Entrar en Facebook es como cruzar el
Cabo de Hornos: a poco que te descuides, te ves zarandeado por intensas corrientes,
rugientes huracanes y pavorosos maelstroms. Por ejemplo, últimamente estoy
viendo numerosos comentarios (con sus correspondientes debates) acerca del “sesgo
machista lector”. Es decir, la tendencia (falócrata) a leer más autores que
autoras. Algo que, por lo visto, está muy generalizado.
Yo siempre he pensado que eso no era
cierto en mi caso, que yo elegía los libros según mi preferencias, por
temática, por recomendaciones, por prestigio o por lo que sea; por cualquier
motivo, menos por el sexo de su autor. Pero objetar eso es hacer oposiciones a
que se carcajeen de uno, porque el sesgo lector puede ser inconsciente.
¡Córcholis!, eso te deja desarmado… Yo puedo rendir cuentas de mi consciente, pero el hijoputa de mi Id
va por libre, hace lo que le sale de las narices, de modo que a lo mejor sí que tengo un pequeño machista dentro
interfiriendo en mis gustos lectores. Una conocida polemista de FB decía, más o
menos, “Si compras más libros de hombres que de mujeres, háztelo mirar”. Vale,
pues me lo hago mirar.
Mi biblioteca es vasta; tengo muchos
libros. Gran parte de ellos constituyen mi colección de ciencia ficción. La
empecé con trece años y dejé de hacerla (de forma obsesiva) a los treinta y
tantos años. Durante ese tiempo compraba todo lo que se publicaba o se había
publicado. Todo. Como es lógico por la época, la mayor parte esa colección está
compuesto por cf clásica. Y ya sabemos que la cf clásica está escrita muy
mayoritariamente por hombres. Por tanto, de esa colección no puede deducirse un
sesgo lector, aunque la mayoría de los autores sean machotes (recordad que lo compraba
TODO).
También suelo leer divulgación
científica, y en ese género abundan los hombres, por la sencilla razón de que
hay más hombres dedicándose a la ciencia y la tecnología. No es que no haya
mujeres, que las hay (Natalie Angier, Sandra Blakeslee, la coreana Shin-Young
Yoon o Susana Martínez-Conde, por ejemplo), pero la mayor parte son hombres.
Luego de aquí tampoco se deduce nada.
En cuanto a los libros restantes de
mi biblioteca, siguen siendo muchos; demasiados para ponerme a diferenciar
caracoles de ostras (según la censurada metáfora de “Espartaco”). No obstante,
estoy razonablemente seguro de que hay muchos más autores que autoras. Por
tanto el sesgo existe… ¿O no?
Porque falta un dato muy importante,
fundamental: ¿Cómo está compuesta la oferta editorial? Es decir: En España se
publican más de 80.000 libros al año. Muchos son tesis doctorales, o libros de
texto, o manuales, o cosas raras, es cierto; pero obviémoslo. ¿Cuántos de los
títulos que se editan en este país están escritos por hombres y cuántos por
mujeres? Por extraño que parezca, ese dato no figura en ninguna parte.
Misterio. Pero es básico para determinar si hay, o no, un sesgo machista
lector; y si existe, en qué medida puede cuantificarse. Me explicaré:
Supongamos que se editaran
anualmente un 50 % de libros de autores y otro 50 % de autoras. Si yo leyera
sin prejuicios de género, lo lógico sería esperar que la mitad de los libros
que comprase fueran de escritores y la otra mitad de escritoras. Si, por ejemplo,
comprara sistemáticamente un 70 % de libros de tíos, ahí habría un evidente
sesgo. Pero, ojo, sólo en el caso de que la oferta editorial fuese fifty-fifty
(cosa que dudo).
Ahora imaginemos que la oferta
editorial está compuesta por un 66 % de autores y un 33 % de autoras. Como dije
antes, no he encontrado el dato por ningún lado; incluso lo he preguntado en FB
y nadie lo sabía. Pero tengo la intuición de que por ahí andará la cosa: dos
tercios de hombres por un tercio de mujeres. Aunque da igual, supongamos que es
así. En tal caso, un lector sin prejuicios de género tendería a comprar el
doble de libros de hombres que de mujeres. Y no habría ningún sesgo machista,
sino una compra acorde con la distribución de la oferta.
Con esto no pretendo decir que no
exista un sesgo machista lector, consciente o no. Lo que digo es que resulta
imposible saberlo mientras ignoremos cómo se reparte la oferta editorial según
el sexo del autor.
Mi buen amigo Mariano Villarreal ha
tenido la amabilidad de aportarme un dato referente sólo a la literatura
fantástica y de cf: durante el periodo
2005-2015, se publicaron un 25% de libros escritos por mujeres y un 65% por
hombres; el resto mixto. Añade Mariano que en los últimos años debe de haberse
incrementado el porcentaje de autoras, aunque ignora en qué medida. En
cualquier caso, esos números se aproximan mucho a los dos tercios por uno que
mencionaba antes.
Otro buen amigo, León Arsenal, me ha
enviado una información de El País donde se consignan los diez libros más
vendidos en España en 2017: Siete de ellos están escritos por mujeres.
De modo que ¿existe realmente un
sesgo machista entre los lectores? ¿O hay un sesgo editorial? ¿O ambas cosas? ¿O ninguna? ¿O intervienen
otros factores que no he considerado? Faltan datos, amigos/as míos/as; faltan
datos. Yo, por mi parte, seguiré leyendo lo que me apetezca sin preocuparme del
sexo del autor o autora. Salvo, claro está, que realmente haya un jodido enano
machista en mi interior mirándole los genitales a cualquier libro que esté a mi
alcance. Lo cual, si me permitís la opinión, sería una tarea muy gilipollas.
35 comentarios:
Te has preguntado si tienes ese mismo sesgo según si el autor es negro, chino, tiene alguna discapacidad o pertecene al colectivo LGTBI. Alomejor estás discriminando a un montón de autores por sus diferencias y tu sin saberlo. Personalmente creo ese dato no es tan importante ya que todas las mujeres tienen los mismos derechos que un hombre a publicar cualquier libro, a estudiar y a formarse como quiera. No hay ninguna barrera que lo impida, hombres mujeres estamos en IGUALDAD de condiciones. El talento no tiene porque estar repartido entre los géneros al cincuenta por ciento, porque hombres y mujeres no somos iguales.
