lunes, mayo 3

Madrid me mata

 


            De un tiempo a esta parte no me apetece escribir lo que quiero escribir en el blog. ¿Un contrasentido? Quizá. Pero también una consecuencia lógica de vivir en un mundo que cada vez está más loco. Por otro lado, la pandemia, y los diversos grados de reclusión a que nos ha obligado, ha reducido mi horizonte y ha hecho que centre la mirada en mi entorno más próximo, en la ciudad donde vivo. Y no me gusta lo que veo.

            Nací en Barcelona, pero soy madrileño. Aquí he residido siempre (salvo mi primer año de vida), aquí me he criado, este ha sido el escenario de los principales acontecimientos de mi existencia. Lo cual no significa que me sienta madrileño, en el sentido patriótico del término “sentir”. En realidad, me alegro de no sentirme de ninguna parte, de que mis raíces sea aéreas. Pero no cabe duda de que existe una ligazón sentimental con Madrid.

            El Madrid de mi infancia y adolescencia era poco más que un gran poblachón manchego, paleto, atrasado, sumido en la casposa mediocridad franquista. Pero también era una ciudad amable, abierta, un lugar en el que nadie se sentía forastero, porque todos lo éramos.

            Luego, a finales de los 70 y comienzos de los 80, la ciudad se sacudió las telarañas del provincianismo y hubo una explosión de optimismo y ansias de libertad. Eran los tiempos de Tierno Galván y la movida, tiempos en los que todo parecía posible. Al final, los estragos del caballo y demasiadas promesas incumplidas se lo llevaron todo por delante.

            En los 90, la ciudad comenzó a derechizarse, entre otras cosas por el empeño del PSOE en no presentar candidatos de fuste (la federación madrileña era una jaula de grillos). La ciudad/comunidad pasó a manos de personajes como Ruiz-Gallardón o el meapilas de Álvarez del Manzano.

            Con el cambio de milenio llegaron otros nombres, como Esperanza Aguirre, Ana Botella, Ignacio González, Cristina Cifuentes... Muchos de ellos han pasado por la cárcel o están encausados. Fueron tiempos de latrocinio y corrupción, de caraduras afines al poder, de chanchullos a destajo.

            Pero, ¿sabéis?, todo eso lo comprendo. Entendedme, no lo disculpo, pero entiendo el mecanismo que hay detrás. Un político tiene ganas de forrarse, carece de escrúpulo y roba a manos llenas. Vale, es altamente reprobable, pero fácilmente comprensible.

            Pero lo que está ocurriendo ahora se me escapa.

            Ayuso, una política que no para de decir sandeces, una señora que lo único que ha hecho en su vida es llevar las redes sociales de un perro, una presidenta incapaz de sacar adelante una sola ley o un presupuesto. Ayuso, que ha protagonizado la peor gestión de la pandemia, que gracias a su inoperancia ha causado miles de muertos en las residencias de ancianos, que cuando más falta hacía la unidad y la solidaridad, ella optaba por el enfrentamiento partidario. Ayuso, que miente con desparpajo, que no vacila en echar la culpa a los demás de sus propios errores, que no tiene el menor escrúpulo en hacer manitas con la ultraderecha. Ayuso, la iletrada, la inoperante, la trumpista.

            Esa Ayuso ha decidido malgastar nuestro tiempo y nuestro dinero en convocar unas elecciones innecesarias, solo para poder ocupar el poder (que no gobernar), con más comodidad. Un caprichito, vamos. Y lo va hacer agitando la bandera de la libertad. ¿Libertad para qué? Para tomar cañitas en una terracita. Parece un chiste del Mundo Today.

            Pues bien, hasta ahí lo entiendo; idiotas tóxicos los hay por todas partes. Pero lo que se me escapa, lo que me desconcierta, lo que me sume en la perplejidad y el desánimo, es que Ayuso, ese cúmulo de torpezas y tonterías, va a ganar por goleada. Y no lo entiendo; no entiendo en qué coño piensa la gente cuando va a votar o a no votar. Creo que nos hemos vuelto locos.

            ¿Veis?, por eso no quiero escribir esta clase de cosas, porque no sirven para nada, porque me deprimen y porque no son más que una muestra de mi ridícula ingenuidad.

