martes, julio 17

Lecturas de verano

¿Son diferentes las lecturas de verano a las de cualquier otra estación del año? No tiene por qué ser así; sin embargo, es habitual considerar que en vacaciones las lecturas son más ligeras. O bien todo lo contrario; hay quien opina que el verano es el momento adecuado para leer esos libros que siempre posponemos, sea por su complejidad o por su tamaño. Por otro lado, cuando se les pregunta qué van a leer en vacaciones, los escritores, intelectuales y especimenes de similar plumaje suelen responder con una primorosa lista de títulos tan selectos como exquisitos. Sólo en una ocasión leí a uno reconocer que se iba a poner ciego de novelas policíacas; el resto, de Joyce para arriba, que para eso tiene uno una reputación que mantener. Ay, qué mentirosos somos los escritores…

En lo que a mí respecta, no suelo hacer distinciones estacionales en lo que a lectura se refiere (salvo en un aspecto que luego comentaré). Normalmente escojo mis lecturas por impulsos, sin ninguna planificación; cuando acabo el libro que estoy leyendo, me dirijo a la sección de libros “en espera” de mi biblioteca y elijo uno por razones que, muchas veces, ni yo mismo acabo de comprender. Por lo demás, desde hace tiempo sé que mis libros postergados están postergados para siempre. Jamás leeré completo En busca del tiempo perdido, porque un poquito de Proust me tonifica, pero demasiado me aturde, y jamás leeré Guerra y paz, por la sencilla razón de que es una novela demasiado gorda. Respecto a mi reputación intelectual, está ya tan arrastrada por el fango que no vale la pena preocuparse por ella. Por ejemplo, reconozco que de cuando en cuando necesito leer alguna novela absolutamente intranscendente, pura diversión para relajar el coco. El problema es encontrar novelas así, porque, por lo general, lo que la gente considera literatura de evasión, a mí me aburre. Los best sellers (sea esto lo que sea) que abarrotan las librerías parecen escritos con fotocopiadora y bajo el influjo de esos nefastos talleres de escritura que amenazan con adocenar la prosa de medio mundo. Me mantengo alejado de Dan Brown, Tom Clancy o John Grisham no porque sean indigna literatura popular, sino porque me aburren soberanamente. De modo que no es fácil (al menos para mí) encontrar novelas que sean simplemente divertidas. Hace poco di con una, Allanadores, de David Morrell, que cumplía los requisitos mínimos. Se trata de un thriller de terror (premio Stoker 2006) con un argumento más o menos original (una curiosa variante realista del modelo “casa encantada”) lleno de giros inesperados y vueltas de tuerca, una eficiente narrativa, cero en lo que a psicología de los personajes se refiere y una absoluta falta de pretensiones. Justo lo que a veces busco para relajarme.

Pero bueno, vamos al grano. Antes decía que mis lecturas no son estacionales, salvo en un aspecto. Cuando me voy de vacaciones, suelo llevarme un buen montón de libros; aproximadamente el doble de los que puedo llegar a leer. Por tanto, debo hacer una selección previa, algo que habitualmente no hago. Este año (ay) no me voy de vacaciones, pero la costumbre es la costumbre y, aunque no lo necesite, he seleccionado una serie de títulos para leer en agosto. Permitidme compartir con vosotros mi inminente futuro literario como lector.

En primer lugar, dos novelas de dos buenas amigas mías: Corazón de tango, de Elia Barceló, y La muerte de Venus, de Care Santos. Todo un lujo. Después me daré un buen chapuzón policíaco con dos novelas de John Connolly, El camino blanco y El ángel negro, protagonizadas ambas por el detective Charlie Parker (excelente personaje y excelente serie, por cierto). Continuando con el género negro, tenemos El enigma de París (Premio Planeta-Casamérica de Narrativa Iberoamericana 2007), de Pablo De Santis, un excelente narrador argentino del que volveremos a hablar en este blog. Luego daré un salto a la novela histórica con Svein, el del Caballo Blanco, segunda parte de la Trilogía de Northumbría, de Bernard Cornwell, un escritor que pronto regresará a Babel. Por último, Historia secreta de Costaguana, del colombiano Juan Gabriel Vásquez, una novela que me han recomendado encarecidamente. Y, entremezclado con todo esto, El plan maestro, de Heather Pringue, un ensayo histórico sobre la Ahnenerbe, la Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu, un instituto de las SS creado directamente por Himmler que se ocupaba de realizar una especie de antropología y arqueología fantásticas en apoyo de las teorías raciales nazis. La Ahnenerbe está en el centro de una corriente de la narrativa fantástica que se ha dado en llamar “esoterismo nazi”; corriente, por cierto, que hoy, a tenor de los muchos títulos publicados recientemente sobre el tema, parece estar en pleno apogeo (vale, lo reconozco, yo también he escrito una novela sobre esoterismo nazi: La puerta de Agartha).