Además, dudo mucho que alguien deje pasar un libro que le gusta por el simple hecho de que este escrito una mujer, y culpar al subconsciente es aceptar el argumento de que todos los hombres actuamos confabuladamente para denigrar al género femenino, el feminismo-marxista del que tú hablabas en otro post.
Se me hace difícil pensar que haya alguien que lee un libro o deja de leerlo atendiendo al género o por cualquier otro motivo.
Creo que se debe de leer lo que a uno le apetece sin mas.
Hace poco tiempo la revista jotdown entrevistó a la directora editorial de Seix Barral, Elena Ramírez, y le preguntaban sobre esa diferencia tan grande entre el número de libros publicados escritos por hombres y mujeres. Ella contestaba que a la misma editorial -e imagino que el panorama será muy parecido en otras- llegan muchísimos menos manuscritos firmados por mujeres que por hombres. También ella había pensado sacar algún día el porcentaje, pero la diferencia por lo visto es abrumadura. Si hay un sesgo habría que entrar ahí, en saber por qué las mujeres escriben (al menos con la intención de publicar) tantísimo menos.
Siempre es un placer leerte César. Un saludo.
Anónimo de las 9:33: Por desgracia, la igualdad total aún no se ha conseguido. Se ha avanzado mucho, pero aún queda camino por delante. Pero sí, lo del sesgo lector tiene cierto tufillo a prejuicio infundado.
Amparo Vázquez: A mí también me parece absurda la idea de rechazar un libro por el sexo de su autor. Dudo mucho que sea algo generalizado; sobre todo teniendo en cuenta que la literatura quizá sea las actividad artística que históricamente más han practicado las mujeres; y también las muchas autoras superventas que ha habido, desde Agatha Christie a J. K. Rowling, pasando por Isabel Allende.
Jose: Exacto, citas otro dato clave que desconocemos: ¿cuántos manuscritos de mujeres llegan a las editoriales y cuántos de hombres? Sin saber eso, tampoco es posible hablar de un sesgo machista editor. Un abrazo.
Jose Vicente Serrano me ha aportado nuevos datos por FB. Cito textualmente: "Cesar, puedes ampliar datos en el artículo en tu blog (interesante, como siempre) con este dato, procedente del Ministerio de Educación:
"El número de miembros de estas entidades [de gestión de derechos de propiedad intelectual] ascendió, en 2016, a 190 mil. El 4,2% son personas jurídicas y el 95,8% restante son personas físicas. La distribución por sexo de estas últimas es la siguiente: el 23,2% son mujeres y el 76,8% restante, hombres".
Se encuentra esta afirmación en la siguiente dirección: https://www.mecd.gob.es/.../Anuario_de_Estadisticas..."
He encontrado otra información
en una entrevista con Laura Freixas: "Según mis cálculos, basados en lo que publicaron en 1999 quince editoriales señeras, son mujeres aproximadamente el 25 % de los autores de narrativa, 20 % de los de poesía y 15 % en el ensayo. No lo sé, habría que saber cuántos manuscritos masculinos y femeninos reciben los editores". El dato tiene casi veinte años, pero es orientativo.
Así es, César. Como bien explicas no se puede hablar de ningún sesgo (consciente ni inconsciente) sin tener en cuenta esos datos. Si uno es aficionado a la lectura de una determinado género o de una determinada corriente... no se le puede acusar de que "se lo haga mirar" si lee a pocas autoras o a pocos autores de tal raza o de tal nacionalidad sin conocer las correspondientes proporciones. Si uno es muy aficionado al cine clásico de Hollywood no se le puede acusar de ver pocas películas dirigidas por mujeres. Y, por encima de todo, ¿quién se cree con autoridad suficiente para meterse en lo que hacen los demás en su ocio? Es como si miro las estanterías de la casa de un amigo y le suelto: "qué pocos autores franceses tienes, deberías hacértelo mirar". Absurdo y prepotente.
Personalmente, jamás me he fijado en el autor de un libro a menos que ese libro me gustase tantísimo como para querer leer más de quien lo ha escrito. No me fijo nunca en si lo ha escrito un hombre o una mujer, español, americano, francés o lo que sea: siempre tiendo a dejarme llevar por la sinopsis o, para qué mentir, por la portada (que aunque no hay que juzgar un libro por su portada, cuando llama, llama xD). No entiendo por qué esa polémica de "lees más hombres que mujeres", no sé, no creo que nadie vaya por ahí mirando primero quien lo ha escrito y luego lo demás... ¿o sí?
Como sea, yo también pienso que ese sesgo existe en la editorial, no en el lector. El lector va a leer lo que tiene al alcance: es tarea de la editorial el hacer que a ese lector le llegue una cantidad equivalente de hombres y de mujeres, creo yo. Porque si una editorial solo publica testosterona, pues no vas a poder encontrar otra cosa...
Un libro es un escape a otra realidad y lo que importa es la calidad de su contenido, no de quien lo ha hecho posible, creo yo...
Hola, César.Partiendo de una oferta editorial sesgada, es más fácil que leas a un hombre que a una mujer(los datos que aportas son claros), supongo que con el paso del tiempo se publicarán a más autoras como muestra de igualdad o para cubrir esa brecha editorial(aunque lo que vende, vende como si lo publica un escritor robot), pero por encima de razones de sexo, religión, política, etc.. siempre prevalecerá, creo yo, la calidad literaria y los gustos de cada uno.Sí, yo leo lo que sale de las narices. Hombres y mujeres. Los extremos no son buenos pero peor aún es marcar esos extremos, porque ni solo leer escritores es bueno ni sólo leer escritoras tampoco, supongo que habría algo raro en esa persona(que tendría que hacerselo mirar) que sólo lee a hombres o que solo lee a mujeres nada más.En ese sentido estamos atravesando una época delicada en la que cualquier comentario puede ser mal interpretado mal intecionadamente, vamos que si no estás en mi bando, estas en contra, o cosas por el estilo,(eso me recuerda a la táctica de los partidos políticos, sectas,etc) no se trata de dividir, se trata de igualdad. Creo que en mi generación de fósiles puede haber machistas, pero las nuevas generaciones que tienen bien reseteados sus cerebros con este tema y son más abiertos de mente y les da igual hombres o mujeres,creo que son panlectores, o algo parecido, habría que hacer una encuesta entre millenials(o como coño se diga) y seguro que los resultados soprenderían a más de alguno y alguna. Yo también soy panlector y punto. Así que me lo voy a mirar, si alguien quiere ser panlector que suma a mi propuesta, me pido tesorero...
