Los cartógrafos medievales y renacentistas diseñaban sus mapas basándose tanto en la cartografía previa como en las informaciones que obtenían de los marinos y exploradores que osaban adentrarse en terra incognita. Así pues, en sus trabajos los datos veraces solían mezclarse con la leyenda y la fantasía, razón por la cual muchas cartas geográficas consignaban territorios que nunca existieron, como las islas de Thule, San Brandan, Hi Brasil o Antilia, que luego se hizo real al bautizarse con tal nombre a las Antillas.
Sin embargo, la leyenda no fue la única razón de que los mapas mostraran miles de millas cuadradas inexistentes; también intervino el amor. Con frecuencia, los cartógrafos inventaban islas a las que, como un gentil obsequio, denominaban con el nombre de sus amantes. Isla Helena, Isla Victoria, Isla Magdalena, Isla Dominique..., todo un archipiélago erótico se desplegó por los océanos de pergamino y papel. Tan frecuente fue esta costumbre que se le dio un nombre: “islas de cartógrafo”. Es curiosa la idea, ¿verdad?; regalar una isla imaginaria... Aunque, si te paras a pensarlo, ¿no simboliza eso la esencia misma de toda historia de amor?
Apunte para un relato corto: Un cartógrafo incluye en uno de sus mapas una isla inventada a la que bautiza con el nombre de su amada. Le regala el mapa a la mujer y le describe la isla como un sitio paradisíaco, un vergel lleno de prodigios y maravillas. Poco después, el cartógrafo muere. La mujer, desconsolada, vende todas sus posesiones, adquiere un barco y parte en busca de la inexistente isla que lleva su nombre.
Y, finalmente, la encuentra.
(Nota: puede que el cartógrafo la esté esperando en la playa)
lunes, enero 23
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Ese argumento para cuento es precioso César.
Tienes la semilla y sabes bien como hacer germinar la planta. Anda, plántala por favor...
:)
Y si tienes que marcharte de vacaciones, prometo regarte las plantas... un momento, ahora no sé de que coño estoy hablando... Malditas metáforas, que me roban la realidad con sus máscaras de carnaval. :P
Registra ese argumento ahora mismo... O más de cuatro no vamos a poder aguantarnos: no puedes poner un pastel así en este escaparate lleno de golosos glotones literarios, tío. ¡Es buenísimo!
Genial. Además, casualmente ayer estuve leyendo un documento sobre el mapa de Piri Reis. Siempre he sentido fascinación por los mapas y cartografías, especialmente por ese mapa que dibuja las costas de america e incluso la antartida antes de su descubrimiento (o eso dice la leyenda al menos).
Tu argumento tiene una pinta estupenda.No deberías como dice fidelius dejar caramelos a la puerta del cole.
Una muy buena idea la de creative commons, acabo de sacarme una licencia para mi blog.
Gracias por la idea Cristian.
Muchas gracias Cristian.
A ver si termino mi página y subo mis cuadros e ilustraciones.
Me estáis asustando... En fin, me encanta escribir relatos cortos, pero apenas lo hago. No tengo tiempo, así que supongo que tampoco sería tanta la pérdida si alguien me robase la idea. De todas formas..., mira, sí, lo voy a escribir.
Pero, si queréis que os diga la verdad, lo valioso de esta entrada no es el argumento que propongo para un cuento, sino el dato histórico acerca de las "islas de cartógrafo". Ahí hay el germen, no para un relato, sino para docenas de relatos. Dadle un par de vueltas y encontraréis muchos argumentos alternativos. Es tan peculiar y sugerente eso de inventar islas...
Publicar un comentario