lunes, febrero 18

Indy


Dentro de mí hay un niño, el niño que fui hace tropecientos años, cuando tenía doce o trece. Durante toda mi vida he procurado que ese niño no muera, que siga ahí, que no se convierta en una sombra, en un mero recuerdo, y permanezca en mi interior formando parte de lo que soy. En realidad, no ha resultado difícil; de hecho, lo realmente complicado fue conseguir que brotara de mí una figura más o menos adulta, si es que alguna vez lo he conseguido. Pero es que ser adulto es tan aburrido...

El niño de mi interior se ocupa de muchas cosas; me hace leer y ver cine, me lleva de viaje a lugares lejanos, me cautiva con misterios y maravillas, maneja el timón de la barca de mis sueños, alimenta con abundante combustible mi capacidad de asombro, hace que me dedique a algo tan infantil como es contar mentiras por escrito... y me permite disfrutar de determinados entretenimientos con toda sencillez, sin restricciones, sin preguntas ni comeduras de coco. También tiene cosas malas, por supuesto, pero coño, a fin de cuentas sólo es un niño.

Cuando era pequeño, la película que mas me gustaba era King Kong, la primera (por entonces no había otra), la de Cooper y Schoedsack con Fay Wray, Robert Armstrong y Bruce Cabot como protagonistas. Adoraba esa película, me hacía soñar... A mediados de los sesenta, cuando yo tenía alrededor de doce años, había un curioso lugar cerca de mi casa, en Santa Bárbara. Se trata de un pequeño bulevar; en un extremo había un bar-kiosco llamado La Concha, y en el otro un templete que por un lado era un urinario público (donde, por cierto, se cometió un asesinato) y por el lado contrario una librería de segunda mano. En el escaparate de la librería estaba expuesta una novela en inglés: era el King Kong de Edgar Wallace y la portada ostentaba un maravilloso dibujo del gorila gigante. Yo me quedaba embelesado contemplando aquella portada, soñando despierto con islas de la calavera y bestias prehistóricas...

Hoy en día, cuando la palabra “carroza” se queda corta para describir lo que soy, King Kong sigue siendo una de mis películas favoritas. Qué le vamos a hacer, me chiflan la fantasía, los sueños, la aventura... Naturalmente, a mi yo adulto también le gustan otra clase de películas, pero está tan contaminado de mi yo niño que participa también de sus gustos, aunque con otra mirada. El caso es que hay cierto tipo de películas (y también novelas) que, siendo puros divertimentos, forman parte de mi canon particular: Beau Geste, El hombre que pudo ser rey, El malvado Zaroff, Horizontes perdidos, Los cañones de Navarone, Los vikingos, El halcón y la flecha, El temible burlón, El prisionero de Zenda, El mundo en sus manos... Sí, todas películas de aventuras, maravillosas y gloriosas películas de aventuras.

Y ahora voy a confesaros algo: la película que más me ha divertido jamás, la que más ha hecho vibrar al niño que llevo dentro, es En busca del Arca perdida. No digo que sea la mejor, ni la que más me ha gustado; sencillamente afirmo que es la que más me ha hecho disfrutar, de principio a fin, como un crío, la que me agarró por las solapas desde el primer plano, mandó a hacer puñetas mi sentido de la incredulidad, e hizo que me deslizara por una especie de montaña rusa en la que comenzabas con un terremoto y, a partir de ahí, el ajetreo iba en aumento. Dios santo, qué bien me lo pasé viendo En busca del Arca perdida; y eso que, cuando se estrenó, yo distaba mucho de ser un niño (debía de tener unos 28 tacos).

En fin, qué duda cabe de que Indiana Jones es un personaje de amalgama cuyo modelo son los héroes pulp de los seriales cinematográficos de los años 30 y 40. Su principal seña de identidad, su uniforme por así decirlo, es el sombrero tipo Stetson (en realidad, se trata del modelo Fedora de Herbert Johnson Hat Shop). Eso nos retrotrae a dos películas en concreto: El tesoro de Sierra Madre y, sobre todo, El secreto de los incas (1954), donde Charlton Heston encarnaba a un héroe de apariencia muy similar a nuestro Indy. Otro elemento distintivo es el látigo, cuyo antecedente más inmediato lo encontramos El Zorro. El resto -aventuras en países exóticos, fantasía desbordada, peripecias constantes, situaciones límite, rescates en el último segundo- forma parte de la tradición de la serie B de aventuras.

