lunes, junio 2

Hola de nuevo, Dr. Jones

Ayer vi Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (IJ4 en lo sucesivo), lo cual es una muestra más de que me estoy haciendo viejo. Porque hace unos años la hubiese visto el día de su estreno, o al día siguiente, pero la semana pasada pensé que habría mucha gente, mucho lío, y me dio una pereza enorme. Así que lo dicho, me estoy haciendo viejo, igual que el dr. Jones, igual que Spielberg... ¿igual que Lucas? No, Lucas se volvió viejo hace muchos, muchos años (justo desde el momento en que descubrió que vender figuritas articuladas era mucho más rentable que hacer películas). En fin, el tiempo no pasa en balde, ni siquiera para las leyendas (me refiero a Jones, no a mí).

De entrada, una confesión: a Indiana Jones estoy dispuesto a perdonárselo casi todo. En primer lugar, porque disfruté tanto con En busca del arca perdida, me lo he pasado tan bien viéndola (todas y cada una de las múltiples veces que la he visto), que cualquier cosa relacionada con ella –por ejemplo, sus secuelas- me sabe a gloria bendita. En segundo lugar, porque Indiana Jones es, junto con James Bond, el máximo héroe creado por el cine, el más popular, el que más profundamente se ha incrustado en la mitología moderna. Y si no, decidme: ¿quién puede hacerle sombra a Indy? ¿El Ben Gates de La búsqueda o el Rick O’Connell de La momia? Bah, meras copias de nuestro arqueólogo. ¿El Neo de Matrix? Un burdo fantoche vestido de sado-maso fashion. ¿Spiderman, Batman, Lobezno o cualquiera de los múltiples superhéroes que vuelan y brincan por nuestras pantallas? No, su popularidad procede el comic, no del cine, y ninguno de ellos tiene la rotunda personalidad de Indiana.

Reconozcámoslo, amigos, únicamente James Bond está a la altura del dr. Jones, pero con una diferencia: sólo hay dos buenas películas de Bond: Casino Royal y Desde Rusia con amor, y no pasan de ser eso: buenas películas de género; el resto son entre mediocres y muy malas. Sin embargo, Indiana Jones nació con una obra maestra del cine de aventuras: En busca del arca perdida. Así pues, amigos míos, no soy objetivo al hablar de este personaje; me cae demasiado bien. Entonces, ¿qué me ha parecido IJ4? Que es la peor de la tetralogía, pero, aún así, me lo he pasado bomba viéndola.

De entrada una pregunta: ¿Hacía falta tanto tiempo para escribir un guión así? La trama argumental de las películas de Indiana Jones nunca ha sido demasiado compleja, pero en el caso de IJ4 se vuelve casi esquemática, un mero pretexto para pasar de una escena de acción a otra. De hecho, carece casi por completo del espíritu de búsqueda épica que impregnaba los argumentos de En busca del arca perdida y La última cruzada. La verdad es que la trama de IJ4 puede resumirse en dos escasamente interesantes líneas.

Otra pregunta: ¿Está Harrison Ford para esos trotes? Pues sí y no, qué queréis que os diga. Hay que reconocer que, para los 65 tacos que tiene, Ford se conserva en una envidiable forma física, algo que se percibe en su lenguaje corporal y en su agilidad. Pero su rostro ha envejecido, ha perdido frescura; ya no vemos en él esa expresión de jubilosa insensatez que caracterizaba al personaje. Aunque bien pensado, eso es lógico; han transcurrido casi veinte años desde La última cruzada, el dr. Jones ha cambiado, se ha vuelto más sensato, menos impetuoso (dobla cuidadosamente las camisas para hacer el equipaje). En este sentido, resulta lógica la evolución del personaje, pues nos encontramos ante un héroe más cansado, un héroe crepuscular. No obstante, eso entra en contradicción con el espíritu hipervitalista que presidía la serie, y esa contradicción se nota en el resultado final.