Un fuerte abrazo, César.
Saludos:
Si dejas que alguien te señale lo que tienes que leer, háztelo mirar.
Curioso, nunca me había planteado que mis gustos literarios pudieran ser machistas. Aunque ahora, mirándolos con mayor atención, concluyo que sí debo tener un pequeño machista, blanco y heterosexual, miembro del Heteropatriarcado Opresor de las Mujeres, que me hace elegir autores del montón como Asimov, Verne, Dickens, Galdós etc antes que autoras cúlmenes de la Literatura como Leticia Dolera o las Towanda Rebels. Lo siento. Me he equivocado. No volverá a pasar.
Yo sí miro quién ha escrito el libro, prefiero antes un thriller de John Connolly que uno de Patricia Cornwell (a la que he leído mucho), uno de Donna Leon antes que uno de Dan Brown, una novela histórica de Lyndsey Davis antes que una de Doherty, un relato de CF de Connie Willis antes que uno Larry Niven... pero son gustos basados en la calidad que subjetivamente aprecio en cada autor, en que coincidan más o menos con mis apetencias y gustos, puntuales o crónicos, más que en el género de quien lo escribe.
Es más, hay autoras que han usado durante mucho tiempo seudónimos masculinos, y otras usan sólo iniciales que no permiten determinar si son hombres o mujeres (P. D. James, C. L. Moore, J. K. Rowling...), al menos a primera vista.
Pero esto da lo mismo, hay un feminazismo (que, por suerte, no se corresponde con todo el feminismo, aunque se le da mucha cancha) que no va a reparar en razonamientos lógicos, sólo pretende que todos los hombres nos sintamos culpables de ser hombres, y tengamos que justificar nuestras decisiones y elecciones de cualquier índole, además de autoflagelarnos públicamente y que juremos arrepentimiento infinito.
Por ahí no paso.
Juan Constantin
nunca intentaré equilibrar el número de escritores y escritoras que leo. ¿Tendré que hacérmelo mirar? Tengo mis preferidos como todo el mundo pero me temo que no es el sexo lo que lo determina.
Perdón, borré por error el anterior. Creo que Juan Constantin describe el problema de fondo de todo esto a la perfección. Siempre me han cargado bastante los que, desde su pedestal, insisten con "si no lees a fulanito estás perdiendo el tiempo y malgastando tu vida", aunque si me dan argumentos y consiguen despertarme el interés por fulanito puedo hacerles caso y después darles o no la razón. Pero que que haya gente que se crea con la autoridad moral de inmiscuirse incluso en el sexo de los autores que lee la gente en su tiempo libre para hacerles sentirse culpables y obligados a dar justificaciones absurdas ("pues yo sí que leo a esta y a esta otra, perdonadme la vida, prometo leer más mujeres a partir de ahora para dejar de ser tan limitadito...") me parece de lo más aberrante. Que me digan "lee a Dostoievski" lo puedo entender pero "lee aunque sea a Belén Esteban o si no háztelo mirar", por ahí tampoco paso.
Hola Cesar, te quería preguntar tu opinión acerca de algo que quizá tenga poco o nada que ver con el tema:
¿Porque, por lo general, los hombres somos mas 'frikis' que las mujeres? se ve reflejado en convenciones, torneos de cartas, videojuegos, comics, etc. Vale, muchas mujeres degustan estas cosas, pero la regla general es que, casi todos estos entretenimientos están atiborrados de testosterona.
¿Crees que, en vez de un sesgo machista, realmente lo que puede inclinar la balanza a algunas obras de ficción sea este rasgo masculino, un sesgo 'friki'? que por lo mismo, puede esperarse que el autor sea hombre.
Rubens: Me imagino a mí mismo consultando un "plan de lectura políticamente correcto" y pensando: "Vaya, me toca leer a una mujer australiana, negra y adventista del séptimo día... ¡Con lo que me apetecería leer a un hombre blanco, polaco y cienciólogo!".
Gini-Gini: Es que tampoco podemos hablar de un sesgo editorial si ignoramos cuántos manuscritos de hombres llegan a las editoriales y cuántos de mujeres. Faltan datos.
Juan H: Yo es que dudo mucho que exista ese sesgo lector; o, al menos, que sea significativo. Puede que sí entre los dinosaurios supermachistas... pero esa gente no lee. En fin, sólo es una intuición, porque como sostengo en el post, nos faltan datos fundamentales para afirmar una cosa u otra. Ahora bien, si tu te pides tesorero, yo me pido obras públicas y luego llegamos a un acuerdo (codazo-codazo)
Samael: Lo más probable es que seas un cerdo machista. Como yo ;)
Rubens: Es que cada vez abundan más los comisarios de la corrección política que te dictan lo que tienes que decir, pensar, leer o ver. ¡La policía del pensamiento! Pero eso tiene una fácil solución: no hacerles ni puto caso. Como dice un proverbio árabe: El perrito ladra, la caravana pasa.
Galactus: Ah, amigo mío, debes de ser muy joven. Mi primer contacto con el frikismo se produjo en los años 70, en una Hispacon. Salí pitando porque aquella gente estaba muy loca. Y eran todos tíos. Luego retomé el contacto a principios de los 90, y descubrí que los frikis se habían vuelto mucho más cuerdos (salvo excepciones). Pero todos eran, de nuevo, tíos (menos Elia Barceló y Susana Vallejo). La semana pasada estuve en el Celsius: había muchas, muchas, muchas chicas. La cosa se está normalizando. Respondiendo a tu pregunta: no, no creo que el frikismo sea intrínsecamente masculino.
