Noche de brujas y fantasmas, amigos míos; el samhain celta, halloween. Por las calles merodean pequeños monstruos en busca de presas con las que poder saciar su hambre de chucherías. Ya sabéis lo mucho que me gusta esta fiesta, la única celebración abiertamente pagana en monótono catálogo de aburridas fiestas cristianas. Sin embargo, este año me había olvidado por completo de ella, así que no tengo chucherías con que obsequiar a los muertos vivientes ni nada previsto para Babel. Improvisemos pues.
A todos los merodeadores un consejo: esta noche dejad algo de comida en vuestra puerta o en el alféizar de una ventana, para evitar que los difuntos, cuando salgan de sus tumbas, os devoren. ¿O es que no habéis visto The Walking Dead? Y un regalo: un relato, pero no mío. Ya que hablaba de él en la última entrada, os voy a dejar aquí un relato ultracorto del gran Fredric Brown. Se llama La respuesta, fue publicado en 1954 y, por supuesto, es un cuento de terror. Espero que os guste tanto como a mí.
Feliz halloween, merodeadores.
La respuesta
Fredric Brown
Se enderezó, hizo una seña a Dwar Reyn y se acercó al interruptor que completaría el contacto cuando lo accionara. El interruptor conectaría, simultáneamente, todos los grandes ordenadores todos los planetas habitados del universo -noventa y seis mil millones de planetas- en un supercircuito que los convertiría en un superordenador, una máquina cibernética que combinaría todo el conocimiento de las galaxias.
Dwar Reyn habló brevemente a los billones de seres que observaban y escuchaban. Después permaneció un instante en silencio.
-Ahora, Dwar Ev –dijo después de la pausa.
Dwar Ev accionó el interruptor. Se produjo un poderoso zumbido; la energía de noventa y seis mil millones de planetas. A lo largo de los kilómetros que medía el panel de control se encendieron y apagaron multitud de lucecitas.
Dwar Ev retrocedió un paso y lanzó un profundo suspiro.
-El honor de formular la primera pregunta te corresponde a ti, Dwar Reyn.
-Gracias -repuso Dwar Reyn-. Será una pregunta que ninguna máquina cibernética ha sido capaz de contestar hasta ahora.
Se volvió hacia la máquina.
-¿Existe Dios? –preguntó.
Una potente voz respondió sin vacilar y sin que sonara ni un relé.
-Ahora sí –dijo.
Un súbito temor se reflejó en la cara de Dwar Ev. Dio un salto para intentar apagar la máquina.
Y de un cielo sin nubes surgió un rayo que lo derribó y fundió para siempre el interruptor.
8 comentarios:
1954. Relés. 96.000 mill. de planetas. Lucecitas en un panel de kilómetros. Y... 12 cámaras. 12!!!!!!
Madre, mía, si Fredric levantara la cabeza.
(Gracias por recordarme este cuento) :)
es... es... es... pues eso.
No lo haba olvidado pero tampoco me acordaba de l, as que me ha vuelto a parecer buensimo.
(¿Ser CF que mi ordenador se niegue a poner acentos?)
Cuánto tiempo sin pasarme por estos lares. En breves espero ponerme al día con las entradas.
Espero que ayer pasaráis un espeluznante Halloween >:D Es la fiesta de mi infancia, y no hay año que no la celebre con gusto. Justo ahora acabo de escuchar en televisión la oposición de la Iglesia a esta festividad, exhortando a la gente a que no se celebre esta terrible fiesta pagana, y que si la celebren que conserven su religiosidad católica (¿?). En fin, cada día más ridículo... Sólo por eso voy a ponerle aún más ganas y a celebrar mi paganismo con más entusiasmo.
Ah, el breve relato me ha encantado.
Un saludo :)
Nyna: Toda fiesta que la Iglesia rechace gana enteros para mí.
Jeje,esta chulo, sobre todo cuando lees el "ahora si"
Un saludo!
Conocía el cuento desde hace eones y me sigue pareciendo tan bueno como la primera vez que lo leí.
Con una sola diferencia: ahora, cuando estoy metido en Internet y lo recuerdo... siento un escalofrío.
Me encanta Halloween :)
No conocía el relato pero me ha gustado mucho, gracias por compartirlo.
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