Lo que hicieron Lucas & Spielberg fue tomar todos esos elementos, reconstruirlos bajo el prisma del humor y tratarlos como si fueran una serie A (al menos en cuanto a presupuesto). Aunque hicieron mucho más, claro. La secuencia inicial de la película –la selva, la gruta, el ídolo de oro, las trampas, etc.- es un ejemplo de “creación instantánea” de un héroe. La cámara elude al principio mostrar el rostro del protagonista, al que siempre vemos de espaldas con su característico sombrero. Luego, somos testigos de su impasibilidad frente a cadáveres y arañas. Acto seguido, entra en la cueva, roba el ídolo y el mundo se derrumba a su alrededor. Le vemos utilizar el látigo para escapar de una serie de trampas que parecen sacadas de una película de Fu Manchú, cae en una encerrona, huye en medio de las nubes de polvo que él mismo desprende, monta en un hidroavión y ahí descubrimos que ese héroe de piedra, oh ironía, le tiene miedo a las serpientes.

Indiana Jones es un héroe que no se toma en serio a sí mismo y En busca del Arca perdida una cinta modélica en cuanto ritmo, aventura y diversión se refiere. Las otras dos películas me gustaron menos, lo reconozco. El templo maldito, con una espléndida secuencia inicial, acaba convirtiéndose en una película un tanto claustrofóbica y mucho menos conseguida que la primera. La última cruzada mejora notablemente con respecto a su antecesora (entre otras cosas por la presencia de Sean Connery), pero su final, de cartón piedra, parece un juego de rol. En cualquier caso, mejores o peores, las películas de Indiana Jones siempre estaban basadas en un dinamismo constante, en un “más difícil todavía” protagonizado por un héroe irónico, carismático y notablemente saltimbanqui.

La pregunta es: ¿podrá hacer lo mismo un Harrison Ford sesentón? Y no me refiero a las piruetas, que para eso están los especialistas, sino a transmitir ese aroma vital y optimista que era el sello de la serie. ¿Tiene sentido un Indiana Jones envejecido? Sinceramente, no lo sé; y la duda me tiene en ascuas mientras esperamos el estreno de El reino de la calavera de cristal (menudo nombrecito...), el cuarto capítulo de las aventuras de Indiana Jones. Entre tanto, pinchando AQUÍ podemos ver el trailer de la película. Es un trailer magnífico, desde luego, pero no despeja mis dudas. En cualquier caso, me encanta el plano donde vemos, arrojada contra un vehículo militar, la sombra de Indy poniéndose el sombrero. Sólo por eso, y por kilos de nostalgia, iré a ver la película, no lo dudéis.

27 comentarios:

Hermes dijo...

Yo aún no tengo tan lejos éso de ser un niño (para algunos lo seguiré siendo y muchas veces no estoy seguro ni yo de haber dejado de serlo), pero coincido contigo en la crítica de Indiana Jones. Es sin duda una de las grandes sagas de la historia del cine.

Para mí, la escena más memorable es de la primera película, cuando un árabe saca la espada haciendo filigranas y amenazando a Indy, que después de verle hacer todo éso, saca un revólver y le pega un tiro. Ése es el auténtico Indiana Jones.

Y me muero de ganas de ver la última película, y ver a Cate Blanchett haciendo de mala. Este año viene cargadito, porque también se estrena Quantum of Solace, la nueva de Bond, y Bond, es Bond...

Fernando Alcalá dijo...

Ay, que me emociono con esta entrada, César. Si ya tenía ganas de verla, después de esto (que leeré y releeré hasta la extenuación cuando me sienta "de piedra") tengo todavía más ganas, si caben.

Lo que no he acabado de entender es eso de "final de juego de rol", me lo explica?

;)

Anónimo dijo...

Ufff. ¡Y lo guapo que estaba Harrison Ford - Indiana Jones! ¡¡Pero que tío más atractivo, "rediós"!!

