miércoles, junio 6

Ray y la marea

Hace no mucho, un buen amigo escribió en su blog un post hablando sobre la gente que prefiere el cambio y la gente que, por contra, elige la monotonía. ¿Qué prefieres tú? Si eres joven, preferirás el cambio, porque la juventud es puro cambio, y si eres viejo intentarás aferrarte a la monotonía de lo que permanece. Los jóvenes, dicen, son revolucionarios por naturaleza, y los viejos conservadores. Pero incluso cuando eres muy joven hay cosas que te gustaría que no cambiaran, que nunca desaparecieran. Lo malo es que todo acaba desapareciendo, incluso los Pirineos si les das el tiempo suficiente. El universo entero se irá a la entrópica mierda; basta con esperar 34.000 millones de años.


Aún recuerdo la impresión que me produjo leer Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. Fue un impacto, un descubrimiento, un paso adelante en mi maduración como lector. Yo debía de tener... no sé, unos quince años, creo, quizá dieciséis. Ningún otro escritor me produjo una impresión semejante hasta que dos o tres años después leí Ficciones y El aleph, de Jorge Luis Borges. Casualidades de la vida: la edición de Minotauro en que leí Crónicas marcianas tenía un prólogo de Borges.


Este año, en noviembre, se cumplirán cuatro décadas desde la muerte de mi padre. Cuando murió, sobre su mesilla de noche, había un libro: The Illustrated Man, una antología de relatos de Bradbury en su edición inglesa. Dentro de cuatro días cumpliré la edad que tenía mi padre al morir.


Ayer, 5 de junio, Ray Bradbury murió a los 91 años de edad. Fue, probablemente, el primer gran escritor surgido en el seno de la ciencia ficción, y también el primero que traspasó las fronteras del género para ser admitido con honores en el seno de la literatura general.


¿Que puedo decir de su obra? Profundamente humana, poética, melancólica, a veces pesimista, a veces teñida de humor, siempre brillante. Si no le habéis leído, os recomiendo Crónicas marcianas, por supuesto, pero también todos sus relatos cortos escritos hasta, digamos, la década de los 80, cuando más o menos comenzó su declive. Bradbury era mucho mejor cuentista que novelista, pero su novela Farenheit 451 es imprescindible, igual que lo es La feria de las tinieblas. Todas sus obras están disponibles en Minotauro y también en edición de bolsillo.


Me ha entristecido la muerte del maestro Bradbury. Si hiciera una lista con los diez escritores que más me han influido, su nombre figuraría en ella. Pero no es sólo eso, hay algo más personal en mi melancolía. Bradbury, su obra, me acompañó durante un periodo de mi vida. Y ahora Bradbury ya no está; se ha ido, llevándose con él un trocito de mi historia privada.


Hay un cuento de Bradbury que me fascina; se llama En una estación de buen tiempo y no recuerdo en qué antología apareció. La historia es muy sencilla: George Smith es un turista norteamericano que ha alquilado una casa en Biarritz. Una tarde, dando un paseo por la playa, ve a un viejo que está dibujando con un palo sobre la arena húmeda. Se acerca y se queda boquiabierto, porque son los dibujos más hermosos que ha visto nunca. Entonces reconoce al anciano: es Pablo Picasso. El anciano sigue dibujando un rato y luego se va, mientras que George se queda contemplando fascinado aquella maravilla. Y, de pronto, George se da cuenta de que la marea está subiendo y que, cuando lo haga, borrará para siempre esa espléndida obra de arte. Intenta buscar una pala para levantar un muro, se desespera pensando cómo puede contener la marea... Pero no puede y, finalmente, no le queda más remedio que contemplar desolado cómo las olas destruyen toda aquella belleza.


Bueno, pues exactamente así es la puñetera vida.


Ray Bradbury: 22 de agosto de 1920 – 5 de junio de 2012.
Me diste mucho. Gracias.

9 comentarios:

Rubén Soto de Roa dijo...

También me ha apenado la noticia. Pasé una época en que leí todo lo que encontraba suyo. Tiene una inmensidad de relatos preciosos (como el que mencionas, que se encuentra en la antología "Remedio para melancólicos").

Rubén.

Samael dijo...

