, que la vi hace unos días y me dio un asco horroroso, posiblemente sea la peor película que he visto en mi vida, y eso es decir mucho).
Pero volvamos a lo que iba. Tiempo después leí esos cuatro capítulos que me faltaban y me pareció un rollo (y, peor aún, un rollo sensiblero), pero sentí que se me había escapado algo con el parón, así que me quedó reconcomiendo el volver a leerlo. Y, cuando finalmente lo hice, me encantó, no pude evitarlo. Es como si de pronto hubiera sido otro libro.
Creo que le ocurre algo como a Watchmen, que cada vez que lo lees, encuentras más cosas que se te habían pasado por alto (curiosamente, eso mismo hizo que el final de Watchmen no me gustara la primera vez que lo leí y la segunda sí).
Desde entonces, cada vez que he vuelto a releer el libro, más me sigue gustando, más conexiones veo entre las distintas cosas que suceden y más me fascina descubrir (y redescubrir) la coherencia y la solidez que se esconden tras unas situaciones y personajes tan aparentemente caprichosos y arbitrarios, comprobar cómo verdaderamente existen unas leyes en ese mundo que hacen que todo tenga sentido, aunque se apoyen en recursos poéticos. No sé, para mí, que me aburre la poesía, es como poesía en prosa.
Me encanta el principio, en la librería, con el rótulo al revés (y cómo vuelve el autor a él en cierto momento); la alternancia de colores en la impresión y el partido que le saca el autor; los juegos metatextuales que hace continuamente con el lector; el tema de verse uno absorbido tanto por un libro que llegue un momento en que quedes atrapado en él; la simbología que acompaña a muchos de los capítulos; la relatividad espacial y temporal que gobierna Fantasía; el poder del nombre de las cosas; el camino de los deseos, el más peligroso que hay, porque en ningún otro es tan fácil perderse; el destino cruel que les espera a los que se pierden en él...
Bueno, pues ya paro. Perdona por dar la brasa. Es que lo tengo muy reciente.
Ah, por cierto, a mi hijo le ha
gustado mucho. Pero esa es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.
A bote ponto, sin pararme a pensar:
- Lovecraft (sobre todo El caso de Charles Dexter Ward y En las montañas de la locura)
- El señor de Los Anillos
- La fundaciones y Cita con Rama (mi descubrimiento de la ciencia-ficción literaria, mi caida al abismo)
- Bosque mitago
- Cien años de soledad (la prosa más alucinante que he leido nunca)
- Los cómics de los patos de Carl Barks (aquella Colección Dumbo)
Son solo un ejemplo, hay más, muchos más ...
Me han venido a la mente dos más:
- Éxodo de Leon Uris, la habré leido con 14 o 15 años, en su momento me marcó, hoy en día siento simpatía por los judios y el estado de Israel por su culpa (hace poco intenté releerla y se me cayó de las manos, vaya tochaco infumable).
- El Don Apacible del premio nobel ruso Mijaíl Shólojov - lo leí también con 14 o 15 años, un novelón de más de 1200 páginas (en realidad creo que es una tetralogía
pero yo lo tenía en un solo volumen). La historia de una familia de cosacos desde principios del siglo XX, pasando por la 1º GM la revolución rusa, la guerra civil posterior, el advenimiento del colectivismo...
Difícil escoger uno.
- El Señor de los Anillos (Con 13 años).
- Cyrano de Bergerac, de Rosland.
- 1984 (con similar sensación a la tuya).
- Engaño, de Hungtinton
- Jo Confesso, de Jaume Cabré.