Joaquín: Como he intentado explicar en el blog, nos faltan datos básicos para saber si somos lectores machistas o no. Habrá que aprender a vivir con tan ardiente duda.
Yo soy de los tuyos: me niego a mirar el sexo del autor/a al escoger mis lecturas de ciencia ficción (y del resto tampoco, pero me voy a centrar en el fantástico). Afirmo que nunca he tenido prejuicios al respecto y que valoro ante todo la calidad y el entretenimiento de la lectura. Por otra parte, no quiero obligarme a un cupo de lecturas según el género de los escritores/as.
Dicho esto, creo que abordas parte del debate, por lo menos en los términos en los que se plantea actualmente (y hasta donde yo alcanzo ver). Por ejemplo no entras en el tema de la invisibilización de las escritoras, aunque es un término del que se está abusando mucho a mi entender.
Tiro de Wikipedia: "Invisibilización es una definición ampliamente utilizado en las ciencias sociales para designar una serie de mecanismos culturales que lleva a omitir la presencia de determinado grupo social. Los procesos de invisibilización afectan particularmente a grupos sociales sujetos a relaciones de dominación como las mujeres, las minorías, los pueblos no europeos, las personas que no tienen la piel clara y los grupos sociales que componen, etc."
En este sentido se asume que en toda la cadena de publicación: autores/as>editoriales> promoción y venta>gustos de los lectores/as, existe un sesgo o prejuicio hacia las mujeres escritoras. Bien, por descontado, que sea algo intangible no quiere decir que no exista y hay investigaciones al respecto que respaldan este punto de vista. Por mi parte, he leído pocos artículos al respecto (aunque en su momento sí que estudié sociología del género) y no tengo una opinión tan formada como querría así que no seguiré por aquí. Lo que está claro es que -desde la perspectiva del lector/a- entre otros factores dependerá, claro, de la temática o género tratado. No es lo mismo una lectura de divulgación o académica, y por otro lado el caso de la literatura.
En este sentido, el fantástico es un caso especial y es cierto que hay un predominio masculino, pero ¿se debe a la invisibilización de las autoras? Lo dudo, o por lo menos solo sería parte del problema. Creo que, visto desde el otro extremo, debería fomentarse la lectura del género fantástico entre el público femenino. Me explico brevemente: un vistazo rápido en Goodreads, compruebo que hay más escritores que escritoras en el fantástico -particularmente en la ciencia ficción- pero la proporción también se mantiene en el número de lectores/as. Aparentemente es un pez que se muerde la cola...
En fin, el debate está abierto y cualquier aportación debería ser bien recibida.
Carlex: Tienes razón, sólo me he centrado en una parte del debate. Pero, como apunto, existen otros muchos factores. Aun así siguen faltando datos. Respecto a la invisibilización de las escritoras... Podría ser, pero si aceptamos que hay por lo menos el doble de autores que de autoras, no es de extrañar que los escritores sean más visibles que las escritoras. Y luego está, claro, que no sabemos cuántos de los manuscritos que llegan a las editoriales son de hombres y cuántos de mujeres. Sin datos es imposible sacar una conclusión. Respecto a lo de fomentar el fantástico entre las mujeres... no creo que sea necesario; cada vez hay más lectoras y autoras del género, y sólo es cuestión de tiempo que el asunto se equilibre.
Efectivamente creo que faltan datos. Pero no creo que haya muchos lectores que rechacen un libro por estar escrito por una mujer, la verdad. En mi caso, de las primeras obras de CF que leí, españolas, eran las de Elia Barceló. Jamás me he planteado al comprar un libro cuál es el genero del autor/a, y en base a eso tomar una decisión. Y en el mundo académico igual.
Hay que tener en cuenta tb que muchas agentes literarias son mujeres. Sería curioso que contaran su punto de vista (o editoras). Es verdad que históricamente las mujeres han quedado relegadas. Unos de mis pasatiempos es buscar autores no traducidos, ingleses y franceses, del XIX y principios del XX (en gutemberg.org). Me he quedado sorprendido con la cantidad de escritoras cuyas obras duermen en el limbo. Lo curioso es que algunas llegaron a ser auténticos bestsellers en su época, y las criticas machistas eran de caerse. Hoy de vez en cuando van saliendo algunas traducciones, pero quedan legión. Un Doyle o un Wilkie Collins se traducen, pero hay escritoras que no se quedaban atrás, sb nadie se acuerda de ellas.
Por otro lado, a veces el sesgo positivo tb es discriminatorio, un poco del tipo "vamos a dejarlas que publiquen, pobrecicas". Hace poco Javier marias en un artículo en el País, hablaba de la valía dudosa de ciertas autoras (se refería en concreto a Gloria Fuertes), y de que en su opinión la atención sobre ellas se debía a que eran mujeres. En concreto no se si es así o no (no entro a juzgar a Gloria Fuertes, no tengo datos para ello y me parecería de mal gusto), pero igual en algún caso sí. Pero no se puede generalizar en modo alguno. Hay muy buenas escritoras al igual que hay escritores malos.
Mazarbul
Mazarbul: Está claro que en el pasado hubo un sesgo contra las escritoras, tanto por parte de los lectores como de los editores. Basta recordar, por ejemplo, que Mary Shelley tuvo que publicar Frankenstein de forma anónima porque era una mujer. Pero eso ocurrió hace 200 años. A lo largo del siglo XX ha habido muchas escritoras de éxito; suficientes como para que hasta los dinosaurios más machos acepten que pueden leer a una autora sin que su frágil virilidad se resienta. Respecto al sesgo positivo hacia las autoras, sí, puede que en algún caso se halla dado. Pero, vamos, que siguen faltando datos.