En cuanto al tema de la película, también aquí hay un cambio: después de tres films centrados en temas mágico-religiosos (es decir, pura fantasía), IJ4 cambia de género y se enmarca dentro de la ciencia ficción. ¿Algún problema? No, para nada; de nuevo parece una decisión lógica. Porque Indiana Jones no es más que la actualización de los héroes pulp de los años treinta, y sus escenarios –Arabia, la India colonial, la selva- son propios de la literatura popular de aquellos tiempos. Sin embargo, IJ4 se desarrolla en los años cincuenta, una época en la que el pulp ya ha desaparecido y lo que se lleva son los platillos volantes y las películas de ciencia ficción de serie B, así que nuestro aventurero favorito no hace más que adaptarse a sus tiempos. Sin embargo... Veréis, los McGuffins de la primera y tercera entregas de la serie tenían empaque. No cabe duda de que encontrar el Arca de la Alianza mola, y de que todo gran héroe que se precie debe buscar el Grial; pero, ¿qué demonios son las piedras Shankara? Y lo mismo puede decirse de las calaveras de cristal: no sé lo que son, ni me interesa particularmente saberlo.

Respecto a los antagonistas, la dimensión de un héroe se mide por la grandeza de sus rivales, e Indiana Jones ha contado con los enemigos más pérfidos que puedan imaginarse: los nazis. ¿Cómo olvidarnos del sádico y grimoso mayor Toth, de En busca del arca perdida, o de la bella y traicionera Elsa Schneider de La última cruzada? Y no sólo los nazis, por supuesto; Rene Belloq –el reverso oscuro de Indy- fue un enemigo atractivo y elegante, ¿y qué decir de Mola-Ram, el demoníaco sacerdote de Kali? Pues que un tipo capaz de arrancarte el corazón es, sin duda, un rival digno de tenerse en cuenta. Sin embargo, los malos de IJ4, reconozcámoslo, no están a la altura. En esta ocasión se trata de pérfidos rusos soviéticos, comandados por la no menos pérfida coronel Irina Spalko, interpretada por la casi siempre magnífica Cate Blanchett. El problema es que Irina Spalko no pasa de ser un fantoche sin personalidad, la caricatura de la caricatura de una comunista. La verdad es que se trata de una antagonista de cartón piedra a la que el guión no saca el menor jugo.

Entonces, ¿me estoy cargando la película? No, qué va, ni mucho menos. De entrada, las primeras secuencias del film –lo que va desde el comienzo hasta que Indy sale del frigorífico- es Indiana Jones en estado puro, un salir de un lío para meterse en otro peor, una auténtica gozada. Después, todo el metraje está impregnado del mismo sentido del humor de siempre, de la chispeante auto-ironía que es marca de fábrica de la serie. Y las escenas de acción son estupendas, y las persecuciones trepidantes, y las peleas divertidísimas, y Shia LaBeuf da el tipo en su papel de –supongo que a estas alturas no revelo ningún secreto- hijo de Indy, y es una auténtico placer reencontrarse con Marion Ravenwood, la mejor “chica Jones” de la historia, y las autorreferencias son comedidas y encantadoras, y el ritmo no decae en ningún momento, y... vamos, que me lo pasé de puta madre viendo la película. Porque puede que ésta sea la más floja de la serie, puede que ya no tenga tanta magia, puede que resulte un tanto crepuscular, pero, parafraseando el viejo eslogan de un conocido brandy español: un poco de Indiana Jones es mucho.

Una cosa más antes de terminar. En la última secuencia de la película, Shia LaBeouf recoge el sombrero de Indiana, que ha caído a sus pies, y hace amago de ponérselo, pero Indy pasa a su lado, se lo quita y, mirándole como si le dijese “esto es mío”, se lo pone y se va. Fin. A mi modo de ver, esto puede significar tres cosas: 1. Que sólo hay un Indiana Jones, Harrison Ford, jamás habrá otro y con IJ4 se acabó el personaje. 2. Que Harrison Ford rodará otra película más de Indiana Jones. 3. Que por ahora no, pero más adelante Shia LaBeouf heredará el sombrero y el látigo.