Bienvenido, César. ¡Me encantan los listados! Ahí va el mío. Se tratan todos ellos de libros que leí en mi infancia o temprana adolescencia (mientras cursaba los extintos EGB y BUP) pues esa es la etapa en la que los libros te marcan. Ya más de adulto los libros te pueden gustar, hacerte reflexionar pero marcar… no creo. Como el que tú pones, no es un listado exhaustivo y no están por orden (salvo los 4 o cinco primeros). Los he ido poniendo según me han ido saliendo y seguro que me dejo muchos pero sí son todos los que están. He decidido dejar los comics a un lado para no extenderme más de la cuenta (a mí también me marcaron “El hombre enmascarado” o “Flash Gordon” pero también “El príncipe Valiente”) y, en algunos también he añadido un breve comentario de por qué me marcaron o son especiales para mí.
- “El señor de los anillos”, “El Hobbit” y “El Silmarillion”, de Tolkien. Me llevaron a ver la película de dibujos cuando era pequeño y se me quedó grabada en la mente. Unos años después vi el primer tomo expuesto en el escaparate de la librería y… Mi libro favorito desde entonces. Ya me los había leído más de una vez antes de acabar la EGB.
- “1984”, de George Orwell. Lo leí en 1º de BUP como parte de una actividad de clase. Toda una revelación y aún lo sigue siendo.
- “El señor de las moscas”, de William Golding. También lo leí en BUP comp parte de la asignatura de Ética. Otra revelación para mí en aquella época.
- “Yo, Claudio”, de Robert Graves. Mi novela histórica favorita y mi personaje favorito de ficción. ¡Cuántos tesoros encierra esta novela! Guardo como oro en paño mi edición de Círculo.
- “La trilogía de la Fundación”, de Isaac Asimov. También lo leí en la EGB. El libro que me enganchó a la cf.
- “El Mundo de los Dioses y los Héroes. Leyendas y mitos famosos”. Se lo vi a otro niño en el colegio y no paré hasta que una tía mía me lo consiguió a mí también. Iba yo a 2º de EGB y este libro fue uno de los responsables de mi amor a la lectura, a la cultura clásica y a la fantasía, sin duda
- “El fugitivo”, de Stephen King. El libro que me enganchó a King. Iba yo a 1º de BUP.
- “El corsario negro”, “Sandokán”, “El león de Damasco”, “Los solitarios del Océano”, “Las hijas de los faraones” y “La cimitarra de Buda” de Emilio Salgari. Los compraba de saldo en una librería de al lado de casa y en la portada ponía “Novela para adultos” ¿Acaso se necesita algo más para llamar la atención del niño que yo era? Siempre preferí al pobre Salgari que a Verne.
- “Viaje al centro de la Tierra”, “La isla Misteriosa”, “Los hijos del Capitán Grant”, y “Cinco semanas en globo” de Julio Verne. Creo que me leí a todo Verne durante mi época escolar pero estos son mis favoritos.
- “Las minas del rey Salomón”, de Henry Ridder Haggard o cuando descubrí de dónde venía Indiana Jones.
- “La flecha negra”, de Robert Louis Stevenson. “Cuatro negras flechas en mi cinto había, por las cuatro penas que el alma tenía. Pues cuatro son los nombres de los malnacidos que de vez en cuando nos han oprimido. Una ya ha volado y con tino cierto, Appleyard el viejo ha caído muerto…” Aún puedo recitar todo ese pasaje de memoria después de tantos años y es que esta novela llegó a mí antes que “La isla del tesoro”.
- “El sabueso de los Baskerville” y todo Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle. Qué decir, es Sherlock.
- “El candor del padre Brown”, Gilber Keith Chesterton. Me lo regalaron unas compañeras de mi clase (entre ellas, la chica que me gustaba) cuando sufrí una operación en 8º de EGB. Me convertí en fan absoluto del padre Brown y Chesterton desde entonces.
Rickard
Sigo con el listado del post anterior:
- “La guerra de los mundos” y “La máquina del tiempo” de H. G. Wells.
- “Los caballeros del rey Arturo”. No era la de Malory ni la de Steinbeck sino una versión publicada en una oscura colección juvenil sin autor pero fue la que encendió mi amor por la leyenda artúrica que ya no me ha abandonado.