En fin, amigos, esto es todo en lo que se refiere a mí. ¿Y vosotros? ¿Habéis hecho ya vuestra selección literaria para las vacaciones? Contad, contad…

23 comentarios:

Víctor Martínez dijo...

Yo voy improvisando mis lecturas de forma bastante caótica. Ahora, es cierto que a veces ciertos libros se te hacen difíciles. Llevo dos o tres meses iniciando y abandonando "El Libro Negro" de Orham Pamuk (no sabía de él hasta que le dieron el Nobel, pero lo cierto es que me interesa leer cómo habla de Estambul un turco de Estambul...). Inevitablemente, tras un avance de veinte o treinta páginas, me distraigo con otro libro o lectura; y es que el estilo narrativo de Pamuk es muy diferente a cómo funciona mi cerebro.

Esto no tiene que ver con la fluidez o con la agilidad o claridad narrativa "reales" del autor, sino con mi propia percepción: lo que a algunos les parece un fluido discurrir del arroyuelo a mí me parece mar bravío, y viceversa.
Algo parecido me pasa con Muñoz Molina; hay algo en su estilo, en la métrica de su prosa o en la construcción de sus frases que me repele.

Si definitivamente desvirgo El Libro Negro, cruzando el rubicón de las 100 primeras páginas, ya hablaré de lo que me parece Pamuk.

Anónimo dijo...

Servidor va también improvisando según va viendo las novelas en la estantería. Por aquí me aguardan, a ver si me decido, "Dafne desvanecida" de Somoza, las tres novelas del mito de José María Merino, "Luz azul" de Mosley, "La isla de los espíritus" de Henry Treece, "El tapiz del Sinai" de Edward Whittemore... Y alguna de ciencia ficción pura y dura como "Espacio revelación" de Alastair Reynolds (a ver si es tan buena como venden)

Eso sí, hace un par de semanas comencé las vacaciones con "Las lágrimas de Shiva" de ¿hace falta decirlo? ;) que a pesar de esos ojos encallecidos de los que habla Julián Díez me ha gustado. Una historia fantástica en Santander. ¡Mola!

Anikaa dijo...

Yo tampoco tengo una lista. Depende de lo que vaya encontrando en la biblioteca municipal. De momento me estoy leyendo uno de Bukowsky, un poco picada por la curiosidad. Es pronto para juzgar, pero de momento ya tengo ganas de reencontrarme con mis amigos para decirles que ni hablar, que ese fulano no es mejor que Miller, mientras escupo cianuro. Tal vez lea algo más de Sharpe (con Wilt pasé grandes momentos) Intentaré hacerme con algo de Philip Roth (que aun no he tenido el gusto de "paladear"), de Chuck Palhaniuk ( que no se escribe así, seguro) y NECESARIAMENTE quiero leer más novelas de Boris Vian. Después ya veré. Hace un mes tenía muchas ganas de leerme el Ulyses (si, soy de esas. Me reconcome no conocer ciertas cosas) pero dudo que vaya a poder. No sé, ¡ya veremos!

Kaplan dijo...

Pues yo sucumbo todos los años a un raro síndrome estacional. El calorcito del verano me empuja hacia las aventuras polares o, justo en el otro extremo, africanas. Estoy de vacaciones, único período del año en el que no leo casi nada (sí, al revés de lo habitual), así que llevo varias semanas ya con El Nilo Blanco, de Alan Moorehead, una auténtica gozada. Cuando lo acabe quizás le dé el enésimo repaso a los diarios de Scott, en la parte final de El peor viaje del mundo, la obra maestra de Cherry-Garrard.

Joaquín dijo...

A mí me pasa una cosa graciosa, y es que acabo leyendo cualquier cosa distinta de lo programado. Algunos títulos, para el menesteroso necesitado:

1. Hermann Hesse, El juego de los abalorios

2. Tawfiq Al-Hakim, Diario de un fiscal rural

3. Cunninghame Graham, Historias

Anikaa dijo...

