lunes, diciembre 29

Feliz año nuevo

Debo reconocer que la Nochevieja siempre se me ha antojado una de las fiestas más tontas, sólo superada por el resacoso Año Nuevo. Celebramos que la Tierra ha dado una vuelta completa en torno al Sol, y lo celebramos con desmesura, como si en el fondo temiéramos que el planeta se iba a parar antes de completar su recorrido. Es una apoteosis del calendario, lo cual ya es una bobada, pero es que además celebramos un calendario desacertado, pues Dionisio el Exiguo se equivocó al menos en cuatro años al fijar la fecha del nacimiento de Cristo (que, paradójicamente, debió de nacer entre el cuatro y el seis antes de Cristo y, desde luego, en ningún caso en invierno).

Pero es que, además, es una fiesta frustrante. Cuando yo era un jovencito alocado, me pasaba los días previos al fin de año buscando alguna fiesta a la que asistir. En vano; nadie daba fiestas. Un año –diciembre de 1971-, mi padre se fue de vacaciones a Londres con mi hermano mayor y me quedé solo. Como era joven e inexperto, decidí dar un fiesta en casa. Creo que fue la única fiesta que se celebró esa Nochevieja en Madrid, porque la casa se llenó de gente, en su mayor parte desconocidos. Yo acababa de romper con mi novia y estaba borracho antes de que llegara el primer invitado, así que no me importó mucho. Pero jamás se me volvió a pasar por la mente dar otra fiesta de Nochevieja. A partir de entonces, vagué como un alma en pena en pos de festejos tan tirados que incluso me aceptasen a mí. A veces lo conseguía, a veces no. La reunión más divertida que recuerdo fue en un chalé de gente desconocida donde me tiré toda la noche jugando al póker con desconocidos. No recuerdo si gané o perdí, pero estuvo muy bien.

Ahora las nocheviejas las paso en San Sebastián, con mi familia política, y ya no tengo que buscar ninguna fiesta, lo cual es un descanso. Me sigue pareciendo una conmemoración de lo más gilipollas, pero es lo que hay; al menos en San Sebastián lanzan fuegos artificiales para celebrar el nuevo año, lo que da cierto colorido al asunto. Por cierto, dado que está prohibido vender fuegos artificiales a particulares, supongo que allí todo el mundo debe de tener su proveedor secreto, una especie de camello de cohetería.

En fin, conspicuos merodeadores (qué dos palabras más bonitas, pardiez), mañana cogeremos el coche Pepa, Óscar, Pablo y yo y nos iremos a Donosti. Volveremos el dos de enero, si el gran F.S.M. quiere. Así pues:

¡Feliz 2009!

19 comentarios:

Leodin DaCore dijo...

En Nochevieja a todo el mundo le da por ser amable y saludarte con dos besazos! Se nota que han comenzado a hacer propósitos...

Feliz 2oo9 :)

Jorge dijo...

Lo de menos es el pretexto; lo importante es celebrar: brindar, brincar, charlar, divertirse, repartir besos... En Nochevieja o en Torrevieja, tanto da. Pero sin obligaciones. Al que no le apetezca o prefiera una cena tranquila, o en fecha no tan señalada, nada que objetar.

Lo curioso es que todos los años dediquemos, entre pitos y flautas, un mes entero a las fiestas de fin de año, desde principios de diciembre (con los preparativos mentales, lumínicos, viajeros etc) hasta Reyes. Es decir, la duodécima parte del año, y por tanto de nuestras vidas, la consagramos a esta fiesta que se repite cíclica y estacionalmente, con el solsticio de invierno. Paganismo puro.

Sumemos a ello el otro mes (agosto) en que casi todo se paraliza, y ya tenemos un sexto de nuestras vidas dedicado a pensar en otras cosas, a evadirnos y distraernos. ¿Existencialismo intuitivo?

Buen viaje, César, ¡y feliz mete-saca de año a todos!

Anónimo dijo...