- Colección “Hombres Famosos” de Toray. Sin duda la editorial y la colección es una de las responsables de mi gran amor por la Historia y de que acabara estudiando esa carrera. Gracias a ella me acerqué a las fascinantes vidas de personajes como: Aníbal, Juan de Austria, El gran capitán, Ali Bey, Livingstone, Edison, Abraham Lincoln…
- Las colecciones “Historias Selección” de Bruguera y “Novelas Famosas” de Toray. Eran esas adaptaciones de obras famosas que combinaban la letra impresa y también la adaptación en cómic con viñeta. Son las principales responsables de mi temprana afición a la lectura y fueron mi primer acercamiento a algunas de las grandes obras de la literatura.
- “Los muchachos de la calle Pal” de Ferenc Molnar. Me lo regaló el que por aquel entonces era el jefe del trabajo de mi padre, un italiano afincado en España. Me dijo que siempre había sido su libro infantil favorito y pronto fue también uno de los míos. No he leído un libro que refleje mejor el mundo de la infancia y de las pandillas infantiles.
- “Historia de los griegos” e “Historia de Roma”, de Indro Montanelli. Un regalo de mi madre. Nadie ha contado mejor la Historia que Montanelli.
- “Aquila, el último romano”, de Rosemary Sutcliff. Novela publicada en la colección juvenil Gran Angular de SM y que me marcó mucho por su tono crepuscular, de mundo que se acaba, el de los romanos en Britania y otro que nace, el de los britanos.
- “Cruzada en Jeans”, de Thea Beckman. Otra novela de las de Gran Angular, reeditada una y otra vez.
- “Un ejército de niños”, de Evan H. Rhodes: me leí ésta después de haberme leído la anterior porque trataban del mismo tema, la cruzada infantil, pero me llevé la sorpresa de que ésta era en tono mucho más duro y realista. Me impresionó mucho y durante mucho tiempo.
- “Trilogía de Dune”, Frank Herbert. Me los regaló mi madre, aconsejada por una dependienta del Corte Inglés, mucho antes de que ni siquiera se planteara lo de la peli. Acertó y lo disfruté un montón.
- “La historia interminable”, de Michael Ende. Otro regalo de mi madre (y van). A mí sí me gustó, tanto la primera parte del libro, la de Atreyu, como la de Bastian y, en aquel momento me marcó bastante.
- “Fahrenheit 451”, de Bradbury. Me lo compró mi madre de niños durante unas vacaciones en un kiosco en una colección sobre “libros de cine”. “Crónicas marcianas vino después.
- “El hombre demolido”, de Alfred Bester. Lo primero que leí de Bester, en una ahora ajada edición de Minotauro y, durante mucho tiempo, mi libro favorito de cf.
- “Un mago de Terramar”, de Ursula K. Leguin. El único libro de fantasía que logró hacerle sombra a Tolkien durante un tiempo en mi temprana juventud.
- “El aleph”, de Jorge Luis Borges. Un día de verano, en el apartamento de playa de un vecino, hojeé al azar un libro de un tal Borges (en la colección RTVE de Salvat) y me llamó la atención un cuento titulado “El inmortal”. El resto es historia.
- “Amadis de Gaula”, “Cantar de Mio Cid”, “Selección de Romances”, “Novelas ejemplares”, adaptados para jóvenes por la editorial Everest. Mi amor por la literatura clásica española viene de cuando me los leí en esa editorial en la biblioteca de mi cole.
- “Q”, de Luther Blisset. El único de los libros que ha logrado marcarme ya de adulto por ser una novela histórica ambientada en el nacimiento del protestantismo que y que logra abrirte los ojos ante todo lo que está pasando hoy día.
Rickard
Serían muchos libros, pero si tuviese que quedarme con dos cuya lectura me cambió la visión de la vida serían Paula, de Isabel Allende y La muerte blanca de Eugenia Rico.Inolvidables.