¿Cunninghame Graham?

http://www.almargen.com.ar/sitio/seccion/literatura/graham/index.html

Al menos la primera frase ha dado de pleno (¡qué patético!) Nunca jamás de los jamases había oído hablar de él...

Tomo nota...

Javier Albizu dijo...

Yo tengo varios libros empezados, a la espera de que vuelva a mi una epoca lectora.
No soy ni siquiera estacional, leo cuando llega "el momento", cuando no me encuentro en ese "momento", soy incapaz de mantener la concentracion suficiente como para leer mas de cincuenta paginas de un libro.
Así, tengo a medio leer:
La saga de Geralt de Rivia, de Sapkowsky
Y apenas comenzados:
La guia del autoestopista galactico, de Douglas Adams
La paja en el ojo de dios, de Niven y Pournelle
El primer libro del Criptonomicon, de Neal Stephenson.

Si a esto le añadimos tambien los relatos que tengo a medio escribir, mi lista de tareas a hacer cuando a la musa le de la gana de pasarse por el vecindario se cada dia es mas preocupante.

Anónimo dijo...

Llevo leyendo este blog desde hace mucho tiempo, pero creo que esta es la primera vez que comento. Espero que no te importe que te tutee

Yo en verano leo más o menos igual que el resto del año, quizá un poco más porque las noches se prestan más a quedarse leyendo hasta tarde. En lo que llevo de verano, he leído Cien años de soledad del gran García Márquez, una colección de relatos de Cortázar yJuego de tronos de George R.R. Martin. Muy recomendables todos. Y para lo que queda de verano, tengo planeados:

- Galván en Saor, de Darío Xohan Cabana (en galego, é o que ten ser galego de pura cepa, de cando en vez hai que ler da literatura autóctona)
- Brooklyn Follies, de Paul Auster, que simplemente me apasiona.
- El Aleph, de Borges, a ver qué tal...
- La caligrafía secreta, sobra decir de quién.
- La última entrega (por ahora) de la saga de Artemis Fowl, de Eoin Colfer.
- 1984, de Goegre Orwell
- El palacio de la medianoche, de carlos Ruíz Zafón, el único que me queda pendiente de este autor.

No dejaré escapar tampoco el final de Harry Potter, aunque me lo tenga que tragar en inglés, cosa que ya he hecho con el 5º y con el 6º que ya me había leído en castellano pero me quedé sin lectura ninguna en Dublín durante el verano, y tuve que comprar algo de urgencia.

Creo que no llego al nivel de saber literario de los que comentan aquí (no conozco prácticamente ni a la mitad de autores que mencionáis...), pero creo que eso se compensa con que aún soy un jovencito de 18 años que empieza en octubre la universidad (es que si no lo digo, reviento, que ayer mismo me acaban de confirmar plaza dnde quería) pero que ama la literatura cmo pocas cosas.

Lo dicho, es todo un placer leer todas y cada una de las entradas de este blog.

Nos leemos!

Akaki dijo...

Pues yo no se. Tengo muchos libros en la estanteria pendientes, pero creo que algunos posibles para leer este verano son "La sangre de los inocentes" de Julia Navarro, a ver si soy capaz de continuar El péndulo de Foucault, también acabar el de Lolita de Nabokov, unos libros sobre mitologia que tengo por ahi y quizás uno que me parece curioso: Los viajes de Heródoto de Kapuscinski.
Pero bueno, de decirlo a hacerlo todavia hay un "cacho", además yo soy un poco lento leyendo libros, así no me leeré ni la mitad de los que he dicho.

Por cierto, el que me estoy leyendo ahora es el de La caligrafía secreta y la verdad es que me recuerda mucha a libros que ya leí cuando era joven(por que fuiste uno de mis escritores de juventud junto a Sierra i Fabra) como La catedral o El maestro oscuro(de este libro lo que más me acuerdo es de ese final extraño e inesperado, que tuve que leer varias veces). La verdad es que se nota ese estilo de escribir para jóvenes, por la forma de hablar de los personajes, sus caracteristicas, pero también es verdad que con estos libros aprendes más y te enteras mejor de las cosas porque hay muchos libros de adultos que los lees y como si no los hubieras leido.
De momento me está gustando, y estoy ahí ahí a ver que coño es el salvoconducto mágico ese, que cada vez que no se descubre me acuerdo de ti, jaja.

Saludos!

CeJota (ceja grande) dijo...