Tenemos la puta manía de buscar a todo un principio y un fin. El universo,la vida... Empezamos un libro y lo acabamos, queremos empezar y a la vez nos gustaría terminar.
Es extraña la sensación cuando no sabemos como terminará algo pero no es menos extraña la de no saber como empezará.
Tener un final o un principio es tranquilizador, nos aclara la ansiedad, el vértigo que produce no saber cuando será el único final que sí sabemos que está esperándonos, el propio.

Anónimo dijo...

Me encanta San Sebastián... siempre hago una visita a esa ciudad en vacaciones. Me parece tan curioso pensar que podríamos cruzarnos sin vernos...

En Pamplona celebramos el año nuevo disfrazándonos. Y en Carnaval es cuando nos comemos las 12 uvas :-P

Te deseo un feliz 2009 lleno de deseos que se hagan realidad (pero que nunca dejes de tener nuevos deseos),

Eva

Jose Ignacio Alvarez dijo...

Querido César, que disfrutes de la nochevieja, no por lo que representa sino por la oportunidad que te da de estar con los que más quieres. Un abrazo y que el 2009 sea tu mejor año.. hasta que venga el próximo.

Juan Antonio del Pino dijo...

Pues eso Feliz Año a todos los merodeadores de Babel,incluyendo al autor-dueño de la cafetería...
Pues sí, ciertamente eso de la Fiesta de Nochevieja fue también para mi un pequeño trauma adolescente. Era una noche que te lo tenías que pasar bien por narices. Y eso incluye trasnochar, beber sin freno, acudir a algún festejo ad hoc, tirar confeti, ponerse un gorrito ridículo, soplar por el matasuegras, llevar puesta una sonrisa permanente de me-lo-estoy-pasando-chachipurili, bailar (o algo así), soportar luces estroboscópicas, aguantar decibelios a toda pastilla y, a ser posible, ligar con alguien (precepto este último que no llegue a cumplir jamás, de ahí, supongo, el trauma).
Una fecha y una conmemoración que se me hizo odiosa (eso sin contar los amenísimos programas de Año Nuevo que ponían en televisión...)
En fin, que paseis una noche como os de la gana a todos/as y venturoso 2009.
saludos (nos leemos el año que viene)

Anónimo dijo...

¿O sea que mientras yo me paseaba con nuestro padre por la gélida noche de fin de año londinense mi hermano, blogero mayor del reino, ponía el hogar familiar (y con el mis escasas pertenencias) a disposición de cuanto desalmado/malhechor circulase por Madrid en tan señalada fecha...?
Cosas veredes, amigo Sancho y te enterares de ellas treinta y siete años despues.

Anónimo dijo...

Siempre celebramos hitos y los hitos más definidos son el final de algo (o lo que, en general, sucede una centésima de segundo más tarde: el principio de algo). Nuestra mente simbólica busca continuamente finales para festejarlos, y luego ya es trabajo de nuestra mente lúdica encontrar la forma de hacerlo.
Me gusta la idea de celebrar la llegada del nuevo año (o despedida del viejo),lo que no me gusta es la convención acordada para hacerlo. Estas grandes fiestas con todos borrachos, en realidad son un remedo, un simulacro del tipo de celebración que a todos nos encantaría,y que no es ni más ni menos que recibir al nuevo año todos en pelota, follando los unos con los otros en una megaorgía descomunal. Si lo hicieramos así, la gente no se emborracharía, ni se mataría con los coches ni habría broncas ni drogas.
Además, el año pasaría a durar como mucho dos o tres semanas.
Es... otro estilo de celebración.

Anónimo dijo...

Feliz año a todos :)

Manuel dijo...

Yo deseo a los cofrades ¡un feliz paso de un año al otro! (qué largo; con lo bonito que queda en esperanto: Feliĉan transjariĝon)

Jorge dijo...

Lo siento, Manolo, pero en esperanto me suena mejor decir, sin más, Feliĉan novan jaron (Feliz año nuevo).