La primera de Indiana Jones recuperó ese género de pelis de aventuras de serial que no te dejaban respirar, y que... Caramba, quizás, visto con una perspectiva histórica, influyó demasiado, de modo que ¡¡ahora tenemos demasiadas pelis de "aventuras que se supone no te dejan respirar"!! :P

Iremos a verla, ¡pues claro! ¡A ver qué han hecho con Indy! (¿sale Marion? ¿esa del camión del final es Marion?... Las heroínas de las otras dos pelis serían muy monas, pero vaya pareja de idiotas para un tipo como Indiana Jones. En cambio Marion...)

;)

Anónimo dijo...

Bond es Servando.

Anónimo dijo...

Creo que Indiana Jones ha marcada a más de una generación. Como dices, César, bebió de un tipo de cine anterior, de dispar calidad, pero transformó esos referentes en algo mejor, una película que ha hecho historia, gracias a su ritmo y sentido del espectáculo, mil veces imitada después. Esto también lo ha intentado Tarantino últimamente, pero creo que con mucho peor resultado, pues no ha hecho más que llevar al límite únicamente la parte superficial de sus referencias.

Yo sí espero que Indiana Jones IV sea una buena película. Difícil lo tiene para superar la primera, pero puede quedar a la altura de las dos posteriores, que ya sería bastante. Supongo que después de tantos guiones escritos, tantos descaratados, hayan dado finalmente con uno que sea muy bueno, y la genialidad de Spielberg como director y el carisma de sus protagonistas hagan el resto.

Por cierto, laurentis, la escena que dices de "En busca del arca perdida", que comentas que define al personaje, en realidad no figuraba así en el guión, sino que se producía una lucha más larga entre Indi y el tipo enorme. Pero ese día Harrison Ford se encontraba indispuesto, y no podía realizarla, así que se les ocurrió que lo matase rápidamente de un disparo. El resto, como dicen, es historia.

Anónimo dijo...

Desde mi triste condición de "hermano mayor" me complazco en reseñar que catorce años más de edad no hacen, necesariamente, que se apague el niño que llevamos dentro. O sea, hermano, que tranquilo: te quedan, al menos, catorce años de infancia. Lo avalan los genes que compartimos.
Por otro parte: ¡vaya una lista de películas que acompañas como aval de tu opinión!. Son, todas ellas, al margen de su género, obras maestras del cine (aunque no he viso o tengo olvidada la del Dr. Zaroff). ¡Qué malo tan maravilloso el James Mason de El Prisionero de Zenda!
Comparto el gusto por la escena "Arabe gigantesco contra Indiana con pistola" de la primera de la saga. Pero tambien me quedo con aquella en la que el nazi malo malísimo saca unos hierros de aspeco ominoso (con ánimo aparente de torturar a la prota) que resultan ser, simplemente, una percha plegable.
No creo que el buen cine sea un corolario de la evolución de las especies. El resto del universo, tal vez, pero el buen cine lo creó Dios en un día especialmente afortunado.

Alicia Liddell dijo...

Me haces llorar. ¿Y los tres mosqueteros con Lana Turner? La crónica familiar asegura que mi padre tuvo que ir al cine (sesión continua, of course) del barrio a sacar a mis hermanos mayores. Se los encontró a las 11 de la noche, en el descanso, saltando por las butacas haciendo de espadachines.
Y el King Kong de toda la vida ... menudo peliculón. Yo también adoro a esa película. Como al Burt Lancaster de El halcón y la flecha o El temible burlón.

Anónimo dijo...

Dijo: ¡Qué malo tan maravilloso el James Mason de El Prisionero de Zenda!

Absolutamente impagable ese final, en el que después de uno de los mejores duelos a espada de la historia del cine, los guardias acuden en ayuda del prota y Mason dice: "Pelear con tantos caballeros no es de mi gusto" (o algo así), y luego se salva saltando al foso. Porque en ese momento todos estamos de parte del malo malísimo que hace James Mason.

César dijo...