Best Sellers, pues está bien claro, mejores (más) ventas. Para ello suele venir bien enganchar con mucha gente, tener mucha promoción y tener una línea más o menos homogénea como puedan hacer los que mencionas, o un Stepheng King, o un Ken Follet.
Tampoco distingo lecturas estacionales.
Me acabo de acabar La caligrafía secreta.
Ahora tengo por un lado Heliconia Primavera, y por otro El día de los Trífidos, me encanta el subgénero apocalíptico.
Intentaré que caigan este verano El señor luna, el del Shiva llorón, y Neuromante que hice una intentona con este último y no fui capaz, a ver si a la segunda...
Mi contraria si que distingue, en verano lee libros (principalmente históricos, templarios y esos, el resto del año sólo revistas. También me gustaría pillar algo del Carlos Ruiz Zafón, que sólo leí "La sombra del viento" y hay que leer algo más. La última vez que repasé los pendientes eran como 50, y las entradas equilibran a las salidas con lo que seguirán por ahí más o menos.

Joaquín dijo...

Cunninghame Graham es muy recomendable, y hay edición muy reciente: "Trece historias" (prólogo de Raymond Lacoste). Ediciones Espuela de Plata, Sevilla, 2006.

César dijo...

Victor eme: a mí me pasa lo mismo con ciertos escritores: no soporto su estilo. Por ejemplo, comparto tu "repulsión" hacia Muñoz Molina. Me dan ganas de decirle:¡Deja de marear la perdiz y ve de una vez al grano, coño! Ay, cuánto daño ha hecho Faulkner a las letras españolas...

Nacho: Me alegro de que te gustara "Las Lágrimas de Shiva"; le tengo un especial cariño a esa novela, quizá porque es la más autobiográfica. "Luz azul" se lee con facilidad, con agrado en ocasiones, pero al final te va a decepcionar. Te deseo suerte con el resto.

Anikaa: ¿Vas a mezclar Bukowsky, Sharpe, Palhaniuk (de acuerdo, seguro que no se escribe así), Vian y Joyce? Pues, hija mía, te deseo una buena digestión :)

Kaplan: joder, qué idea más buena. Leer aventuras polares en verano... es como un aire acondicionado mental. ¿Qué te parece leer "Lawrence de Arabia" en invierno?

Joaquín: es cierto, yo también acabo leyendo cosas distintas a las programadas.

Javier Albizu: como dijo no sé qué escritor: que cuando las musas lleguen te cojan trabajando.

Hermes: En primer lugar, ¡muchas felicidades por tu próxima entrada en la universidad que querías! Eres un campeón. Y no puedes tutearme: DEBES hacerlo. Joder, ahora me doy cuenta de que no sólo crecen mis hijos, sino tambien mis lectores. Coño, me estáis haciendo viejo... Por lo demás, tu lista de lecturas es realmente interesante. Felicidades de nuevo. Ah, y no te acomplejes: muchos de los nombres que citamos aquí es por tirarnos el pegote, no porque los conozcamos realmente ;)

Akaki: ¿Quieres saber qué es el salvoconducto? Pues no te lo voy a decir. Si lo contara todo desde el principio, ¿para qué seguir leyendo? Sólo te diré que don Lázaro Aguirre de Salazar y Mendoza no es lo que parece.

Sheldon: así que esos 50 libros "en espera" se equilibran con las entradas y las salidas, ¿eh? (Sonrisa conmiserativa) Por ahora, amigo mío, por ahora. Pronto, en vez de 50 serán 70, y luego 100, y después... En fin, te lo dice un experto en el tema.

Joaquín: vaya, me estás picando la curiosidad con ese Cunninghame Graham (a quien, por cierto, tampoco conozco).

Anikaa dijo...

Hombre, quitando a Joyce y a Sharpe(que tiene una lectura muy amable) no veo que los otros estén tan desfasados... de todas maneras soy de las que prefieren variar, hay que darle a todo y no abusar de nada. Al fin y al cabo mis dos anteriores lecturas han sido de Capote y Allan Moore, y aquí estoy, ¡vivita y coleando!

Anikaa dijo...

Por cierto, Joaquín, gracias!!

Javier Albizu dijo...

Lo malo es que las musas siempre me pillan trabajando en algo, y con otros tantos algos empezados. Asi que cuando llega, le acompaña tambien la urgencia de hacer las cosas rapido, y por lo general, mal, para poder acabar el mayor numero de cosas antes de que se vuelva a largar.

CeJota (ceja grande) dijo...

Creo que el tema de las musas que te pillen trabajando, se atribuye a Picasso. (lamento el cambio de gremio...) - Lo he comprobado con el google (que no tiene ninguna fiabilidad).