            Mañana iré a votar e introduciré mi voto en la urna sabiendo que hago poco más que tirarlo a la papelera. Porque haga lo que haga, mis incomprensibles conciudadanos van a decidir que los presida una impresentable. Como rezaba una vieja revista, Madrid me mata.

35 comentarios:

Elena Rius dijo...

¡Ay, César! No creas que tu ciudad natal estamos muchos mejor. Ya es que ni quiero escuchar las noticias locales. Sin gobierno autonómico ni perspectivas de tenerlo por culpa de unos señores que, a la primera de cambio, se largaron a Bruselas dejando que sus socios se comiesen el marrón que entre todos habían cocinado. Y estos últimos -que llevan ya unos cuantos años de cárcel a sus espaldas- en lugar de cortar cualquier lazo con personajes de esta calaña, siguen mendigándoles que consientan en gobernar juntos. Mientras tanto, por supuesto, la casa sin barrer: el país sumido en una crisis monumental, pero eso ¿a quién le importa? Ah, y los que han ganado las elecciones, calladitos en su rincón. Si no fuese porque estamos confinados, dan ganas de coger la carretera y no parar hasta estar bien lejos. Con este panorama, yo tampoco tengo muchas ganas de escribir en mi blog, la verdad.

Javier Díaz dijo...

Que pena...

Félix dijo...

Yo me bajo del mundo, reniego de mi Madrid.
Tampoco nací aquí, como tú, pero mi infancia, adolescencia, la ‘patria’ de las personas, estaba aquí.
Ya no quiero, me voy al pueblo

Félix dijo...

Yo me bajo del mundo, reniego de mi Madrid.
Tampoco nací aquí, como tú, pero mi infancia, adolescencia, la ‘patria’ de las personas, estaba aquí.
Ya no quiero, me voy al pueblo

Félix dijo...

Yo me bajo del mundo, reniego de mi Madrid.
Tampoco nací aquí, como tú, pero mi infancia, adolescencia, la ‘patria’ de las personas, estaba aquí.
Ya no quiero, me voy al pueblo

Gini-Gini dijo...

El problema (bajo mi punto de vista de persona normal que maneja lo mínimo en política), es que la derecha está muy unida, porque aquellos que votan al PP saben que van a salir ganando siempre, así que no tienen necesidad de pensar en votar a otro (aunque sea Ayuso la que esté al frente, da igual, la gente que vive en el barrio de Salamanca va a seguir gozando de sus prestigios aunque gobierne un loro, mientras ese loro sea del PP). Sin embargo a la izquierda se nos ha castigado con una representación pésima del PSOE en los últimos años. Toda la gente que votaba al partido socialista pensando que obtendría algo de justicia ha visto que ese partido es una especie de PP pero de color rojo, con unas diferencias bastante menores de las que se esperaría... y cualquier partido de la izquierda que ha salido como alternativa, ha sido señalada, judgada por cualquier fallo e insultada en los medios a más no poder, haciendo dudar a quien en un principio pensaba que X partido era su ideal. Y eso ha resultado en que aquellos que son de izquierdas se dispersen. No creo que seamos menos, o que no votemos, o que la gente sea tonta y vote al PP cuando no le conviene para nada. Creo que la izquierda está tan dispersa que el PP no tiene ni que esforzarse... (o al menos, así quiero pensar yo. Quizá soy demasiado positiva...)

No sé cuando podremos salir de esta debacle... pero espero que no sean esperanzas vanas y que se pueda salir de verdad. Por ahora seré "libre", sí. Libre para llorar, porque de otra cosa muy libre no me siento...

Pepa dijo...

Esta campaña ha sido de traca... eso si, Ayuso presenta un programa que no va a decepcionar a nadie: va a hacer lo que le dé la gana. Para un político que sí hará lo que promete...

César dijo...

Elena Rius: En el fondo, lo que sucede en Cataluña y en Madrid se parece mucho. Políticas basadas en la emoción, que no en el sentido común; nacionalismos excluyentes (todos lo son), en un caso el catalán y en otro el español, disfrazado de un nacionalismo madrileño que nunca ha existido. En fin, corren malos tiempos para los librepensadores...

Pepa: Yo creo que, sencillamente, nos hemos vuelto locos todos.

Félix: Yo también querría irme, pero mi pueblo es Barcelona, que tampoco están para tirar cohetes.

Gini-Gini: Por supuesto, esto también es un profundo fracaso de la izquierda; no solo de ahora, sino de hace mucho. No hay nada que hacer: Madrid es facha.