Yo leí Cronicas Marcianas gracias a tu recomendación, y eso supuso el inicio de una cadena de recomendaciones por mi parte, de modo que cada vez que tenía ocasión, lo recomendaba yo. Supongo que Ediciones Minotauro debería pagarme una comisión importante. Theodore Sturgeon (ayer precisamente recomendé Los Cristales Soñadores, más motivos para la comisión de la que hablaba antes, pues también está en Minotauro), decía que el 90% de todo es basura, y especialmente en la literatura de ciencia ficción, donde este hecho, resulta verificable por cualquier observador (no lo digo yo, insisto, lo decía Sturgeon). Pues bien, dentro de ese 10% de buena ciencia ficción está Ray, y Crónicas Marcianas ni te cuento. ¿Por qué pongo esto, cuando en general no suelo participar en los debates sobre CF (tampoco me veo excesivamente capacitado)?, pues porque ese libro en concreto, también me impresionó y quiero aportar mi granito de arena para recomendarlo y que quien no lo haya leído, que lo haga inmediatamente. A ver, si de una vez por todas, Minotauro se entera y se decide a enviarme mi comisión.

Cristian García Álvarez dijo...

Lamento la perdida de Ray, fue y seguirá siendo uno de los mejores. Tenía las cosas claras y sabía como hacerlas, prueba de ello es el gran repertorio que nos ha dejado.

César, me alegro de que encontraras en él a un gran mentor, estoy seguro de que sus obras han hecho mella en tu tendencia literaria.

Laura T. Marcel dijo...

Bonita entrada en tu blog como homenaje a este autor. Me leeré Crónicas Marcianas.

Anónimo dijo...

Vaya,uno más que se nos va...aunque nos quedan sus historias que siempre podremos releer una y otra vez. Hace unos días precisamente rescaté yo de entre el batiburrillo de mis libros las Crónicas marcianas,también la edición de Minotauro ( reclamo mi comisioncita ¿eh? por seguir el ejemplo sugerido,jeje) y lo dejé así,al descuido,en el montón de mi mesilla de noche...por aliviar un posible insomnio.Y ahora va Bradbury y se muere... Recuerdo también que a mis 15 o 16 años me impresionaron mucho los relatos de Un hombre ilustrado,sobre todo el que lleva el nombre del título (del que creo haber visto una versión cinematográfica alguna vez ¿me equivocaré?) y otro del que ahora no recuerdo el título,pero que iba de unos niños que tenían una habitación alucinante,con paredes que reproducían lo que ellos querían...Por aquellos años (antes del 75) imaginar siquiera una televisión con más de dos canales era ya ciencia-ficción... Otro que recuerdo mucho es uno de los últimos de Crónicas marcianas titulado "Vendrán lluvias suaves",que ya solo por el título te apetece leerlo...esa delicadeza,ese detallismo,esa finura casi poética para describir...eso es lo que más me cautivó y me sigue cautivando porque yo no soy muy aficionada a la CF,casi siempre me trabo al principio de las historias,me impaciento y lo dejo...en cambio,Bradbury es un autor perfecto para los no amantes del género pero sí de la literatura en general. Descanse en paz...igual está en Marte,transmutado en marciano de ojos amarillos y nombre imposible RBRBRB,por ejemplo... Saludos de AURORA BOREAL (desde la Tierra)

Anónimo dijo...

Acabo de releer el cuento de los niños,es terrible,se titula La pradera o La sabana y es increíble cómo se parecen esos niños consentidos y crueles a muchos de los niños actuales... Ah, y perdón,no es UN hombre ilustrado sino EL hombre ilustrado.
También me acabo de leer el que tú mencionas,César,el de Picasso...precioso..."¿no oyes eso? Es la marea que sube"...nunca tuvo más significado ese pequeño y aparentemente banal comentario...Gracias César por tus sugerencias. AURORA BOREAL.

Diva Chalada dijo...

:-) Feliz cumpleaños, César. Permanece fiel a tu esencia. Espero que este día sea genial y que el año que comienza para ti sea inolvidable. Un beso y un abrazo,

Cristina

César dijo...

Cristina: Muchas, muchas, muchas gracias, reina mora. ¡Qué buena memoria tienes!

Aurora Boreal: "Volverán las mansas lluvias" es uno de los cuentos más hermosos y tristes que he leído en mi vida. No se puede conseguir más con menos.

Marcelo dijo...

Terminar "la feria de las tinieblas" ayer me dejó un regusto amargo, y salí a buscar cosas que tengan que ver con Bradbury, así me topé con tu blog. Ya se me fue un poco el mal sabor, gracias!