Saludos
Por cierto, yo nunca soporté ni a "Los cinco" de Enid Blyton ni a "Los Hollister" (de éstos últimos tenía unos cuantos que revendí). Yo era fan de "Alfred Hitchcock y los tres investigadores" que me encantaban.
También me regalaron de pequeño uno de "Guillermo el travieso" de Richmal Crompton pero reconozco que no me gustó.
Rickard
Hombre, "Alfred Hitchcock y los Tres Investigadores". Qué recuerdos.
Si "La Historia Interminable" fue mi primer libro extenso, estos otros fueron mis primeros libros a secas. Entre mi hermano y yo nos hicimos con media colección. No es que fueran gran cosa, pero fueron con los que verdaderamente aprendí a leer un libro.
Mis favoritos eran "El Misterio del Loro Tartamudo", con aquellos loros que citaban a personajes literarios ("To-to-to be or not to-to-to be, that is the question."); "El Misterio del Testamento Sorprendente", que me fascinó con su poema-adivinanza-mapa del tesoro en cockney (qué difícil tuvo que ser aquello de traducir); y "El Misterio del Perro Invisible", el único que presentaba elementos sobrenaturales de verdad.
Una cosa graciosa que recuerdo es que raro era el libro que no contenía un capítulo titulado "¡Atrapado!". Bueno, pues en uno de ellos (no recuerdo cual) no había uno, sino dos.
Gabriel: Yo soy ecléctico, pero anda que tú...
Juan Constantin: Yo también debería haber incluido a Ibañez en mi lista; lo olvidé. En cuanto a Clarke, estuve tentado de incluirle, pero no por una novela, sino por un cuento: "El centinela"
Jarl 9000: Estoy seguro de que "La historia interminable" es un libro excelente. Pero no solo no encaja con mi sensibilidad: choca con ella. Qué se le va a hacer...
Numael: Vaya, hay varios títulos en tu lista que debería haber incluido en la mía: "Bosque Mitago", que me dejó con la boca abierta. Y las dos historias de Lovecraft que citas. Y los cómics de Banks, por supuesto.
Rickard: Interesante y nutrida tu lista, vive dios (aunque yo sólo me refería a los libros de ficción). "El príncipe valiente" me encantaba y me encanta, pero no dejó en mí tanta huella. Curiosamente, yo leí primero la versión (incompleta) de "La muerte de Arturo" que hizo Steinbeck (“Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros”), pero no me gustó demasiado. Prefiero con mucho el original de Malory. Y te recomiendo encarecidamente la versión de Cornwell. En cuanto a Salgari, lamento confesar que jamás, ni de niño ni después, he leído un libro suyo.
Enid Blyton nunca me gustó. Cuando yo tenía 9 años tuve un ataque de apendicitis y, durante la convalecencia, me regalaron la colección de "Los cinco". Como me aburría, la leí, pero no me gustó ni un pelo. Aquellos niños eran demasiado buenos, formales y respetuosos (sobre todo en comparación con Guillermo Brown), y además no me creía nada de lo que hacían. Yo era, y siempre seré, un "Proscrito" (así se llamaba la pandilla de Guillermo: Los Proscritos).
En el pecado de no gustarte Guillermo Brown llevas la penitencia: no haber disfrutado a muerte con la sana anarquía de Guillermo Brown :)
César:
Bueno, los únicos libros de no ficción que he puesto en mi lista son, creo, "Historia de los griegos" e "Historia de Roma" de Montanelli. Vaya en mi descargo decir que es tan ameno y está tan bien contado que se lee comó la mejor de las novelas o como una colección de cuentos.
Y el Príncipe Valiente me marcó quizás por descubrirlo de niño gracias a un tomo que me regaló mi padre tras uno de sus viajes, aunque ya conocía la película de bastante antes y era de mis favoritas (pese a parecerse al comic como un huevo a una castaña).