Anónimo dijo...

Por desgracia, a la hora de tener cualquier idea, no somos racionales, sino emocionales. El cerebro busca favorecer nuestro bienestar, sobre todo el emocional. Está diseñadito para bloquear cosas que perjudican al egoísmo y obsesionarse con otras de lo más egocéntrico. Al final uno termina pensando lo que quiere, no lo que sería veraz. Cuando seguimos una ideología política en realidad somos más unos religiosos con sus dogmas que otra cosa. Creo que aquí lo explican meridianamente bien: https://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_de_confirmaci%C3%B3n

Y nada, que estoy muy triste. :(

Balzac decía que escribir es un acto asfixiante porque es muy solitario. Ahora que existe internet, los escritores seguís considerándolo "solitario y asfixiante"?

Un saludo,
Grushenka.

César dijo...

Grushenka: No estoy muy de acuerdo con Balazac. Sin duda, escribir es una labor solitaria. Pero yo nunca me siento solo cuando escribo; al contrario, me siento muy acompañado. Para escribir necesito estar muy concentrado, muy metido en un mundo, el de mi novela, que no es objetivamente real, pero sí lo es en mi mente. Y ese mundo esta habitado. Por los personajes. Ellos me hacen compañía mientras escribo. Así que no, no considero asfixiante la escritura; aunque sí trabajosa y, en ocasiones, desesperante.

Anónimo dijo...

Esto es muy sencillo: Ayuso ha triunfado gracias a apelar al miedo. Punto. ¿Creéis de verdad que al votante medio de un PAU de Vallecas le importa una soberana mierda el lenguaje inclusivo, la dictadura de Maduro o la niñera de Irene Montero? No: le importa no saber cómo va a pagar el alquiler el mes que viene. Y ni el PSOE ni Podemos se han molestado en patearse la calle para intentar averiguar los problemas reales de su electorado o aportar soluciones útiles: sólo promesas vacías y tweets ingeniosos.


Ahora vienen los lloros, claro.


IDA ha sido lo bastante inteligente como para trasladar la culpa de su nefasta gestión al gobierno central. ¿Somos la Comunidad Autónoma con la incidencia de COVID más alta de España? No es culpa de Ayuso por permitir que los bares y las discotecas estén abiertos "non-stop" para no tener que pagar ayudas a los hosteleros, ¡qué va! Es que Barajas es un coladero. ¿Han muerto miles de ancianos en unas residencias infradotadas y que se deberían haber medicalizado hace meses? Responsabilidad de Sánchez, aunque las competencias pertenezcan a las CC.AA. ¿Que gracias la incompetencia de los sucesivos gobiernos del PP el centro de Madrid ahora es un puto parque temático para turistas, y como no vienen guiris borrachos a aflojar la mosca todos los fines de semana nuestra economía se va a pique porque no hay más tejido empresarial aparte de los ZARA y los bares de tapas? ¡Culpa de los bilduetarras anarcobolcheviques! ¡Si queréis que vuelvan los turistas, votad a IDA!


Y lo más triste es que la gente se lo ha creído...


Han olvidado a los abuelos muertos en las residencias, las listas de espera, los centros de atención primaria cerrados para siempre, los teléfonos colapsados cada vez que pides una cita médica o quieres renovar el paro... Todo se les ha borrado de la mente en cuanto Ayuso ha lanzado su ultimátum: o yo, o el caos. ¿Quieres que tu bar vuelva a abrir? ¿Quieres que tus hijos coman? Pues ya sabes... Y si tienen que morir cien mil madrileños, que así sea.


Y con todo, la jugada no le habría salido tan bien si no fuera por un apoyo incondicional de unos medios rendidos a su pies y a que Moncloa impuso a la FSM un candidato con el carisma de una patata cocida. Que Gabilondo sea un tipo muy culto no lo discuto, pero para enfrentarse a un doberman como Ayuso no puedes enviar a un caniche: necesitas a un lobo, a alguien dispuesto a bajarse al barro y que no parezca recién levantado de la siesta en los debates.


Lo peor es que gracias a la estupidez y la ceguera de Sánchez, el PP se ve ahora con opciones de ganar otras elecciones generales. ¡Un partido político tan corrupto que ha sido condenado como organización criminal, aliado con los nazis y con un presidente que hasta ayer mismo tenía un pié fuera de la calle Génova! Jamás dejará de maravillarme la capacidad de la izquierda de este país para autodestruirse en luchas cainitas mientras el enemigo aplaude desde la platea. Llevamos así desde Suresnes, y lo que nos queda...