Odio a la Rowling, pero esto hay que contarlo. J. K. Rowling es la abreviatura de Joanne Kathleen Rowling. "Ajá. Su nombre, ¿no?" Pues a medias.
La Rowling se llama Joanne Rowling y así es como aparece en su pasaporte y en lo que sea que tengan los ingleses. "Entonces, la K, el Kathleen..." Fácil. Los editores de Harry Potter dudaban que la historia resultara atractiva para los lectores si la había escrito una mujer, así que la camuflaron. "J. Rowling" quedaba raro, así que la señora eligió el nombre de su abuela para publicar. Sigamos.
Estoy en Suiza y me he traído libros. Todos los libros que tenía en francés en mi casa (5) y me he comprado uno estando aquí (no tengo remedio). Y sí, 4 escritos por hombres, dos del mismo autor, además. Leo a más hombres que mujeres, aunque con un par de excepciones (entre las que te incluyo, César ;) ), mis libros preferidos los han escrito mujeres y tengo a más autoras favoritas que autores. Curiosamente se suelen llamar "Carmen" (Pacheco, Martín Gaite... ).Y a ver si consigo explicarme sin enrollarme mucho.
Es evidente que si se publican más libros escritos por hombres, lo normal es que éstos se lean más. Pretender hacer un 50-50 basándose exclusivamente en el sexo es absurdo, y aun así... Joder, nos estamos perdiendo leer cosas sobre cómo pensaba y piensa la mitad de la población del planeta en distintas épocas. Yo leo lo que me apetece, pero admito que sí me gusta variar de nacionalidad y lo hago a conciencia. Precisamente por eso, porque el mundo es enorme, hay países de los que no sabemos nada y comprar unos cuantos libros sale más barato que viajar.
Leer a más autoras que autores si no te nace es estúpido y aun así, siento que debemos hacer algo. Considero que los libros que uno lee se asemejan a la dieta: hay que leer y probar de todo. Vale que no comerías coles de Bruselas u ostras todos los días, pero al menos que nadie te cuente a qué saben. Con el tema autores-autoras, así a bote pronto se me ocurre haceros una pequeña lista de libros de autoras que a mí me gustan o han gustado y os planteo unas cuantas preguntas: 1. ¿Cuántos habéis leído? 2. Aunque no hayáis leído ése en concreto, ¿habéis leído algo de esa autora? 3. De los libros que no has leído, ¿hay alguno que conozcas de oídas o porque te lo mencionaran en el cole o algo? 4. Los que no has leído y te suenan, ¿por qué no los has leído?
A ver.
1. Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite (Juvenil)
2. Finis Mundi, de Laura Gallego (Juvenil, fantasía)
3. Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen (Novela romántica, s. XVIII, Inglaterra)
4. La señora Dalloway, de Virginia Woolf (Modernismo anglosajón, s. XX, Inglaterra)
5. La casa de los espíritus, de Isabel Allende (Realismo mágico, s. XX, Chile)
6. Frankenstein, de Mary Shelley (fantasía, ciencia ficción, novela gótica, s. XIX, Inglaterra)
7. Estupor y temblores, de Amélie Nothomb (novela autobiográfica, s. XX, Bélgica)
8. La vida de las mujeres, de Alice Munro (contemporánea, s. XX, Canadá)
9. Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg (autobiográfica, s. XX, Italia)
10. La flor púrpura, de Chimamanda Ngozi Adichie (novela, s. XX, Nigeria)
Lo dejo ahí por escoger autoras conocidas. En cuanto a lo de leer libros de autores de otras razas o con minusvalías, a ver... He leído libros de autores colombianos, argentinos, chilenos, estadounidenses, canadienses, mexicanos, portugueses, españoles, ingleses, irlandeses, franceses, italianos, belgas, holandeses, alemanes, daneses, húngaros, polacos, checos, daneses, rusos, hindúes, chinos, japoneses, coreanos, australianos, argelinos, sudafricanos y nigerianos. Minusvalías no he tocado, pero sí he leído el libro de un moribundo. Oscar Wilde y unos cuantos más eran gays. Y no lo he hecho por cubrir ningún carné. Lo único que le pido a un libro es que tenga personajes sólidos y coherentes y que esté bien escrito.
Cristina: Lo siento, pero no concibo eso de leer por cupos. "¡Cielo santo, he leído a tres hombres seguidos! ¡Debo leer a una mujer!", o viceversa. Para mí leer es uno de los grandes placeres de la vida, jamás una obligación. ¿Existe algún prejuicio para leer a mujeres? Quizá, pero no lo sabemos. ¿Se leen a más hombres que mujeres? Sí, pero no está claro el por qué. ¿Las mujeres presentan a las editoriales menos manuscritos que los hombres? No lo sabemos. ¿Los editores favorecen a los autores masculinos? No lo sabemos. Es decir: faltan datos.
Respecto al test que propones, discúlpame pero creo que de las respuestas no puede extraerse ninguna conclusión. Mira, voy a hacer lo mismo contigo proponiéndote una lista de autores (hombres) y obras que he leído y me han gustado:
“Trampa 22”, Joseph Heller
“Decadencia y caída”, Evelyn Waugh
“El fin del pleistoceno”, Roy Lewis
“Amor se escribe sin hache”, Enrique Jardiel Poncela
“La mirada del observador”, Marc Behm
“La Tierra permanece”, George Stewart
“La mansión de las rosas”, Thomas Burnett Swann
“El inimitable Jeeves”. P. G. Wodehouse
“La carretera”, Cormac McCarthy
“Tigre, tigre”, Alfred Bester
Todos ellos son libros conocidos y valorados en distintos ámbitos literarios. Hazte tus mismas preguntas y luego pregúntate si tus respuestas significan algo.
Un beso.
Muy brevemente:
Estoy de acuerdo con Cristina que la diversidad es un atractivo en la lectura y el género del autor/a en este caso es una variable a tener en cuenta. Entiendo que es en este sentido que Cristina nos invita a probar más autoras y no de (auto)imponerse un cupo.