Respecto a la leyenda artúrica, sí he leído la de Malory, por supuesto, y también la de Cornwell, que me encanta, tan épica y brutal y, la que también es una de mis versiones favoritas, el "Camelot" de Terence H. White. Si no conoces esta última, te la recomiendo también. Es... diferente, y va evolucionando desde el tono infantil del principio (de ahí se sacó la película "Merlín el encantador") hasta el tono adulto y oscuro del final.
Y es una pena que te hayas perdido a Salgari. ¿Ni siquiera "El corsario negro" ni "Sandokan"? Jo. "El corsario negro" tiene uno de los mejores finales que haya leído nunca en la novela de aventuras. Por cierto que el filósofo Fernando Savater, en su libro "La infancia recuperada" dedicado, precisamente, a la literatura infantil y juvenil, propone una teoría asaz curiosa a la vez que plausible, y es que Sandokán podría ser ni más ni menos que el padre de... ¡El capitán Nemo!
Y en cuanto a lo de Guillermo Brown... ¡que voy a decir! ¡Mea culpa! Recuerdo que cuando yo era pequeño y más o menos por la época que me regalaron el libro, también echaban por la tele una serie basada en el personaje y tampoco me gustaba. Será que yo era un niño muy formalito y lo de la anarquía no casaría conmigo hasta mucho más tarde, jajaja.
Rickard
-Boy,relatos de infancia, de Roald Dalh,un anecdotario escolar escalofriante contado con tono de cachondeo,que deberían leer quienes alaban los sistemas educativos tradicionales.También Charlie y la fábrica de chocolate, y su sicodélica continuación de c/f, Charlie y el ascensor de cristal.
-Julio Verne.
-Secuestrado, de Stevenson.
-El hobbit y El señor de los anillos (soy original, sí).
-Moby Dick, de Herman Melville.
-Todo Sherlock Holmes.
-Los cuentos de Poe.
-Los mitos de Cthulhu, de Lovecraft y otros, en la antología de Rafael Llopis.
-Las aventuras de Hucklelberry Finn, de Mark Twain.
-El candor del padre Brown y El hombre que fue jueves, de G.K.Chesterton.
-Todo Borges, incluyendo cuentos, ensayos, poesía,recopilaciones de artículos,introducciones a literaturas varias y hasta el libro de entrevistas de Osvaldo Ferrari.
-El guardián entre el centeno, de J.D.Salinger.
-La naranja mecánica, de Anthony Burgess.
-Dioses menores y ¡Guardias!¿Guardias?, de Terry Pratchett.
-Todas las novelas de Raymond Chandler.
-El tambor de hojalata, de Gunter Grass.
-Tebeos: Lucky Luke y Asterix,Tintín,Corto Maltés,Watchmen.
-Leyéndolo ahora,pero sospecho que me dejará poso:El arco iris de gravedad,de Thomas Pynchon.Muy duro de leer,pero,cuando uno logra entrar en ese mundo paranoide y lisérgico, fascina.
¡Viva el eclecticismo y viva la ficción!. Es verdad que es en la infancia y la juventud cuando todo deja huella más duradera.
También a boleo, ahí van algunos títulos que me impresionaron en su momento aunque haya otros mejores.
-- Las aventuras de Huckleberry Finn. Mark Twain
-- La isla del Tesoro. RL Stevenson
-- Veinte mil leguas de viaje submarino. JVerne
-- El tigre de Malasia y toda la serie de Sandokan. Salgari
-- Sascha Yegulev. Leonidas Andreiev.
-- Moby Dick. Melville
-- El corazón de las tinieblas. Conrad
-- México insurgente. John Reed
-- Cien años de soledad- GGMárquez
Aunque del boom prefiero sobre todo
-- Rayuela. J. Cortázar.