Anónimo dijo...

Yo soy argentina, sus problemas no me asombran. Estoy ya tan asqueada de los políticos, que mientras ellos pelean por las pasos si, las pasos no, en medio de los muertos de Covid y los muertos de hambre, yo, este año, no pienso votar. Es un acto de desobediencia que no le importa a nadie, salvo a mí tía Doris, que tiene noventa años y a quien aún ahora, lo único que la moviliza es "que no gane Cristina" (en este país somos todos "anti",hasta el PRO, jaja).
Bueno, pero no quería hablar de eso sino declarar que descubrí a este gallego divino (en Argentina todos los españoles son gallegos, hasta mi primo político, que es vasco).
Y que me encanta este hdp. Me encanta ese humor. Es maravilloso.
También me impresionó profundamente ese cuento de las niñas atrapadas más allá de la muerte en un bucle eterno que repite ese último día de vísperas de nochebuena; me ha tocado algún terror oculto, porque me produjo mucha angustia.
Soy una lectora voraz desde mis cuatro años, en que aprendí a leer a la fuerza, porque ya todos estaban hartos de contarme cuentos y porque la lectura es para mí un asunto privado, entre yo y el libro y recuerdo muchísimas de las historias que he leído, algunas en mí más que lejana infancia. Me acuerdo sí de las historias, pero a los autores no les doy ni bola. Muchas veces no sé si las escribió este o aquél, no puedo citarlos, y todo eso. Salvo excepciones. Y César Mallorquín es excepcional para mí. No me voy a olvidar de tu nombre.

César dijo...

Anónima de las 4:02: Vaya, has hecho que me ruborice... Gracias por tus bonitas palabras. En relación al cuento que mencionas, "El jardín prohibido", me pasó algo curioso: a mí también me angustió mientras lo escribía. Tenía la sensación de estar maltratando a dos niñas... Supongo que ese es el poder de la literatura: que te afecte emocionalmente algo que no es real. Valoro mucho tu opinión, por tu nacionalidad, por ser argentina, porque hay muchos escritores argentinos a quienes admiro. Borges, Cortazar, Bioy Casares, Silvina Ocampo, Sabato, Pablo de Santis... O Mariana Enríquez, de la que ahora mismo estoy leyendo una antología de relatos. Un saludo, amiga mía.

Anónimo dijo...

Sobre tu última línea, César. Stephen King decía que si no puedes leer un promedio de cuatro horas al día y escribir otras cuatro al día, no podrás ser un buen escritor. Ni de coña llego a esa media ni podré dedicarle todo ese tiempo nunca. Otros escritores menos supertajantes que él, cuántas horas soléis leer al día o o a la semana o así? Consideras que con eso debería bastar para sí tener un nivel digno? Besos.

César dijo...

Anónimo de las 2:29: No estoy nada a favor de fijar cuotas de lectura o escritura. De hecho, creo que prima más la calidad de la lectura que la cantidad de lectura. Es decir: leer bien, analíticamente, desentrañando los recursos del autor; eso es fundamental para aprender a escribir. ¿Cuántas horas dedico a leer diariamente? Entre dos y tres, creo.

Anónimo dijo...

Hola, vengo aquí a decirle de inmediato a todo el mundo que se lean sin demora "ESTO NO ES UN MANUAL DE ESCRITURA (PERO SE PARECE)", del autor de este blog. César se ha lucido con una gloriosa visión sobre cómo afrontar los vericuetos más vericuetosos de la creación literaria y estas páginas son un disparo parteflechas a lo Robin Hood en la ya aparentemente desgastada diana de la explicación del arte escrito. Molto bene, César, eres la leche. :D

César dijo...

Anónimo de las 12:00: Vaya, gracias...

Anónimo dijo...