Respecto a la lista, en mi caso en las lecturas de ficción mi experiencia se centra la ciencia ficción (aunque no exclusivamente). En la lista de Cristina, excepto "Frankenstein", no he leído las demás obras. Sí he leído otra obra de Jane Austen (y quiero leer más), y de las demás autoras he leído reseñas o me suenan la mitad más o menos.
De la lista que propone César, es curioso: se mantiene la misma proporción que la lista de Cristina. "Tigre, tigre", el gran clásico de la ciencia ficción, "La carretera", eternamente pendiente en mi biblioteca, y nunca olvidar el gran P. G. Wodehouse, aunque no he leído esta obra en concreto.
Carlex: Cuando digo cupo me refiero a lo siguiente: Yo no me fijo en el sexo de los autores de los libros que leo. Porque creo que no hay diferencia en cómo escriben los hombres y cómo lo hacen las mujeres. Si decidiera leer a más mujeres (así, en abstracto), entonces sí que tendría que fijarme en el sexo de los libros y decidir la proporción entre autores y autoras. Una lectura demasiado artificial para mi gusto. Además, eso es dar por hecho que existe un sesgo lector, y no lo sabemos.
De las obras que cita Cristina, he leído tres. Conozco todas las obras, menos las dos últimas. ¿Por qué las que me suenan no las he leído? Pues no sé, supongo que por los mismos motivos que no he leído "Luz de agosto de Faulkner, o "La forma del agua" de Camilleri, o "El jinete polaco" de Muñoz Molina. Porque no se pueden leer todos los libros que quizá valga la pena leer. Somos simples mortales.
Hace unos meses leí una novela de Graham Swift ambientada en la Inglaterra de los años veinte, en la que una chica entra a trabajar en una mansión. El libro habla un poco de las preferencias literarias de la protagonista y de su amor por las novelas de aventuras, esto es, lo que en la época se consideraba literatura para chicos. No es que hubiera exactamente prohibiciones sino libros que se consideraban más o menos adecuados dependiendo del género, y la disposición de los libros en las bibliotecas solían tenerlo en cuenta. La protagonista sin embargo devora lo que encuentra de Stevenson, Haggard, Kipling y sobre todo de Joseph Conrad, el autor para chicos por excelencia de la época y el que hará que también quiera llegar a ser escritora.
Todo esto viene a que, pese a que hoy en día todo esto nos parezca absurdo, hay inercias históricas que no son del todo fáciles de parar y que se nos cuelan casi sin darnos cuenta -como ya ha comentado César-, y por eso me parece muy bien hablarlo y que se escriba sobre ello. ¿Para qué? Para tomar conciencia, simplemente, aunque no se llegue a ninguna conclusión y efectivamente nos falten datos. Y luego que cada uno haga lo que quiera, como si se quiere leer sólo a escritores nacidos en La Rioja, es su tiempo, pero es posible que, aunque sea uno, descubra que no está del todo de acuerdo con lo que vienen siendo sus elecciones de lectura.
Un saludo a todos y un abrazo César.
Saludos:
La conclusión que se sacaría de la novela de Swift es que no hay que hacer caso de las presiones (otra cosa serían las recomendaciones) de ninguna clase para leer este o aquel tipo de libros, sino, más bien, leer lo que te apetezca.
Supongo que consideraremos que lo que hizo la joven, seguir su propio criterio, es lo mejor que pudo hacer.
Entonces, no sé cómo se llega a la conclusión de que si seguimos nuestro propio criterio en cuanto a los libros que leemos, podemos descubrir que no estamos de acuerdo con ese mismo criterio elegido por nosotros...
Supongo que será porque no es realmente de nuestra propia y personal elección, sino que estamos sutilmente influenciados por la presión social.
Pero eso se daría en todas las épocas, incluida la de la novela, por lo que si la joven puede sustraerse a la presión, ¿por qué nosotros debemos estar bajo su influencia?
Yo, cuando leo, además de recomendaciones (ojo, no imposiciones ni presiones) sólo sigo mi criterio. Debido a ello he errado a la hora de elegir libros o autores, como cualquier hijo de vecino. Hasta una vez me leí un libro de Paulo Coelho y aprendí algo muy importante: no volver a leer un libro suyo.
Siempre ha habido, hay y habrá movimientos sociales dedicados a salvarnos de nosotros mismos, evitándonos la lujuria, el alcohol, la comida rápida, el tabaco, y ahora le ha tocado a salvarnos del heteropatriarcado opresor y la cultura de la violación...
Juan Constantin
Yo sí creo que algunos sesgos se nos pueden colar sin que lo percibamos como presión o falta de libertad en nuestras elecciones. Por eso me parece interesante que se escriba sobre ello y agradezco esta entrada de César, aunque no se llegue a ninguna conclusión (las conclusiones al fin y al cabo no me parecen tan importantes como hablar del tema). Estoy bastante seguro de que casi todos los lectores están tranquilos con sus decisiones de lectura habituales, pero a partir de este tipo de entradas quizás alguien se dé cuenta de algo (por ejemplo, un tipo que quiere leer a los mejores autores contemporáneos y a sus conocidos Ford, Ishiguro, Cartarescu,Cormac McCarthy, Coetzee y toda una retahíla larga de hombres, no sepa prácticamente añadir mujeres). Y jamás nadie ha presionado al tipo del ejemplo en sus elecciones, ni había alguien detrás de él diciéndole lo que era "adecuado" leer o no..., pero quizás hay algo que a la hora de elegir entre dos autores de reconocimiento y críticas parecidas le hace decantarse antes por el escritor que por la escritora.
No estamos hablando de que nadie tenga que defender sus elecciones lectoras, ni de salvarse de nada, sino de que quizás alguien, un lector, "se note" algo. Y luego hará algo al respecto o no hará absolutamente nada, pero estoy convencido de que hablar del tema sirve y es bueno.
Un saludo.