Laurentis: conserva a ese niño, amigo mío, porque es lo más valioso que tienes. En efecto, la escena del árabe gigantesco que, tras hacer filigranas con la espada, recibe un desganado disparo de Indy, es genial. Como dice Ged, fue una improvisación. Había prevista una complicada pelea y Harrison Ford, que estaba hecho polvo por una gastroenteritis, dijo en broma: "¿Y por qué no le pego un tiro y acabamos de una vez?". A Spielberg le pareció cojonudo y rodaron así la escena.

Fernando: Al final de "La última cruzada", en el templo de Petra, Indy tiene que descifrar unas claves y sortear una serie de pruebas para llegar al Grial. Igual que en un videojuego de rol.

Anónima de las 9:59: En realidad, no creo que haya habído muchas pelis de aventuras tipo Indiana Jones. "La momia" y poco más. Lo demás son descerebradas películas de acción, y la acción no es lo mismo que la aventura, ni mucho menos.

Pues sí, sale Marion. Estoy contigo en que es, con diferencia, la mejor "chica Jones" de la trilogía. Lo curioso es que Karen Allen, la actriz que interpretaba al personaje, tuvo después una carrera de lo más mediocre. Por cierto, Marion es la madre del hijo de Indy.

Ged: Yo no le restaría méritos al bueno de Tarantino: "Pulp Fiction" es una más que notable maquinaria de relojería. En cualquier caso, confío en que tengas razón e Indiana Jones IV sea, al menos, semejante en calidad a la 3ª parte.

Big Brother: pues sí, hermano mío, que portentoso malo componía James Mason en "El prisionero de Zenda". Debe de ser un gustazo que te putee un malo tan notable. Como dice Juanmi, ese final, tras un memorable duelo a espada, en que Rupert de Hentzau (Mason) se despide caballerosamente y salta al foso desde una ventana es, sencillamente, genial.

Alicia: Pues sí, "Los tres mosqueteros" de George Sidney, con Gene Kelly, Lana Turner y June Allison, también está en mi particular canon del cine de aventuras. De hecho, creo que los cuatro mejores duelos a espada de la historia del cine son los siguientes:

1: El ya citado duelo entre Mason y Stewart al final de "El prisionero de Zenda".

2: Todas las peleas a espada de "Los tres mosqueteros", pura y brillante coreografía.

3: El duelo entre James Stewart y Mel Ferrer en "Sacaramouche".

4: El duelo entre Westley (Cary Elwes) e Íñigo Montoya (Mandi Patinkin) en "La princesa prometida".

Por cierto, no es de extrañar que James Stewart protagonice dos de esos combates, pues al parecer era un experto espadachín.

RM dijo...

Stewart Granger, no James Stewart,que ese era piloto de bombardero :)

César dijo...

RM: Cierto, cierto... toytontoyo. Stewart Granger, of course. Gracias por la corrección.

Anónimo dijo...

El verdadero nombre de Stewart Granger (el de Scaramouche) era James Stewart pero no lo pudo usar porque estaba ya "cogido"
No se si ha sido casual o intencionado pero, en el segundo caso, me parece una demasía, querido hermano. Humildad, que toda afectación es mala :-P

miwok dijo...

Uff, yo también me quedo con el duelo de "La princesa prometida" y con toda la peli en realidad, la he vuelto a ver hace poco y hasta me he comprado el libro...Qué friki!! :-)

Anónimo dijo...

En cuanto a mi anterior mensaje:
Obsérvese que está escrito dos minutos después que el de César rectificando. Se solaparon. Disculpas.

RM dijo...

Un duelo magnífico, el de ROB ROY entre Liam Neeson y Tim Roth. Mi favorito, el de Scaramouche, of course.

Anónimo dijo...

César, "Pulp Fiction" también me gustó, así como "Reservoir Dogs". Me refiero a sus últimas películas, en concreto "Kill Bill", que aún tenía un pase, y, sobre todo, "Death Proof", bastante mediocre para mi gusto. Y es que la revisión de antiguas películas de género que plantea en ellas a mí me pareció bastante vacía.

Por cierto, también me encanta "Los tres mosqueteros". Y es que Gene Kelly es para mí una debilidad.

Jorge dijo...

