jueves, junio 29

Los consejos de Fray César: El sueño de hierro

Inmersos como estamos en plena época estival, heme aquí otra vez, queridos hermanos, dispuesto a recomendaros aquellas obras literarias que puedan aliviaros de los rigores caniculares. Hoy vamos a hablar de una de las novelas más extrañas y excéntricas que jamás se han escrito. Me refiero a El sueño de hierro, de Norman Spinrad, que acaba de aparecer reeditada en la colección Albemuth Internacional de la editorial Grupo AJEC (su primera edición en español corresponde a Minotauro).

El escritor Norman Spinrad, nacido en Nueva York en 1940, es uno de los más significativos representantes del movimiento literario llamado New Thing, que revolucionó la ciencia ficción anglosajona allá por los años sesenta y setenta y del que hoy, para desgracia de todos, ya no quedan ni las cenizas. En 1972, Spinrad publicó El sueño de hierro, que fue candidata a los más importantes galardones del género y que ganó el Premio Apollo en 1974. El sueño de hierro es una ucronía –una versión alternativa del pasado- que describe un mundo en el que la Unión Soviética ha invadido Alemania, el Reino Unido y gran parte de Europa. En este contexto, Adolfo Hitler, después de participar en la Gran Guerra, emigra en 1919 a Nueva York, donde se convierte en un modesto escritor de ciencia ficción, autor de numerosas novelas de serie B. Su obra más celebrada, escrita en 1953, un año antes de su muerte, fue El señor de la Esvástica.

Pues bien, amadísimos hermanos y aún más amadas hermanas, la mayor parte de El sueño de hierro es precisamente El señor de la Esvástica, la última novela de ciencia ficción escrita por Adolfo Hitler. ¿Y de qué va El señor de la Esvástica? Pues de un futuro post-nuclear en el que la Tierra está dominada por hordas de malignos mutantes, a quienes se enfrentan, capitaneados por el cuasi superhombre Feric Jaggar, los últimos representantes “puros” de la especie humana. Permitidme que os transcriba el texto de contraportada:

"Dejen que Adolf Hitler los transporte a la Tierra del futuro lejano, donde solamente FERIC JAGGAR y su poderosa arma, el Cetro de Acero, se alzan entre los restos de la auténtica humanidad y las hordas de mutantes descerebrados a quienes los perversos Dominantes controlan por completo. Fans de todo el mundo admiten que El Señor de la Esvástica es la más vívida y popular de las obras de ciencia ficción de Adolf Hitler; en 1954 recibió justamente el premio Hugo a la mejor novela del género. Agotada durante mucho tiempo, ahora puede obtenerla por fin en esta nueva edición, con un comentario de Homer Whipple, de la Universidad de Nueva York. Compruebe personalmente por qué tantos lectores han acudido a las páginas de esta novela, como un rayo de esperanza en tiempos tan sombríos y terribles como los nuestros".

A decir verdad, El señor de la Esvástica es un delirio racista y totalitario que ofende tanto a la inteligencia como a la sensibilidad. Pero, claro, contemplado en su contexto, el relato adquiere una perspectiva diametralmente opuesta, pues en realidad se trata de una irónica reducción al absurdo que pone de relieve la profunda puerilidad y estupidez que yace en el seno ideológico del nazismo.

El problema de la novela radica, paradójicamente, en el éxito del autor a la hora de conseguir sus fines. Al escribir El señor de la Esvástica, Spinrad se propuso redactar un texto que fuera absolutamente idéntico a las novelas pulp de la primera mitad del siglo XX, con sus innumerables defectos y sus muy escasas virtudes. Así pues, cuando leemos El señor de la Esvástica nos encontramos con un texto infumable plagado de tonterías y lugares comunes. Es decir, leemos una novela francamente mala que, además, es una fascistada. Pero, y ahí está la gracia, el juego metaliterario que Spinrad propone nos obliga a hacer una constante relectura del texto, de tal forma que lo importante no es el relato que estamos leyendo, sino la feroz ironía que subyace tras la narración. En ese sentido, El sueño de hierro es una pequeña obra maestra.

Aún así, este humilde frater reconoce que El sueño de hierro puede ser una lectura demasiado pesada y especiada para paladares poco habituados a los platos exóticos, así pues, amada feligresía, os propondré otra obra del mismo autor, quizá su mejor novela: Incordie a Jack Barron. Ambientada en un futuro tan cercano que podría ser presente, Incordie a Jack Barron es una lúcida crítica al poder financiero y al poder de los medios de comunicación. Y también es una novela apasionante que, una vez comenzada, resulta imposible abandonar. La leí hace tiempo y no sé qué tal ha envejecido, pero con que sea la mitad de buena que yo recuerdo bastaría para recomendárosla. La podréis encontrar en la colección Solaris (La Factoría de Ideas, 2004).

Y aquí pongo punto final a mi homilía de hoy, corderillos míos.