César: pues claro que no se pueden sacar conclusiones porque era una tontería para seguir hablando del tema, intercambiar opiniones y a lo mejor sacar nuevas ideas todos :-). La conclusión que saco de tu lista es que me queda mucho por leer, por cierto :D. Evelyn Waugh me lo recomendaste tú, me leí uno y tengo otro en casa. Algunos me suenan, otros no, y los que me suenan no los he leído porque la lista de pendientes que tengo ahora mismo llega hasta el techo. Me tomo la libertad de apelar a mi juventud para justificar mi pobre cultura literaria. Excusa muy pobre, lo admito, pero me llevas años de lecturas de ventaja.
Te diré la verdad: mi intención era pillar a los que reniegan de Jane Austen por escribir novela romántica, cuando más bien escribía novelas bastante realistas de cómo era la vida en Inglaterra (y más específicamente para las mujeres) en el siglo XVIII. Yo salvaría dos novelas suyas; las demás son más de lo mismo: Orgullo y Prejuicio y Emma.
Y claro que no se puede hacer proporciones con los tipos de libros que uno lee como con los carbohidratos y las proteínas. Pero sí considero importante variar. En cuanto a que escribimos igual... En los tipos de libros que tú lees, a lo mejor. Pero sinceramente lo dudo. Igual que no es lo mismo una historia de guerra escrita en el siglo XVII que una en el XX. Igual que no es lo mismo la poesía de Garcilaso que la de Wislawa Szymborska. Ni el teatro de Shakespeare y Lope de Vega es igual al de José Ramón Fermández. La época aporta cierta idiosincrasia a una obra. La nacionalidad, con la historia y el acervo cultural de ese país, aporta algo a una obra. La clase social del autor. La edad del autor al escribir cada obra. Y, te pongas como te pongas, el género. Que no lo encuentras relevante en general, genial. Puede que en ese sentido seas menos machista que yo. Es sólo que... la gente en persona no es sincera. No se desnuda. Cuando escribe no siempre lo es, pero muestran mucho y me encanta. No quiero morirme habiendo leído trescientas veces el mismo libro (=habiendo leído trescientas veces lo mismo sobre alguien). No puedo leerlo todo, pero sí puedo hacer un esfuerzo por leer de todo. De todos. Y no, no voy por la vida pensando: "Vale, llevo tres libros seguidos de tíos, me toca una tía". Más bien: "¿Qué país no he tocado aún?" Últimamente más bien leo lo que me queda por casa y lo que nos mandan en el club de lectura.
Yo sé que tú no eres un idiota que se deje llevar por prejuicios a la hora de escoger un libro. O que, en todo caso, te dejas llevar menos que la mayoría. Y sé que la mayor parte de los lectores de Babel tampoco porque somos gente con cierto criterio y ciertas lecturas a nuestras espaldas. Pero no hay que caer en el error de pensar que todo el mundo es como nosotros. Y a menudo la gente ni siquiera tiene la culpa de sus sesgos porque las editoriales se lo ponen fácil. Te dejo un post de una mujer que lo explica mejor que yo. Te presento a Lucía Martínez, nutricionista que ha publicado un libro y que en su blog habla de la influencia del género en su carrera exponiendo su propio caso con su libro: http://www.dimequecomes.com/2017/03/nutricion-para-hombres-nutricion-para-mujeres.html .
Carlex: en efecto, has captado lo que quería decir a la perfección :-).
Juan Constantin: una de las medidas a tomar para no verse influenciado por la mayoría (para lo bueno y lo malo) es preguntarse uno mismo de vez en cuándo cómo está haciendo las cosas y por qué. Si uno obra según su criterio y está satisfecho, magnífico, a seguir así. Si no, quizá aprenda algo.
Jose: Amén a todo lo que has dicho. Hablar siempre es bueno, aunque no se llegue a ninguna conclusión. Yo me lo paso pipa con discusiones como ésta, qué queréis que os diga.
Saludos:
Cristina: estoy totalmente de acuerdo con preguntarme de vez en cuando cómo y por qué hago las cosas, llevo practicándolo algunas décadas. Y siempre, siempre, quiero aprender algo nuevo, o algo que haya olvidado.
Pero aquí hablábamos de cuando alguien te dice qué debes y no debes leer, cuando te señala con el dedo acusador y sentencia que tus elecciones no son correctas, esgrimiendo como única razón que no coinciden con las suyas: “Si compras más libros de hombres que de mujeres, háztelo mirar” decía la polemista de FB, señalando implícitamente que si así lo haces tienes un sesgo machista, negativo y que por lo tanto debe ser erradicado. No pretenden que aprendas algo con la duda que siembran, sino que estés en un estado de duda casi permanente -el más indefenso en el que nos encontramos los seres humanos, al menos socialmente- y que optemos por seguir el pensamiento único que promulgan, para no abandonar al rebaño o para evitar ser etiquetados de manera peyorativa como machistas, racistas, homófobos...
Yo no soy joven, no llego a ser ni viejoven, y lo que he aprendido en estos años es que todos vamos siendo el producto de nuestros aciertos y, mucho más, de nuestros errores. Yo, hace tiempo que decidí que mis errores -al menos la mayoría- iban a ser míos y sólo míos, y que mis aciertos serían gracias a otros, la mayoría, y alguno sólo de mi propiedad.
Un placer conversar contigo y con cualquier Merodeador de Babel.
Juan Constantin
Cristina: Me temo que debo insistir: se han hecho muchas pruebas mediante textos literarios anónimos (entre ellas una en Babelia), y el resultado siempre ha sido el mismo: no se puede distinguir cuáles están escritos por hombres y cuáles por mujeres. Sin duda hay diferencias entre tíos y tías, pero nuestras funciones más elevadas, la inteligencia y la sensibilidad, son idénticas. Ni siquiera por la temática o el tratamiento puedes adivinar el sexo del autor. Si lees, por ejemplo, la romanticona "El hombre que susurraba a los caballos", dirías que lo ha escrito una mujer, pero el autor es un hombre, Nicholas Evans. Y si lees "El cuarto oscuro", una novela brutal y sórdida, creerías que es obra de un hombre, cuando su autora es mujer, Louise Welsh.
Las escritoras escriben cada una a su manera (como lo autores), y no tienen un sesgo común por razones de su sexo. Afortunadamente, además, porque creer que hay algo en la naturaleza femenina que condiciona la escritura (ergo el pensamiento), eso sí que me parecería sexista.