Ayuso ha sido una de las mayores asesinas en masa de la historia, y oye, ahí sigue, impune. Cuántos ancianos habrán muerto ahogados (sí: AHOGADOS por falta de aire; una muerte horrible, y que, aunque en algunos casos fuese inevitable, se podía haber aliviado fácilmente con un poco de morfina y unos cuidados mínimos). Han muerto ahogados y abandonados aquellos que levantaron ese Madrid que ahora disfrutan los jóvenes haciendo botellones y pasando de todo. Yo soy médico, en el norte, y no hemos llegado ni de lejos a tanto, pero sí que percibí un cierto "toque Ayuso" al principio de la pandemia cuando alguien decía: "¿Para qué nos trasladan más abuelos de las residencias"?; o más adelante: "¿Para qué vamos a vacunar a ancianos de 90 años con Alzheimer?". Pues para evitarles una muerte horrorosa por falta de aire, mínimo para eso. Al que no haya visto morir a alguien así, le invitaría a mi servicio (trabajo en Urgencias) para ver si no se te afloja todo intentando aliviar ese sufrimiento indescriptible. No sé cómo, el mensaje Ayuso ha conseguido calar en muchos más sitios de lo que ni ella podría imaginarse. Esa mujer es un peligro. Y ahí sigue. Y le siguen. Yo tampoco me lo explico. Pero gracias por contarlo, porque tú tienes una voz que a lo mejor escucha alguien más y puede estar alerta ante ese peligro terrible, terrible. Y quizás incluso alguno de los que hayan votado se pregunte: ¿y quién gobernará cuando yo tenga 80 años y esté en una residencia?... Ah, amigo. De estos barros...

César dijo...

Anónimo de la 1:23: Desgraciadamente, mi voz es minúscula y, lo que es peor, solo llega a quienes ya están convencidos.

Jarl-9000 dijo...

Pues mirad, yo no estoy convencido. Así que convencedme. Yo estuve muy atento aquellos días, porque asistí impotente a cómo el gobierno evitaba conscientemente tomar medidas y restaba importancia a la amenaza durante al menos las dos semanas previas (desde el estallido en Italia en la última semana de febrero, que está, como quien dice, aquí al lado) para poder celebrar el 8 de marzo (sí, el tristemente famoso 8 de marzo) y, mientras tanto, el virus estuvo propagándose sin control (pero ése es otro asunto...).

Pues bien, por lo que yo sé y recuerdo por mí mismo, en el primer estado de alarma no hubo cogobernanza alguna. Eso fue a partir del verano, tras la desescalada (un astuto ardid de Sánchez para arrogarse los triunfos y eludir las responsabilidades). Repito: en el primer estado de alarma todo, absolutamente todo en el país, quedó bajo las competencias del gobierno central. Las comunidades seguían órdenes y no podían tomar sus propias decisiones. Y, es más, recuerdo también al ahora exvicepresidente en rueda de prensa declarando orgullosamente que él en persona tomaba el control de las residencias y daba a entender que todo iba a ir de perlas. Así que, si hubo un asesinato en masa, el responsable estaba en el gobierno central. Eso es lo que yo entiendo.

Desde entonces, se ha insistido mucho en que la competencia de las residencias es autonómica (siempre desde medios vendidos al gobierno, claro), pero eso no cambia el hecho de que todo cambió en el momento en que se declaró el estado de alarma y el gobierno lo centralizó todo. A mi entender, quien insiste en culpar a las autonomías por aquello o miente o se deja engañar. Y, en el caso hipotético de que todo se debiese a un malentendido entre gobierno y autonomías, el responsable es igualmente el gobierno, por no dejar claras las competencias en ese momento y provocar una situación caótica.

César dijo...

Jarl-9000: Si algo he tenido claro desde que inicié el blog es que ni harto de vino voy a meterme aquí en discusiones políticas. Pero permíteme señalar un par de cosas: Es muy dudoso que con el estado de alarma el control de las residencias correspondiera totalmente al gobierno central. Por ejemplo, la orden de no hospitalizar a gran número de ancianos no partió del pérfido Sánchez y sus secuaces, sino del gobierno de la Comunidad (como prueban los correos enviados por Carlos Mur de Víu, director de coordinación sociosanitaria) Tampoco creo que el gobierno central tenga la culpa de que Madrid sea la penúltima comunidad en gasto sanitario per cápita (solo superada en falta de inversión por Andalucía). Ni que Madrid sea la segunda comunidad con mayor mortalidad porcentual por el Covid. En fin, no niego las muchas culpas en que ha incurrido el gobierno central. Pero en lo que a mala gestión se refiere, no le quitemos méritos a la ínclita Ayuso.

Jarl-9000 dijo...