Y el precursor brasileño
-- Gran Sertón: Veredas. Joao Guimaraes Rosa
-- El Aleph. Borges
-- La vida es linda, hermano. Mazim Hikmet
-- Vuelo nocturno y Tierra de Hombres (antes que El Principito). A. de Saint Exupery
-- Cuentos. Poe
-- Bajo el volcán. Malcolm Lowry
-- 1984. Orwell
-- Cosecha Roja. Dashiell Hammet
-- La metamorfosis. Kafka.
-- Los muertos. Relato del libro Dublineses de Joyce. POr supuesto también Ulises. Pero siento predilección por Los muertos quizás influido por la maravillosa versión que hizo Houston para el cine.
-- 2666. Roberto Bolaño.
-- El mar. John Banville
-- Acabo de leer Volver, de Tony Morrison, y me ha impresionado, que de eso se trata.
Yo también citaré a José Mallorquí. LLegué a él a través de la radio. Y de la radio a los libros. Por eso:
-- Cualquier título de Dos hombres buenos. A boleo:La ruta del exterminio o Al norte de Río Grande. Y El Coyote, claro.
Y, hablando de radio, lo relaciono, naturalmente, con La guerra de los mundos. H.G. Wells.
Etc.Etc.
Me hicieron leer El Quijote siendo muy niño. Así es que lo odié durante mucho tiempo. Lo volví a leer más tarde y lo comprendí. Ahora lo releo y lo releo y lo releo...
Aquí lo dejo, aunque podría seguir, como comprenderás.
Es la primera vez que escribo en un blog y será "en corto y al pie".
- Dracula. De Bram Stocker. Aún tratandose de una novela relativamente antigua (1897) me fascinó su originalidad narrativa y la tensión que transmitía.
Felicidades por crear este rincón tan acogedor donde se escriben tantas reflexiones o "cosas inútiles", sin ellas perderíamos la cordura.
Ay,pues llego tarde con mi comentario...No quiero dar una lista,que sería larga,como la de todos los merodeadores. Solo mencionar mi devoción por un autor que no iba para escritor (su hermano sí) pero consiguió escribir unas historias encantadoras,llenas de humor y felicidad.Me refiero a Gerald Durrell,no solo con su trilogía de Corfú ( Mi familia y otros animales) sino con varios cuentos más, geniales,con los que yo me río cada vez que los leo...Osea,que los he leído muchas veces y sobre todo cuando necesito consuelo.
Un saludo de Aurora Boreal
Historia torcida de la literatura, del catalán Javier Traité. Lloré de risa.
Érase una vez en Colombia, de Ricardo Silva Romero.
Sinsajo, de Suzanne Collins.
Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks.
Crónicas Marcianas, de Bradbury.
El pistolero, de Stephen King.
El sabueso de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle.
Los recomiendo encarecidamente.
No sé si cuando dices Beau Geste te refieres a la trilogía entera -Beau Geste, Beau Sabreur y Beau Ideal- que componen, como dices, una de las aventuras románticas más hermosas y mejor contadas que jamás he leído, o solo al primer tomo, que es el que lleva ese título y el que más se popularizó gracias a las versiones cinematográficas, pero cuya historia se queda coja sin los otros dos. Leí la trilogía por primera vez a los seis años y me deslumbró- Durante los ocho o nueve años siguientes la releí regularmente una vez por verano, y sin duda es la novela que más me ha marcado nunca. No impidió que con el tiempo me hiciera antimilitarista y antiimperialista, pero en cambio me ayudó a serlo con más fundamento.
Simultané estas lecturas con Guillermo Brown, desde luego, una obra maestra; y con Verne, Sienckewitz -¡A través del desierto!- y -lo he echado de menos en tu relación- con el inmenso e inigualable Wodehouse, que sigue siendo uno de mis autores de cabecera cuarenta y muchos años después- Y, en general, con todo lo que pillara, como hasta ahora mismo. Un abrazo.