Además de la primera versión de "King Kong", me gusta también la de los años 70 u 80, con Jessica Lange. No es tan mala como la suelen pintar. Lo mejor, la explicación de por qué nadie había descubierto la isla hasta el momento: por la abundancia de hidrocarburos de los que emanan gases que mantienen permanenetemente a la isla envuelta en una niebla o nube. Obviamente, será el petróleo mismo el que atraiga como un imán a los codiciosos capitalistas. Sin necesidad de macguffins.

Desde luego, es mucho mejor que el petardo falso, ñoño y tramposo de Peter Jackson, con mosquitos sadomaso y dinosaurios jugando a los sanfermines.

Por lo demás, de las entregas de Indiana Jones, sólo vi en el cine la primera, que me encantó (la escena final, con el arca de la alianza, me dejó flipado). Así que no iré a ver la cuerta (como no vi la tercera de Matrix), entre otras cosas porque el facha puritano de Ford me cae cada vez peor, como un latigazo en el culo.

Anónimo dijo...

he estado desconectado tres días por un fallo de mi ordenador (hay qué ver la cantidad de cosas que te pierdes en tres días), y ahora he repasado los coments del post anterior pues los tenía atrasados, ya digo.
César, muchas gracias por tus halagos a mi cuento la Cita, sabes que los aprecio, tanto más porque vienen de César escritor que de César amigo.
Grtacias, tío.
(sigo sin saber cómo puedo mantener mi vieja firma de samael)

Ladynere dijo...

*¬*
Íñigo Montoya, ains.

Mazarbul dijo...

Scaramouche, la novela, tiene uno de mis comienzos preferidos: "nació con el don de la risa y la sensación de que el mundo estaba loco...".
Por cierto, ¿cuál fue la primera peli que visteis?. En mi caso una de tarzán en un cine de verano en Rota. Llegué a levantarme a buscar el mecanismo tras la pared sobre la que proyectaban. !Bendita inocencia!

Samael dijo...

mira que he estado de acuerdo contigo en multitud de ocasiones, y en una gran variedad de cosas, pero te aseguro que no podría encontrar un ejemplo mejor de coincidencia de ideas. Un gran pensador (o una birria, vete a saber, porque no me acuerdo de quién se trataba), dijo que "mi mayor error ha sido dejar de ser un niño".
Ese es un error en el que los mejor preparados no caeremos nunca.
Si, la saga de Indi es una gozada, y que haga otra peli con sesenta años me parece fenomenal siempre que el actor (no el personaje) esté a la altura.
En cualquier caso estoy deseando verla desde que me enteré de que la estaban preparando.

Samael dijo...

había otra peli de aventuras, que no era una descerebrada película de acción, sino del perfil de Indiana Jones (aunque sin llegar a su excelencia) que no recuerdo el nombre exacto. Era algo así como "viaje a la muralla china" o "no se qué de la China". El aventurero pilotaba un biplano, la aventurera estaba como un queso, y la vi cuando estaba en la mili.
Seguro que sabes a qué peli me refiero con tal despliegue de pistas.

RM dijo...

La gran ruta hacia China, el intento desesperado de Tom Selleck por hacer una copia de Indy... después de haber renunciado a hacer de Indy y haberse estado dando cabezazos hasta dormido.

Bastante mala, por cierto.

Mazarbul dijo...

la que decía Tito ¿No eran los cuentos del mono loco?. ¿Un tipo en un biplano con un perro con parche?

Anónimo dijo...

Leí el otro día una entrevista en el Vanity Fair inglés de Febrero a G Lucas . En ella decía que la razón por la que ha tardado 15 años en hacer la otra entrega de la saga es porque es el tiempo que ha tardado en encontrar un buen Mcguffin.Su problema era que necesitaba un Mcguffin de "doble acción" ; por una parte el clásico detonante de la acción y por otra el que justificara que ésta fuera protagonizada por un Indy de la tercera edad...
Dice que lo ha conseguido así que pronto comprobaremos si es verdad.
Pepa

RM dijo...

Los cuentos del mono de oro era una serie de televisión. Muy divertida, muy de culto: o sea, tuvo muy poco éxito, cachis

gondo dijo...

¿En la serie esta de los cuentos del mono el perro contestaba a su amo con chupacuero sí o no con uno o dos ladridos o estoy delirando y mi mente friki se inventa ya detalles imposibles?