viernes, marzo 4

Valor de ley


Si os fijáis en la entradilla que aparece bajo el nombre de este blog, La Fraternidad de Babel está dedicado, básicamente, a las cosas inútiles; como, por ejemplo, la literatura, una de las inutilidades más hermosas del mundo. Por otro lado, siempre he pensado que uno de los escasos aspectos útiles de las bitácoras son las recomendaciones, las pistas, los descubrimientos. Un buen blog se convierte a veces en una mano señalando algo que no conocías y cuyo descubrimiento te procurará un gran placer. Un buen blog es, en ocasiones, el mapa de un tesoro enterrado. Un buen blog, en definitiva, debe ser información; y si es privilegiada mejor.



¿Por qué seguir un blog personalista (como el mío)? Bueno, supongo que porque te divierte la personalidad del bloguero, porque te gusta como escribe, porque te interesa lo que dice y porque, de un modo u otro, sus gustos e intereses coinciden más o menos con los tuyos. Por ejemplo, una de las bitácoras que visito diariamente es la del escritor Luis Manuel Ruiz, El testigo ocular. Lo hago porque me gusta cómo escribe, porque me interesa lo que dice y porque, como he ido comprobando poco a poco, nuestras devociones e intereses coinciden de forma sorprendente. Y también porque de vez en cuando Luis Manuel me descubre tesoros cuya existencia yo ignoraba. La verdad es que creo más en esa clase de recomendaciones que en las de los críticos, por muy prestigiosos que sean; porque el elogio de un bloguero honesto siempre es sincero, pero la crítica no necesariamente lo es.


En fin, espero que Babel os haya descubierto algún que otro tesoro oculto. El caso es que ahora, con esta entrada, eso es exactamente lo que pretendo hacer: convertirme en una mano que señala algo muy bueno que corre el riesgo de pasar inadvertido.


Como todos sabéis, los hermanos Coen acaban de estrenar Valor de ley (True Grit), un western que en 1969 ya fue llevado a la pantalla por Henry Hathaway. No se trata de un remake, porque la película de los Coen no está basada en la de Hathaway, sino en la novela homónima de Charles Portis que es el verdadero origen de ambos films. Pues bien, aquí va mi primera recomendación: no dejéis de ver la película de lo Coen; es extraordinaria. Y, por cierto, también lo es la de Hathaway.


Pero lo que de verdad quiero recomendaros es la novela. Porque Valor de ley, de Charles Portis, es un clásico de la literatura norteamericana del siglo XX. La publicó Bruguera en 1970, pero en España pasó totalmente inadvertida, aunque en Estados Unidos ya era un título de culto (como la definió el New York Times: la novela de culto de los escritores de culto). Ahora, con motivo del estreno del film, el sello Debolsillo la ha reeditado.


No voy a explicaros en esta entrada por qué es tan buena Valor de ley. Como sabéis, colaboro con el blog de crítica literaria La Tormenta en un Vaso; pues bien, hoy ha aparecido mi crítica sobre la novela de Portis. Podéis leerla, si os apetece, pinchando AQUÍ. En cualquier caso, os recomiendo encarecidamente que la compréis y la devoréis. Recuperaréis el placer de la lectura en estado puro, os lo garantizo. ¿Cómo, que no te gustan los western? Déjate de chorradas; Valor de ley es infinitamente más que un western. ¿Que ya has visto la película? Da igual. Todo lo que aparece en el film de los Coen (todo sin excepción) está en la novela; pero condensado, en la novela hay mucho más. Además, aunque la peli de los Coen es excepcional, la novela es aún mejor.


Creedme: vale la pena leer Valor de ley, la aquí casi desconocida, pero ya clásica, obra maestra de Charles Portis. Es una gozada.

6 comentarios:

Kani dijo...

Si tú la recomiendas seguro que merece la pena, aunque primero tendré que terminar alguno de los 8 libros que me estoy leyendo. xD
Yo también quiero ser traductora.

leo dijo...

La película me ha gustado mucho. Salí del cine preguntándome cómo sería la novela: después de leerte creo que no voy a poder resistir la tentación.
Saludos.

Natalia dijo...

¡Gracias por la recomendación! Por cierto, me alegro mucho de que falte tan poco para que salga Leonís. ¡Estoy deseando comprarla! ^_^ ¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Qué razón tienes,César,yo también me fío más de lo que se recomienda en algunos blogs que sigo (entre ellos el tuyo) porque sé que hay sinceridad en ellos,si no,carecerían de sentido y valor...ya que estamos con Valor de ley,la vi en cuanto la estrenaron.Soy una fiel seguidora de los Coen,me divierten muchísimo,siempre esconden sorpresas por las esquinas y nunca sabes por dónde van a salir.Además se arriesgan a cambiar de una película a otra.Yo no he leído la novela ni he visto la peli anterior pero lo haré,y pese a que no me gustan especialmente las películas del oeste,me da lo mismo el género cuando se trata de buen cine y de que te cuenten bien una buena historia.Y eso lo hacen muy bien los Coen.Recuerdo otra que también es remake: Lady Killers.Me divertí muchísimo.Y no me olvido de Quemar después de leer...en los últimos minutos todos los que estábamos en la sala nos tuvimos que reir a carcajadas por el diálogo lleno de perplejidad de los personajes. En fin...que espero siempre ansiosa otra más de los Coen... Saludos.
Aurora Boreal.

Anónimo dijo...

Compré y leí la novela hace muchos años, en cuanto ví la película. He conservado un buen recuerdo de ella y me ha alegrado que a raiz de la nueva versión de los Coen (que aún no he visto) se haya reeditado de nuevo. Creo que no se tradujeron más obras de Portis. es una lástima, ya que como dices,está considerado un escritor de culto entre los mismos escritores. Quizá ahora, que parece que hay un cierto revival del western, alguna editorial de esas que rebuscan en los viejos catálogos de Bruguera, Caralt o Plaza & Janés de los años 60 y 70 se animen a editar de nuevo a Jack Shaeffer, Paul I. Wellman, Edna Ferber, Thomas Berger, Richard Sale, mucho mejores narradores que por ejemplo, algunos de los novelistas policíacos con que nos inundan las editoriales. No diré nombres en este caso.

César dijo...

Anónimo de las 5:00: No solo no se tradujeron en España las demás novelas de Portis, sino que durante mucho tiempo no han sido reeditadas en USA (por lo visto, han vuelto a publicarse ahora, con la película de los Coen).

Es el típico caso de novela que eclipsa el resto de la producción de su autor. Y es una pena, porque me encantaría conocer esas novelas.

La verdad es que sí, no estaría mal desempolvar algunos westerns injustamente olvidados. A ver si alguien se anima.