Andaba yo el otro día en este blog haciéndome preguntas fundamentales, del tipo “¿quién soy?-¿adónde voy?-¿hay sexo después de la muerte?” y todo eso, cuando me dio por plantearme por qué escribo. En el fondo, es una estupidez preguntarse eso. Escribo porque, más o menos, me gusta. Punto. O bien, no hay ninguna respuesta. Sin embargo, Cristian, un buen cyberamigo, hizo a su vez una pregunta mucho más interesante que las mías: no por qué se escribe, sino ¿por qué se comparte con los demás lo que se escribe?
Bien, yo contesté un poco alegremente que comparto mis escritos por vanidad, por soledad y por ingenuidad. A esto habría que añadir: por dinero. Me explicaré. Por vanidad, porque disfruto cuando lo que hago gusta a los demás. Me siento más seguro. Por soledad, porque escribir es una de las profesiones más hurañas que existen. Es lanzar un largo discurso al vacío, hablar sin interlocutores. El texto, una vez acabado, es como una pregunta sin respuesta. Por eso lo compartimos: para oír otras voces. Por ingenuidad, porque mira que hay que ser candoroso para creer que las cosas que se te ocurren pueden interesarle a alguien o servir para algo. Y, finalmente, por dinero porque, mira tú qué cosas, de algún modo he conseguido que la gente pague por leer lo que escribo.
Bueno, ésa es mi respuesta. Pero por este blog circulan unos cuantos escritores a los que me gustaría escuchar. Decidme, ¿por qué compartís vuestros escritos? ¿No os parece un deplorable acto de exhibicionismo intelectual? Pero, por favor, no me vengáis con rollos místico-literarios del tipo: la literatura me eligió a mí, es una necesidad que me brota del alma, escribir es arrojar al océano botellas con un mensaje dentro... No, no, no; hoy nada de hacer literatura con la literatura. Responded como..., como..., como si fueseis seres humanos normales. Sin milongas, con honestidad: ¿por qué ofrecéis al mundo vuestros escritos? ¿Es que no os da vergüenza?...
domingo, febrero 12
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14 comentarios:
La impudicia o la vanidad los hará libres (¿será?) (¿lo supo el ágrafo Narciso?)
Por vanidad, sin duda, como has dicho.
Y por necesidad, casi diríamos que por vicio. Uno está lleno de historias, de fantasmas, de cadáveres en el armario que tiene que soltar de un modo u otro porque si no lo hace, revienta. Y luego, cuando has acabado, cuando te has exorcizado a ti mismo (hasta la próxima vez que tus demonios personales te acosen, que seguramente será en los próximos cinco minutos) se da cuenta de que el trabajo está incompleto. Que, qué cojones, está diciendo algo de sí mismo y de lo que le rodea (valioso o trivial, interesante o tonto) y que necesita decírselo a alguien. Que si no le leen siente como si todo el trabajo que ha hecho no sirviera para nada.
A menudo cuando escribo tengo un lector ideal en la cabeza. Un tipo no muy distinto a mí, en realidad. Pero otras veces tengo un lector (generalmente, lectora) concreto y palpable. Y sus reacciones ante lo que escribo me van acompañando a lo largo de todo el texto.
Es complicado. Como casi todo en este mundo, supongo.
Por vanidad, faltaría más; y también por puro exhibicionismo.
En la tercera posición, como tú ya has señalado, por una cierta dosis de ingenuidad: igual hay alguien la que le interesan mis pajas mentales :)
Diría que por vanidad, y sería cierto, pero citaré a cierto escritor que me dio clase y que una vez me lo dijo:
"Tú, Matías, escribes para que te quieran"
Y creo que tiene razón
¿Que por qué comparto mis escritos? Porque los escribo para eso. Si no, no escribiría.
Lo que ya no sé es por qué escribo. Por dinero no, sinceramente: es la menos rentable de mis varias actividades, con notabilísima diferencia.
Y por vanidad no creo. De esa dolencia, si alguna vez la tuve, me creo vacunado.
La verdad es que no hay día en que no me pregunte por qué pierdo el tiempo escribiendo, con la de cosas bonitas que hay ahí fuera y que me estoy perdiendo.
A veces pienso que en algún error genético.
Aunque, obviamente, no soy uno de los escritores que mencionas, seguiré exhibiendome sin pudor y te daré mi insulsa opinión.
Escribo por placer, exhibicionismo y por la enfermiza necesidad de epatar y atraer a mujeres fáciles pero lectoras, que sepan hacer croquetas como las de mi madre. En ese preciso orden.
Por vanidad, es lo que mejor sé hacer. Lo cual no dice nada bueno acerca de las demas cosas que hago ;)
Porque soy incapaz de enhebrar un discurso coherente de forma oral; escrito, queda un poco más consistente, un poco más mono a veces, puedo profundizar, hacerme más preguntas y, qué puñetas, nadie me interrumpe.
¿Vanidad? Caramba, si a alguien le gusta lo que he escrito pues sí, me siento bien :)
Como dijo el sabio (mi buen amigo Manolo Ruiz Torres): Uno escribe porque no es feliz.
Me lo ponéis fácil.
Por qué escribo: por vanidad, pero incluso antes que eso por amor al arte, y no me refiero a que me guste escribir, que me cuesta y me hace sufrir (creo que planteé en el blog de care si estábais en el paraiso o en el infierno)lo indecible, sino por imitar a aquellos escritores que me han hecho soltar un libro diciéndome: joder, esta historia es cojonuda, o que bien escrita está.
En cuanto a lo de compartir, la verdad es que no comparto pues no hay nada que me satisfaga para sacarlo fuera.
O porque quizá no soy feliz como dice RM, pero no se, quizá es que en la cabeza se me apelotonan las cosas y hay que practicar exhorcismos. O acabamos en un sanatorio. Una vez eduardo mendoza, alque tuve el gusto de conocer, me recomendó escribir en calzoncillos, para evitar salir corriendo a la calle al releer lo escrito.
Pero cuál es la razon primera, no se, no se.En cualquier caso es inevitable. No te puedes escapar.
Lo que no entiendo es a ciertos escritores que manifiestan un absoluto desinterés por las obras de sus brothers in arms.
¿Y quién lo sabe?
Es una pregunta sin respuesta.
Se escribe porque es la forma en que uno se ha acostumbrado a vivir.
Y supongo que se enseña lo escrito a los demás para constatar si dicha elección ha sido correcta.
He encontrado este blog y me alegro mucho de poder dirigirme a usted para decirle lo muchísimo que me gustó la semblanza que escribió sobre su padre y que aparece en el libro “La novela popular en España”. La releo con cierta frecuencia.
Reciba un afectuoso saludo y mis felicitaciones.
Yo escribo por evasión. (Debe ser eso de no ser muy feliz). Es como ir al cine, ¡pero a lo bestia!: Te creas tu propio mundo, te lo comes, te lo guisas, te atraganta...
Y que lo luego lo lean los demás: qué vergüenza. Y qué les guste: qué de gente rara somos en el mundo.
Eso explica por qué escribes, Juanmi, pero no por qué ofreces a los demás tus escritos...
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