Querido César: Perdona por tardar en contestar, he estado unos días fuera con problemas de conexión. Ya sé que no quieres discutir, pero permíteme responder al menos a tus puntualizaciones. Lamentablemente, me va a llevar un rato. Mis disculpas por adelantado.

Primero, gracias por los datos que aportas respecto a la orden firmada. Cuando alguna vez he tratado de informarme del asunto, me he encontrado con tanto ruido que no sacaba nada en claro, así que desconocía esos detalles. He estado tirando del hilo y la verdad es que es un lío. Las diferentes administraciones no se ponen de acuerdo sobre quién tenía la última palabra en las competencias. Así que he acudido al decreto del estado de alarma del 14/03/2020. En el artículo 4 se deja claro que la autoridad competente es el Gobierno, mientras que las autoridades competentes delegadas son los ministros de Defensa, Interior y Transportes en sus respectivas áreas de responsabilidad y el ministro de Sanidad para todas las demás. También dice que estos son los que dictan las órdenes. Más adelante, en el artículo 6, se dice que "cada Administración conservará las competencias que le otorga la legislación vigente en la gestión ordinaria de sus servicios para adoptar las medidas que estime necesarias en el marco de las órdenes directas de la autoridad competente a los efectos del estado de alarma y sin perjuicio de lo establecido en los artículos 4 y 5". Lo que yo entiendo es que las comunidades autónomas decidían para asuntos que afectaban a la gestión ordinaria y siempre sin sobrepasar los límites impuestos por las órdenes recibidas desde arriba, que tienen prioridad. Pero no soy experto en Derecho.

¿Cuál fue la actuación del gobierno? El 19/03/2020 Iglesias asume la coordinación de los servicios sociales y las residencias de ancianos en las comunidades autónomas. Según sus mismas palabras, era "urgente medicalizar las residencias". El 20/03/2020 se reúne por primera y única vez (hecho reconocido por el propio Ministerio) para interesarse por la gestión de las residencias en pandemia. En este encuentro se acordó que el Ejército fuera el encargado de distribuir el material de protección "cuando se dispusiera de él", porque entonces no había. Se encargó también de coordinar los fondos extraordinarios de 300 millones de euros para la contratación de personal extra y material de protección. Y no se volvió a saber de Iglesias. Después de eso, se desentendió. Será que ya no hacía falta más coordinación.

Jarl-9000 dijo...

Continúo...

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/04/19/5e9b579521efa084288b45de.html
Sin embargo, por lo que se desprende de esta noticia, la coordinación dejó mucho que desear. Según Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española, el decreto del estado de alarma obligaba a ampliar en 400 las 2236 plazas de UCI en hospitales privados que ya se tenían y ponerlas a disposición de la Sanidad Pública. Sin embargo, a 19/04/2020, sólo se estaban usando un 15% de ellas (aproximadamente las 400 de a ampliación). ¿Por qué? Pues porque sólo se habían reclamado allí donde la incidencia era alta y el sistema público estaba ampliamente desbordado: en Madrid y Cataluña se usaron el 100% de las plazas, en ambas Castillas se dedicaron los hospitales públicos al covid y los privados para otras dolencias y en muchas otras autonomías, apenas se usaron. 2200 plazas de UCI privadas disponibles y sin usar porque nadie derivó pacientes a otras comunidades autónomas que tuvieran plazas libres (y no fue sólo Madrid), no se sabe muy bien el motivo porque fue algo contemplado. La descoordinación entre gobierno y autonomías fue total, y aunque estas últimas tengan responsabilidad, el primer culpable es el encargado de la coordinación. Según se dice en la misma noticia, el protocolo del gobierno sobre las residencias fue tardío (del 24/03/2020) y equívoco. No dejaba suficientemente clara la actuación a seguir, lo que causó que unos entendiesen una cosa y otros, otra.

Para mí, este episodio demuestra claramente que la Sanidad debe ser una competencia estatal, así no hay que coordinar a autonomías y se simplifica la gestión, ganando además en flexibilidad para poder desviar los recursos a las zonas que los necesiten en cada momento (o desviar pacientes a donde haya plazas libres).