Fernando Alcalá dijo...

Comento primero sin leer el resto de comentarios, para no intoxicarme de buenas ideas que seguro pululan por aquí arriba. Siento si repito ideas entonces (menudo morro el mío, hablar primero de buenas ideas y después sentir si las repito...)

Yo creo que no hay lecturas de estación, pero sí depende de dónde leas así cambia tu lectura. A la piscina jamás me llevaría, por ejemplo, Sandor Marái porque no me concentraría lo suficiente ya que tendré que estar intentando que el niño que está a mi lado no me salpique cada vez que pase corriendo.

Mis lecturas de mesilla no son las mismas, por ejemplo, que las que hago cuando estoy haciendo una guardia en el instituto. Así acabo, con tres libros empezados a la vez. Pero yo soy feliz, oiga.

Me encantan tus selecciones para este verano. De hecho, ya he leído un par. El otro día me terminé precisamente La muerte de Venus y me gustó mucho, así que muchas gracias por poner otros títulos que no me he leído. Seguramente te los plagie.

¿Mis lecturas? Pues estoy con Hoy, Júpiter de Luís Landero, que leo por las noches. La Biografía de Ana María Matute, que dejaré para cuando comience el instituto de nuevo y aparcaré el resto para leerme el último de Harry Potter y darle un repasón a mi oxidado inglés que con esto de ser profesor de secundaria, el nivel va a ser igual que al de mis alumnos.

Después ya se verá...

Anjana dijo...

Pues sí, yo también soy de las que acaba de leer "La muerte de Venus" de Care Santos y cuidado!! es muy "enganchante", lo empecé el domingo y lo terminé el lunes! ahora tengo pendiente "El dueño de las sombras"...voy con retraso... alguien lo ha leido??
Saludos! lectores estivales!

Anónimo dijo...

Llego tarde...
... pero, en cualquier caso, "Allanadores" es una delicia.

Anónimo dijo...

El de Morrell es un caso curioso. Es un escritor superior al de la media de los tecleadores de best-sellers pero, sin embargo, si por algo será recordado es por ser el creador de Rambo.

Ahora mismo anda escribiendo una miniserie de cómic del Capitán América. Se ve que el hombre le da a todo.

César dijo...

Es cierto lo que dices, anónimo de las 4:02. Pero "Primera sangre", la novela donde aparece Rambo y que fue llevada al cine como "Acorralado", no está nada mal. Además, su mensaje es justo el contrario de la película (y del resto de la serie)

Anónimo dijo...

Cierto, cierto. Además, si no recuerdo mal, fue el propio Morrell quien se quiso encargar de la novelización de la segunda película (que no le gustaba nada, creo recordar de nuevo) porque prefería eso a que otra gente le siguiese tocando el personaje. De todas formas, Rambo muere al final de Primera Sangre, o sea que...

De todas formas, después de películas (¡una nueva en ciernes, horror!), muñecos, cómics y hasta una serie de dibujos animados, el personaje es de todos menos suyo, cosa que no tendría que importarle mucho en lo artístico (al fin y al cabo, el personaje suyo es "otro") y mucho menos en lo económico (por los dividendos que le debe reportar).

Muy bueno el blog, llevo leyendo entradas en mis ratos libres desde ayer. Un saludo.

César dijo...

Anónimo de las 4:02: tienes toda la razón; Rambo, el Rambo que conoce la gente, pertenece a cualquiera menos a Morrell. Su personaje es el de la novela, y ese ya lo ha olvidado todo el mundo. Supongo que Morrell estará muy contento con la pasta que le han soltado (yo lo estaría), pero...

"Primera sangre" contiene un claro mensaje contra la guerra de Vietnam. Rambo es un tarado a causa de sus experiencias bélicas, un monstruo inocente, como la criatura de Frankenstein. Pero en ningún caso es un héroe (más bien es una víctima).

Sin embargo, el Rambo de Stallone es todo lo contrario. Su problema con Vietnam consiste en que le sacaran de allí, impidiéndole seguir matando jodidos amarillos comunistas. Representa los valores más peleolíticos del conservadurismo americano.

Bueno, pues no deja de tener cojones que un personaje destinado a ilustrar cierto mensaje llegue al gran público esgrimiendo un mensaje diametralmente opuesto. Pese a la abultada cuenta corriente, creo que a Morrell debe de molestarle la conciencia de vez en cuando.