(PD En unos segundos añadiré un último comentario a la anterior entrada del blog.)

Anónimo dijo...

¡¡Feliz año!! :DDD

(A mí me gusta el fin de año porque cualquier excusa me parece buena para comer lo que me gusta y retomar costumbres sin sentido como medio ahogarse con 12 uvas).

(En cambio las fiestas siempre me parecieron una gilipollez. Ni tan solo cuando era jovencita las soporté).

Voy a preparar la bandeja de turrones. ¡¡Bieeennn!!

plstk dijo...

BUENO, SÓLO PASABA PARA DESEARTE UN GRAN AÑO REPLETO DE ÉXITOS PARA TÍ Y TUS FAMILIARES Y QUE TENGAIS MUCHA SALUD.

APROVECHO TAMBIÉN PARA DECIRTE QUE ME HE COMPRADO EL LIBRO QUE HABÉIS ESCRITO SOBRE EL ACOSO ESCOLAR (Y HE ESTADO MIRANDO EL DE LA CATEDRAL, QUE A LO MEJOR ACABO COMPRANDO TAMNIÉN).ENCUENTRO QUE TU CUENTO SE QUEDA DEMASIADO CORTO. QUIZÁ DEBERÍAS AHONDAR MÁS EN ÉL, PERO QUIZÁ TAMPOCO SEA EL MÁS INDICADO, AUNQUE LO HE VIVIDO DE CERCA POR DESGRACIA. DE LOS TRES QUE ME HE LEÍDO, TODOS OS QUEDÁIS CORTOS. ES ALGO QUE EXISTE, DEBERÍAIS HABLAR SOBRE ELLO COMO ES Y NO PASAR DE PUNTILLAS. PERO SÓLO ES MI HUMILDE OPINIÓN.
EN DEFINITIVA, QUE PASES UN BUEN AÑO Y QUE SIGAS ESCRIBIENDO JEEEEEE, además, YO TAMPOCO ENTIENDO MUY BIEN ESTAS FEHCAS, SÓLO ESPERO QUE PASEN LO ANTES POSIBLE, SON COMO LA GRIPE JEEE

Déjame que te cuente dijo...

Acabo de descubrir tu blog. Es lo bueno de las vacaciones, más tiempo para pulular por internet.
Totalmente de acuerdo con tus comentarios sobre esta noche "especial". Hace dos días relataba en mi blog mi experiencia de cotillón..inolvidable.
Te agrego en mi lista, que no me gusta perderme ni una.
Mis mejores augurios para este año.

Anónimo dijo...

¡¡Feliz Año Nuevo!!

Hace un par de días una prima mía me dejó un libro tuyo, el de 'La mansión Dax', y me ha encantado.
Había oído hablar que había un libro llamado 'La catedral' pero no sabía que lo habías escrito tú.
Pienso leerme más libros tuyos, tal vez empiece por 'La caligrafía secreta' o 'La catedral'.
Un saludo.

Noviembre todavía dijo...

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

A mi me encantan los comienzos, creo que siempre hay que celebrarlos, aunque solo sea porque ya tenemos la certeza de lo que fue, pero aún podemos esperar que lo que viene sea mejor...

Un saludo

Akaki dijo...

Feliz año

Velda Rae dijo...

Feliz año, César. Suerte con este año que llega con tan malos augurios. Que no sea el león tan fiero como lo pintan. :-*

César dijo...

¡Feliz 2009 para todos!

Plistarco: supongo que es inevitalbe quedarse corto; el acoso puede adoptar miles de formas y es imposible reflejarlas todas en cinco o seis páginas. No obstante, lo que cuento en mi historia me parece suficientemente horrible. Además, piensa una cosa: "Chico omega" no está dirigido a los que sufren acoso escolar, sino a los posibles acosadores.

Déjame que te cuente: Bienvenida a Babel, amiga mía. Tu relato sobre ese fatídico cotillón es desternillante. Tienes mucho sentido del humor, felicidades.