Me temo que para la depuración de responsabilidades tendrán que pronunciarse los tribunales. No obstante, esas mismas actuaciones que se le achacan a Madrid también se hicieron en otras comunidades, siempre que fue necesario (porque pareciera que se hizo por gusto), igualmente con resultados fatales. Y, sin embargo, sólo se habla de Madrid, porque el resto no interesa. En Madrid hubo más muertes, sí, pero porque la incidencia fue mucho mayor, lo que por otro lado es normal, dada la alta densidad de población (en Madrid es de 844,53 hab/Km2, mientras que la siguiente es País Vasco con 306,95). Sólo hay otra zona medianamente comparable a Madrid en cuanto a densidad y movilidad: el área metropolitana de Barcelona. Y allí ocurrió tres cuartos de lo mismo, sólo que Barcelona podía recurrir a los efectivos del resto de Cataluña (la densidad allí es de 242,28). En Andalucía, por ejemplo, la incidencia fue relativamente baja (aunque sé que en hospitales de Sevilla hubo triaje). En Huelva y Almería, casi inexistente. ¿Por qué? Simplemente porque no son lugares de paso y son las provincias más aisladas y con menos movilidad interna en transporte público. Todo eso, que es una desventaja por lo general, en este caso jugó a su favor.

Jarl-9000 dijo...

Y termino...

¿Afectó que Madrid tenga poco gasto en sanidad? No lo creo. Primero, lo importante es la eficiencia, no el gasto. EE.UU. es el país con mayor gasto público en sanidad per capita del mundo con diferencia (8087€ frente a los 1703 de España) y, sin embargo, su sanidad es muy criticada. Más gasto no significa mejor servicio. Segundo, en el contexto de la pandemia el gasto previo pierde importancia. El desbordamiento del sistema en Madrid fue tal que no hubiera importado un mayor gasto, cualquier dimensionamiento para una situación no pandémica habría sido claramente insuficiente. Con más gasto no habría habido más respiradores o más EPIs, que es lo que hacía falta, sencillamente porque nadie había previsto el impacto que tuvo la pandemia. Por cierto, el impacto en España fue de los peores del mundo. ¿Quién es el responsable de ello, cuando tuvimos el aviso de Italia?

Eso entronca con lo siguiente que me dices. ¿Madrid es la comunidad con segunda mayor mortalidad porcentual por el covid? Este dato sólo es cierto para la primera ola (Castilla-La Mancha la superó en 14 puntos. Otra vez, ¿de esto no se habla?, porque cometieron los mismos errores. Hubo triaje igualmente. Pudieron derivar pacientes a Valencia, Andalucía, Murcia o Extremadura y no lo hicieron). ¿Es responsable de ello el gobierno central? Esta primera ola, como ya he comentado, se cebó con Madrid por su alta densidad de población. Y yo considero que esta incidencia es consecuencia directa de que el gobierno permitiera la propagación descontrolada del virus durante muchos días, como también he comentado (y que causó uno de los peores impactos a nivel mundial). Así que sí, para mí el gobierno central es responsable de esto. Y, para colmo, desde el principio el aeropuerto de Barajas (competencia del gobierno) ha sido un coladero constante de infectados.

https://www.diariofarma.com/2021/04/15/como-ha-sido-la-mortalidad-en-cada-ccaa-en-las-distintas-olas-de-covid19
Pero, ¿qué ha pasado en las olas posteriores? Al parecer, tras la primera ola, la coordinación fue poco a poco mejorando. En este otro artículo comparan las gestiones de las comunidades autónomas tras la primera ola hasta entrado abril de 2021. Pues bien, en Madrid los fallecimientos por cada 100.000 habitantes están por debajo de la media española (90.7 frente a 105.3). En el mismo periodo, los peores datos de fallecidos los tienen: Castilla y León (198.6), Aragón (194.0), Asturias (157.8), Castilla-La Mancha (140.0). Nos encontramos datos parecidos si hablamos de letalidad (fallecidos/casos): si obviamos la primera ola (en la que tan solo se detectaban los casos más graves, lo cual afecta a la medición de la letalidad) Madrid es la segunda comunidad autónoma con mejores índices (1.04% frente a la media nacional de 1.6%, por detrás de Baleares, con un 1.01%). Así que parece que Madrid es de las que mejor ha aprendido con el paso del tiempo.

Perdón por el tocho. Espero que esta reflexión haya sido útil para alguien.

César dijo...

Jarl-9000: Como he dicho, no tengo la menor intención de discutir aquí sobre política. Los datos están ahí; que cada cual los interprete como quiera. Un saludo :)

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