La segunda opción me parecería terrible, pues un Indy septuagenario se me antoja un tanto deprimente. La tercera ni me la imagino. ¿Un pseudo Indiana Jones en los años sesenta y setenta? Suena fatal. En cuanto a la primera... ¿sólo Harrison Ford puede interpretar a Indy? Pues no sé qué decir; a fin de cuentas, todo el mundo pensaba que nadie podría sustituir a Sean Connery en el papel de James Bond, y ahí tenéis a Daniel Craig mojándole la oreja. Pero Indy es especial, claro... No obstante, hay un momento durante la película en que se comentan muy de pasada las actividades de Indiana durante la guerra, y eso me parece de lo más atractivo. ¿Qué hizo Indiana Jones durante la Segunda Guerra Mundial? No lo sé, pero me encantaría saberlo. O, mejor dicho, contemplarlo.

9 comentarios:

Perséfone dijo...

A mí Indy nunca me ha llamado la atención. De todos modos, uno de los mejores recuerdos que tengo es de sentarme a ver Indiana Jones con mi padre y flipar con la escena del templo y la roca-bola.

Anónimo dijo...

Comparto tu amor por el personaje, Cesar, y creo que has plasmado perfectamente en palabras (de eso va ser escritor, ¿no?) algo que yo sentía en mi corazón aunque no sabía como expresar. Y es que, el tirón del personaje mas allá de las perdonables pífias -de las arqueológicas mejor ni empezamos a hablar- se explica por su grandeza cinematográfica, por ser una invención perfecta junto a la cual otras no brillan tanto, como el caso de Bond que apuntas. Nunca he entendido a la gente que no le encuentra el encanto, y sí me gustaría que alguno me lo explicara (si puede).

Y no lo desees demasiado que a lo mejor lo consigues; como habrás visto en los trailers, la siguiente iteración de las "Guerras Clón" será animación infográfica, así que no me extrañaría que a Lucas se le ocurriese realizar un "War Journal" de Indy en la misma guisa.

Que por mi, vale..

Anónimo dijo...

Me parece curioso que menciones a James Bond como icono, y nombres como una de las mejores películas de la saga a "Casino Royale", y te olvides por completo de mi querido amnésico Jason Bourne. Sin las películas de Bourne, la revisitación/actualización de "Casino Royale" no hubiera existido.
Te recomiendo que les eches un ojo si aun no lo has hecho, en riguroso orden, claro.

PD: Probad a poner en youtube "guillermo bourne", y me contais.¡Qué grande que es Matt Damon!

Anónimo dijo...

la vi el otro día con mis hijos, que les encantó. A mí me gustó, pero me pareció como bien dices menos épica que las anteriores. Luego vi la del templo en casa y la primera, y me parecieron con más sustancia que la cuarta, aq no estaba mal, Indy es indy forever.

Pero un nuevo Indy?, quién sabe, lo íbamos a notar nosotros pero a las nuevas generaciones les iba a dar igual creo yo. Eso sí, las pelis tienen todas el mismo esquema narrativo. Calcadas. Tpco han intentado hacer nada nuevo, de seguir deberían cambiar los esquemas.
Mazarbul

Anónimo dijo...

Los quiero invitar a visitar www.orillera.blogspot.com y www.losyurumies.blogspot.com Gracias!!!
Desde la llanura pampeana saludos!

Anónimo dijo...

Lo de la guerra es al parecer una referencia a una de las novelas inedita en castellano.

Alicia Liddell dijo...

Puff, IJ estará siempre en mi corazón. Devoré las palomitas, lo confieso. Y la jodida escena de la serpiente -nunca faltan- es de lo más gamberro que se ha hecho en cine nunca.

Akaki dijo...

Ya la vi, en ingles pero la vi, y me gustó, sigue mucho su línea. Me impresionó el final un poco al estilo de ciencia ficción sí.
Saludos

Arcadio dijo...

Yo la fui a ver el día del estreno y me pareció tediosa, innecesaria, con ese final bochornoso que reafirmaba la sensación general de haber asistido a una estafa imperdonable. El tipo de películas que constatan la certeza que el Rey Midas jamás será un director cuya maestría pase a la historia de forma irreprochable, pues es capaz de realizar tantas pelis excelentes como deplorables.