Con relación al supuesto sesgo lector, yo me limito a señalar que no podemos constatar su existencia porque carecemos de datos. Pero es verdad que abrigo ciertas dudas, precisamente por la misma razón que tu alegas. Dices: "Yo sé que tú no eres un idiota que se deje llevar por prejuicios a la hora de escoger un libro. O que, en todo caso, te dejas llevar menos que la mayoría. Y sé que la mayor parte de los lectores de Babel tampoco porque somos gente con cierto criterio y ciertas lecturas a nuestras espaldas. Pero no hay que caer en el error de pensar que todo el mundo es como nosotros". Es decir, que los lectores, aquellos que tienen más cultura, están más protegidos contra prejuicios sexistas. De acuerdo; pero recuerda que estamos hablando de "sesgo lector". Es decir, hablamos ¡de lectores! Por eso dudo.
Por último, no pretendía con mi lista quedar por encima de ti, para nada. Seguro que tú puedes confeccionar una lista semejante de autores que ni me suenan. Lo que pretendía es demostrarte que las respuesta a tu lista no significaban nada.
Interesante tema de debate. Me recuerda a una discusión que sostuve hace tiempo sobre la universalidad de ciertos temas y sobre nuestra capacidad de empatizar para, precisamente, apreciar ópticas aparentemente alejadas de nuestra sensibilidad (matizo que en esa conversación, que recuerdo vivamente, no afloró la cuestión de género o sexo, quizás porque ocurrió hace más de diez años, cuando este tema no estaba tan candente).
Conozco personas muy lúcidas que han hecho el experimento, que se han "impuesto" profundizar en la visión de género y, por ejemplo, han hecho sesiones de lectura "en femenino". Son personas cuyas opiniones tengo en alta estima.
Así que no debe ser ninguna tontería pero... (¿quién dijo aquello de que lo importante de una frase viene detrás del pero?)
En mi caso, no siento esa necesidad y mi visión está totalmente de lado de César.
Hay autores de (mi) cabecera que son mujeres, como otros son hombres. Por ejemplo, hablando de César, para mí la mejor novela histórica sobre la caída de la República corresponde a Colleen Mccullough, autora de El pájaro espino, y cualquiera podría pensar que son temas antitéticos.
Más de nuestro género Lois McMaster Bujold me ha proporcionado innumerables horas de diversión con las desventuras de Miles Vorkosigan, lo mismo con Ursula Le Guin (elegid casi cualquier obra), Bárbara Hamley, C.J. Cherry y su saga de Chanur o Marion Zimmer Bradley con su saga Darkover -no así con las Nieblas de Ávalon, pero tampoco me gusta lo que hizo el testosterónico Bernard Cornwell, así que lo puntúo con un empate-, podría añadir a Pilar Pedraza o nuestra queridísima Ana María Matute -cuyo Olvidado Rey Gudú está a la misma altura que las de Tolkien y emocionalmente me llena muchísimo más-
Podría hablar también de historiadoras como Mary Beard, Adrienne Mayor o Pat Southern, otro género por el que me prodigo mucho...
Pero no le veo sentido alguno.
Al leer esos libros -e insisto, hablo de libros de cabecera- no he sentido extrañeza ni una visión ajena. Era/son buenos libros. Punto. Con sus propias características y peculiaridades estilísticas, narrativas o argumentativas... como las que pueden tener obras de autores masculinos.
Es más, en muchas ocasiones, ni siquiera era consciente del sexo, filiación o nombre de pila del autor... porque, a ver, C.J. no da mucha información, ¿verdad?
Tampoco he sido capaz de detectar un patrón o denominador común. Puede ser torpeza de este lector, no lo niego.
En fin.
¿Existe sesgo? Ni repajolera idea, necesitaríamos ahondar en los datos que han asomado brevemente en esta discusión.
Lo que sí sé a ciencia cierta es que a un servidor le da completamente igual el sexo del autor.
Saludos
Miguel
PD: Lo mismo es que los lectores de este foro no caemos en el estereotipo cipotudo y por eso no vemos lo evidente, ¿quién sabe?
PD2: Ya puestos, hablando de autoras, no puedo dejar de citar a la mejor guionista de Daredevil: Ann Nocenti. Sólo por debajo de quien redefinió al personaje, Frank Miller.
Miguel Valle: Es verdad que no tiene sentido empezar a enumerar como coartada a las autoras que hemos leído. Los dos escritores que más han influido en mí como lector, como escritor y como persona, han sido mi padre y Richmal Crompton. Ese segundo nombrecito tan raro corresponde a una mujer, la autora de las historias de Guillermo Brown. Fue la lectura favorita de mi infancia, pero cualquier adulto puede disfrutarla por su sentido del humor, por su ingenio y por su rebeldía. Es una obra maestra que cuenta con una legión de admiradores (cada vez más maduritos, es cierto). Me marcó y forma parte de mí; y el hecho de que su autora sea una mujer, sinceramente, siempre me ha importado un bledo.
Hola, César.
Quizás mi argumentario tenga algo de coartada, no lo sé. Hasta es posible que lo haya utilizado por una mala conciencia (no lo creo).
Quería, simplemente, ilustrar mi afirmación, en la que coincidimos: Yo, en todas esas autoras no aprecio diferencias que puedan ser achacables a su sexo.
Aclaro que en un primer momento pensé no citar a ninguna autora pero luego me pareció que explicitar que las había en mi bagaje podría reforzar la tesis -siempre he creído en el valor de los ejemplos-. Si la enumeración, totalmente personal, ha desvirtuado algo el debate, mis disculpas.
Saludos
Miguel
Miguel Valle: No, amigo mío, no lo decía por ti, sino en general. Y por supuesto, no acepto tus disculpas porque no hay nada, absolutamente nada, de lo que disculparse. Perdona si he dado la impresión de que criticaba tus palabras, no era mi intención.
Al leer e interpretar un texto, el género definitivamente influye. Las perspectivas de género hacen que un tema pueda ser percibido de manera diversa.
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