Anónimos sin identificar: Hombre, tratándose de opiniones personales deberías haberos identificado aunque sólo sea un poquito :)
Vanbrugh: De niño leí sólo la primera, "Beau Geste". Ni siquiera sabía que había otras dos. Por supuesto que la ideología que hay detrás es nefasta, como ocurre con todas las novelas de aventuras coloniales, pero como artefacto literario es un prodigio.
Claro que incluyo a Wodehouse en mi lista, compruébalo: lo cito en concreto por su serie de Jeeves, pero me chifla toda su obra. También es uno de mis autores de cabecera y de vez en cuando leo (o releo) algo suyo.
Off topic.
Este comentario se ha hecho en los blogs de JJ Rodríguez, Rafael Marín y de César Mallorquí.
Acabo de ver “Teléfono rojo; volamos hacia Moscú”. Excelente película pero que recuerdo ver de pequeño y que siempre la asocio a otra película…
Cuento de que va por si alguien la reconoce. Obviamente hay SPOILER. La película es de la misma temática aunque sin tono de comedia que a veces tiene la de Kubrick.
Un avión americano vuela para bombardear Moscú. También hubo un error pero aquí no se pierde la comunicación. El problema es que se ha sobrepasado algún límite de tiempo o seguridad por lo que el piloto no aborta la misión pese a las órdenes del propio presidente de EEUU. De hecho, recuerdo decir “Le habla el presidente de los EEUU” y el piloto cortar de un manotazo. Tampoco atiende a las llamadas de su mujer.
Finalmente, el propio presidente ofrece al líder soviético, más bien comunica que otro avión sobrevuela Nueva York y que si Moscú es destruido bombardeará su propia ciudad. Recuerdo como alguien, quizá el embajador americano en Moscú va describiendo como cae la bomba sobre Moscú. Como los ayudantes del presidente comentan que la primera dama está de visita en Nueva York y que si lo sabe. Alguien que contesta que lo sabe.
La última escena es ver escenas de Nueva York, y cuando una bandada de aves levanta el vuelo se congela la imagen.
Supongo que la vi a mediados de los setenta. Puede que sea una producción de TV. ¡A ver si hay suerte y alguien la reconoce!
¡Ah! Y gracias de antemano.
CorsarioHierro: La película en cuestión es "Fail Safe", que en España se llamó "Punto límite". Es de Sidney Lumet y está basada en una novela de Eugene Burdick y Harvey Wheeler. Se estrenó en 1964 y es el típico producto de la Guerra Fría. No está nada mal.
Lo de "Punto límite" se refiere al punto geográfico en que los bombarderos cargados con bombas nucleares ya no podían dar marcha atrás aunque recibieran órdenes en ese sentido del alto mando. Un punto de no retorno, por así decirlo.
GRACIAS. Intentaré bajarla y pasaré tu respuesta a los otros blogs. ¡Gracias maestro!
Es curioso, debieron programar un ciclo explícito o no en loos setenta, no sé si antes o después de que El nos dejara solos...;)
Rafael Marín también me responde
Punto límite. Peliculón.
http://www.imdb.com/title/tt0058083/
PS. CREO que me despisté y no le hice la pregunta a José Joaquín
Huckelberry Finn (imprescindible)
Los diarios de Adán y Eva (es que Mark Twain me puede)
La Carretera (Cormac McCarthy)
Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay (Michael Chabon)
Juego de Niños (Donna Tarr)
La verdad sobre el caso Savolta (Eduardo Mendoza)
20.000 leguas de viaje submarino (Julio Verne)
Los hijos del capitán Grant (idem)
Ciudad (conmovedora, será porque me gustan los perros)
Por supuesto, los grandes británicos como Woodhouse o Waugh.
Recomiendo vehementemente Intercambios y El mundo es un pañuelo (David Lodge)
y, sí, por supuesto, el terrible y adorable Guillermo.
Sin olvidar a Gerard Durrell, que me hace llorar, aunque lo haya leído tantas veces.
Moby Dick
El cazador de barcos
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