Podéis ir en paz.

Pensamiento del día: el problema no es que Hitler fuera malo; el problema es que era un gilipollas. Lo cual dice muy poco a favor del género humano y mucho acerca del poder de la estupidez.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

En el apartado de novelas excéntricas, no podemos olvidar la impresionante "Limbo", de Bernard Wolfe, ni "Jugadas decisivas" (o, en general, toda la obra) de Michael Bishop.

Edu dijo...

Hitler siempre me ha parecido de una estupidez selectiva. En general creo que pasa con todos los fanáticos y creo que el problema de fondo es la falta de perspectiva, lo cual nos emparenta inmediatamente con el nacionalismo y sus terribles tentáculos. Los hace muy hábiles en algunos aspectos y muy ciegos en otros.

Anónimo dijo...

Ahí está, César.
Yo también me admiro con Jack Barron. Considero que esta obra es una crítica extraordinaria contra la manipulación extrema de los medios de comunicación y contra los reality show que ahora invaden la televisión, destrozando las posibles propiedades culturales de la caja tonta. Spinrad se adelantó y plantó cara al gran poder mediático. Su novela no deja al lector impasible y consigue remover las fibras internas de nuestro conformismo habitual. Nos engañan y nos engañamos.
Siempre me gustó Spinrad, el satírico, el incoformista, incluido por supuesto el Sueño de hierro, que también es muy buena y original, auténtica sátira de lo que predica y ejercicio notable de creación literaria.
Recuerdo también algunos de sus relatos y la novela Jinetes de la antorcha, nostálgica e imaginativa derivación de los viajes eternos por el espacio, cuya edición en Bruguera no fue muy acertada que digamos. Merecería sin duda una nueva oportunidad.
Spinrad el caústico. Un gran escritor.

Anónimo dijo...

el problema de hitler es que le siguieron millones de personas en sus delirios, lo que es preocupante, porque lo que una vez ocurrió puede volver a ocurrir. Es sólo cuestion de que se den ciertas condiciones, y los seres inhumanos nos convertimos en borregos asesinos.
En cuanto a Spinrad, había oído hablar del libro, pero no me lo recomendaban por malo precisamente.

Anónimo dijo...

Y cambiando de tercio, ¿en qué quedó aquella propuesta de novelas a la manera de...?

César dijo...

Mazarbul & Juaki: el proyecto "al estilo de" es a muuuuuuuuy largo plazo. Si es que va adelante, claro, que uno nunca sabe lo que pude pasar cuando hace planes futuros. En cualquier caso, lo primero es interesar a alguna editorial. Ya veremos...

Miguel Sanfeliu dijo...

"Incordie a Jack Barrow" será una de mis lecturas de este verano. También "Hit man", de Lawrence Block.
Y el libro con formato juvenil "La compañía de las moscas", de César Mallorquí.
Un saludo

César dijo...

Menudo lujazo, Kafkaprocesado: leerte en el mismo verano, por primera vez, el "Jack Barron" y el "Hit man"; qué envidia me das. En cuanto a las "moscas"... pues sólo puedo decirte que, en mi opinión, es una de las mejores novelas que he escrito (para jóvenes o adultos, da igual). Pero eso, claro, no quiere decir nada... Espero que no te disguste demasiado.

Anónimo dijo...

Pues yo también tengo ya decididas algunas de mis lecturas veraniegas. De momento las que seguro van a caer son éstas:

- La estación de la calle Perdido, de China Miéville (que acababan de publicar en bolsillo y a un precio muy asequible. Es la que acabo de empezar ahora.

- Rihla, de Juan Miguel Aguilera (que es con la que pienso seguir inmediatamente en cuanto acabe la anterior).

- La sanción de Loo, de Trevanian (por recomendación expresa de Fray César.

- El plazo expira al amanecer, de Cornell Woollrich (William Irish) y alguno de sus relatos.

Y supongo que a éstos se añadirá alguno más.

Anónimo dijo...

Seguro que sí.

Anónimo dijo...

Estoy buscando "Hit man" en el catálogo online de mi biblioteca y no lo encuentro, pero me aparece "Hit list", que según veo es una novela posterior. ¿Alguien me puede alumbrar al respecto? ¿Es una continuación de la otra?

César dijo...

x: tanto "Hit man" como "Hit list" son antologías de relatos sobre el mismo personaje: el asesino a sueldo Keller. No hay continuidad argumental, pero si un peculiar desarrollo de los personajes que, en mi opinión, hace aconsejable comenzar por la primera ("Hit man"). De todas formas, si no la encuentras puedes leer "Hit list" tan ricamente.

Anónimo dijo...

Hola Cèsar. Me metì a tu blog casi por accidente (y digo casi, por si eso del destino fuera cierto)y no tengo otra cosa què decir mas que me gustò. Intentarè estar al tanto de èl. de ahora en adelante. Saludos desde Chihuahua, Mexico.

Anónimo dijo...

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